Anna camino de lado a lado en su despacho, era como una fiera enjaulada lista para salir y masacrar a todo el que se pusiera en su camino, su mirada antes un azul se había ensombrecido peligrosamente, su mandíbula se tensaba una y otra vez amenazando con partir sus dientes si continuaba haciéndolo.

Todo en ella grito peligro, nadie se atrevía a estar en su presencia, por alguna extraña manera parecía irradiar frialdad cuando estaba de mal humor.

Elsa, por el contrario, se mantuvo en completa calma, sus manos relajadas sobre el regaso su postura relajada con sus ojos siguiendo cada movimiento que su hermana hacia.

"Esto un puede estar pasando" Anna se paro en medio de la habitación mirando con tanta ira como pudo reunir en su rostro sin que sus facciones se distorsionaran.

"Anna, sabíamos que esto pasaría un día" Respondió Elsa con tanta calma como pudo reunir, sabia que si comenzaba a gritar, Anna también lo haría y seria un bucle sin fin, con muchos años de practica finalmente descubrió que si se calmaba Anna también lo aria.

La pelirroja molía sus dientes apretando los puños con fuerza " si, pero no este día!" Sus manos aflojaron cubriendo su rostro y mantenerlo oculto como si intentara borrar toda la ira que por dentro le consumía.

Con un profundo sus piro camino a su silla y se desplomo con poca gracia y elegancia, o había tiempo para preocuparse por los modales no hoy, cuando su hermana menor estaría casándose pronto.

"Anna..."la rubia se levantó de su silla alisando las arugas imaginarias de su vestido largo, rodeo el escritorio y se acerco a su hermana. "no tienes por que preocuparte tanto" comenzó "ambas sabíamos que este día llegaría y sinceramente me sorprende que fuera tan... rápido"

"solo tienes 18 años Elsa, no es edad suficiente para el matrimonio!" Gruño la pelirroja apretando el agarre en los brazos de la silla. Elsa se limito a sonreír, si de edades se tratara, ella estaba seriamente pasando los limites. Los matrimonios eran arreglados a muy tempranas edades hoy en dia, no era una sorpresa que un Lord contraería matrimonio con una niña de solo trece años.

Elsa había mantenido hasta esta edad a causa de su hermana, que con le protegió a capa y espada durante todo estos años, hasta ahora, cuando el consejo finalmente le dijo a tomar una decisión y casar a Elsa para tener un heredero al trono, después de todo Anna no estaba dispuesta a casarse con ningún ser sobre la tierra, el consejo no puso obstáculos, después de todo tenían Elsa, la joven y hermosa princesa.

"Anna, las dos sabemos que eso es mentira, el matrimonio es a muy temprana edad" La pelirroja se limito a gruñir y apartar la mirada a las velas danzantes. "Además... Hans es un buen hombre-

La risa amarga de Anna se escucho por todo el despacho cortando a su hermana, su cabeza se giro lentamente mirando de reojo a su hermana.

"Un buen hombre? Dices?" Repitió " ningún hombre sobre la tierra es un buen hombre cuando intentan fornicar con mi hermana!" La pelirroja se levantó de la silla ignorando por completo el jadeo sorprendido de su hermana después de todo su voz había sido un grito que bien podia ser oído desde los pasillos.

"Anna!" Chillo Elsa cubriendo su boca en completo shock.

"No te sorprendas querida hermana!" Gruño Anna mirando a su hermana con frialdad " es lo que ese hombre busca!" Su dedo señalo a la puerta como si Hans estuviera ahí de pie. " Fornicar, violar, impregnar, follar, sexo, dejar preñado! Llamarle como quieras!" Grito enumerando todas las palabras que venían a su mente.

"Nos llames asi, Anna!" Grito Elsa en un susurro mirando con horror a la puerta imaginando que los siervos escucharon todas y cada una de las palabras que su hermana grito.

"Entonces como!?"gruño acercándose a su hermana, la tomo de los hombros con brusquedad empujándola con ira en el escritorio" EL amor?" Se burlo, "el no te ama! Y nunca lo hará solo quiere que su asqueroso cuerpo se un al tuyo!" El asco y la repugnancia eran evidentes en cada palabra y su rostro se contrajo en el disgusto mirando el cuerpo de su hermana de arriba a bajo imaginado lo peor.

"Anna, Detente!" Susurro Elsa. Sintiendo como el dolor en sus hombros comenzaba a mostrarse.

