"Dos Mundos"

Este es mi primer fic de Natsuki y Shizuru!

Pensaba hacerlo Oneshot, pero resulto demaciado largo y queria publicar aunque sea una parte hoy. Asi que lo dividi en tres capitulos aproximadamente, y el dos esta por se publicado pronto!

Espero que les guste, porque tengo en mente varios fics mas, solo es cuestión de que me siente a escribirlos.

Volviendo al fic, espero que les guste…junta mi gran pasión (los lobos) con algo que adoro: el anime. Y esta pareja que me ha obsesionado recientemente…Aunque tal vez no tan recientemente.

No hablo más, y los dejo leer.

PD: como dicen en otros fics que leí: "Por cada error que encuentren, tres han sido borrados" o tal vez deba decirlo al revés ¬¬

Az ^^


De seguro han oído hablar del amor, vamos, ¿quién no ha lo ha hecho? Ese misterioso sentimiento que llega sin avisar y sin importar cuanto alguien intente jamás se va. Si, el amor… capaz de cambiar a cualquier persona, más fuerte que cualquier cosa o fuerza de este mundo. "El amor mueve montañas" me pregunto si alguien habrá intentado alguna vez eso… Pero en fin, el amor. Aquel sentimiento que siempre triunfa, puede vencer cualquier barrera, el tiempo, la distancia, las razas, hasta la muerte.

¡Pero vamos! Todo eso parece salido de un cuento de hadas, de un sueño, la vida real no es así. Como seres tan distintos podrían entenderse, ¡sin siquiera hablar el mismo lenguaje! Eso no tiene sentido, en que cabeza cabria eso. Pero si lo piensas, uno sería capaz de todo por la persona que ama, por estar a su lado. No hay imposibles para el amor, ¿No? Después de todo, "el amor tiene razones que la razón misma desconoce".

Para que intento negar todo esto, yo soy la mismísima prueba del poder del amor. ¡Rayos! Eso sonó extremadamente cursi. Definitivamente el amor cambia a la gente. Déjenme contarles mi historia, desde que todo comenzó y podrán ver por ustedes mismo lo que el amor puede lograr. Debo dejar de decir tantas cursilerías… ¬¬

Un conocido aullido proveniente del bosque me saco de mis sueños. Abrí mis ojos lentamente mientras daba tiempo a que se adaptaran a la luz del sol que se asomaba por la entrada. Perezosamente estire mis patas delanteras mientras movía un poco mi cuello y luego estiraba las patas de atrás. Un pequeño sacudón como cuando intento secarme luego de nadar, y oficialmente estoy despierta.

- ¡Onee-chan!¡Natsuki-onee-chan! Date prisa que nos están esperando.

Conocía muy bien esa voz, ese chillón y escandaloso sonido. Me encamino muy tranquila a la salida de la cueva, y en cuanto veo el amplio bosque delante de mí, una figura completamente negra salta sobre mí. Intenta tumbarme, pero vamos, no por nada soy la loba más fuerte de la manada. Una cachorra no puede más que chocar contra mí y caer hacia atrás. Cosa que paso, aunque debo admitir que la pequeña Mikoto ya no es tan pequeña, pronto tendrá tanta fuerza como yo, estoy segura. Pero hasta entonces…me lanzo sobre ella dándole unos mordiscones en su cuello mientras con mis patas delanteras la mantengo en el suelo a pesar de su resistencia. Ella intenta morderme, pero aun le falta como para poder hincar su diente en la Gran Natsuki. Si, tal vez tengo un poco el ego y orgullo por las nubes…

Un segundo aullido resuena por el lugar interrumpiendo esta vez nuestro matutino juego, así que con un último mordiscón tirando de la oreja de la cachorra y me alejo de ella.

-Vamos Mikoto o Reito se enojara.

Marcho al trote al lugar de reunión mientras la cachorra negro azabache me sigue. Cuando entramos en el bosque acelero su paso y estando por detrás de mí dio un salto para caer sobre mí. Pero yo ya lo había previsto y justo en el último instante me moví hacia un lado lanzando un poco de tierra al rostro dándole justo en sus particulares ojos amarillos. Oigo como gruñe por lo bajo mientras se frota su pata contra los ojos. Continua mi trote al lugar de reunión con una sonrisa de satisfacción en mi rostro, parece que hoy va a ser un buen día.

