Buenas mundo, aquí les traigo otra historia. Se me vino a la cabeza y empecé a escribir como loca hasta que quedo haha.

No será muy larga, pero tendrá su tiempo (:

Espero sea de su agrado y me dejen un review.

Victorious ni sus personajes me pertenecen.


"Lo peor de la muerte es que te llegue sabiendo que no has vivido todo lo que querías vivir. " -

TORI POV

Estoy cansada, cansada de lo mismo. Tratando de ser paciente con ella, tratando de no poner cuidado a lo que me dice, pero ya no aguanto más. Siempre es lo mismo, tratando de hacerme sentir mal, tratando de lastimarme con cada palabra, frase o gesto que hace. Quiero ser su amiga, en verdad lo quiero así, pero con Jade es imposible. Y en ocasiones me duele, me afecta, porque siento un gran afecto hacia ella, pero ella no lo ve, es más creo que nunca lo hará.

Irónico ¿No? Sentir algo fuerte por ella, si lo único que ha hecho es hacerme sentir mal. Así es mi vida desde que salimos en nuestra "cita" falsa.

Es culpa de ella, Sikowitz, es injusto que por ella la obra vaya a salir mal. ¡Va a ser un desastre! — Ahí va de nuevo, discutiendo por millonésima vez. Diciendo que soy pésima actriz, diciendo que la obra va a salir mal por culpa mía. ¿Por qué me odia tanto? ¿Por qué se empeña en hacerme sentir mal?

Jade, yo escogí los papeles y pagare la obra, tu obra. Tori es una excelente actriz solo que tú no lo quieres admitir. — ¿Por qué Sikowitz sigue diciéndole lo mismo? Por más que se lo repita no dejara de discutir, solo lo hará si yo me voy de la obra.

Vega solo está recitando el papel, no está actuando, nunca lo ha hecho y nunca lo hará. — Lo escupe con tanto odio y firmeza que llega a dolerme un poco, llega a afectarme.

Me levante de mi silla y me acerque a ellos. — Déjala Sikowitz, es su obra después de todo. — Me quite los guantes del vestuario y se los di. — Le diré a Cat que me suplante, no aguanto más esto. — Me rindo, esto es agotador y algo irritante.

De reojo pude ver la sonrisa de satisfacción de Jade, había logrado su objetivo, fastidiarme y cansarme. ¿Pero por qué lo hace?

Lo lamento Tori pero no puedes irte de la obra, te escogí a ti por una razón y no dejare que te vayas. — Se dirigió a Jade disgustado — No pagare tu obra si sigues comportándote de esta manera, Tori lo está haciendo bien.

¡Eso es injusto! Dijiste que pagarías mi obra, pero es Vega quien arruina todo. — Se cruzó de brazos y apretó su mandíbula. — Deja que se vaya Sikowitz, ya renuncio, que Cat la suplante, ella por lo menos con su torpeza puede actuar y demostrar que tiene talento, no como esta.

¡Es suficiente! — No entiendo porque me odias tanto Jade, ya madura ¿Quieres?

Tengo una y mil razones para hacerlo, Vega. — Bajo los brazos y se fue acercando a mí — Y ten cuidado como me hablas.

Jade, ya es suficiente. — La detuvo Beck de inmediato, cogiéndola del brazo.

No te metas Oliver. — Se soltó de su agarre disgustada y se volvió a cruzar de brazos molesta.

Ustedes dos tienen que solucionar esto, no aguantare más discusiones por el estilo. — Sikowitz bebió de su coco frustrado y mordió el pitillo. —

— ¡No pienso trabajar con Vega, y ni creas que otra de tus citas milagrosas nos hará entendernos mejor, ella se tiene que ir porque no sabe actuar!

— ¡Ya cállate, si tanto te disgusta ¿Porque no te vas de la obra?, no haces falta aquí, hay personas mejores que tú! — No sé ni porque le dije eso, ella es una excelente actriz, y no creo que haya alguien mejor que ella.

¡Nadie me grita de esa manera, y muchos menos tú, Vega! ¡Te crees la gran cosa y no llegas ni a la altura de Robbie que es un bobo!

¡Cállate! ¡Eres… eres una inmadura! No entiendo tu odio por mí, solo he tratado de ser tu amiga y ¿que recibo a cambio? Mal trato de parte tuya.

Volteo los ojos — ¡Nunca pedí tu amistad, ni que rogaras por ella! ¡Eres solo una niña idiota que quiere agradarle a todo mundo con su dulzura de niña buena, pero conmigo no se puede! ¡Ni hoy, ni nunca me agradaras, Vega!