"Tu no le amaras nunca!" Continuo la castaña " tu no perteneces a nadie! Tu no solo eres mia!" Gruño apretando su agarre con mas fuerza causando el dolor en Elsa. " Eres mia! Comprendes!? No hay ser en la tierra que te merezca mas que yo! Entiendes!?" Elsa asintió frenéticamente apartando la mirada cuando su hermana estaba a pulgadas de ella.

El miedo, fue lo que Anna percibió en el cuerpo de Elsa, el dolor. Sus manos se apartaron rápidamente del cuerpo de Elsa.

"Yo e estado desde el principio Elsa..." Susurro en el dolor, "yo estuve ahí cuando tu llegaste al mundo, cuando tomaste tu primer respiro..." Continuo, su mano se alzó lentamente acariciando con ternura y delicadeza la mejilla de su hermana, limpiando una cálida lagrima silenciosa.

"Fui yo la que te leía cada noche, fui yo quien cuido de ti en las tormentas, fui yo quien te protegió de padre y madre, yo estuve contigo siempre, no Hans... no ningún otro, solo yo"

La ternura y el amor eran palpables en cada palabra que Anna dijo, por que Elsa no entendía? Ella estuvo siempre con ella, cada momento los acontecimientos memorables todos ellos, protegiéndola de cualquier daño.

….

No importo cuanto Anna intento, la boda fue llevada acabo, su mandíbula siempre apretada mirando con tanto odio al noble Hans, sabia que tenia que haber algo oscuro detrás de esa amable sonrisa, la buena pinta y los modales no había hombre perfecto y Hans estaba lejos de estarlo, para los ojos de Anna, solo era un maldito lobo bajo la piel del cordero.

Sus ojos siguieron cada movimiento que el hizo desde como colocaba su mano en la cintura de su hermana y la forma en que Elsa se sonrojo y sonrió con timidez cuando el se inclino y beso su frente con ternura, la ira burbujeaba lentamente en su interior, la forma en que Elsa quedaría hipnotizada en los labios del barón y como abria de apartar la mirada rápidamente con pesar y vergüenza cuando miro por mucho tiempo a Hans.

"Se encuentra bien, Majestad?" La pelirroja aparto la mirada con rapidez de la feliz pareja mirando al noble junto a ella.

"Estoy bien" murmuro entre dientes, el noble asintió y miro a donde Anna miraba, una peculiar sonrisa se deslizó en su agrietados labios mirando con picardía.

"El joven Hans, pare tan feliz hoy" comenzó siendo ajeno a la forma en que Anna se retorcía al nombrar a Hans " y la princesa Elsa parece corresponder sus sentimientos" el noble tomo una profunda respiración soñadora, "Ah los jóvenes, un par de enamorados. La llama de la pación no será extinguida con facilidad, no lo cree Majestad?"

Enamorados? Nunca!

El noble se estremeció al recibir un escalofrió por todo su cuerpo.

"Enamorados dice?" Repitió Anna apretando con fuerza su copa " Le recuerdo que esto fue un matrimonio arreglado Sir Andre, el amor no existe en los matrimonios arreglados" Corrigió Anna

"Ah Majestad, como podría usted saber? Parece que ningún hombre a sido capas de robar su corazón"

"No hay un corazón para ser capturado, no cuando es tan frio como los hielos del norte" El noble se rio a carcajada atrayendo la atención de otros a su alrededor.

"Oh majestad, tales bromas que dice usted" El noble se alejo lentamente aun sonriendo por las bromas de su Reina.

La Pelirroja entrecerró sus ojos en la pareja tratando de ser tan discreta como pudo, no quería llamar la atención no deseada. Después de todo tales sentimientos que sentía por su joven hermana, eran vistos tan repugnaste que llevarían a la hoguera, sin importar titulo.

Su hermana seria apedreada en las calles hasta la muerte por el gran pecado que se cometía. Pero podría culparle? Como no podría enamorase de un ser tan perfecto como ella, su timidez eran algo que agitaba algo tan oscuro y repulsivo en el interior de Anna que le aterraba, saber que su tímida e inocente hermana podría ser capas de hacer tales sonidos exquisitos, era eufórico, un lado que solo ella conocía solo ella podía arrancar tales sonidos de su hermana hasta ahora...

Su corazón se sintió tan pesado, la impotencia de tener que compartir con un bastardo como Hans.