¡Hola! No puedo creer que este aquí presentando un conjunto de historias de este fandom de nuevo, pero un contacto mío de mis redes sociales me ha cautivado con la idea de volver a revivir algo que ame, así que espero que mi esfuerzo les agrade.
Sin más, los avisos necesarios:
Slash (chico/chico) Perryshmirtz.
Au!Human Perry (Perry es humano).
One-shot.
Es una rutina el hecho de estar atrapado en aquel artefacto que le sujetaba los tobillos, como las muñecas, dándole una ligera sospecha sobre lo que Doofenshmirtz planeaba; si consideraba que la tortura medieval era impedimento para su escape, lo subestimaba, en demasía. Aunque, debía sumarle puntos por esfuerzo, no creía que fuera tan bueno en los artilugios antiguos de la edad media, igualmente, no comprendía del todo porque sus planes debían involucrar dicha época considerando los miles de huecos argumentales que se planteaba junto a su plan.
Tanto era así, que en menos de 3 minutos ya había encontrado la forma de escapar, no obstante, quería un momento para pensar en todas las cosas ocurridas en su vida a grandes detalles. Después de todo, tenía la suficiente educación de permitir que su archienemigo expresará la historia trágica que "fundamenta" tales actos creativos pero desastrosos. Eso y que, Doof tuvo la mínima muestra de caballerosidad de intentar ofrecerle una silla para que se pusiera cómodo ―hecho imposible por el diseño de la trampa―.
Primero, divagó sobre sus compañeros, Phineas y Ferb, en espera de que los chicos no se metieran en problemas, cosa que no le daba mucha preocupación, conociendo sus capacidades intelectuales sabrían como librarse de un incidente ajeno a sus planes casi perfectos; profundizando en ese sentimiento, deseo tener un día libre de la OSBA, para así poder pasar más tiempo con ellos, aunque la sola idea era fantasiosa, un oasis en su laguna mental; y tal como si invocarán un "pero", el Mayor Monograma se reveló en los pensamientos, obstaculizando ese hecho, dado que "el mal no descansaba" o una excusa similar que le hacía creer que era porque era muy complicado pagarle todas las vacaciones que han interrumpido y deben, lo cual, tendría bastante sentido para su desgracia. Luego, Stacy apareció, era un recuerdo satisfactorio, pues si algún día el peso de la doble vida caía masivamente sobre sus hombros, podría hablarlo con alguien sin que lo amenazasen de alejarlo de su familia o borrar la memoria casi total de las personas.
Uno a uno los momentos pasaban, principalmente, a los que les ha caracterizado algo especial de su cariño, por ende, cuando su enemigo apareció dentro de su cabeza, algo en su persona no parecía sorprenderse. Inició con la presentación, posteriormente con las batallas admirables en su laboratorio, en el cielo y otros lugares extraordinarios en los que su némesis lo llegaba a involucrar, sus inventos, el brillante cerebro que poseía para tales máquinas despampanantes ―inclusive siendo fracasos masivos―; no sabía si aquello fuese normal, pero en el fondo, existía cierta admiración a lo que era Doofenshmirtz. Lamentablemente, no todo recuerdo fue grato, pues a pesar de que él era su mejor amigo, existió una ocasión en la que sí, hubiera tenido oportunidad, lo golpearía hasta que reaccionara.
Cuando decidió remplazarlo por otro agente especial.
Una mueca de desagrado le nació, odiaba tal sujeto por haber pensado que podría borrar su historia, a tal punto que su mismo estómago se endurecía y subía los niveles de acidez a causa de la ira espontanea. Consciente de sus cambios, decidió que era tiempo de volver a conectarse al mundo real; abrió lentamente los ojos, permitiéndose los segundos necesarios para acostumbrarse a la luz después de la oscuridad. Y, como si de una recompensa grata se tratase, la primera cosa que se encontró en la realidad fue al mismo enemigo que lo llevo a despertar.
« ¿Perry el ornitorrinco?».*
Escuchó su voz expresando un tono curioso, preocupación con enojo, probablemente por el hecho de que se haya dado cuenta que lo ignoraba.
« ¿Nunca te han dicho que es grosero dejar hablar solo a tu enemigo? Eres cruel, agente P».
Tuvo que sonreírle, avergonzado de sus acciones, con la silenciosa promesa de que no volvería a ocurrir.
«Eso no es suficiente».
Reclamaba furioso aquel hombre que fácilmente lo confundía con un farmacéutico. Así que su única opción fue el tener que ir hasta donde estaba, en una secuencia de acción que impresionaba para así poder llegar a las termitas que lo liberarían. Apenas éstas hicieron su trabajo, su cuerpo reaccionó en cadena y se abalanzó contra el "genio malvado" que se encontraba a unos pocos centímetros suyos.
Poseyendo la victoria como lo era habitualmente, lo esposó contra una de las tuberías del lugar, no sin antes preguntarle si desearía algo de pizza; conociéndolo, sabía que era el 80% probable que se haya gastado el dinero que le había dado Charlene esa semana.
«Te odio Perry el ornitorrinco».
Sabía que eso salía esta vez por orgullo que por la costumbre que existía entre los dos, así que solo sonrió, sacando su celular de su bolsillo.
« ¿Con doble queso?».
*Apodo dado por Doofenshmirtz, dado que Perry sabe imitar el ruido de dicho animal, además de poseer espolones artificiales y ser su animal favorito.