Me quede callada, mirándola con odio, con rabia, con todo lo malo que se pueda mirar a una persona. — Eres imposible, Jade, imposible. — Cogí mis cosas rápidamente, y al voltearme e ir a la puerta golpee su hombro intencionalmente, y sali sin decir más. — No quiero verla, no quiero escucharla, me canse de sus tratos, me canse de sus humillaciones, me canse de ella. Y ojala, ojala no la tenga que ver por un largo tiempo.

JADE POV

Ve y arregla esto con ella, Jade, o no pagare tu obra. — Advirtió Sikowitz con su coco en mano y levanto ambas cejas.

¿Por qué? ¡Yo no tengo que arreglar nada aquí, Vega es la que se las da de sufrida y se va como la víctima! — Ni en un millón de años me disculpare con Vega, solo le dije la verdad, si ella no puede manejar la verdad, es su problema, no el mío.

Suficiente, se cancela la obra. — Anuncia el con desgane y se da media vuelta.

¡Sikowitz! — Me queje frustrada y me acerque a él. — ¡No puedes cancelar mi obra por culpa de la que jetas de Vega!

Me volteo a ver — No lo hago por ella, Jade, lo hago porque tienes que aprender a valorar a tus compañeros, a aprender a aceptar a los demás, te caigan o no bien. — ¿Ahora que, se creyó psicólogo?

Mira doctor sabelotodo, a mi Vega ni me viene ni me va, solo considero que no tiene porte para ser una actriz, por lo tanto no la quiero en mi obra. — No quiero a Vega en mi obra, ¿Qué nadie lo entiende?

Frunció el ceño, me miro algo decepcionado. — No seguiré con tu obra, Jade. — Bebió de su coco y se marchó junto con Sinjin y Burf.

Cerré mis ojos pesadamente y sentí como la ira se apoderaba de mí. — Maldita Vega, siempre arruinando todo, siempre haciéndose la víctima, siempre arruinando mi vida.

Sera en otra ocasión, Jade. — Hablo Cat tratando de calmarme, pero no lo logro.

¡En otra ocasión las chanclas! — Bufe molesta y voltee a mirarla. — Vega, siempre arruina todo, siempre se hace la niña buena y yo, siempre quedo como la mala.

Vamos Jade, no es para tanto.

Cállate Oliver. — Escupí con ira y me cruce de brazos. — Esto no se quedara así. — Cogí mis cosas y salí del teatro en busca de Vega.

Llegue a la máquina de Wahoo Punch y la vi en su casillero. — Ahí estas. — Camine lo más rápido posible, empujando a cuanto idiota se me atravesara. — ¡Vega! — Cerré su casillero con todas mis fuerzas y la mire con desprecio. — ¿Por qué? ¿Por qué te empeñas en arruinarme la vida?

Frunció el ceño — ¿De qué me estás hablando?

Me cruce de brazos. — Si, hazte la idiota. Por tu, culpa, Sikowitz no seguirá patrocinando mi obra, todo porque a la niña de papi se le dio por hacer su berrinche.

No es mi culpa, Jade. La culpa la tienes tú y solamente tú. ¿Cuál es tu problema conmigo? ¿Por qué me odias tanto?

— Ya déjate de excusas, Vega. ¡Por ti no podré hacer lo que tanto deseo, por ti todo lo malo pasa, por ti mi novio me dejo! — A esta altura ya estaba furiosa, cansada de ella. — ¡No deberías existir, Vega, eres un estorbo, un puto estorbo! ¡Ojala te mueras! — Camine hasta la puerta y Salí del lugar. Entre en mi auto y conduje hasta mi casa, a toda velocidad.

Entre en mi habitación y cerré la puerta de un portazo. Me senté en mi cama y cogí mis tijeras para poder calmarme. Respire hondo, cerrando mis ojos, dejando mi mente en blanco.

OoooO

Me desperté por el timbre de mi celular, era Beck, por supuesto que era Beck.

¿Qué quieres? — Respondí de mala gana y me estire. Me quede dormida después de ver televisión. Y miren la hora, ya son las diez de la noche.

— ¿Por qué le gritaste de esa manera, Tori? ¿Cuál es tu problema, Jade? — Pregunto molesto.

Me acomode mejor y voltee mis ojos — Mira Oliver, me tiene sin cuidado lo que me tengas que decir. — Bostece y me levante. — Le dije lo que pensaba, eso es todo.

La pobre se puso a llorar después de todo lo que le dijiste. ¿Por qué la odias tanto? No ha hecho más si no tratar de ser tu amiga.