Para cuando Mikoto se unió al resto de la manada en el pequeño claro (aun con un poco de tierra en sus rostro) yo ya estaba sentada al lado de Reito, un gran lobo de color marrón oscuro sin llegar a negro. Él era el líder de la manada y si bien no tenía pareja entre Midori y yo nos encargábamos de apoyarlo. Ciertamente nuestra manada es algo pequeña y no está organizada como normalmente debe ser. Reito, Takeda, Kazuya y Yamada eran los únicos machos, y Yamada ya era demasiado viejo como para liderar aunque su sabiduría había sido muy útil para la manada. Reito era excelente como alfa, siempre lograba llevar nuestras habilidades al máximo, un gran estratega a la hora de la cacería y había logrado que tuviéramos buenas relaciones con las manadas vecinas a pesar de que podríamos resultar un blanco algo fácil por la falta de machos y una pareja alfa. En cuanto a hembras estaban Midori y Yuhko ambas eran lobas adultas incluso un par de generaciones antes que Reito. Yuhko sabía un montonazo sobre plantas medicinales, eso nos venía a la perfección a la hora de curar heridas. Y Midori…bueno, Midori es simplemente Midori. Akane, Chie y Yo somos de la misma camada. Akane no es buena en la caza, por eso siempre se ha encargado del cuidado de los cachorros con Yuhko. A pesar de que aun no lo han admitido a la manada, todos sabemos que están enamorados ella y Kazuya, la primera camada de cachorros de nuestra manada será probablemente de ellos. Por el contrario Chie es mas a mi estilo, nos llevamos genial especialmente a la hora de la caza, somos un dúo imparable. De la caza nos encargamos principalmente Chie, Midori y yo, claro que Reito y Takeda colaboran y son de gran ayuda, pero nosotras somos mejores. La caza, mi momento preferido, allí no tengo igual. No solo soy la más fuerte de la manada, también soy la que mejor pelea, la más rápida y quien tiene mejor desarrollados los sentidos. Pero pronto tendré rivales, Mikoto, Akira y Nina son los cachorros de la manada, Mikoto se está haciendo cada vez más fuerte y aunque no llegue a superarme en fuerza está aprendiendo muy rápido a pelear después de tantas de mis matutinas lecciones. Akira, ¡por dios! ¡Como corre esa loba! Jamás he visto a alguien tan rápido y no parece llegar a cansarse jamás. Las tres nos han acompañado en las últimas cacerías sin intervenir mucho, pero Nina le agarro la mano a la selección de la presa a la segunda vez. Después de eso ella se encarga siempre de eso, con solo un vistazo ya reconoce a los más débiles o enfermos.

¿Por qué tan extraña nuestra manada? Se debe al incendio de hace unos años, cuando yo aun era una lobata. Casi todos los adultos murieron, excepto Yamada, Yuhko y Midori. Reito, Takeda y Kazuya apenas si se habían convertido en adultos. Pero ya en ese momento se sabía que Reito iba a ser el alfa que remplazara a su padre, pero con el incendio no solo se adelantaron las cosas sino que también murió su compañera. Tuvimos que movernos hacia otras tierras, y en el camino nos encontramos con las tres cachorras que apenas si tenían un par de lunas. Toda su manada había muerto entre el incendio y un ataque de humanos.

Al principio las cosas se nos hicieron difíciles, pero logramos sobrevivir. Y ahora que las lobatas están por convertirse en adultas la manada prosperara, estoy segura.

Volviendo a la reunión que Reito había convocado.

-Ahora que estamos todos presentes – dijo dando una mirada de reproche a Mikoto por su tardanza – Hay un tema importante del cual debo hablarles. Pronto llegara el invierno y con ello la escases de alimento. Por lo que nos trasladaremos más hacia los límites del bosque, donde están las grandes praderas y podremos cazar mejor cuando llegue el frio.

-Estaremos bien – Intervine ante la pausa del alfa, espere una señal en caso de reproche por mi interrupción antes de seguir – Este invierno contaremos con mas fuerzas para la caza, no será como el anterior.

-Es cierto, pronto llegara el momento de que las lobatas se unan a la manada como lobos completos – Reito hizo una pequeña pausa mirando hacia el cielo antes de continuar con el tema principal – Hay un solo problemas, los humanos han avanzado en las tierras y hay varios poblados no muy lejos de la gran planicie.

Humanos, esas peligrosas criaturas que se aprovechaban de la naturaleza como si todo le perteneciera. Jamás había visto uno, pero desde cachorra he oído hablar de ellos. El gran incendio que acabo con casi toda mi manada fue ocasionado por ellos. Incluso antes de eso, ellos habían matado a mi padre cuando yo solo tenía 2 lunas de vida.

