Holaaaaaaaaaaaa
Desde hace unas semanas he leido fics de esta serie y hoy me inspire y de esa inspiración salio este fanfic, tengo planeado que sean pocos capítulos y en esta ocasión quise poner una trama más intensa desde el primero, espero que les guste y que sus reviews no se hagan esperar, parece un poco trágico pero no se desanimen síganlo leyendo hasta el final se que les gustara.
Los personajes pertenecen a la serie Sailor Moon de Naoko Takeuchi
Sayonaraaaaaaaa
Capítulo 1 Solo quiero huir.
La luna alumbraba el cielo, las estrellas brillaban con esplendor, todo parecía tranquilo, ya pasaba de media noche y una joven de hermosos cabellos dorados corría entre los arboles de un parque tratando de escapar de su destino, su respiración era agitada, traía varios rasguños y su ropa rasgada por correr entre los arbustos, la única palabra que repetía su mente era HUIR.
La espesa arboleda había terminado y podía ver las luces de las lámparas que alumbraban el camino, volteo hacia atrás cuidando que nadie la siguiera, se detuvo un momento para tomar aire y seguir corriendo pero al dar el siguiente paso se tropezó con una piedra.
- Aaaaah- grito, apretó los puños y se levantó, si fuera la de antes se hubiera puesto a llorar y gritar del dolor pero ahora esa chica había desaparecido.
- A dónde crees qué vas?- esa voz le hizo levantar la mirada, encontrándose con las sailors del circuito exterior y a la cabeza de ellas se encontraba la dueña de esa voz que le causaba cierto temor, Haruka tenía los brazos cruzados, su pose era imponente al igual que su mirada.
Dio un paso hacia atrás y se giró, estaba lista para correr pero atrás de ella estaban Ami, Rei, Lita, Mina, Luna y Artemis que acababan de llegar.
Acerco sus brazos a su pecho y comenzó a mover la cabeza buscando hacia donde correr pero en el otro lado del camino llegaron Yaten y Taiki, volvió a retroceder su única salida era regresar por donde llego pero al girar dos siluetas aparecieron, apretó sus labios y sus puños, enfrente de ella estaban Darién y Seiya, la desesperación de no tener a donde huir la estaba invadiendo por completo.
- Ya deja de huir- hablo Haruka, ella solo agitaba la cabeza en forma de negación.
- Recuerda que el futuro depende de ti y que sin ti Tokio de Cristal desaparecerá- ahora hablo Setsuna.
- Esto no es un juego, sabes bien que debes tomar una decisión, no puedes huir por toda la vida- Rei le grito desde su lugar
- Y qué piensas hacer? Vas a dejar a Seiya?- Habló Taiki
- Vas a condenarte a una vida que no deseas y seguir atada a él por lo que sucedió en una vida pasa?- dijo Yaten
- Dinos qué es lo que estás pensando?- hablo Ami con una voz calmada y preocupada
La joven se removía en su lugar, tapándose los oídos y agitando su cabeza, ya no quería seguir escuchando, no quería tomar una decisión ya que cualquiera que eligiera le causaría una grave herida a su corazón y no podría vivir tranquila, de ella dependía el futuro de muchas personas pero también quería tener su felicidad, solo tenía una salida, en su mano estaba su solución, dejo de ejercer presión en su puño y con la otra acaricio el objeto que tenía, nadie imaginaba lo que pasaba por su mente, hasta que una punta brillante se asomó de sus manos, sujeto la navaja con todas sus fuerzas levantándola hacia su cuello.
- Serena- gritaron todos al ver lo que intentaba hacer pero Haruka fue más rápida y desde su lugar arrojo una piedra haciendo volar la navaja que traía en las manos.
- NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO- grito con desesperación, parecía que sus ojos se apagaban y cayó desmayada.
Todos apretaban sus puños de impotencia, nunca pensaron que aquella chica alegre y risueña, hubiera intentado suicidarse enfrente de sus ojos, se supone que eran sus guardianas, sus amigas, se supone que era la persona que más amaban y entre todos la habían orillado a esto.
Haruka la cargo entre sus brazos no dejo que ni Darién ni Seiya la tocaran, ya que la mayor parte de la culpa era de ellos, la subió al auto junto con Michiru y la llevaron al hospital, los demás tomaron un taxi para seguirlas, Ami llamo a los padres de Serena diciéndoles que había sufrido un desmayo y en estos momentos la estaban llevando al hospital pero omitió la parte del suicidio porque ellos no sabían nada sobre el secreto que ocultaba su hija y sobre el futuro que le esperaba.
