Una muchacha con una extraña cabellera rosada y cuerpo espectacular se encontraba nadando en un lago cuando escuchó unos ruidos que provenían de unos arbustos cercanos-¿Quien anda ahí?- pregunto un poco asustada.

-Somos nosotros Sakura-sama-dijeron dos niños que salían de los arbustos con la cabeza gacha y un poco sonrojados- sentimos haberla asustado.

-¿Azumi, Haku que hacen aquí?-preguntó la pelirosa mientras salían del agua y se rodeaba con una toalla-¿desde cuando me vienen siguiendo señoritos?-dijo esto mientras se acercaba a ellos y les revolvía un poco el cabello con cariño.

Desde que comenzó a nadar en el lago-respondieron al unísono los niños sonriendo a la chica.

-Sakura-sama lo que pasa es que Haku esta enamorado de usted-saltó un niño que al parecer era el mayor y su compañero de al lado le daba un pequeño golpe a la vez que se sonrojaba a más no poder.

-S-sakura-san la iré a b-buscar a tokio al cumplir mis 18 años- decía un poco nervioso el pequeño.

La pelirrosa soltó una pequeña carcajada- cariño cuando tu tengas 18 años quizás ya no te guste-

-¿Piensa casarse con Sasori en tokio?- preguntaron un poco tristes los pequeños

-No lo se-

Los niños le sonrieron y se fueron corriendo. La chica se quedó mirando el camino por donde se acababan de ir y sonrió.

Un pelinegro trajeado se encontraba apoyado en una pared del ascensor mientras esperaba llegar a su piso. Al llegar escuchó mucho ruido y movimiento dentro, suspiró con cansancio mientras abría la puerta. Cuando entró había mucha gente bien vestida y con copas en la mano, todos se giraron a mirarle, algunas mujeres le sonreían picaronamente, otras se dedicaban a comérselo con la mirada y a guiñarle un ojo, los hombres levantaban sus copas como forma de saludo mientras el pelinegro solo se centraba en un lugar en específico.

Llegó a su habitación y se sacó su saco dejándolo en una silla mientras él se recostaba en su cama y cerraba sus ojos, estaba tan relajado hasta alguien abrió la puerta de repente-vete- dijo cortante sin abrir los ojos.

La persona que había interrumpido el descanso del pelinegro era un joven un poco más mayor y con un gran parecido pero tenía el pelo mucho más largo y sostenido por una coleta baja, también tenía unas extrañas marcas debajo de sus ojos parecido a una ojeras pequeñas-Sasuke no seas amargado y sal a saludar a tus invitados-dijo sentándose en la cama

-No son mis invitados, sino los tuyos-decía sin abrir los ojos aún-ahora déjame descansar.

-Eres un amargado hermanito- dijo saliendo de la habitación y cerrando la puerta.

-Hmp-

El pelinegro se dio una ducha y se acostó para intentar dormir aunque lo veía difícil después de todo el escandalo que estaban haciendo los invitados de su hermano.

-Cuidate mucho Sakura- decía una mujer anciana mientras abrazaba a una pelirrosa y unas lagrimas caían por sus mejillas.

-Tranquila abuela, no llores más- la pelirrosa limpió las mejillas de su abuela y tras darle un beso en ellas se fue por la puerta de embarque

Dos chicos se encontraban en un bar tomando unas copas mientras solo uno de los dos hablaba bastante alegre y el otro lo miraba aburrido

-Vamos sasuke cambia esa cara-el rubio le sonreía alegre a la vez que le pasaba otra copa de wiski

-No sé porque te hago caso de venir a este sitio- recibiendo la copa y bebiendo

-Porque soy tu mejor amigo – rio al ver que unas chicas se acercaban a ellos moviendo sus caderas seductoramente y mirándolos picaronamente- me encanta este lugar- una de las chicas lo había rodeado con sus brazos mientras él ponía sus manos en las caderas de ella y miraba a su amigo que hacia lo mismo con la otra chica.

-¿Podemos irnos a otro lugar mas privado sasuke?- le preguntaba la mujer al pelinegro muy cerca de su oído.