No estaba al tanto de sus movimientos, al parece últimamente me he distrito demasiado de mis deberes en la manada o he estado demasiado tiempo con las lobatas, porque ha juzgar por el rostro de Yuhko, Midori y Yamada ellos ya estaban al tanto.

- Humanos, ¿Por qué son un problema? Podemos enfrentarlos, ellos no tiene ni garras ni colmillos para pelear. Y tampoco son fuertes o veloces como nosotros.

¿Es que Mikoto nunca pone atención a lo que le digo?

-Eso es porque aunque son débiles son muy inteligentes. No olvides que ellos son cazadores como nosotros. Tiene armas más peligrosas que nuestras garras, capaces de dañar a la distancia – Midori contesto la pregunta algo molesta, como si la lobata se hubiese olvidad de lo que enseñan como básico.

-En la próxima luna partiremos, pero es necesario que quede muy claro que nadie debe acercarse a los humanos. Son seres muy peligrosos que no dudaran en matarlos. Nos mantendremos los mas juntos posible. Y bajo ninguna circunstancia atacaran a un humano, solo en la extrema necesidad de que su vida o la de la manada dependan de ello.

Reito explico un par más de cosas, demasiada obvias para un lobo que ya no recuerdo sus palabras exactas. Pero si lo que me pregunto Mikoto cuando cada lobo ya partía ha su rutina diaria.

-¿Por qué es tan importante que no ataquemos a los humanos?

-Tchs…te lo han dicho Midori y Yuhko…

La forma en que me miraron esos ojos amarillos me lo dijo todo. Mikoto podía ser demasiado distraída a veces…bueno, casi siempre.

-Si un humano es herido o muere, y los demás de su manada se enteran, dan caza al lobo como si fueran osos hambrientos. El problema está, en que no pueden saber que lobo fue el culpable así que simplemente matan a todos los que encuentren a su paso.

Escuche como los pasos de Mikoto se detenían y volteé para verla. El brillo inocente y divertido de sus ojos había desaparecido y esos ojos amarillos que miraban al suelo se habían vuelto algo opacos.

- ¿Eso…eso fue…lo que les paso a nuestras manadas?

Ciertamente yo no suelo mostrar afecto, más que mordisco a la hora de los juegos, suelo ser bastante fría y distante. Pero Mikoto siempre estaba a mi lado, me seguía a todas partes, a pesar de que nunca lo quise. Y no éramos hermanas de sangre, igual ellas insistía en llamarme onee-chan. Y si, la tome bajo mi cuidado, le enseñe todo lo que sabía, era mi pequeña kouhai a la cual no me gustaba ver triste sino dando saltos por todos lados como siempre.

- No te preocupes, eso no volverá a suceder, yo te proteger ¿Si?

Dije con un tono de vos tan sube que no reconocería como mío, y le lamí el hocico para animarla un poco y mostrarle mi aprecio. Pero no era necesario que abriera los ojos con cara de sorpresa ante mi acción y se quedara allí inmóvil como si se tratara del fin del mundo.

Eso hizo que inmediatamente cambiara mi actitud, corrí mi hocico y tirando de su oreja la hice avanzar.

-Vamos, ayer descubrí una madriguera de ratones, perfecta para el desayuno.


Al cabo de un rato ya había llegado con la loba negra hasta un árbol cuyas raíces formaban una pequeña madriguera pero perfecta para una familia de ratones. No fue muy difícil hacerlos salir, pero es molesto tener que correrlos para atraparlos antes que lleguen a los arbustos y queden fuera de nuestro alcance.

Mikoto logro atrapar uno bastante grande con sus fauces, mientras yo había sujetado uno también con mi hocico y tenía otros dos aplastados con mis patas. Comimos dos cada una y empezamos una caminata al arroyo tras el pequeño aperitivo.

Note algo en el aire, un aroma dulce muy tentador. Una atmosfera de paz y tranquilidad comenzó a rodear el lugar. Al cabo de unos segundo Mikoto también la sintió y comenzó a correr hacia lo que parecía ser el centro de donde emanaba aquel olor. Yo por mi parte no tenía tanta emoción.

-¡Mai! ¡Mai!

Gritaba Mikoto con alegría mientras se lanzaba a la figura que aparecía sobre las orillas del rio. La lobata salto a los brazos de una joven de aspecto humano con cabellos rojo anaranjados. Bueno, no era precisamente una humana. Mai es un espíritu del bosque. Mikoto, como siempre, lamio feliz de la vida la cara de Mai y luego froto su rostro…bueno no importa dónde (NA: todos sabemos dónde ¬¬) Yo me acosté bajo un árbol mientras Mai acariciaba la cabeza de Mikoto.