Ay vamos, Beck, no exageres, no te creo que se haya puesto a llorar, por ahí solo se desanimó, eso es todo. — Ver a Vega sufrir es algo entretenido, pero llegar al punto de verla llorar, no es necesario.

¡Pues si la hiciste llorar, Jade! ¡Cuando aprenderás a tratar a la gente! ¡Si sigues así, quedaras sola! — Empezó a gritarme, vaya que está enojado, nunca lo había visto así.

¡Escucha, Beck, a mí no…. — Me interrumpió. — ¡Me importa un comino como debo o no hablarte! ¡Iras a disculparte con ella, recuperaras tu obra y de paso harás las paces con Tori! ¡Ya está de la mierda tu insignificante odio hacia ella! Y ¡Si no lo haces, hare que ninguno de nosotros te vuelva a hablar, y sabes que lo puedo hacer!

¡Has lo que te plazca Oliver, por mí que ninguno me vuelva a ver! — Colgué rápidamente y bote el celular con rabia hacia la pared.

Estúpido Beck, siempre tratando de arreglar todo, siempre siendo el niño perfecto. ¡Otro estorbo!

Salí de mi casa, y empecé a caminar a mitad de la noche, no quería conducir, solo caminar. Con las manos en los bolsillos de mi chaqueta, mirando hacia al piso, escuchando uno que otro auto pasar, pensaba ...

OoooO

Me sentía liviana, casi como una pluma, cayendo desde lo más alto de la montaña. El viaje era largo, silencioso, y lleno de colores; algunos eran repugnantes, otros según yo, aguantables. A lo que iba cayendo, entendí, que la vida se me iba, se despegaba de mí, y no estaba asustada, pero si luchaba con todas mis fuerzas para que no fuera así, mi cuerpo no se movía y era desesperante, frustrante. Pero no podía hacer nada, por cada intento que hacía, más se iba, y al final, con un dolor en mi pecho, con una lagrima bajando por mi mejilla, deje que se fuera.

No era como decían en las películas; nada de ir hacia la luz, nada de ver toda tu vida en simples imágenes en tu cabeza, solo silencio y tranquilidad.

Pero entonces decidí recordar, tratar de recordar que había pasado, como había muerto, como me habían arrebatado mi vida, pero no lo lograba, no conseguía recordar nada. Solo simples recuerdos vagos, mi familia, mis amigos, mi madre, mi hermano. Solo personas.

Al caer, no sentí nada, solo las hojas cafés de otoño acomodándose en mi espalda, enredándose en mi pelo. Pero no se sentía bien, y no lo digo porque lo suave no me guste, lo digo porque yo no debería estar aquí. No sé por qué, solo lo siento.

Me senté y observe a mí alrededor mientras desenredaba las hojas de mi pelo. Estaba en un bosque, el suelo estaba cubierto totalmente por hojas caídas, los arboles eran altos y algo viejos, el sol alumbraba con fuerza, y se sentía cálido. — Me pregunto si esto será el cielo, o el más allá, o lo que sea que este después de la vida.

No lo es. No es el cielo. — Oí una voz gruesa y masculina detrás. ¿Sera Dios? — No lo soy. — Respondió el.

Me levante y me puse a la defensiva. — ¿Quién eres?

Frunció el ceño — Alguien me mando a explicarte las cosas, no recuerdo su nombre, Jade.

¿Cómo sabes el mío? — Pregunte de inmediato, algo irritada.

Estas muerta, Jade, puedo leer tu mente por eso. — Me sentí mal de repente, me dolía el pecho de nuevo. Había muerto, y era algo que dolía, porque no quería morir, quería vivir, hacer una y mil cosas durante mi existencia, pero todo eso ya sería imposible, ya se veía lejos, se veía inalcanzable.

¿Cómo fallecí? — Le pregunte susurrando, sin fuerzas para poder hablar con claridad. No recuerdo nada, y por más que me duela saber la verdad, debo saberla.

Tendrás que descubrirlo tú misma. — Respondió el y se acercó a mí. — Tienes que irte, no perteneces aquí, no por ahora.

Me reí con ironía — ¿Tengo que ir al infierno o algo por el estilo? — Pregunte con sarcasmo.

Mm, no, allá no perteneces. — Empezó a alejarse de mí. Lo seguí cuando me volteo a ver y me invito a que lo siguiera.

Llegue junto a él. — ¿Qué haces aquí? — Pregunte.

¿No es obvio? También estoy muerto.

¿Por qué?

Digamos que, introduje en mi cuerpo una cantidad de droga que no fue para nada recibida.

Eres drogadicto. — Afirme.

