Disclaimer: Inuyasha y los demas personajes son propiedad de Rumiko Takahashi.

¡Hola a todos/as!^^

Hace unas semanas termine mi long-fic "Tu y Yo", y me surgió esta idea. Tendra solo dos capítulos y el siguiente será contado pero desde la perspectiva de Inuyasha. ¡Espero que les guste!

Edit: Hace unos días vi unas faltas de ortografía y algunas cosas repetidas en el fic, por lo que decidí editarlo. La verdad es que no hice grandes cambios, asi que no se preocupen. ^^ También creo que tardare un poco mas en subir la parte de la historia contada por Inuyasha, pues tengo que hacer unos trabajos de la escuela y asisitir al cumpleaños de una primita. ¡Gracias por sus reviews!


Cada noche, al meterse en la cama y envolverse con las sábanas, Kagome empieza a temblar. Permanece inmóvil y contempla el techo de la cabaña sin atreverse siquiera a parpadear, pues sabe que apenas cierre los ojos las pesadillas aparecerán y la atormentaran. Desea con toda su alma que paren, que se desvanezcan y ya nunca más vuelvan; pero sufre al saber que eso no pasará jamás…que tendrá que aprender a vivir con ellas, tal vez por toda la eternidad.

Un parpadeo y la imagen de Inuyasha cubierto de flechas y bañado en sangre, aparece frente a ella.

Un segundo parpadeo y Sango aparece rodeada en llamas, suplicando por su ayuda mientras su cuerpo arde.

Otro parpadeo y más muerte y dolor aparecen frente a ella, haciendo que gritos desesperados salgan de su garganta y que su pobre corazón se rompa en millones de pedazos.

Las lágrimas corren por sus mejillas sin cesar, a medida que los gritos y gemidos aumentan su volumen. Cierra los ojos con fuerza al sentir como la sangre la salpica; deseando poder huir de allí, poder liberarse del suplicio y correr, pero su cuerpo se lo impide.

¡Por favor! ¡Déjame ir! Ruega con desesperación en su mente, sin saber exactamente a quien.

De pronto, una ruda voz suena a su lado, haciendo que abra los ojos sorprendida y mire con confusión a su alrededor. Sus ojos pasan de la puerta entreabierta de la cabaña, al techo de paja de la misma, para finalmente posarse sobre un cálido par de orbes doradas que la miran con preocupación.

—Kagome…Kagome—repite el muchacho con delicadeza, al ver como la muchacha no hace más que observarlo enmudecida— ¿Te encuentras bien?

En ese mismo instante, ella sonríe levemente; sintiendo como todo el temor y la angustia que la habían dominado antes, eran reemplazadas con alivio y calma. Temblando, se sienta en su cama y lo mira unos segundos antes de arrojarse a sus brazos; rompiendo en llanto al sentir como él correspondía al abrazo.

— ¡Inuyasha!—repite sin cesar, entre sollozos, contra el pecho del muchacho; aferrándose a su haori con fuerza, como si temiera que en cualquier momento fuera a desaparecer.

El la acerco más a su cuerpo, eliminando cualquier espacio que pudiera haber entre ellos; besó su frente y cabellos y le susurró unas palabras de consuelo que ella ya conocía de memoria.

Sabía que mañana se repetirían las mismas pesadillas; que el miedo y el temor regresarían y se apoderarían de ella como cada noche lo hacían.

Pero en ese momento, nada de ello tenía importancia, pues Kagome sabía que entre los brazos de Inuyasha siempre estaría segura.


Por favor comenten y no duden en hacerme saber los errores que tuve con la historia, que les gusto, que no les gusto, etc.

¡Besos!