Siguiendo con la maraton DC, voy a subir una nueva historia(incompleta esta en mi CD, pero lo pienso seguir aunque lento XD) que como ya vieron, se llama "El secreto de angel"
espero que les agrade mucho este fic, como a mi...
DC es de Gosho Aoyama.
El secreto de Ángel.
Capitulo 1: Un crucero, felicitaciones y celos.
Kogoro Mouri, el detective durmiente, había sido invitado al primer viaje del crucero "Mona Lisa", en nombre de la gran obra de Leonardo Da Vinci y ahora podemos ver al mencionado detective en traje de baño y con gafas, tomando el sol y viendo disimuladamente a las jóvenes en bikini, pero a pesar de lucir serio, su cara de pervertido, oculto tras las gafas, era la prueba de sus oscuras intenciones. En la silla que estaba al lado, estaba un pequeño de cabello negro y ojos azules, protegidos por unas gafas, quien observaba las acciones del detective con una gotita en la cabeza.
A este mujeriego no debieron dejarlo aquí sin vigilancia – Fueron sus pensamientos, viéndolo con mala cara.
-¡Conan-kun! – El pequeño miró hacía la piscina para ver a Ran saludándolo. Usaba un bikini rojo, que le parecía bastante seductor y, sin darse cuenta, término con un hilo de sangre deslizándose por su nariz – ¡Ven! Vamos a nadar un poco o se te pegara lo malo de mi padre.
-Demasiado tarde… - Se murmuro mientras se levantaba y corría hacía la chica, quien estaba acompañada de Sonoko.
-Fue una suerte que a mi padre lo hayan invitado y que no pudiera venir – Dijo Sonoko con una emocionante sonrisa en su cara. – Así, yo pude ir en su lugar y contigo Ran.
-Sí… Es bueno relajarse un poco después de tanto trabajo.
-¿Trabajo? – Preguntó el pequeño.
-Sí – Sonríe dulcemente por la inocencia del niño que se quedaba en su hogar. – Los trabajos y exámenes Conan-kun.
-Ahh…
-Es una pena – Dijo Sonoko de golpe, lanzando un suspiro de resignación. – Siempre que no esta Kudo, tú andas con esos trajes Ran… ¡Y cuando él esta, te pones un traje de una pieza por vergüenza! ¿No te das cuenta que si andas como andas delante de él ya lo tendrías?
-¡H-Hey Sonoko! ¡Eso no es cierto!
-Esta tía… Aunque… ¡No! – Sacude su cabeza al darse cuenta de los oscuros pensamientos que circulaban por su mente.
-Bien Ran, ¿que se siente haber ganado otro campeonato de karate? – Preguntó su amiga.
-¿Eh? ¿Qué quieres decir?
-¡Si te ha felicitado Kudo o algo así!
-Ah… Él solo me dijo "Felicitaciones".
-¿Nada mas?
-No, esta muy ocupado en sus casos – Disimuladamente lo dijo con un semblante triste, cosa que no paso desapercibido para el pequeño detective y la chica se oculta en el agua para dejar de pensar así.
-Ran… - Murmuro.
Había llegado la noche y se estaban arreglando para la fiesta que se llevaba a cabo.
Kogoro usaba un smoking negro, Conan uno blanco y con su confiable pajarita cambiadora de voz y reloj anestésico, Sonoko con un vestido seductor y ajustado de color negro que le llegaba por arriba de las rodillas y Ran vestía un vestido azul pálido hasta las rodillas que era holgado desde la cintura para abajo y ajustado desde arriba. Estaban sentados en una de las mesas que estaba al lado de la ventana, por lo que podían ver el tranquilo mar, y estaban comiendo su pedido, hablando hasta que comenzó a oírse a una señora hablando a través de unos altavoces ya que hablaba desde la cabina del capitán.
-Atención por favor… Me acaban de pedir que de un anuncio.
-¿De que será? – Pregunto Kogoro el durmiente, ya algo rojo por efecto del alcohol.
-El anuncio es que el crucero "Mona Lisa" felicita a Ran Mouri por su campeonato de karate – Los presentes del barco hablaban entre si y todos aplaudieron.
-¿Eh? – La chica estaba roja de vergüenza – ¡Sonoko!
-¡Yo no fui esta vez! ¡Lo juro! – Estaba tan sorprendida como ella
-Entonces… ¿Quien fue?
Después de aquella sorpresa, todos terminaron de cenar, y como siempre, el tío estaba borracho, por lo que Ran lo llevo al cuarto que compartía con el pequeño Conan. Se despidió y salió del cuarto, viendo que Sonoko la esperaba y se dirigieron a sus propios cuartos, aún hablando de lo ocurrido.