Era — Corrigió él. — Donde estoy, se te va todo eso, las adicciones, los problemas, los dolores, todo.

¿Podre ir yo a "ese" lugar? — La idea de que se me fuera este dolor aquí atrapado en mi pecho, sería bueno. No es un dolor que pueda soportar, no es de los buenos.

No has hecho algo todavía, y hasta que no lo hagas no podrás ir conmigo.

Me frustre — No me digas que esto es como en Los Simpson. No seré el jodido Homero haciendo buenas obras. — No ayudare a abuelitas pasar la calle, ni mucho menos cuidar de algo o alguien.

Levanto su ceja y me miro curioso. — No es nada de eso, Jade, vez mucha televisión.

— ¡Que, claro que no! La televisión embrutece, fantasma, y yo soy más inteligente que cualquiera. — Que horror, hasta después de la muerte ya hay personas irritándome.

Se detuvo y abrió una puerta. — Vamos. — Lo pensé por un momento y entre de mala gana. Al cruzar, me encontré en mi vecindario. — Lo mire de inmediato — ¿Qué hacemos aquí? ¿No se supone que ya estoy muerta?

Y lo estás. — Afirmo él. — Pero pensé que querías estar en casa.

¿Y porque querría estar en mi casa? No lo ha sido desde que murió mi madre.

Entonces puedes irte al lugar que quieras, aunque en estos momentos algunos están llorando tu muerte, Jade, no deberías molestarlos.

Fruncí el ceño — ¿Pero si solo han pasado que...? ¿Unas cuantas horas?

— Te equivocas, ya paso casi una semana. El tiempo transcurre diferente aquí y en el intermedio. — Mire a todos lados, mi casa estaba oscura y era raro ya que mi padre trabajaba hasta tarde.

— Te deseo suerte, Jade. — Se volteo para irse pero lo detuve. — Oye, ¿A dónde crees que vas? No me puedes dejar aquí sola.

Ya te diré lo que tienes que hacer — Se fue hacia la puerta, y antes de cerrarla me miró fijamente. — Nadie te vera, encuentra a alguien que te necesite, solo si esa persona lo desea con todo su corazón te podrá ver. Y cuando encuentres a esa persona, tendrás que ayudarle en sus problemas, ayudarle a seguir adelante. Puedes leer la mente de todos, menos del que te vea. Volveré por ti cuando hayas cumplido tu objetivo, y Jade, trata de no asustar a todo mundo.

¿Qué estás diciendo, fantasma? ¿Cómo que nadie me puede ver? — Me empecé a sobresaltar, a llenarme de pánico. — ¿Y cómo que tengo que ayudar al que me vea? No pienso ayudar a nadie.

Entonces nunca vendrás conmigo y te quedaras en el exilio por siempre. — ¿¡QUE!? — Nos veremos pronto, o tal vez no. — Cerró la puerta sin más que decir y me dejo sola.

Empecé a correr hacia mi casa, no por miedo, pero si para comprobar si en verdad estaba en el mundo de los vivos, o como se llame. Llegue a mi puerta y cogí la chapa, cerrado. — Maldita sea, no tengo llaves. ¿Qué hago? — Empecé a buscar algo con que abrir hasta que la realidad me llego. — Soy un maldito fantasma, puedo atravesar las cosas. — Pensé que podía hacerlo y así lo hice.

Cuando entre, me paralice. Mi padre estaba apoyado en la mesa, sollozando boca abajo, con una botella de alcohol en su mano.

Me sorprendí — ¿Mi padre llorando? Pero si el…

Me acorde como me encontraba. Muerta, sin vida, sin aliento, sin un corazón latiendo.

Llegue a sentirme un poco mal, mi padre estaba llorando y eso nunca lo había visto.

Me acerque a él y vi como cada lagrima caía por su rostro, se veía asustado, dolido, roto. Nunca fue un excelente padre, me odiaba, y nunca entendió mis sueños. Pero con esto, demostraba que si me tenía afecto, pero es tarde porque nunca lo demostró.

Subí a la habitación de mi hermano, estaba dormido, acurrucado en forma de bollito, abrazando algo con todas sus fuerzas. Mire fijamente y era una foto, la última y única foto familiar. La solté y mire un papel, era una carta, y era de él.

Mi hermano tenia buena caligrafía, después de todo el quiere ser escritor, pero siempre le dije que nunca lo lograría, pero muy en el fondo, muy pero muy en el fondo, desee que así fuera, que cumpliera sus sueños, así como yo tengo los míos, corrijo, tenía los míos.