- Ya ya Mikoto, cada vez estas más grande y pesada – Decía mientras hacía fuerza para no perder el equilibrio.

De repente hubo un cambio en Mikoto, no sé bien qué, pero se quedo quieta un momento y luego bajo su cabeza gimiendo y llorando.

-¿Qué es lo que pasa? –Susurro a Mikoto y ante no recibir respuesta cambio su actitud completamente y frunzo el rostro, sabía lo que se venía - ¡Natsuki que hiciste!

-¿Qué? YO NO HICE NADA – Me echaba la culpa a mi sin razón, no sé cómo sigo tolerando este espíritu, cierto, no la tolero. Por eso siempre me saca de quicio.

- Es que – decía Mikoto entre gemidos – La manada se va a trasladar, nos vamos del otro lado del prado, al otro bosque…no podre seguir viendo a Mai.

-oh..No te preocupes – Decía Mai mientras abrazaba a la lobata por el cuello con mucha ternura – Yo voy a ir a donde ustedes vayan.

Mai sonrió y me miro a mí. Era cierto, Mai siempre había estado a mi lado. Solo yo podía verla, más bien solo se mostraba ante mí. Luego de un tiempo Mikoto empezó a verla. Mai no solo es un espíritu del bosque, creo que es también mi guardián. Ha estado conmigo desde antes del incendio, al principio no la veía, pero sentía su presencia. El día del incendio oí claramente su voz que me dijo donde refugiarme para estar a salvo, las únicas conmigo en ese momento eran Chie y Akane las lleve más o menos a la fuerza confiando en esa voz desconocida. A la mañana siguiente fue esa misma voz la que me guio hacia donde estaban Reito y los demás sobrevivientes. Y esa misma noche a donde estaban las cachorras. Nunca le pregunte, pero tengo la sospecha de que Mai también guio a Mikoto al refugio donde la encontramos, y ella al igual que yo oculto consigo a sus hermanas.

Con el tiempo no solo oía su voz cuando estaba en problemas, también cuando estaba triste me daba ánimos. El invierno me guio hacia presas que ayudaron a sustentar la manada

-¿qué clase de espíritu del bosque hace eso?

-¿Dijiste algo? – Pregunto Mai, se me había escapado por lo bajo mi pregunta.

Pero nos entrego en bandeja de plata animales del bosque, bueno es parte del equilibrio después de todo los roles depredador/presa no se pueden evitar.

-Mai, ¿Tu eres humana?

Ahora el lugar había cambiado un poco, Mai estaba descansando su espalda en el árbol bajo el cual estaba yo semidormida y Mikoto estaba acostada a su lado con su cabeza apoyada en el regazo de la pelirroja mientras ella le acariciaba suavemente la cabeza.

- ¿Por qué preguntas eso? – dijo Mai dejando escapar una risilla, pero la lobata no contesto, estaba esperando su respuesta – Ya les había dicho que soy un espíritu, los humanos no pueden aparecer de la nada – mientras volvía a reír y acaricio a Mikoto hasta que esta se durmió. Mai hablo en voz baja, mirando el suelo con cierta tristeza y melancolía que nunca en todos estos años vi en su rostro – aunque antes…antes si era humana.


El invierno llego, mas rápido de lo que esperábamos. Tuvimos un viaje largo viaje hacia nuestra nueva zona de casa y residencia durante el invierno y otoño. La caza había disminuido, pero por suerte aun no escaseaba. Mi pelo de invierno ya había crecido, ese negro azulado que tanto me caracteriza se notaba aun mas con la nieve del bosque. Me tome la tarde libre de lobatos y cualquier otro lobo, me gustaba mucho caminar sola. Me podía calmar, descansar, pensar en lo que quisiera sin que nadie molestara. El inconveniente en mis solitarios paseos: no suelen ser tan solitarios. Así que mientras marchaba sin rumbo un par de huellas se formaron junto a las mías.

-¿Qué tal han estado las cosas últimamente?

-¿Qué tanto creer que cambian las cosas en tres días? – No me gusta hablar, pero esta chica siempre se empeña en sacarme las palabras, así tan solo tres días de la última vez que me visito – Además no es como si no supieras, siempre estas viéndolo todo.

-Mou Natsuki, solo quiero conversar y quiero saber qué piensas tú, saber las cosas desde tu punto de vista.

-¡Aja! ¡No niegas estar viendo siempre lo que hago!

-Natsuki lo hace parecer como algo malo, ¿Acaso hay algo que no pueda ver? ¿Eh?