Finalmente llegaron al hospital y minutos después aparecieron los padres de Serena, se encargaron de llenar los formularios, se sentaron al lado de su cama a esperar el resultado de los estudios que le habían hecho, el doctor apareció con un folder en las manos pasando las hojas lentamente, entro a la habitación y cerraron la puerta.
En la sala de espera se habían formado dos grupos para consolar al par de jóvenes que se lamentaban en sus asientos, por un lado estaba Yaten y Taiki al lado de Seiya y del otro se encontraban Rei, Lita, Ami y Mina al lado de Darién, paradas en medio de la sala se encontraban Haruka, Michiru y Setsuna esperando noticias de la condición de Serena, hasta que su madre apareció en la escena.
- Buenas Noches a todos- su voz era calmada y dulce.
- Cómo esta Serena?- todos la bombardearon con la misma pregunta al verla.
- Ella se encuentra bien, tiene un grave cuadro de anemia, al parecer no había estado comiendo bien desde hace unos días, el doctor dice que también parece que ha estado en situaciones de mucho estrés y eso hizo que su condición decayera más rápido pero que con reposo, descanso y unas buenas comidas se aliviara pronto- todos soltaron un suspiro de alivio al escuchar que estaría bien, la señora sonrió al ver que buenos amigos tenía su hija, se paró de su lugar pero antes de irse dijo unas palabras mas .
- Quiero agradecerles a todos por su preocupación y darles las gracias por cuidar tanto de mi hija- inclino la cabeza para mostrar su gratitud y en el corazón de todos los presentes una punzada dolorosa les contrajo el corazón.
No merecían escuchar esas palabras, ya que los culpables de que estuviera así eran ellas, por sus deseos egoístas, por no comprenderla, por no darse cuenta del daño que le causaban, por no darse cuenta que su salud iba decayendo, por no darse cuenta que su sonrisa brillante se había extinguido dejándola en un estado de caos y desesperación que la orillaron a tomar la decisión de quitarse la vida.
Un par de horas pasaron, nadie quería irse del hospital hasta saber que había despertado y poder hablar con ella, las horas parecían una eternidad, su angustia crecía a cada momento pero lo único que podían hacer era esperar.
La madre de Serena estaba a su lado, era la primera vez que la veía en ese estado y aunque se había dado cuenta que ella estaba comiendo menos y parecia triste, pensó que solo era algo pasajero, su padre había ido por su hermano que estaba en la casa de un amigo y al enterarse que su hermana estaba en el hospital le pidió que fuera por él, aunque siempre se peleaban aun así ellos se amaban, los segundos seguían corriendo hasta formar minutos y los minutos formaban horas a veces parecía que el tiempo se detenía a pesar de que seguía corriendo.
Tres horas habían pasado ya, una enfermera se asomó a la habitación, comunicándole que su esposo y su hijo se encontraban en recepción que por favor saliera a recibirlos, asintió y siguió a la enfermera y en ese instante Serena abrió los ojos, espero a que se alejaran, arranco el suero que tenía en su brazo y tomo sus zapatos, volteo hacia la entrada y salió por la ventana.
- Mamá, mamá, cómo está mi hermana?- se acercó a abrazarla y unas pequeñas lágrimas se asomaron en sus ojos.
- Ella está bien está descansando en su habitación, ven vamos a verla- le extendió su mano y lo dirigió hasta la habitación, al entrar todos se asustaron Serena se había marchado, buscaron en el baño y en las habitaciones continuas, al no encontrarla fueron a la sala de espera.
- Alguno de ustedes vio salir a Serena?- su madre estaba exaltada.
- No- contestaron a la par.
- Ella desapareció de su habitación y no podemos encontrarla- su voz se escuchaba temerosa.
Al verla en ese estado, el miedo comenzó a invadirlas y el pensamiento de que ella fuera a terminar con lo que inicio no dejaba de cruzar por sus mentes.
- Seiya- gritaron Yaten y Taiki, al ver como salía corriendo hacia la entrada, Darién finalmente reacciono y corrió tras de él quizás estuvieron pensando lo mismo.