Cogí la carta y la guarde en mi bolsillo. — Jasón, despierta, necesito que me veas. — Hable por lo alto, casi gritando, pero no despertaba. — ¡Despierta! ¡Levántate niño perezoso, necesito que me veas! ¡Despierta! — Grite lo más fuerte que puede, pero fue inútil, no despertó, no se movía ni siquiera, solo respiraba tranquilo.

Pensé que el seria quien me necesitase, quien me vería, quien me escucharía, pero veo que no es así. Pensé que como había perdió a mamá y ahora a mí, necesitaría a alguien para seguir adelante. Pero por lo visto me equivoque. Que iba necesitarme, si siempre lo trate mal.

Salí de su habitación y fui hacia la mía. Cuando entre, me sentí mal de nuevo, me sentí fatal.

Lo había perdido todo, mis cosas, mis oportunidades, mis sueños, mi vida. Todo. — Una lagrima se escurrió por mi mejilla, no la podía sentir, pero si la podía ver por el reflejo de mi espejo. La limpie al notarla y seguí viendo mi habitación. Los posters, la colección de tijeras, mis cosas extrañas y bizarras que había conseguido a través de los años. Todo eso que me pertenecía, que atesoraba. — Suspire, aunque no haya sentido ni una pizca de aire, y Salí de mi cuarto. Baje las escaleras y Salí de mi casa.

Pensé en estar en la casa de Cat, y allí aparecí en cuestión de segundos. Entre a su cuarto, y pude notar que había sacado todas las fotos que nos habíamos tomado ella y yo, y las había puesto en un collage en la pared.

— ¡Cat, despierta! ¡Necesito que abras los ojos, Cat! — Seguí tratando de despertarla, grite, grite a todo pulmón, pero fue inútil también.

Sentí frustración de nuevo, si Cat me quería a pesar de todo, ¿Por qué no podía verme? ¿Por qué no podía escucharme?

Cerré mis ojos pesadamente y pensé por un momento, hasta que me llego la respuesta. — Ella era mi mejor amiga y yo la de ella, pero creo que eso no es suficiente, no me necesita para seguir adelante, no me necesita en su vida. No después de todos los malos tratos que recibió de parte mía.

La mire dormir por unos momentos, irradiaba paz y tranquilidad, algo que en estos momentos añoro con todo mi corazón, pero esta imposible en el momento.

Salí de su casa y me senté el andén.

Robbie no era una opción, con André frecuente algunas veces pero no para llegar a tener un lazo fuerte con él, Trina, ni en pedo, y Beck, no era una de mis opciones. No creo que él sea, ya no me ama, o si no, no hubiera terminado conmigo.

Empecé a caminar por la calle, hasta que de pronto sentí que alguien me llamaba, que alguien estaba pensando en mí. Seguí el hilo, la corriente, la energía, lo que sea que me esté llamando, y llegue a la habitación de Vega.

¿Qué diablos hago aquí? Vega es de las que me odia, no de las que me necesite.

Jade… — Murmuro ella al darse la vuelta. ¿Está soñando conmigo? Debe estar feliz porque me fui de su vida.

Me senté en su cama y mire como dormía, se movía bastante, como si estuviera teniendo pesadillas.

Eso es Vega, témeme, corre por tu vida, o tendrás pesadillas de por vida. — Murmure en su oído bromeando. Ver a Vega asustada, es algo verdaderamente entretenido.

Abrió los ojos de inmediato y me separe. — Ay, Vega, quien iba decir que podría asustarte y ni siquiera me verías. Uno de mis sueños macabros cumplidos.

¡Jade! ¿¡Qué haces aquí!? — Pregunto asustada, casi gritando. Podía escuchar su corazón latir a toda máquina en su pecho, y sus manos empezaron a temblar junto con sus labios.

Me sorprendí de inmediato. — ¿M-me puedes ver? — Pregunte sorprendida, casi en shock diría yo. ¿Ella me puede ver? Pero si éramos enemigas, ella no me necesitaba en su vida, si yo no la necesite nunca en la mía.

Se sentó asustada y trago saliva — ¿E-eres... eres un f-fantasma? — Pregunto aterrada, casi tartamudeando.

Voltee mis ojos. Perfecto, la persona que detesto frecuentar, es la única que me puede ver. — Solo no grites, Vega, o si no seré de los que aterran por completo. — Le advertí con seriedad y levante mis manos tratando de que se calmara.


He aquí el primer capítulo de esta historia tan peculiar.

Sé que deben tener muchas preguntas, pero en los siguientes capítulos se responderán ;)

Espero les haya gustado y me dejen un review compartiendo lo que piensan de este capítulo.

Nos leeremos pronto. Cuídense.