La guardia real

Caía el hollín y las ascuas diminutas en el cielo nocturno, iluminando el cielo con toques naranjas y pinceladas rojas en un fondo negro y estrellado. Alzándose imponente en el panorama de Canterlot, el humo hacía ver la figura de ponys corriendo cargando a sus cuestas a potrillos o semejantes, siendo perseguidos por figuras sombreadas que se asemejaban a los guardias reales. Por el otro lado, las mismas figuras combatiendo las unas contra las otras; todo esto siendo observado por siete miembros de la guardia real que avanzaban poco a poco entre el fuego y las ruinas.

Seguían su marcha lenta por las ruinas llameantes de la antigua ciudad capital, aquella que decidieron y juraron proteger. Caminaba sobre las calles, cuyas brechas entre piedra y piedra se iban llenando con sangre, pequeños acueductos rojos. Se detuvieron de repente, pues al frente tenían a otro guardia real, un unicornio, sosteniendo la bandera de las hermanas nobles.

El que iba de cabeza hizo una señal, que fue respondida por la acción de dos pegasos, uno de la guardia solar y el otro de la lunar. Fueron hacía él y forcejearon un poco mientras que el resto reanudaba el paso. Los pegasos lo habían dominado: lo golpearon y el casco púrpura con una mancha de sangre rodó por el suelo. La bandera de Equestria cayó en una casa ardiendo, quemándose en el proceso. Lo trajeron ante el otro grupo, su cara manchada de sangre y carbón impregnada en su blanca tez, y su melena azulada alborotada por los combates. Ambos se miraron a los ojos, tanto él como el Capitán Shinning Armor.

- Nunca nos libraremos de usted, capitán- dijo alguien del grupo- Metiendo las narices donde no debe. Pudo aceptar nuestra propuesta… Pero siempre tan leal

- ¡Ustedes juraron lealtad a las princesas y a la nación! –replicó el capitán, tratando de zafarse- ¡Son una cuerda de traidores y desvergonzados!

- ¡Usted, capitán, –replicó alguien más del grupo- no hace más que defender a unas mentirosas usurpadoras! Equestria volverá a ser dirigida por un representante de cada raza de nuevo.

Antes de que pudiera replicar, a Shinning Armor lo jalaron por la melena haciendo que alzara el mentón y extendiera su cuello. Uno del grupo de los guardias se acercó desenvainando su espada. Shinning lo trataba de mirar mientras musitaba cosas como: "Traidores". El guardia le puso la fría hoja en su cuello, lo apretaba y esa parte empezaba a enrojecerse. A solo un paso de la muerte.

- No importa – le dijo aquel guardia- A Celestia la encontraron muerta, Luna escupió sangre y desfalleció… Incluso tu es-po-sa estuvo en aquel accidente. Ya no tienes nada que defender, así que… Lo relevo de su puesto; capitán.

Aquel guardia empezaba a cortar el cuello de Shinning Armor.


Se que estoy en descanso, pero tenía esto desde hace tiempo y me gustaría compartirselo a todos ustedes. Se trata del prologo de mi nueva historia, como dice, La guardia real. De como la reciban cada uno de ustedes dependerá si debo continuarla o no. Por favor, dejen su opinión en forma de review, un placer :D