-Hoy no estoy de humor Naomi- la apartó de él y se levantó dejándola sola. Se dirigió a los baños y bufó al ver que había otra persona delante de él esperado para entrar pero le llamó la atención una muchacha con una extraña cabellera rosada que estaba hablando por teléfono y se puso a esperar su turno del baño mientras escuchaba la conversación de la chica.

-Sasori entiende que no estoy lista para el compromiso todavía. Te quiero pero me temo que no de ese modo, así que pienso que deberíamos empezar a salir con otras personas, porque creo en las señales y últimamente se han presentado muchas diciendo que tú no eres para mí. Lo siento pero debo colgar. Tengo que entrar al baño, adiós- finalizó la chica colgando el teléfono y yendo a ponerse al final de la cola pero ve que hay mucha gente y se vuelve al primero diciendo- disculpa yo estaba aquí-

-Creo que si así fuera te hubiera visto- respondió el joven sarcásticamente.

-No, yo estaba en la fila solo que necesitaba hablar por teléfono y el cable no llegaba- explicó con una pequeña sonrisa

-En serio quisiera creerte pero veo que te esta creciendo la nariz- le respondió el joven tocándole la nariz divertido

-Vamos, hazlo por caridad- el pelinegro se giró a ver la fila y volvió a mirarla a ella que le sonreía a la vez que le brillaban sus preciosos ojos verdes- por favor- suplicó ella-

-Sabes que me puedo meter en mucho problemas por esto, ¿verdad?- la miró con sus profundos ojos negro haciendo que a la pelirrosa le recorriera un escalofrío.

-Vamos no tardare nada, saldré muy rápido-

-Bueno eso habrá que probarlo-dijo el joven a la vez que la ponía delante de él en la fila, todos los demás que estaban detrás de ellos esperando se disgustaron y comenzaron a decir groserías.

-Oye no solo porque tengas tetas pasas primero que todos-decía un joven molesto a la pelirrosa

-¿Que te pasa imbécil? Como te atreves a faltarme el respeto así y sobre todo frente a nuestro obousan (sacerdote) -respondió la chica molesta y al ver que todos se quedaban callados volvió a su puesto.

El joven la miró con una ceja levantada por el comentario que acaba de hacer la chica.

Sonriendo-soy Sakura-después de eso hubo un pequeño silencio incomodo

-¿Enserio crees en todas esas cosas de las señales?- preguntó el joven rompiendo el silencio

-¿Enserio te metes en la conversaciones privadas? – lo miró divertida viendo su reacción

-¿Te gustaría volver al final de la fila?- respondió con una sonrisa arrogante

-¿Para que quieres saberlo?-

Sonaba algo extraño para un viernes por la noche, pura curiosidad-se apoyó en la pared con cansancio.

-Pues yo pienso que nuestro destino ya está decidido por alguien, solo tenemos que leer las señales-le dijo la chica con una sonrisa-¿tu no lo crees?

-En realidad no, pienso que si a alguien lo atropella un autobús es porque no se fijó al cruzar, no exactamente por un plan determinado-rio ante el comentario que acababa de hacer ya que no era propio de él.

-¿Enserio no crees que el destino te puso aquí en la fila justo cuando colgué el teléfono?-la pelirrosa comenzó acercarse un poco más hacia él.

-El destino no, creo más bien que ha sido un asusto del organismo-le respondió mirándola

-Es una lastima, porque yo creo que todo pasa por una razón, por una lógica que te ha traído hasta aquí en el mismo momento en el que yo aparecía-mientras hablaba se acercaba más a él y comenzaba a tocarle el cuello de la camisa

-¿Tu crees?-el joven ante el contacto se puso nervioso, pero no lo demostró y comenzó acercarse él también

-Absolutamente-susurró cerca de los labios del chico

-¿Y porque crees que el destino tendría que juntarnos?-preguntó poniendo sus manos en las caderas de las chicas y apunto de besarla.

-Para que yo no tuviera que ir al final de la fila-se separó de él y fui directa al baño-Gracias-le dijo cerrando la puerta