Iniciemos un disturbio…
Eso se le cruzó por la cabeza a un pastor alemán que estaba por comenzar una revuelta contra la dictadura/monarquía de Barkingburg, en pleno centro de la ciudad, se bajó de su moto y se unió a la revuelta poniéndose un paño para cubrir su identidad y lanzando un cóctel molotov hacia la barricada de la policía militarizada, luego prendió fuego una bandera con el escudo de Barkingburg, ondeándola en llamas para que los medios de comunicación que captaban la revuelta
Barkingburg tenía una historia complicada con sus gobiernos, la princesa antes de la gobernadora actual estaba entre la espada y la pared, la anterior a ella gobernaba de tal forma que no se podía salir a la calle sin que te saltaran encima para robarte, y la anterior vivió tan poco que no hizo nada
¿Y la actual?
Hazte una idea, Barkingburg, los Paw Patrol involucrados, unos años más tarde desde misión Paw…
Sip, es ella, Sweetie, la dulzura que ya estaba en el poder y no era tan dulce, técnicamente nadie estaba a gusto, pero pocos se animan a hacerle frente, esos eran los rebeldes, en este caso que estamos siguiendo se trata de la facción de los Lobos de cristal, grupo joven pero experimentado de guerrilleros que buscan resolver esto de una vez por todas por medio de las armas y sin mucho palabrerío que ellos consideran inútil
La revuelta llamó tanto la atención que enviaron un MBT a acabar el asunto y demostrar que la reina no se anda con chiquitas, los rebeldes con sensatez sabían que no había manera que pudieran con uno de esos así que se tuvieron que dispersar, el pastor salió corriendo, no sin antes soltar la bandera que seguía en llamas y lanzar otro "Molly" a la barricada
-¡QUE TE LO CURE TU REINA!- Gritó el pastor luego de su perfecto lanzamiento, que aterrizó sobre unos soldados que luego se escudaron y se retiraron un poco
El pastor no encontró su moto a primera vista, así que solo se aprovechó de callejones y la oscuridad de aquella maravillosa y calurosa noche para escabullirse y escapar de aquella persecución
Por otra parte un tipo con una máscara de gas, un bombín y una gabardina gris incómodamente larga recorría la calle buscando una dirección que le habían dado
Donde estaba asignado a ir, para hacer de sicario, estaba plagado por soldados de la tropa de élite a la que alguna vez perteneció, así que no le quedó mucha opción que correr al notarse avistado por una patrulla, uno no solo no puede con unos 7 u 8, no en circunstancias así, corrió...
-¡Comunícaselo a tu reina!- Exclamó levantándole el dedo del medio a uno de los oficiales que había recibido un disparo de su parte...
y se cruzó con una Cockapoo desamparada que pedía limosna para alimentar a sus dos cachorritos
-Oye chica, ¿Donde están las criaturitas? Conozco un lugar dónde estarás segura, ¿Quieres ir?- Preguntó el tipo agachándose a ver a la hambrienta Cockapoo al notarse esfumado de la persecución
La Cockapoo llamó a Cassandra y a Collin, que eran sus cachorritos que se presentaron amablemente pero por miedo no salían de su escondite
estaban en una caja, en las mismas condiciones que su madre, así que los metió a los tres en una mochila y se largó a toda marcha hacia un refugio más secreto que el origen del universo mismo, donde era uno de los pocos lugares que le quedaban por tomar como refugio
Un lobo y su hermanastro, un labrador de color marrón, corrían de una patrulla que los buscaba por ganarse el pan de cada día en aquel régimen donde pocos vivían bien, no se lo ganaron, lo robaron, ambos sabían que estaba mal, pero las cosas no eran como en Bahía Aventura, así que no habían muchas opciones, su lazo de hermandad no biológica los mantuvo unidos en las peores de las situaciones, no tenían donde ir, y justo estaban cerca del centro de la ciudad, donde se había dado la revuelta que ya estaba casi acabada, lo que perjudicaba a los hermanastros era que la presencia de las autoridades en la zona era monumental, no había nada sin cuidar y los agentes del orden le disparaban a todo lo que no llevara su uniforme y estuviera vivo, así que el lobo y el labrador se ocultaron...
