Los personajes usados en esta Historia pertenecen a Hiro Mashima, quien ha sabido crear un increíble mundo mágico llamado Fairy Tail.
CAPITULO I
—LA BÚSQUEDA DE UN AMOR—
— ¡Serás idiota, maldita paleta congelada!— gritó notablemente molesto un joven de rosas y rebeldes cabellos a un celular.
—Así que no lo has hecho— se escuchó del otro lado de la línea una burlesca voz masculina.
— ¡¿Y a ti que rayos te importa lo que haga o deje de hacer con ella?!— reclamó el joven mientras unas sonoras risas se escuchaban por el altavoz del aparato.
—Es bueno saber que te va bien idiota— respondió con tranquilidad cuando por fin se calmó.
—Pudiste haber omitido el idiota.
—Pero eres un idiota, un idiota afortunado y enamorado, idiota.
—Muy afortunado y profundamente enamorado. Aunque es difícil vivir solo. Estudiar por las mañanas y trabajar por las tardes, pero… vale la pena, ella lo vale— dijo mientras veía como el cielo se teñía de los colores del atardecer
—Idiota enamorado y cursi.
—Lo soy— aceptó orgulloso el pelirosa mientras una sonrisa que solo podía verse en los enamorados aparecía en su rostro junto con un ligero rubor en sus mejillas, en definitiva aquel era un hombre que sabía lo que significaba amar.
—Eso es bueno— aseguró el hombre al otro lado de la línea.
— ¿Como van las cosas por allá?
—Sabes que esa casa es un infierno— la voz del joven dejaba ver la molestia que le causaba hablar del tema sin embargo sabía que debía continuar —quien peor lo lleva es Wendy, el desgraciado se está ensañando con ella— Natsu cerraba los puños con impotencia ante los nuevos sucesos —la pequeña se ha convertido en su diversión.
— ¡Es un maldito! ¡Apenas es una niña!— la furia en la voz de Natsu dejaba al descubierto sus intenciones, algo de lo que su amigo se percató y se apresuró a evitar.
—No vayas a hacer ninguna tontería, con el tiempo el viejo se aburrirá.
— ¡¿Esperas que me quede sin hacer nada mientras Wendy...?!
— ¿Y qué vas a hacer?— cuestionó Gray, y tras solo tener silencio por parte de Natsu prosiguió —ya no perteneces a ese lugar, además Gajeel se está encargando de ella.
—Gracias— dijo sinceramente sabiendo que todo era verdad. El ya no podía hacer nada más que esperar que Gajeel pudiera con la situación.
—Se lo diré.
— ¿Y Happy?— inquirió un tanto inquieto, mientras recordaba al pequeño con nostalgia pero sobre todo culpa por haberlo abandonado, pero se repetía que era lo mejor, él no podría cuidar de Happy, vivía solo y apenas tenía para comer, en definitiva no podría cuidar del pequeño.
— ¿Cómo crees que está? Te extraña y no para de llorar.
—Yo…
—Será mejor que no vuelvas a llamar— interrumpió Gray con rudeza.
—Lo sé, debe estarme buscando— Natsu comprendió a lo que se refería su amigo.
—Tu padre a estado cubriendo tu rastro pero…
—Sí, estoy complicando las cosas las cosas al llamar, entiendo. Solo te pido que cuides de Wendy y Happy.
—Eres un idiota pero un idiota afortunado, se feliz— por primera vez la voz de Gray se quebró sabía que si todo iba bien esa sería la última vez que hablaría con el que siempre sería su mejor amigo y Natsu buscaba ser feliz, él lo apoyaría así que escondiendo sus sentimientos continuó — me saludas a tu chica… y por primera vez se hombre y llévala a un…
— ¡Eres un maldito pervertido!— gruñó molesto ante la sugerencia de según Natsu su pervertido amigo mientras azotaba su teléfono contra la cama.
Aquello había sido una absurda y poco sentimental despedida justo como su amistad, siempre había sido así, entonces ¿Por qué cambiar ahora? se preguntó sintiéndose ridículo por esperar algo más, por sentirse nostálgico en ese momento algo incomprensible si tomaba en cuenta que hacía ya un año que su vida había cambiado cuando se alejó de quienes siempre consideraría su familia. Se recostó en la incómoda tabla cubierta con mantas a la que llamaba cama para después dirigir su mirada a la batería que había salido disparada fuera del celular cortando así la comunicación entre los casi hermanos, sin embargo su personalidad le impidió hundirse en la depresión, desvió la mirada encontrándose con una pequeña caja negra, sonrió tontamente ante sus románticos pensamientos ocasionados por el contenido de la diminuto y aterciopelado estuche.