-¿Eh? ¡No! Para nada! – Siempre hace lo mismo, molestarme – Tchs…olvídalo

-No deberías seguir avanzando tanto por este camino, si sigues te acercaras demasiado a un poblado de humanos.

Me detuvo al instante, humanos…eso me hizo recordar lo que Mai había dicho el otro día.

-Nunca me dijiste que habías sido humana.

-Pues Natsuki nunca pregunto, yo soy la que siempre tiene que preguntar para que hables de algo.

-Si tú eres la que se aparece de la nada todo el tiempo, ¡yo nunca dije que quisiera hablar!

-¿Ves? Si no quieres hablar porque tendría que haberte dicho de mi pasado

De acuerdo, eso fue un Jaque Mate, ni por toda la carne de ciervo del mundo daría un paso atrás a mis palabras. A veces debería pensar un poco más antes de hablar, pero el instinto me salta por naturaleza. Como siempre, Mai se rio de mi carácter.

-Es algo doloroso hablar de ello, pero ¿sabes? Tu serias la única con la cual podría hablar, no es que muestro mi forma ante todas los animales del bosque. Es que recordar todo lo que vivi como humana…no es que haya sido triste, al contrario, era muy feliz.

-Pero extrañas tu vida como humana.

-Si…

Otra vez esa mirada triste y melancólica, definitivamente no queda bien en el rostro de Mai. Me acerco a ella, lo mínimo que puedo hacer es lamer su mano y frotar mi rostro contra su cintura. (De acuerdo, ya en ese entonces me estaba poniendo algo cursi, pero lo que ocurra más adelante no tiene nombre)

-¿Por qué te volviste un espíritu del bosque?

-No es que tuve muchas opciones, yo morí, esta es la única forma que tengo de proteger a mi tierra, mis bosques y a mi gente. – Hubo un silencio en el que volví a apoyar mi cabeza en su pierna y ella me acaricio la cabeza, de cierta forma entendí porque a Mikoto le gustaba tanto ese gesto – Aunque ahora también tengo que cuidar a una testadura lobo de ojos verdes, cosa que no estaba en mis planes.

Rodar los ojos es lo mínimo que podía hacer. Me adelante un poco y usando mí lomo empuje a Mai hacia un costado como castigo por su comentario. Pero sin importar lo que yo haga, a ella todas mis acciones parecen divertirle. Aun volviéndome loca, Mai es el ser más cercano que tengo.

Entonces oí algo a lo lejos, eran varias pisadas, un grupo de animales marchaba en dirección cercana a la mía. Parecían estar arrastrado algo consigo. Agudice mi oído para poder dar con su posición y me dirigí a su encuentro. Explorar era algo que me encantaba, la emoción de algo desconocido. Use mi olfato para saber de qué se trataba y fue cuando me detuvo al instante. Yo estaba a varios metros de un amplio sendero en el bosque, cubierto completamente pro nieve como todo en el bosque.

-Es un camino de los humanos, un viajero se aproxima– Dijo Mai.

Pero yo aun no veía nada. El olor me lo había hecho saber, un humano se acercaba. Me quede agazapada detrás de unos arbusto, podía ver el camino perfectamente, pero dudo que al pasar alguien por allí pudiera notarme.

Mai se agachó a mi lado, como si alguien pudiese verla ¬¬ Me estaba viendo de reojo, y por la sonrisa en su rostro se que estaba a punto de decirme algo para molestarme. Pero por algún motivo no dijo nada, por primera vez.

Cada vez estaban más cerca. Los reconocí con facilidad: ocho de mis primos corriendo rápidamente arrastrando algo consigo. Mis primos, parientes muy lejanos de sangre, lobos que dejaron a los suyos para formar parte de las manadas de los humanos. Ya no eran más lobos, era perros. Por fin los pude ver, todos corrían tirando una especie de tronco, o algo así. Y allí iba, parado en dos patas como Mai, un humano. Su olor llego a mi nariz cuando pasaron por delante mío, y sin pensarlo salí corriendo detrás de ellos aun oculta por la hilera constante de arbustos.

Mai me siguió a mi lado, no corría, ella volaba junto a mí sin el menor esfuerzo. Pero no me interesaba ella, sino el humano. Era más grande que Mai, más robusto y no solo por su contextura física, también por su olor supe que se trataba de un macho.

Corría a la par de los perros, no tenia problema alguno para seguir su paso, al contrario con el menor esfuerzo me los hubiese adelantado. Al cabo de un tiempo algunos notaron mi presencia, se los veía nerviosos y el humano lo noto. Dijo unas palabras que no entendí, y con algo elástico y flexible golpeo a uno de los perros.

