Este Fic se lo dedico a toda la gente que me a aguantado con mis Rewiers en sus historias y a mi tía, que me a aguantado hasta día de hoy y la e convertido en una Potteriana.

Espero que disfruten con esto, ya que es lo único medianamente bueno que e podido sacar de mi aplastada mente.

Agradezco sus Rewiers tanto como si son para bien como para mal, me gustaría saber mucho lo que opinan sobre esto.

(tengan en cuenta que al principio aré la vista de varios personajes y luego comenzaré con la historia conjunta y a veces en dos/tres partes)

Ya no les entretengo más y espero que en sus Rewier me den las Url para entrar y leer sus fics.


Título/Title: Rebeldía en Howarts, nada es lo que parece


Categoría/Category: Fiction Rating: MA


Sumario/Summary: En el séptimo año del trío dorado, las hormonas toman el control de todo, ya nada es lo que parece y nada puede decirse como bien o mal, unas extrañas desapariciones de Hermione ponen alerta a los chicos, las salidas nocturnas de la pelirroja y la Nueva Grenger, la aparición de cierto rubio y la enorme cornamenta del moreno.


Capítulo/Chapter Nº 1: El inicio de las consecuencias: Harry Potter.

Eran mediados de Julio y un niño de pelo azabache con ojos esmeralda arrancaba las malas hierbas con furia del seco jardín.

Paró unos segundos y se limpió el sudor de la frente con la manga de la ancha sudadera gris, como no, heredada de la ballena de su primo. Miró con precaución hacia la ventana abierta del Nº 4 de Privet Drive y sin ver rastros de su tía se desprendió de la sudadera dejando ver un torso y una espalda musculosa y bien proporcionada gracias al bendito Quiddith. Harry Potter siguió con su labor de arrancar las malas hierbas de aquel antro al que tenía que llamar hogar.

Se desahogaba con las malditas hierbas pues había leído e incluso se había aprendido la carta de la directora de su colegio:

Harry James Potter

C/ Privet Drive Nº4, Planta de arriba, cuarto pequeño.

Querido Harry:

Debido a unas circunstancias nuevas, deberás quedarte en Privet Drive hasta nuevo aviso, sé que no quieres y ya que dentro de poco serás mayor de edad podrás decidir por tu cuenta, pero con un poco de poder, puedo hacer que esa casa sea segura hasta septiembre, luego, lamentablemente, tus tíos y primos serán ayudados por el encantamiento fidelio para ocultarse y estar a salvo hasta que todo acabe. Sé que te gustaría estar con tus amigos, pero ellos también serán separados para vuestra mayor seguridad hasta que entréis a Howarts en el nuevo curso. Algunos alumnos han salido de Howarts para estar con sus familiares y debido a la trágica muerte del antiguo director, todo se ha complicado un poco. Por favor Harry, no salgas por las noches y estate muy atento. Unas personas irán a recogerte el 1 de Septiembre a las 8:00 Am.

Minerva McGonagall

Directora de Howarts.

Adjunto llevaba la lista de los libros, poco después, pudo recibir los libros por correo junto con los materiales necesarios. Sabía que tenía que ir a por los Horcrux restantes, pero si todo ello pasaba, tenía que tener unos estudios y deseaba con ansias poder alternar sus estudios con sus obligaciones. Arrancó otro manojo de hierba con furia llenándose el torso de tierra seca, maldijo en silencio su mala suerte y siguió con su castigo por el simple echo de "arruinarles la vida a los familiares que le han dado una vida" según los Dursleys.

Al acabar su desastrosa tarea, se sacudió la tierra y se puso la sudadera empapada de sudor para comenzar a pintar las paredes por fuera de la casa. Oyó un ruido de desaparición y gruñó, sabía de sobra quien había desaparecido y por ello se molestó. Aún seguían vigilándole y nadie le hablaba. Vernon Dursley salió como alma que lleva el diablo de la casa y se acercó furioso a Harry, lo levantó del suelo por la capucha de la vieja sudadera.