—Una vida nueva no suena mal… una vida junto a mi hermosa Lucy— susurró en aquella pequeña, poco amueblada y para nada cómoda habitación donde pese a todo era feliz.
Sonriente y pensando en el futuro se levantó de para verse una última vez al espejo antes de salir encontrándose con la imagen de un joven de dieciocho años de despeinados y rosados cabellos, un rostro que solo podría describirse como atractivo, algo que no le importara más del hecho que estuviera lavado, por lo que bajó su mirada revisando el resto de su bien entrenada anatomía, donde los músculos bien formados a base del trabajo diario eran cubiertos por su elegante ropa rentada, un traje sastre, corbata, camisa, zapatos todo en azul, color que no le agradaba por considerarlo frio pero con el escaso dinero en sus bolcillos era todo lo que se había podido permitir después de comprar aquello. Sin mucho que hacer con su imagen que para él era sencillamente aceptable decidió salir rumbo a la casa de su amada.
Una masculina figura deambulaba inquieta la residencia de los Heartfilia que se mantenía en perturbadora quietud para el dueño de la sombra que veía con desesperación como los minutos transcurrían sin recibir señal alguna de la chica que siempre rondaba sus pensamientos. Habían pasado solo cinco minutos desde que la hora fijada por los amantes para su encuentro pero él no podía dejar de sentirse inquieto, aquello era una mala señal pensó Natsu, Lucy jamás se había retrasado en alguna de sus citas ¿Por qué ahora? ¿Por qué en ese preciso momento la rubia adquiría ese mal hábito de muchas mujeres? ¿A caso algo había pasado? ¿Había sido descubierta?; maldijo su suerte sabia que algo había pasado, la asombrosa conexión que se había creado en el momento que se conocieron se lo decía, su Lucy se alejaba de él, en definitiva algo había pasado y él lo averiguaría. Alzó la vista encontrándose con el exageradamente elevado muro que delimitaba los límites de la mansión agradecía su habilidad para los deportes por que ahora la necesitaría; su futuro dependía de eso.
—Tú puedes Natsu, por Lucy… no seas cobarde— se dijo mientras retrocedía varios pasos fijando su mirada en aquel muro y haciendo unos increíbles y poco realistas calículos decidió arriesgarse y tomando impuso corrió hacia la pared deseando de todo corazón librar aquel obstáculo —Maldición— gruñó frustrado al escuchar la alarma de seguridad que se había activado en el momento que había puesto un pie en el verde césped que rodeaba la mansión, había conseguido entrar pero ahora era poco el tiempo que tenia para conseguir su objetivo. Nuevamente emprendió carrera hacia el edificio frente a él tratando con desesperación de encontrar alguna entrada pero la desesperación comenzó a invadirlo al no ver ninguna entrada aquello era malo pero rendirse era algo que no haría.
— ¡Un intruso ha saltado el muro!
— ¡¿Dónde está?!— se escuchó el grito de otro hombre.
— ¡Rápido encuentren al intruso! ¡Si el Señor se entera estamos muertos!— exclamó un tercer individuo mientras le indicaba a los otros tres que lo siguieran.
—Rayos— se dijo el pelirosa intruso mientras se escondía entre unos arbustos e intentaba pensar que hacer, aquello era malo, no le importaba si lo atrapan solo esperaba que lo hicieran después de poder verla.
— ¡¿Qué está pasando?!— gritó una mujer escandalizada abriendo una de las ventanas de casona, oportunidad que Natsu no desperdiciaría por lo que sin importarle mucho si descubrieran su escondite en ese momento, se lanzó por la ventana chocando con la sirvienta de avanzada edad, provocando que ambos precipitaran hacia el suelo.
—Lo siento— se disculpó Natsu mientras soltaba a la mujer a la que había tenido que proteger de la caída, evitando así que esta se diera un golpeara contra el piso — ¿Sabe cuál es la habitación de Lucy?— preguntó de forma apresurada.
— ¡Tu eres el de la fotografía!— soltó de repente la anciana al ver el rostro del chico, desconcertándolo ¿Fotografía? ¿Cuál fotografía? Se preguntaba, algo que la mujer notó y corrigió, aquel era un secreto que no le pertenecía, sin embargo ahora que sabía quién era el intruso no pudo evitar sonreír pícaramente antes de responder —sube las escaleras hasta el segundo piso, ve por el pasillo de la derecha es la habitación que se encuentra al fondo.