Instintivamente gruñí, aun no siendo de mi manada un trato así no era algo de mi agrado. Aunque no fueran lobos, había un lazo que aun unía a los lobos con los perros. Por eso los considerábamos como primos. Ese golpe hizo que aceleraran el paso, y yo hice lo mismo.

-¿No crees que deberías hacer caso a lo que dijo Reito?

Me detuve al instante, era cierto, no se supone que deba seguir a los humanos y no faltaba mucho para salir del bosque. Mai se detuvo delante de mí con su típica sonrisa mientras aun flotaba en el aire.

-Tchs… – di media vuelta y comencé a caminar de regreso – hasta cuando piensas estar siguiéndome.

- Solo un poco más, no tengo nada interesante para hacer.

-Eso que arrastraban los perros, ¿Era un trineo?

-Sip, el pueblo de humanos estaba un poco más adelante.

-Puedo volver sola con la manada, ¿O mama Mai tiene que seguir cuidándome?

-Mou…yo nunca voy a dejar de cuidar a la pequeña Natsuki –Dijo mientras desaparecía, aunque pude sentir su presencia por un tiempo más.

No tarde mucho en llegar con el resto de la manada, después de escuchar una serie de quejas y reproches por parte de Mikoto al oler que había estado con Mai y ella no pude irme a dormir. Los demás de la manada por algún motivo no podían notar el peculiar aroma del espíritu del bosque.


El invierno se volvió más frio y el escases de alimento llego. Hacía casi cuatro días que no comíamos, pero gracias a la guía de Mai encontramos un gran ciervo solitario y tras una dura pelea logramos conseguir la comida suficiente para alimentar a la manada.

Después de llenar mi estomago salí a explorar un poco, dar un paso para ver si encontraba algo interesante o algo para comer. Como siempre se unió a mi compañía una pelirroja. No recuerdo de que me hablaba, si no me obligaba a hablar a mi ella era la que no cerraba el pico aunque yo pareciera no prestar atención.

Por algún extraño motivo el viento cambio y un olor desconocido pero a la vez familiar llego a mi nariz. Sabia de que se trataba, pero a la vez quería averiguarlo por mí misma. Me dirigí hacia el lugar del que provenía el olor, suave, dulce, tentador…incluso más que el de Mai.

Comencé a ir más despacio, estaba muy cerca. Me asome de entre los arbusto y pude ver una pequeña figura encogida contra un árbol. Era una humana, muy similar en contextura a la de Mai, pero tenía su cabello más largo y su cuerpo parecía más frágil y delicado que el de mi guardiana. Tenía los ojos cerrados y no se movía.

-Mai… ¿Ella está...?

-No, está cansada y casi congelada…

-¿puedes ayudarla?

Mai miro sorprendida, había algo en esa humana, mi corazón se había acelerado al verla, y sentía la necesidad de protegerla, de ayudarla, como si se tratara de alguien de mi manada. Los humanos no pueden sobrevivir mucho tiempo a la intemperie y menos en esta época del año, si no hacíamos algo pronto moriría. Ese pensamiento hizo que se me helara la sangre…como si el asta de un ciervo se clavara en mi cuerpo. La idea de verla morir me aterro.

-Iré por algún humano, de seguro la están buscando.

Ella desapareció mientras decía eso, y yo me quede allí observando a esa humana. Seguía sin moverse pero aun podía oír el débil sonido de su respiración. No sé por qué, pero comencé a acercarme saliendo de entre las plantas y quedando a la vista. Acorte aun más la distancia, pero no quedando tan cerca, porque repentinamente me vi observada por dos puntos rojos.

Había despertado y me observaba atentamente, pero no había hecho ningún movimiento. Sus ojos eran los más extraños que había visto, pero parecían opacos como los de Mikoto cuando esta triste. Igualmente me parecían hermosos y quería acercarme aun más a ellos. Pero no me moví, era un humano después de todo. Pero ella no era peligrosa, no podía serlo. Una sonrisa se formo en su rostro, una triste sonrisa.

-Adelante, puedes comerme…en el estado en el que estoy al menos mi muerte será útil para alguien.

Retrocedí unos pasos sin darme cuenta. ¿Comerla? No podría hacerle daño ni aunque mi vida dependiera de ello. Pero mi reacción no fue solo por su comentario, sino porque lo entendí. Los humanos hablan un idioma distinto al de los lobos, sin embargo yo pude entender lo que dijo. ¿Sera por haber pasado tanto tiempo con Mai?

