Bueno, antes que todo, espero que estén muy bien. Mucho mejor que yo, la verdad.

Como ya me imagino que saben, Alan Rickman murió hace unos pocos días y eso me ha deprimido mucho y afectado mi escritura, mi diseño gráfico *que empeoró cuando descubrí ciertas cosas en mis redes sociales, donde suelo postear mis ediciones * etc, etc. Me costará mucho superar ésta etapa *creo que no es necesario que les explique el por qué, puesto que toda mi cuenta habla por sí sola* y también, la situación en casa ha ido empeorando y hasta hacerse casi insostenible. De todas maneras, escribo para intentar ver qué sucede con mis sentimientos y la forma en que vayan a afectar mis capítulos. Aún así, no se preocupen que voy a intentar continuar actualizando * pero no se quejen si mis capítulos terminan algo oscuros *.

Regalo de cumpleaños para mi amiga Sam. Espero que les guste y les deseo todo lo mejor del mundo. Les dejo besos y mucho amor.

Disclaimer: Nada del universo Harry Potter, es de mi autoría y todos los personajes presentes en éste fic (a excepción de los OC), le pertenecen a JK Rowling. Fan fic escrito sin fines de lucro y como regalo de cumpleaños. No pretendo infringir alguna norma de copyright u obtener alguna ganancia monetaria por mi trabajo.

° Prólogo: La noticia de prensa

Pixie, la elfina doméstica, sacudía la cabeza una y otra vez, mientras sostenía el profeta. Su amo no iba a estar para nada contento y Pixie siempre recordaba con terror, lo que ocurría cuando su amo se molestaba por alguna cosa. No tomaba represalias contra ella, pero maldecía todo a su paso y no dejaba de tener esa mirada oscura y sombría que siempre la ponía nerviosa, cada vez que tenía que llevarle la cena o alguna de las comidas, a la habitación en la que debía permanecer.

Oh sí, tenía que mencionar que su amo aún no se recuperaba del todo, tras lo ocurrido durante la guerra en Hogwarts. Milagrosamente había sobrevivido a la mordida de Nagini, pero eso le había traído terribles consecuencias. Semanas inconsciente, tal vez meses, Pixie no estaba realmente segura. La única cosa que recordaba, era que los medimagos afirmaban que era un dolor de cabeza y que no podían lidiar con él.

Pero ella sabía la verdad, su amo simplemente odiaba el estar confinado en una cama y presa de haber sobrevivido, cuando en verdad deseaba haberse muerto. O eso era lo que la profesora McGonagall había dicho, una vez que requiriera sus servicios.

¡Oh Merlín! El amo Snape iba a enfadarse y mucho, al leer el artículo de una página completa en el Profeta. "Matrimonios". ¿Con quién se podría casar su amo? ¿Qué mujer lo querría, tras todo lo que había ocurrido? ¿Con su turbio pasado como mortífago y como espía? ¿Con todo ese asunto del doble agente y ahora... con las consecuencias terribles, de una mordida de serpiente?

Porque Pixie sabía lo vergonzoso que era para su amo, lo difícil de hasta la más simple tarea. No se podía mover de la cama y necesitaba ayuda todo el tiempo. Ella sabía que era cuestión de tiempo para que se recuperara, pero su amo parecía haber perdido la motivación y ella no era más que una simple criatura, sin poder de decisión o influencia alguna sobre sus amos.

- ¡Pixie! ¿¡Dónde está el periódico!? ¡Tráelo en éste mismo instante!

Ni siquiera podía entender, por qué su amo se molestaba en leer las noticias del día. Si ni siquiera quería vivir ese día a día. ¿Por qué continuaba torturándose de esa forma?

¿¡Qué hacer!?

Ley matrimonial

El ministerio de magia afirma que la población ha resultado terriblemente afectada, tras la cruenta guerra que fue librada hace apenas unos meses, y ha decidido tomar cartas en el asunto. Aún se desconoce con exactitud, el efecto de ésta medida (con relación a las consecuencias por desacato y algunos otros pequeños detalles), pero de a momento se especula que el ministerio comenzará a formar parejas y con el único fin de repoblar la comunidad mágica (...)

Su amo no había hecho gran progreso, pero tampoco quería que todo su esfuerzo se arruinara y tras leer semejante información. No quería que se echara a morir, tenía tanto por lo que vivir y ella consideraba que sólo necesitaba un poco de amor.

Pero... ¿de quién? Qué mujer sería tan tonta como para aceptar a un hombre tan testarudo como su amo. No Minerva McGonagall, ella definitivamente no era la mejor pareja para su amo y realmente no conocía a muchas mujeres, su amo no recibía muchas visitas y mucho menos, del sexo femenino.

Estaba ese niño Potter, el pelirrojo Weasley y la chiquilla amable que siempre hablaba sobre los derechos de los elfos. Ella le agradaba, le caía bien. Parecía tener un corazón muy bueno y pese a que su amo siempre hablaba pestes de todos, estaba segura de que no podía negar que Hermione Granger, tenía cualidades que su amo apreciaba.

Inteligencia, astucia, determinación y... ¿por qué no? Belleza también. Sabía que los tres niños habían sido sus estudiantes, pero ella ya había crecido y estaba en la edad perfecta para contraer nupcias.

- ¡Pixie!

Su amo iba a enloquecer al leer esa nota y su mente trabajaba a todo vapor, como un tren en plena vía y sin frenos. ¿Tomar cartas en el asunto o simplemente cruzarse de brazos y no hacer nada? Su amo se merecía estar con alguien, ella sabía que dentro de toda esa ira y esos sentimientos de tristeza, yacía un hombre dulce y bueno.

¿Verdad?

Quizá se merecía un par de azotes por lo que estaba a punto de hacer, pero sentía que debía arreglarlo y no dejar a su amo solo, con semejante problema. Le había tomado mucho cariño, aunque le gritara todo el tiempo y aunque también, sólo le conociera por un par de meses nada más.

Asintió entonces, decidida, caminando con rapidez hacia el estudio de su amo en las mazmorras y tomando pluma y pergamino.

No se podía quedar de brazos cruzados.

N/A: ¿Qué creen que vaya a hacer Pixie y cómo creen que involucre a Hermione? ¿Creen que Severus estará feliz? Espero que les guste y me digan lo que piensan. Como siempre, mis fics suelen ser sueños que tengo o ideas estúpidas, cuando se me cruzan los cables cerebrales y se me funden los fusibles (bien llamados neuronas). Pero ustedes juzguen.