—Gracias— dijo desde el fondo de su corazón mientras abrazaba a la amble señora para después de darle un beso en la mejilla comenzar a correr nuevamente ahora si con una dirección clara dejando tras de sí a una avergonzada mujer que pensaba si era malo fantasear con el novio de otra y más si dicho novio era cincuenta y seis años menor que ella.
Por su parte Natsu ya en el segundo piso corría desesperado hacia el fondo del pasillo, algo pasaba pero no tenía tiempo de detenerse podía escuchar los gritos de los hombres de seguridad tras de sí, así que corrió aun más.
— ¡Lucy! ¡Lucy responde soy Natsu! ¡Contesta Lucy!— comenzó a gritar con desesperación al entrar a la recamara donde la femenina decoración le indicaban que no se había equivocado — ¡Lucy! ¡Maldición respóndeme! ¡Por favor Lucy! ¡Dime que estas bien! ¡Lucy háblame!— gritaba con una voz cada vez más lastimosa, el silencio lo atormentaba y el frio en la habitación hacia que su corazón se encogiera —Lucy… ¿Por qué?— preguntó derrumbándose junto a la cama al comprobar que aquella habitación había sido abandonada por su dueña, al igual que él.
— ¡Maldito! ¡Te atrapamos!— gritó triunfante uno de los hombres de seguridad mientras tomaba del brazo a quien parecía ya no importarle lo que le ocurriera —Señorita Lucy no hay peligro puede salir— no hubo respuesta — ¿Señorita?— el silencio alarmo al guardia que inmediatamente alertó a sus compañeros que buscaron desesperados algún rastro de la joven olvidándose por completo de Natsu quien yacía en el suelo.
— ¿Por qué Lucy? ¿Por qué no me esperaste? ¿Por qué no confiaste en mí? No me abandones Lucy… Te amo— fue lo último que sus labios pronunciaron aquella noche mientras unas silenciosas las lagrimas salían de sus ojos mientras la luz de la luna iluminaba aquella solitaria habitación.
—Natsu… Natsu… — una suave e infantil voz resoba en la habitación —Natsu… despierta… Natsu… ¿Me escuchas?…
—Un sueño— murmuró el mencionado al abrir los ojos —Un recuerdo de una triste noche.
— ¿Tuviste esa pesadilla?— cuestiono un pequeño de unos doce años.
—No es nada— evadió la pregunta — ¿Qué hora es?
—Son las seis y treinta de la mañana— le respondió entendiendo que no quería hablar del asunto —Natsu… ya verás que pronto encontraras a mamá.
—Eso espero, nos estamos arriesgando mucho al volver a Magnolia. Mi última esperanza es esta editorial… si no está ahí perderé toda esperanza de encontrarla.
—No te rindas Natsu, te ayudaré— aseguró el pequeño mientras se abrazaba a su joven padre.
—Tú dedícate a estudiar, ya vi tus calificaciones— bromeó tratando de distraer al pequeño.
—Como si las tuyas hubieran sido tan buenas— contrarrestó con malicia en su voz el infante mientras terminaba el abrazo.
—Tenle más respeto a tu padre— exigió mientras trataba de contener un bostezo.
—Solo eres Natsu— canturreo alegremente sintiéndose vencedor de aquella batalla y más por lo que pensaba hacer, así que acercándose nuevamente mientras el otro lo veía con desconfianza — ¡Se te hace tarde! ¡Levántate flojo!— exclamó al oído del ahora muy despierto joven para salir corriendo prediciendo lo que ocurría a continuación.
— ¡Eres un…!— comenzó a gritar mientras lanzaba una almohada que jamás llegó a su objetivo que hábilmente ya se había escapado dejando el reclamo en el aire.
—Ya lo desperté— se alcanzó a escuchar tras la puerta, provocando que Natsu suspirara, efectivamente ya estaba despierto. Sintiéndose fuera de lugar admiró cada rincón de su nueva y amplia habitación. Los muebles se encontraban cubiertos junto con varias cajas aun cerradas.
Ignorando el desorden levantó dirigiendo sus pasos hacia el balcón admirando la increíble vista de la ciudad que un catorceavo piso le proporcionaba, sin embargo para él aquello era solo un nuevo día en su búsqueda, dejó que sus pensamientos se llenaran de ella, de la que tanto amaba y a la que había pasado cuatro años buscando.