Extiende su brazos, los separa…me está dando permiso para atacar limpiamente, me está entregando su vida.

-No seas tonta, no quiero tu vida, pronto llegara ayuda.

Se asusto un poco cuando hable, estoy segura que no entendió lo que dije. Probablemente solo oyó gruñidos sin sentido, y eso que intente que mi voz sonara lo más suave posible.

-Por favor, termina con esto rápido – dejo caer sus brazos al suelo mientras entrecerraba los ojos – El frio es demasiado…

-¡Resiste!

Que tonta que fui, en mi desesperación la asuste, ¿Por qué no puedes entender lo que digo? ¿No entiendes mi preocupación? Como podrías si ni siquiera yo entiendo porque me siento así. Estas temblando, incluso con esa ropa de humano no puedes soportar el frio. Déjame ayudarte, ¿Qué puedo hacer?

Sus ojos se entrecierran lentamente, pero luchas por mantenerlos abierto. Lo sabía, no quieres entregarte a la muerte tan fácilmente, quien sabe cuánto hace que estas aquí y aun así luchas para mantenerte con vida. Eres una guerrera, una luchadora como yo…aunque te veas tan frágil como una flor.

-Déjame ayudarte…

Lo intento decir casi como un susurro, como un gemido ahogado, como un llanto suplicante, mientras me acerco. Abres tus ojos para mirar directamente en los míos, tal vez con estos ojos verdes pueda transmitirte mis intenciones. Te asustas, lo sé, tu raza siempre teme de los animales del bosque cuando se encuentran indefensos ante ellos. Intentas alejarte pero ya no tienes fuerzas. Me muevo un poco hacia un costado, pero no dejo de ver esos hipnotizantes ojos rojos. No dices ni haces nada, solo me sigues con la mirada. Al menos esos adorables ojos no están apagados, aunque el sentimiento que hay en ellos es temor.

Tu olor es aun más atrayente al estar tan cerca, quiero memorizar cada detalle de ti. Pero no tengo mucho tiempo, no sé cuanto tarde en llegar Mai, tengo que mantenerte caliente y despierta. Detuviste tu respiración cuando finalmente estuve a tu lado, lo más lento que pude pase mis patas delanteras por encima de tu cuerpo y apoyando mi cabeza y parte de mi cuerpo sobre tu torso me quede allí.

¿Qué clase de loba haría algo así? ¡Debí estar loca! De seguro el ciervo q había comido me había caído mal. Porque no solo estaba con una humana, no solo permití que me rodeara con sus brazos como suele hacer Mai con Mikoto, no solo permanecí a tu lado por varias horas, sino que me sentí realmente feliz como nunca en mi vida.

Al principio no reaccionaste ante mi acción, seguramente era lo último que pensaste que haría. Pero luego me rodeaste con tus brazos y el calor, que me había invadido cuando sentí tu cuerpo en contacto con el mío, se duplico increíblemente.

No solo tu olor me agradaba y calmaba, la sensación al estar a tu lado me daba un inmensa paz y felicidad. Pero aun temblabas, eso hizo que todo lo lindo que sentía se transformara en preocupación, me acerque aun mas a ti; quería que mi grueso pelaje te diera calor. Entendiste mi gesto, y escuche un débil "Gracias" pero no entendí porque agua caía de tus ojos, estabas llorando. Acerque mi hocico a tu rostro y tu respiración se volvió a detener por el momento. Tus ojos rojizos me miraron una vez más, y con mucha vergüenza (que no entiendo como no me detuvo antes ¬¬) lamí tus lágrimas intentando darte fuerza y frote mi rostro contra el tuyo… "Todo estará bien, yo te protegeré. Eres tan frágil mi pequeña humana." ¿Mi? Por favor Mai, apúrate u.u

Varios copos de nieve comenzaron a caer del inmenso cielo, yo permanecí inmóvil. Tú hablas casi sin vos, cosas sin importancia, solo para mantenerte despierta. Pero hubo algo que se grabo en mi mente, Shizuru, ese era tu nombre, me lo habías dicho. Aunque estabas cansada continuabas con la charla, de vez en cuando yo te respondía a pesar de que no entendieras. En esos momentos sonreías, no con tristeza, era una sonrisa sincera porque apreciabas mi gesto, mi intento por hablarte.

Entonces los oí a lo lejos, las pisada de varios perros. Dos trineos se acercaban en distintas direcciones. Mai lo había logrado. Pero Los humanos estaban muy lejos de Shizuru, no la encontrarían. Me puse de pie y agudizando mis oídos calcule la dirección del trineo más cercano. Ella tenía que ir hacia allá.

