15 Septiembre de 1773

Lo ve. Avanza lentamente entre la maleza y, en silencio, Connor coloca una flecha y tensa la cuerda del arco, calculando la distancia. Es un zorro hermoso. Si pudiese acertarle bien, quizá no destrozaría mucho su piel. Le pagarían una buena cantidad y además, necesitaba actividad. Apenas hacía unas semanas desde que había asesinado a William Johnson, el cual había tendido una trampa a los ancianos de su aldea.

Achilles le había instruido bien,pero para Connor, la paciencia era su mayor problema. Deseaba venganza contra la muerte de su madre en el incendio que habían causado Charles Lee y el resto del grupo que su padre, Haytham Kenway, había formado para la orden templaria en el territorio del Nuevo Mundo.

El zorro sale corriendo. Connor sabe que algo lo ha espantado y con sigilo guarda la flecha en su carcaj,colgándose el arco a la espalda. Tiene su tomahawk si tiene que pelear y piensa que el arco no será necesario. Mira a su alrededor esperando que una caravana o un grupo de casacas rojas pase por debajo de la rama donde está él colocado. Pero a su alrededor solo halla la claridad del sol filtrándose entre los árboles. Puede oír a los pájaros de la zona piar sin preocupación alguna. Connor suelta una maldición en su lengua materna. Ese zorro estúpido se había asustado solo.

Estaba a punto de bajar de la rama cuando la ve.

Una muchacha de cara redondeada, de mejillas altas y labios carnosos de color rosado. Sus ojos azules observan a su alrededor con nerviosismo. No lleva la ropa que una mujer normal. Lleva unas mallas y unas botas de piel de buena calidad, junto con una camisa apretada alrededor de su torso que permite completa movilidad. Una capa de color rojizo completa su atuendo. Sus rizos rubios como el oro están recogidos en un moño a la moda de la zona de Montreal. Lleva un arco en sus manos y una flecha en la cuerda que la joven iba destensando. La muchacha crispó su rostro y se giró hacia un hombre que se acercaba corriendo con la cara rojiza y haciendo un ruido atronador.

-Merde! Tu est un idiot complet-El acento de la joven hizo denotar a Connor que no era de la zona-Iba a cazar un estupendo zorro-

-Pardon, mademoiselle, pero vuestro tío insistió en que no os dejase alejaros demasiado de Lexington. Deberíamos volver a Boston. Os estará buscando para la próxima reunión-

Connor vio como la joven suspiraba y tiraba de un rizo, nerviosa. Después asentía y ambos desaparecían entre los árboles de la Frontera. El Asesino respiró profundamente. El guardia era un casaca roja y ella debía ser una persona importante para los templarios. Decidió volver a la Hacienda Davenport donde Achilles hablaba con Myriam, la mujer que cazaba y compartía parte de su botín con ellos a cambio de una casa y protección de la hacienda.

-¿Una muchacha rubia,dices?-

Achilles caminaba cojeando en dirección al carro que se encontraba esperando en la puerta. Connor se exasperaba ante aquella pasividad del que era su maestro. Este se estaba subiendo al coche y se asomaba fijando su mirada en Connor.

-Tenemos que ir a Boston, Connor. Unas compras que necesitamos para la Hacienda. Allí Revere quiere hablar contigo y mientras yo iré a descubrir más sobre tu misteriosa chica-


Boston

Connor entró en la estancia y observó a Paul Revere, quien le había llamado para una misión de la que no estaba interesado en un principio, hasta que se enteró de que podría acercarse más a sus objetivos minando las fuerzas de los casacas rojas. El hombre le saludó y le puso una mano en el hombro,que Connor apartó con demasiada brusquedad. No entendía por qué aquellos hombres tenían esa extraña manía de contacto con la gente.

-La expedición se haría esta noche. Avisaremos a nuestros aliados para enfrentarnos a esos malnacidos británicos. Es hora de que demostremos lo que valemos. De que no pueden mantener bajo su asfixiante yugo a la población. Aunque el motín que hicimos con el té fue un duro golpe para ellos-

Connor se limitó a asentir con la cabeza y se despidió de Paul Revere. Había quedado con Achilles cerca de la iglesia de Old South, donde, esperaba, hubiese terminado su investigación. Caminó por entre las calles con la capucha echada hasta los ojos, oculto entre la gente. A lo largo de la calle principal podía observar el carro del Maestro Asesino y a este a su lado, mantenía una charla con Sam Adams, quien saludó a Connor. Se alegraba de verdad de ver a Sam.

-¡Connor!¡Amigo! Tengo noticias de tu misteriosa amiga...-

-No es mi amiga. Ni siquiera la conozco. Sólo digo que puede ser importante para el círculo de Haytham-

Achilles y Adams rieron mientras Connor arqueaba una ceja.

-¿Y bien?-

-No podrías estar más acertado, querido amigo...Tu amiga es lady Rebecca Duchannes...-

-El nombre no me dice nada...-

-Por supuesto, pero esto sí te sorprenderá: Lady Rebecca, es la sobrina de Charles Lee-