— ¿Aun no te vistes?— irrumpió en la habitación una pequeña figura femenina de azules cabellos que vestía un sencillo pero coqueto vestido amarillo —Ni siquiera te has cambiado—reprendió la joven mientras se dirigía al armario y sacaba un traje azul, a lo que Natsu frunció el ceño, seguía sin gustarle el azul.
—No me gusta ese color, no soy un niño puedo escoger mi ropa.
—Pues para mi pareces un niño, y este traje te luce muy bien… además leí que el azul es un buen color, inspira tranquilidad y confianza, sin mencionar con que me gusta mucho. Por lo que hoy vestirás de azul— finalizó su discurso al mismo tiempo que colocaba cuidadosamente el traje sobre la cama —es un color que da suerte.
—Gracias Levy— expresó dándose por vencido mientras veía como la pequeña salía de la habitación no sin antes dedicarle una tierna sonrisa y recordarle que el desayuno estaría pronto.
Sin mucho que hacer y con la advertencia de que podría quedarse solo con las sobras que le dejaran se encamino hacia la ducha. Cuando por fin terminó de arreglarse se vio en el espejo e imágenes de años atrás vinieron a su mente de nuevo, molestó pero con el presentimiento que algo pasaría salió de su habitación, después de todo era primero de Julio el día de los encuentros y despedidas.
— ¡No es posible! ¡Se han terminado todo!— gruñó Natsu mientras veía con horror lo que tanto temía, los platos vacios a Levy disfrutando de un delicioso café y la burlona mirada del pequeño bribón que antes lo había despertado y que se preparaba para disfrutar del último Hot-cake — ¡Tu! ¡Mi desayuno! ¡Te comiste mi desayuno!
—Soy un niño en crecimiento— Se defendió sin sentir remordimiento —y me tienes que compensar por otra vez cambiar de escuela— se arrepintió de esto último al ver como el rostro de Natsu aparentemente se entristecía —No es lo que quería…
—Está bien yo tengo la culpa— se acercó lentamente— después de todo soy un mal… ¡Mío!
— ¡Me engañaste! ¡Eso fue sucio!— lloriqueo el pequeño viendo como su sonriente padre se llevaba el ultimo Hot-cake que le había sido arrebatado hacia unos segundos, ¡Había sido engañado! Pero se vengaría pensó mientras veía salir a Natsu rumbo a su trabajo.
— ¿Y cómo te vas a desquitar?— cuestionó Levy divertida adivinando los pensamientos del niño.
—No lo sé pero ya encontraré la forma— sonrió con malicia, para después dirigir su atención a la joven que mostraba una sonrisa —Por cierto Levy ¿Por qué no vas a trabajar? Tú también fuiste contratada en la misma editorial.
—Tengo que buscar una escuela para ti, entre otras cosas— dijo sin ninguna emoción, algo que al pequeño niño comprendió estaban en Magnolia, una ciudad de peligro para los tres.
Natsu sonreía ante su pequeña victoria mientras llegaba al estacionamiento donde se encontraba su preciado auto azul, siempre había tenido problemas con los autos, en realidad todos los miembros de su familia lo tenían hasta que una pequeña compañía apareció de la nada convirtiéndose en su salvación "Exceed Motors" conocía al dueño un pequeño hombre con una extraña apariencia felina algo que parecía muy común en aquel lugar ya que era una empresa familiar. Aun con la sonrisa en su rostro entró al auto sintiendo la adrenalina acumularse apretó el volante y arrancó extrañamente emocionado por llegar a su nuevo lugar de trabajo; conducir velozmente a esas horas no significaba ningún problema por el poco tráfico así pronto su nuevo lugar de trabajo apareció ante sus ojos. Un pintoresco y extraño edificio que simulaba un castillo donde en la cima un extraño símbolo dorado se erguía imponente.
—Bienvenido a Editorial Markov, ¿En qué podemos servirle?— Dieron la bienvenida dos alegres señoritas no mayores de veinticinco años y por su parecido Natsu adivinaba que eran hermanas.
—Buenos días, busco a Sr. Markov o al Sr. Taurus— Una de la jóvenes frunció el ceño, había confundido a Natsu con un escritor novato en busca de una oportunidad, mientras la segunda que parecía la menor sonreía mientras un sonrojo aparecía tras unos lentes —soy Natsu Dra…
— ¿El señor Natsu?— comenzó a hablar emocionada la chica de lilas cabellos que antes se mostraba molesta — ¡Lo están esperando! Por favor pasé es el último piso —señalo el ascensor de forma demasiado coqueta según Natsu.