-¡Vamos! ¡Ponte de pie!

-¿Que ocurre lobo? – Era inútil, no me entendías, y tu voz cada vez sonaba mas apagada.

Me sacudí la nieve que aun tenia sobre mi cuerpo, y intentando no morder muy fuerte sujete uno de tus brazos. Te estremeciste al sentir mis colmillos, pero no temas por favor, no es mi intención lastimarte. Tiro del brazo en dirección a donde tienes que ir, si no te apresuras los del trineo pasaran.

Mueves tu brazo para liberarte de mi mordedura, ¡me has entendido! Haces tú mayor esfuerzo por ponerte de pie, pero no tienes fuerza.

-Sigue intentado, tú puedes…

Notaste el tono de mi llanto aunque no lo que dije, lo intentas una vez más. ¡Sí! Te has parado en dos patas. Pero ni bien intentas dar el primer paso caes en cuatro patas. Lo intentas una vez más pero terminas en la misma posición.

Las pisadas se hacen cada vez más fuertes para mí, no queda mucho tiempo. Paso mi cabeza por debajo de uno de tus brazos, quedando mi cuerpo bajo el tuyo.

-Lobo…

Lástima que no te has dado cuenta que soy una loba. Empiezo a caminar, tu peso recae en mí. Por lo que mi marcha es lenta y difícil, aunque soy de un tamaño bastante grande no puedo llevar un humano adulto sobre mí. Mas que cargarte estoy arrastrándote.

Logro avanzar bastante antes de que mis piernas flaquearan por completo y yo cayera sobre la blanca nieve. En seguida te mueves a un costado para salir de encima de mí. Me miras con ternura y culpa, me acaricias la cabeza, la primera vez que tú me tocas. Me hablas con esa melodiosa pero cansada voz.

-Está bien lobo, no te esfuerces mas…ya está bien.

No, no lo estas. Falta tan poco, si tan solo tu voz fuera más fuerte, al pasar el trineo sin duda los perros te oirían. ¡Eso es! Solo espero que los primos no hayan olvidado nuestra lengua.

Me pongo de pie, el trineo esta cerca, y realizo un largo aullido en llamado de los perros del trineo. No muy fuerte, no puedo dejar que los demás de mi manada me oigan, aunque hasta altura no me importa.

No lo puedo creer, ¡se detuvieron!

-Suelta a los perros, hay que buscar por aquí… ¡SHIZURU! ¡SHIZURU!

Es la voz de un hombre, no están muy lejos. El rostro de Shizuru se ilumina de repente, pude escucharlos gritos del hombre que la llama.

-¡Aquí!

Su voz sigue siendo débil, y temes que no te encuentren al no poder responderles. Lamo tu rostro para darte animo, aunque ya no sean lobos los perros mantienen un excelente olfato, te hallaran en cuestión de segundos.

Doy media vuelta, por más que me duela alejarme de ti no puedo arriesgarme a que mas humanos me vean. Puedo marcharme feliz ahora que se que estarás a salvo. Te miro una vez más para luego iniciar la marcha de regreso a casa.

-¡Lobo!

Loba ¬¬ pero dejo pasar tu falta, y doy una mirada hacia atrás. Sonríes una vez más, sonríes para mí, no una sonrisa de tristeza, no una sonrisa de ternura, sonríes feliz mientras lagrimas de alegría caen por tus mejillas. También sonrío aunque no lo notes.

Los pasos de un perro se acercan, esa es la señal de que debo irme. Así que me alejo al trote del lugar mientras de entre unos arbustos detrás tuyo sale aquel canino que da la señal de aviso con unos fuertes ladridos. Ya estas a salvo Shizuru.


Que les parecio? dejen comentarios por favor! onegai T_T aunque sea para decir: "hola! perdi el tiempo leyendo el fic y aun mas con el Reviews!"

no mejor no digan eso que me voy a deprimir TT_TT

Espero que a alguien le haya gustado, porque la continuacion va a llegar muy pronto!

Gracias simplemente por leerlo!

PD: Si no encontraron muchos errores fue gracias al autocorrector de Word (alavado sea u.u) y si igual encontraron errores, olviden lo que dice esta post data.

PD2: tengo problemas con los espacios y las lineas para separar los parrafos, disculpen si resulta confuso..aun no descubro como solucionarlo. Cuando lo haga edito para que quede mejor ^^

Ya-nee!

Az ^^