- Nosotras nos encargaremos de buscarla fuera del hospital, usted y su familia síganla buscando dentro- dijo Haruka y todas asintieron.
- Nosotros también la buscaremos, tenga por seguro que la vamos a encontrar- Yaten hablo en esta ocasión.
- Muchas gracias, se los agradezco mucho- todos salieron del hospital y se dividieron en parejas para buscarla.
Lejos de aquel lugar se encontraba una chica corriendo a toda velocidad como si su vida dependiera de ello, varias veces se había caído pero se levantaba y seguía corriendo, hasta llegar a lo profundo del bosque donde había un risco y se dejó caer de rodillas.
- Por qué? Por qué? Por qué?- gritaba con desesperación mientras se agarraba la cabeza.
- Por qué no puedo ser una chica normal?, por qué no puedo elegir a quien amar?, por qué tengo que llevar sobre mis hombros una carga tan pesada?, por qué tengo que vivir esta vida que yo no quiero?- le gritaba a la luna como si ella tuviera las respuestas a sus preguntas, un terrible dolor invadía su corazón y las lágrimas no dejaban de salir.
El crujir de las hojas y ramas hizo que saliera de sus pensamientos, volteo hacia atrás encontrando a Seiya y Darién, se levantó de su lugar y dio un paso hacia atrás, ambos se espantaron al ver lo que pretendía hacer.
- Serena espera- habló Seiya estirando su mano- por favor no lo hagas- su voz se quebraba- yo tengo la culpa de todo, no debí haberme quedado en la tierra, mi destino era cuidar mi planeta y por mi egoísmo decidí quedarme aquí como un guardián estelar, yo no quería irme sin ti, yo quería demostrarte mi amor, decirte que te amo pero jamás quise que te sintieras de ese modo, por favor discúlpame, yo- hizo una pausa, lo que iba a decir hacia que su garganta se cerrara - me alejare de ti, me iré a mi planeta para no causarte más problemas- su mirada era tierna aunque reflejaba tristeza parecía que iba a llorar parecía que había perdido lo más preciado que tenía.
- Serena- ahora el turno de Darién- siempre he estado a tu lado, tenemos un pasado y un futuro en el que estamos juntos, pasamos por muchas dificultades, tuvimos numerosos enfrentamientos con diferentes enemigos, con tu amor lograste que recordara el pasado una y otra vez, siempre he dependido de tu calidez pero no te obligare a que estés a mi lado si no quieres, yo lo único que quiero es tu felicidad, te amo Serena- ahora tenía la misma mirada que Seiya, cálida, triste como si lo que ha cuidado por tanto tiempo le ha sido arrebatado de sus manos.
A pesar de escucharlos, a pesar de que ambos estaban dispuestos a renunciar a ella sea cual sea su decisión, ella no podía elegir a ninguno de los dos, se encontraba entre la espada y la pared, detrás de los dos jóvenes llegaron todos sus amigos con una cara llena de preocupación, Seiya les hizo un ademan con la mano para indicarles que no se acercaran mientras Darién y el daban pasos pequeños para acercarse más, Serena otra vez se sentía atrapada, necesitaba más tiempo para pensar pero en esa situación seguía pensando que la mejor solución era la que había elegido, se giró viendo al abismo que estaba enfrente de ella, ladeo su cuerpo y cabeza para verlos por última vez dándoles una sonrisa de despedida y una lágrima rodaba por su mejilla antes de dejarse caer hacia el vacío.
- Serena- extendieron su mano como si desde su lugar pudieran sostenerla pero solo veían como su cuerpo iba cayendo
Seiya y Darién corrieron y al no alcanzarla saltaron, la sujetaron cada uno de una mano acercándola a su cuerpo, dejándola en medio de los dos.
- No te dejaremos morir- dijeron ambos, con sus cuerpos la protegieron y concentraron toda su energía para que no se lastimara.
Serena sujeto la camisa de ambos y se preguntaba cómo había llegado a este momento, si apenas hace un mes estaba riendo y conviviendo con todos ellos, sin ninguna preocupación, sin ningún sentimiento de dolor, como paso de una chica alegre, sonriente, juguetona y soñadora a este desperdicio de ser humano deprimente, su mente daba vueltas tratando de recordar el momento exacto en que sus propios sentimientos la traicionaron y sus deseos por otro tipo de vida inundaban sus pensamientos.