—Gracias— dijo para después dirigirse incomodo hacia el ascensor podía sentir la lasciva mirada de la chica de lentes sobre él y no estaba viendo precisamente su espalda si no más abajo, aquello era lo que había querido evitar al llegar temprano al menos hasta que pudiera decir que era un ejecutivo y todas las féminas fueran más discretas o al menos eso esperaba.
— ¡Natsu!— dijo anciano de pequeña estatura desde el ascensor —he visto cuando llegaste y tenía que bajar para recibirte ¡Anda ven muchacho que tenemos mucho de hablar! ¡Y ustedes sean más discretas!— se burlo de las dos recepcionistas que no habían dejado de ver al que pronto sería su nuevo jefe. —Apenas llegas y ya las alborotaste… esto será interesante. Si lo he decido tu formaras parte de nuestro selecto grupo— habló el anciano mientras una pervertida sonrisa se forma en su rostro y se frotaba las manos, dejando a Natsu desconcertado.
—Me has salvado, gracias viejo.
—No hay problema Natsu, me alegra que por fin aceptaras mi oferta.
—Si bueno… ya sabes esta ciudad… me arriesgo mucho al regresar.
—Entiendo— la vista del anciano se situó en las puertas del ascensor sin realmente mirar, mientras meditaba lo que pasaría de ahora en adelante —Pero puedes estar tranquilo que estarás bajo mi protección— Natsu agradeció internamente aquel noble y desinteresado gesto, las siguientes horas del día Markov se dedicó a mostrarle la que sería su oficina y ponerlo al tanto del estado de la editorial.
—Viejo, estoy buscando a alguien— dijo seriamente Natsu después de un par de horas.
— ¿Una chica acaso?— preguntó con malicia desviando la mirada de los documentos en sus manos.
— Si, ¿Cómo lo has sabido? Bueno eso no importa… ella es especial— continuó sin imaginar el rumbo de la conversación.
—Bien muchacho, sabía que no me decepcionarías, estoy emocionado—dijo con perversidad —No podíamos quedarnos sin un miembro en nuestro selecto grupo… aunque hay que someterlo a votación, pero sin duda accederán al ver un espécimen como tú.
—No sé de que hablas, solo necesito encontrar a Lucy, es rubia de hermosos ojos y un increíble cuerpo que te quita el aliento, es la más linda, inteligente, amable, comprensiva, orgullosa, algo vanidosa, se enfada fácilmente y realmente da mucho miedo cuando eso pasa… pero cuando veo su sonrisa el mundo se detiene y cuando la abrazo siento que jamás podré ser más feliz… hasta que siento sus suaves labios sobre los míos.— la mirada de Natsu estaba perdida en sus felices recuerdos, Markarov se sintió incomodo así carraspeó trayendo a la realidad al chico —Su nombre es Lucy Heartfilia ¿La conoces? ¿Ella trabaja aquí? ¿Una Escritora?
—Aquí solo trabaja una Lucy y será tu secretaria, aunque no creo que sea la que buscas, es casada… ¡Con un maldito afortunado! ¡Qué envidia Lucy es una belleza! ¡Como me gustaría que me hiciera caso!— el corazón de Natsu se acelero ¿Era acaso su Lucy? ¿Se había casado? ¿Se había olvidado de él?, No, tenía que calmarse, No porque fuera el mismo nombre…
— ¿Cual es su nombre completo?— Cuestionó impaciente — ¿Cuál es el apellido de Lucy?
—Lucy Dragneel, tomó el nombre de su esposo.
— ¿Y de soltera?— Se sentía nervioso nunca se había sentido con tanta esperanza, escuchar ese nombre lo hacía sentirse extrañamente feliz.
— ¿Por qué estas tan interesado en su nombre? ¿Acaso la conoces? ¿Una antigua novia?— bromeó Markov pero al notar la amenazadora mirada del joven pelirosa decidió responder —No lo sé, cuando ingresó ya estaba casada, extraño porque apenas había cumplido los dieciocho años… Si quieres saber más deberías hablar con Cana Alberona, es su mejor amiga.
—Lo haré sin embargo creo que sabré si es ella en cuanto la vea.
—Pero ten encuentra que es una mujer casada es peligroso aunque con ese cuerpo…— las pervertidas fantasías de aquel hombre quedaron al descubierto— Espero que lo consigas hijo mío.