-¿Crees que ya se fueron?- Preguntó el labrador
-¿No escuchas las sirenas, Zuma? Siguen allí- Dijo el lobo preocupado por aquel, que no era más que algo simulado
Un rebelde pastor alemán, con gracia y un poquito de intenciones de ayudar se acercó a ambos y les dio un susto de muerte
-¡Patas arriba!- Exclamó con una palanca de metal en su poder
-¡Caraj- El labrador iba a gritar pero el lobo reconoció inmediatamente al pastor y le tapó la boca a su hermanastro
El pastor compensó el susto con una invitación que cambiaría sus vidas y que no podrían rechazar, así que los tres se dirigieron a aquel refugio
A simple vista eso era una letrina, Sip, una letrina, en el medio del bosque pero al abrirla encontrabas una escalera, muuuuchos escalones, estos rebeldes se estaban por dar cuenta de... lo que habría que bajar
-Ya casi- Dijo el tipo a los tres animalitos que viajaban en su mochila - Hay un sándwich en la bolsa de papel, pero no toquen el coso gris ¿Quieren?- Dijo el tipo sacando una pistola de su abrigo al sentir cierta desconfianza del lugar
Con el arma en mano se propuso a bajar aquellas escaleras, pero el sonido de unos pasos lo alertaron a tal punto de cerrar de golpe la letrina para apuntarle a los tres cánidos que corrían hacia ese mismo lugar
El movimiento brusco de la mochila había hecho que la Cockapoo y sus cachorros se tuvieran que abrazar mientras que la Cockapoo susurraba que todo iba a estar bien y les cantaba una canción para calmar a sus cachorros
-¡Somos nosotros M!- Dijo el pastor pidiendo que el arma no fuera una amenaza
-¿Que te dije acerca de aparecer así?- Dijo el tipo de la máscara, en ese momento la puerta se abrió
-Oigan, entren rápido, van a levantar sospechas- Dijo una Husky que abrió la puerta y apuró a todos los presentes
Todos entraron, el musgo de las paredes grises le daban un aire extraño a las escaleras, además de que hacía frío, la Husky encendió una antorcha y se veía mucho mejor, eso espantó a algunos ratones que andaban por allí, quienes salieron corriendo hacia sus escondites, había un silencio entre aquellos individuos que bajaban las escaleras, pero esto cambió gracias a los comentarios absurdos y que en muchos casos no aportaban a la situación de parte de ''M''
-¿Cómo hace un conductor de autobús para cerrar las puertas del bus cuando él es el último en bajarse?- Preguntó el enmascarado para romper el silencio de aquella bajada de escalera
-Hace un...- Chase quería intentar explicar pero el enmascarado no le permitió hablar, lo agarró y le tapó la boca
-Shh, Chase, pastorcito querido, ¿Es que acaso no sabes cuándo puedes hacer un agujero negro que absorba al planeta?- Dijo el enmascarado
-Estás loco- Dijo el labrador mirando al tipo de la máscara
-Lo sé, lo sé- Dijo, de cierto modo orgulloso de ser como es
-¿Pueden cerrar la boca de una bendita vez?- Pidió la Husky mientras intentaba pensar -¿Marsh? ¿Estás allí?- Preguntó mientras tocaba la puerta de aquella base subterránea
-¡Ya va linda!- Dijo una voz desde el interior del lugar, luego se escuchó como si se hubieran caído unas cuantas sartenes
-Creo que perdimos a uno- Susurró el merodeador dirigiéndose al lobo
-¡Aquí estoy!- Dijo un dálmata abriendo la puerta con una sartén en su cabeza
Todos entraron y la Husky sacó unas llaves de un bolso y se las dio al único humano, que cerró el puño al recibirlas y levantó ambos brazos en señal de festejo
-¡Habitación para mí solo!- Festejo el tipo, como si de un niño se tratase
Los demás miraron en señal de queja, como es habitual con todo el mundo, quejas antes de recibir la explicación fue lo único que se vio, el dálmata saltó y le quitó las llaves al tipo y se las dio a labrador
-Tú pareces más responsable- Dijo el dálmata mirando al labrador
-Gracias... supongo- Dijo el labrador mientras se miraba con su hermano lobo
