Bueno se me ocurrió esta historia y aunque casi no tengo tiempo para escribir quiero intentar terminarla. Aquí les dejo el primer capitulo.

- Lo siento había subido mal el capitulo, aquí esta corregido -


CASTLE

Introduzco mi mano suavemente en el hueco de la incubadora, con temor acerco mi dedo a la frágil mano de la bebe, sin atreverme a tocarla, se ve tan pequeña, débil y vulnerable, eso me asusta. Estoy concentrado en observarla, cuando siento como su pequeña manito atrapa mi dedo, ese pequeño contacto hace que sienta una electricidad atravesar mi cuerpo y es allí cuando me doy cuenta que nada será igual y que realmente no me importa, ella se acaba de convertir en mi todo.

Sé que será difícil, pero haré lo imposible para que ella este bien, perdió a su madre, pero me tiene a mí y juntos saldremos adelante.

Señor debe salir – dice la enfermera con suavidad.

Solo un minuto más por favor – digo sin apartar la vista de mi pequeña.

Está bien – contesta suavemente saliendo de la habitación.

Te prometo que todo saldrá bien princesa, tu y yo vamos a salir adelante, te amo y tienes que luchar y ser fuerte para que pronto pueda llevarte a casa -digo suavemente para después retirar mi dedo de su agarre y poder salir de allí.

Al salir inmediatamente me acerco al cristal del cunero, desde donde se puede ver la incubadora. No puedo ni quiero estar lejos de mi niña.

Ya se enviaron los órganos de Meredith a los diferentes hospitales-dice mi madre, interrumpiendo mis pensamientos. – sus padres están realizando los arreglos para sepultarla.

Gracias – suspire.

Sé que no debo meterme pero… - suelta un pequeño suspiro y toma mi mano. – Creo que tú y la bebe estarán mejor si ella- hace una pausa- ella nunca hizo nada bueno con su vida, no se preocupó por su hija, es más si mi nieta esta así es por su culpa.

Madre – dije suavemente – sé que lo que dices es verdad, pero no quiero que mi hija – señalo la incubadora- crezca pensando lo peor de su madre, sé que quizá la única buena acción de Meredith fue salvarla a ella y donar sus órganos, pero aun así quiero que Alexis sea feliz, y piense que tuvo una madre maravillosa.

¿Alexis? – sonríe mi madre.

Bueno ese sería mi nombre si fuese mujer, así que creo que le quedara perfecto – sonrió – Alexis Harper Castle. – paso mi brazo por sobre los hombros de mi madre y la acerco a mí en un abrazo, mientras ambos observamos a mi pequeña – prométeme que Alexis nunca sabrá la verdad.

No creo que sea lo correcto, pero te lo prometo – dice mi madre abrazándose más a mí.


JOHANA BECKETT

¿Es enserio? – pregunto, pensando que mi cerebro me está jugando una mala pasada.

Si- dice el doctor con una sonrisa – hemos encontrado un donante, el corazón para su hija viene en camino, solo necesito que firmen algunos documentos y comenzaremos a preparar todo para la operación.

¿Y funcionara? – pregunta Jim con miedo.

No es 100% seguro pero tenemos esperanza, su hija es una mujer fuerte creo que lo lograra – observo al doctor Sullivan sonreír. El doctor nos da los documentos y se retira.

¿Tú qué opinas Josh? – pregunto al joven interno que no solo está siguiendo el caso de Kate, también se ha vuelto en un valioso amigo para mi hija.

Lo lograra – sonríe – yo estaré en la cirugía, solo podré observar, pero quería que supieran que estaré allí cuidando a Kate.

Gracias hijo – dice Jim, dándole una palmada en la espalda.

Veo como se llevan a mi pequeña, porque aunque tenga 22 años es mi pequeña, no puedo evitar recordar cuando hace 2 años le detectaron una anomalía cardíaca que nunca llegue a entender, como su vida cambio desde ese momento, como poco a poco parecía irse desvaneciendo. Recuerdo la angustia cuando realizaron la cirugía con la que se debía arreglar el problema, y como nos devasto el escuchar que no podía repararse, al menos no correctamente.

Como nos explicaron que debíamos encontrar un corazón. Recuerdo las lágrimas de mi niña al enterarse de que su padre y yo habíamos hecho las pruebas para ver si éramos compatibles, recuerdo como nos suplicaba que no lo hiciéramos, que ella no podría vivir con esa culpa.

Recuerdo los últimos meses como prácticamente vivimos en este hospital, del cual ella no podía salir, no con su corazón, siento las lágrimas recorrer mi mejilla y me doy cuenta que por primera vez en los últimos dos años son lágrimas de esperanza y no de amargura las que estoy derramando.