—Gracias Viejo pero no deberías de decirme hijo seguro que Laxus se enfada— dijo el joven dando una pequeña palmada al hombre repentinamente parecía deprimido. — ¿Qué pasa?
—El ya no quiere a este viejo loco— La voz de Markov dejo ver la tristeza de su corazón, Natsu no sabía qué hacer había conocido a aquel hombre fuerte cuando tenía dos años y Laxus había quedado bajo el cuidado de su familia y ahora verle en ese estado lo desconcertaba algo que el hombre notó —Vamos chico no pongas esa cara, ahora he formado una familia en esta empresa y tengo a mis queridos hijos y ahora tu eres uno de ellos, un hijo sexy al que le puedo sacar provecho.
— ¿Provecho?— dijo sin comprender a su nuevo jefe.
—Solo reviso el material disponible, así que olvídalo. Por ahora te daré un recorrido por la editorial en compañía de otros miembros del grupo.
Las siguientes horas para Natsu fueron extrañas, rodeado de aquellos peculiares personajes que sin que se diera cuenta lo habían rodeado y que hablaban de temas que pese a que ya tenía veintidós años y podría considerársele un adulto le provocaban un gran sonrojo, varías veces pensó en alejarse cuando los murmullos de los empleados y sobre todo empleadas se hacían demasiado fuerte para ignorarlos pero cuando regresaron a su oficina y Taurus un hombre alto de complexión robusta y un peculiar cabello Blanco y negro le mostró los expedientes de las mujeres de la empresa desde reconocidas escritoras hasta las recepcionistas, no pudo sino quedarse y revisar aquellos documentos, esa era una oportunidad de encontrar a Lucy y no la desaprovecharía, observo los documentos con detenimiento y comprendió rápido el sistema las solteras en carpetas verdes, mientras que las casadas en amarillo, no pudo evitar hacer una mueca de disgusto en verdad ni siquiera casadas se detenían esos pervertidos, pensó. Revisó con esmero las carpetas verdes sonrojándose aun más al ver la información con detenimiento; nombre, tipo de sangre, estatura, estado civil, descripción física, medidas de cada parte del cuerpo, preferencias de ropa interior… Natsu prefirió dejar de leer.
— ¿Qué rayos? Son unos pervertidos— murmuró ruborizado cerrando el último expediente de las solteras y viendo como ahora forzaban a un chico que antes se había presentado como Jellal para que viera videos en la computadora que solo podían ser catalogados para mayores de dieciocho años, sintió lastima del joven de cabello azul y de sí mismo, en definitiva ellos no encajaban con tan extraño y depravado grupo, suspiró y volteo a ver las carpetas amarillas, ¿Y si su Lucy estaba ahí? ¿Y si era ella la que se había casado con ese tal Dragneel? Bueno si ese era el caso, él bien podría deshacerse de ese y ocupar su lugar pensó tratando de darse ánimos.
— Será mejor que pidamos algo de comer— habló repentinamente Taurus interrumpiendo los pensamientos de Natsu y dándole un respiro a Jerall —Seguramente Lucy habrá llegado de comer — Natsu sintió como su corazón se aceleraba con la sola mención de su nombre.
—Espera, yo voy— dijo Natsu demasiado impaciente mientras se encaminaba hacia la puerta y cuando por fin la abrió, se encontró con la imagen de una hermosa joven que cargaba una pequeña niña. La joven pareció sorprendida al verlo tanto como él a ella. Aquella joven de perfecta figura, hipnotízantes ojos, labios que invitaban a ser besados, una suave piel que deseaba acariciar y un sedoso cabello ¿castaño? —Lucy…
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Si están leyendo hasta esto muchas gracias, espero que este primer capítulo fuera de agrado y les resultara interesante.
No acostumbro a decir nada el primer capítulo esperando a que quienes leen la historia imaginen lo que pasará, pero es necesario que haga algunas aclaraciones, ya que me encontrado con personas a quienes les gusta el NaLu pero no les gusta el Gruvia (por ejemplo) así que es necesario que haga algunas aclaraciones.
ADVERTENCIA: en esta historia además del NaLu habrá otras parejas y aunque en un principio no aparecerán tengan por seguro que el Gruvia, GaLe posiblemente LaMi entre muchas otras, procuraré darles importancia en la historia. Además esta historia tendrá Romance, Drama y Humor, y es que disfruto escribir estos géneros y sobretodo combinarlos, aunque sepan que cuando sea drama será fuerte (especialmente cierta parte de la historia).
Bueno espero que fuera de su agrado y disculpen los posibles errores de escritura.