-Bien, los acompañaré a su habitación, síganme- Pidió la husky, todos la siguieron
Había poca luz, por falta de recursos, pero a la vez había poca gente, entre ellos destacaban un Chihuahua que jugaba golpear con una raqueta a una pelota pequeñita que iba y venía a velocidades impresionantes, luego había un tipo vestido con equipamiento blindado de primera, este se les acercó a los nuevos reclutas que estaban allí al ver como M se agachaba y abría su mochila
-¡Suéltala!- Ordenó el tipo vestido de soldado apuntándole con una escopeta que parecía casera a M
-No busco problemas- Dijo el tipo de la voz distorsionada abriendo la mochila e ignorando la orden
al abrir la mochila salieron Collin y Cassandra, los hermanitos miraban aterrados todo ese lugar, el salir de las calles, que era el único hogar que conocían, para entrar a aquel subterráneo lugar era aterrador
-Todo estará bien- Susurró su madre abrazando a los dos cachorritos, aquella voz despertó mucha curiosidad en el pastor, que reconoció aquel inolvidable olor perfumado que emitía alguien que él amó en su pasado
El pastor se acercó a la Cockapoo, admirando a las ternuritas que estaban con ella, pero tenía miedo de preguntar si ella era realmente ella, y no otro espejismo causado por sus esperanzas
-Son muy lindos- Dijo el pastor alemán, que olía a combustible por la preparación de cocteles no bebibles de la revuelta
La Cockapoo volteó inmediatamente, reconociendo esa voz que ella extrañaba escuchar y que tanto necesitaba oír, ambos quedaron sorprendidos al reconocerse luego de tanto tiempo, los cachorritos miraban a su madre, sin saber que pasaba pero con presentimientos de que algo bueno saldría de este reencuentro
-¿Chase?- Preguntó la Cockapoo, que a pesar de todo el hambre y su debilitada voz hacía lo que podía para acercarse a su amor que creía perdido
Chase no medió palabra y se apresuró a ayudar a moverse a la Cockapoo, al llegar ambos se abrazaron con mucha fuerza, ese abrazo que podía con toda pena o problema que ambos pasaran, abrazo que había demostrado unir relaciones que se creían perdidas, abrazo que ambos necesitaban desde hace mucho, pero no duró tanto gracias a un rugido de barriga del labrador, que miró a su hermano lobo, quién debería llevar la comida robada
-¿Lo tienes?- Preguntó el labrador
-Justo aquí- Dijo el lobo tocándose su barriga con su pata delantera derecha
-Otra vez... ¡Connor!- Se quejó el labrador dándole un golpe suave a su hermanastro
-Muy bien, ¿Quién me va a explicar que está pasando aquí?- Preguntó el lobo conmovido en el buen sentido por la situación
-No lo sé- Dijo el enmascarado al ver como la mayoría de los animales se acercaba a comprobar si lo que estaban viendo era real
-¡Eres tú!- Dijo el dálmata abrazando al labrador
-¡Skye! ¡Amiga!- Dijo la Husky abrazando a Skye, que hizo cómo pudo para no lastimar a su amiga
-¡Tracker! ¡Ven a ver esto!- Llamó Marshall
Y así, continuaron festejando su reencuentro, luego de un rato decidieron colocar lo poco que llevaban en la habitación que los nuevos compartirían
-Marshall y yo vamos a arreglar unas cosas, si quieren comer algo hay cosas en esa nevera de allí- Dijo Everest saliendo de la habitación con Marshall
M se lanzó de espalda a la cama, Chase volvió a abrazar a Skye, con una duda en su cabeza que le causaría mucho remordimiento, Connor, Zuma y Tracker jugaban a una antigua consola que había en la televisión y los cachorritos buscaban en la nevera
-¡Mami! Mami!- Llamaba Cassandra
-Dame un minuto- Pidió Skye mirando con una alegría y pasión inmensas a Chase
-¿Puedo hacerte una pregunta?- Preguntó Chase
-Todo lo que quieras- Dijo Skye
-¿Cómo los mantuviste?- Preguntó Chase -¿Dónde estabas? Te busqué en el callejón y ya no estabas- Dijo Chase triste
-Eso no importa... Pero quiero contarte algo- Dijo Skye preocupada
-Ellos... esos cachorros, son tus hijos, Chase, son nuestros hijos-