-¿Qué demonios crees que haces?-Escupió con rabia el Sr. Dursley.

-Estoy pintando la casa, no he sido yo-Musitó con odio el joven moreno.

-Esta noche y mañana te vas a quedar en ayunas, vuelve a hacer uno de tus truquitos y te quedas en la alacena durante el resto del verano¿me e expresado con claridad?-Susurró furiosamente Dursley con la vena de la sien latiéndole violentamente y se fue antes de que Harry contestara.

El joven mago acabó con sus tareas y fue a su cuarto, donde propinó una buena patada a su baúl tras cerrar la puerta. Miró a su triste lechuza en la jaula, se acercó a ella y la dio las últimas chucherías lechuciles que le quedaban, la miró cansado y agotado por el trabajo y el calor.

-Lo siento Hedwid, son las últimas, así que te toca comerte esa comida para aves-Dijo Harry y se quitó los jeans y la sudadera quedándose en unos boxers negros. Sacó su tarea de vacaciones con pesar, abrió la ventana para que una inexistente oleada de viento penetrase en aquel caluroso infierno y comenzó con sus deberes para el principio de curso.

Aquel joven había cambiado mucho a lo largo de esos 6 años vividos en Howarts y mas en los dos últimos, ya que maduró tanto mental como físicamente.

Había estado mentalizándose para concluir las tareas que debía concluir si quería permanecer en vida. Fue todo bastante difícil durante aquel horroroso verano, sin amigos, sin el profesor Dumbledore, sin los Weasley y sobretodo sin su novia.

No podían cartearse y llevaban el verano siendo pareja formal, pero sin poder hablarse.

Tampoco podía recibir el profeta así que estaba aislado del mundo mágico y con él de sus muertes y desgracias.

Hasta que por fin, el 1 de septiembre, una brigada llegó a su puerta en un coche. Una mujer de pelo negro azulado salió del coche junto con un hombre bastante pálido y con algunas canas. Llamaron a la puerta del Nº 4 de Privet Drive, les abrió un hombre robusto, al parecer el tío de Harry.

-Buenos días, venimos para llevarnos a Harry para su nuevo curso.-Dijo Lupin.- ¿Está ya listo?

-Pase, le falta un poco.-Dijo Vernon y pasaron, Dursley dio un portazo, entonces Lupin y Tonks pudieron ver el cuchillo carnicero en su mano izquierda, se la pasó a la derecha.

-Buenos días, es normal que no me fía, así que me responderán a unas preguntitas muy sencillas señores.-Dijo Harry detrás suya y se giraron, él portaba su varita en la mano derecha con decisión, Tonks se asustó al ver la determinación del chico y Remus sonrió añorante al ver el parecido de James en su hijo.

-Adelante Harry.-Dijo Remus.

-¿cuál es el nombre al que aprecias y cual es el nombre de tu madre la cual te aportó tan bello regalo?-Dijo Harry, Tonks frunció el ceño.

-Lo primero es que no me gusta mi nombre para nada, porque Nimphadora es un nombre horrible y segundo que mi madre se llama Andrómeda.-Dijo Tonks con el ceño fruncido.

-Bien, profesor, ahora le toca a usted… dígame… ¿quien es la bruja de cabeza de puerco, de qué color eran los ojos de mi padre y para qué tenía talento en Howarts aparte del Quiddith?-Dijo Harry.

-Mundungus, avellana y Transformaciones-Musitó Remus con su voz medio ronca.

-Muy bien, son ellos, tío, me voy, hasta nunca.-Dijo Harry con una sonrisa, cogió su baúl y se subió al coche donde pudo ver dentro a unas 10 personas más. Remus y Tonks también entraron y fueron a la estación, donde fueron saliendo poco a poco para que a los muggles no les miraran. Ya dentro del anden 9 y ¾, vio a Ron, había cambiado bastante, era mas alto y con mejor figura gracias a el ejercicio impuesto por él mismo. Juntos buscaron un vagón vacío, luego, comenzaron a hablar de cómo les había ido el asqueroso verano y supo que Ron y Ginny habían estado separados.