Todo saldrá bien – me dice Jim, mientras me abraza con cariño.-Todo volverá a la normalidad.

Lo sé – contesto con más convicción de la que creía – sé que Dios nos está dando esta oportunidad, para recuperar a nuestra hija.

Las horas pasan y cada vez siento que me desespero un poco más, hasta que veo como Josh sale del quirófano, su sonrisa me tranquiliza.

Todo salió bien– dice en cuanto está cerca de nosotros – nos dio un par de sustos, pero resistió, solo queda esperar. El doctor vendrá en un momento y les dará más detalles pero me permitió darles las buenas noticias.

No pude hacer más que aferrarme al cuerpo de Jim, para saber que esto era real.


BECKETT

Ya pasaron un par de semanas desde mi trasplante y todo va bien, no puedo creer lo afortunada que soy, según me dijo Josh, el corazón llego justo a tiempo. Suspiro en mi nueva habitación, hoy me cambiaron de hospital a uno más cerca de la casa de mis padres para que ellos puedan cuidar de mí, Josh será el encargado de darle seguimiento al caso y eso me tranquiliza.

Especialmente porque hoy por fin puede convencerlo de que me deje salir de mi habitación, en una silla de ruedas, pero me siento con más fuerza que antes del trasplante, mi padre empuja suavemente la silla por los pasillos del hospital mientras me cuenta cómo va todo en el despacho de abogados que tiene con mi madre.

Yo le escucho con atención y antes de darnos cuenta estamos frente a los cuneros, no puedo evitar detener la silla y quedarme allí observando por un momento. Nunca he sido una persona de niños, pero hoy parece que representan una esperanza.

Observo una de las cunas y veo una bebe, sé que es una niña por la esponjosa manta rosa que la envuelve, se ve débil y frágil, pero por alguna razón siento ternura por ese pequeño angelito. Alexis, leo la pegatina en la cuna.

Hija tengo una llamada importante, ¿esperas aquí o prefieres que te lleve a la habitación? – dice mi padre con el teléfono en su mano.

Estoy bien aquí – digo sin apartar mi vista de la hermosa bebe.

Observo como un hombre alto entra a la habitación, no es un enfermero, lo sé porque en lugar del uniforme lleva ropa normal, veo como se acerca a la bebe que tanto llama mi atención e introduce su mano en la incubadora. Me quedo completamente sorprendida al ver que se trata de mi escritor favorito Richard Castle, él sonríe con orgullo al ver a su bebe. Observo la escena conmovida, siempre he tenido cierto enamoramiento con este escritor, pero al ver el increíble amor que se refleja en su sonrisa y la ternura que se refleja en sus ojos hace que me guste mucho más. No puedo evitar pensar en que me gustaría sentir la clase de amor que derrocha el escritor por su hija, ese pensamiento me sorprende pero no me asusta.

¿Y esa sonrisa? – dice la voz de Josh sacándome de mis pensamientos.

Simplemente estoy feliz, de estar viva – digo sin alejar mi vista de la hermosa escena frente a mí.

¿Ese no es tu escritor favorito? – pregunta, viendo que toda mi atención está allí.

Sí, no te parece una escena muy dulce. – digo con una sonrisa.

Bueno, tienes razón, es una linda escena, especialmente sabiendo que esa bebe solo lo tiene a el – mi sonrisa se borra ante estas palabras.

¿Qué quieres decir?

Bueno, según se su madre tuvo un fuerte accidente y murió, por suerte lograron sacar a la bebe con vida, aunque es prematura.

¿Y estará bien? – pregunte sintiendo cierta angustia.

Bueno no es mi paciente, pero espero que si – dijo Josh con una sonrisa – ya supero varias semanas y se ve mejor.

Si no es tu paciente, ¿Cómo sabes tanto del caso? – digo con una sonrisa.

Bueno mi amigo Mike es su pediatra y siente cierta debilidad por esa bebe, y creo que por el padre. – dijo con cierta molestia.

¿Eso te pone celoso? – dije viendo su reacción.

No claro que no.

Ni tú te lo crees – dije sonriendo – sabes creo que deberías dejar de esconderte y mostrarle al mundo quien eres en realidad.

Sabes que no es fácil – contesto con seriedad – si te lo dije a ti es porque creí que morirías y te llevarías mi secreto a la tumba.

Ja ja que gracioso – conteste con falso enfado ante su broma – pero creo que deberías de dejar de fingir y vivir la vida a tu manera

No es tan fácil Kate – dijo con tristeza – pero al menos te tengo a ti.