-No entiendo, ¿Quien habrá hecho eso?
-No lo se Sonoko… No lo se
-¿Crees que pudo ser Kudo?
-Lo dudo, no nos hemos hablado desde que gane el campeonato y papá apenas le dieron las invitaciones hace una semana
-¿Por qué cuando planeo algo para Ángel de inmediato meten a Kudo?
La voz provino de atrás de ellas y de golpe, cosa que las hizo brincar del susto. Voltean y ven a un chico de cabello negro y ojos de un peculiar rojo oscuro. Vestía un smoking de color verde y de forma desordenada, una corbata roja. Parecía tener unos 20 años y en su cuello colgaba una simple cadena de oro.
-¡Idun!-Exclamaron a la vez emocionadas de verlo nuevamente.
-¡Espera! ¡¿Tú hiciste eso?
-Así es Ran – Confeso sin remordimiento, sólo una sonrisa adornaba sus labios.
-Tonto, me morí de vergüenza.
-Y no llames por ese nombre a Ran… ¿Quieres que sospechen?
-Oh vamos, cualquiera que me oye decir eso pensaran que es un apodo que le digo a mi mejor amiga, ¿no?
-¿Qué haces aquí?
-¿Qué no puedo andar en un crucero sin motivo alguno? – Ve como le miran sin creerle. – Bien, hay un motivo
-Lo sabia – Dijeron a la vez, victoriosas por su triunfo. – ¿Cuál es?
-Eso no puedo decírselo – Nuevamente lo miran sin creérselo. – Bien, saben que miento – Suspiro. – El motivo por el cual estoy aquí es porque se sospecha que alguien va a matar al capitán del barco.
-¿Al capitán? – Pregunto Sonoko.
-¿Por qué?
-Ah bueno, según me dijeron, el capitán es un miembro de Paradise – Las chicas se sorprendieron por aquella inesperada confesión. – Con eso, ya deben tener una sospecha.
-¿Has venido solo?
-No, también vinieron Touya, Aarón y Yokko.
-¿En serio? – Ran estaba emocionada con la idea de verlos de nuevo.
-Sí, ellos están vigilándolo ahora, es mi turno de descanso para reunir información.
-Suerte – Le dijeron.
-Gracias – Estaba por irse cuando recordó algo – Ran… No olvides lo que te dijimos la última vez – Y se va corriendo.
-De seguro le va a decir a los demás y a Ella que estamos aquí.
-Es lo más seguro – Dijo Ran mientras sonreía levemente, parecía que su mente la estaba haciendo volver al pasado, a aquellos días en que se "divertía" con ellos.
Al día siguiente, Conan se dirigía al comedor para desayunar. Cuando entro, vio a la lejanía a Ran apoyándose en la mesa gracias a sus codos y veía por la ventana, se va acercando y descubre que lucía un semblante de tristeza y nostalgia. Eso lo hizo sentir culpable. Iba a llamarla, cuando cuatro chicos se sientan sin preguntar en la misma mesa de Ran, sorprendiéndola. Y al notar que ella no se enojó o asusto, sino que los miro con una sonrisa de felicidad, su rostro mostró ira pura que tenía un nombre: Celos.
-No puedo creer aún que estén aquí, no es propio de ustedes. – Dijo con una sonrisa.
-Vamos Ran – Dijo uno de ellos, era Idun – ¿Desde cuando yo miento? – Se oye de fondo Siempre. – ¡Hey! No están ayudando.
-¡Ran-neechan! – La mencionada gira su rostro y se sorprende al ver a un molesto Conan (Más bien celoso Conan).
-Conan-kun – Los que acompañaban a Ran lo miraron fijamente con algo de sorpresa, para luego fingirla mirando hacía otro lado o tomando de su pedido.
-¿Quiénes son ellos? – Pregunto el niño tratando de lucir curioso y normal, cosa imposible si tenía una cara de los mil demonios.
-Esto… - La muchacha estaba nerviosa y confundida por el comportamiento de Conan – Él es Idun – Indicando al mismo joven de anoche. – Él es Yokko – Indicando a un chico serio que tenía el cabello teñido de color azul y ojos verdes – Aarón – Refiriéndose a un rubio de ojos negros – Y por último esta Touya – Otro chico serio, cuyos ojos eran de un café claro y su cabello era rojo.
-Hola niño – Saludaron a la vez, desinteresados.
-No soy niño – Pensó molesto.
-Son unos amigos que hice cuando viaje con Sonoko a Nueva York, ¿recuerdas?
-Recuerdo que hayas ido… Pero que no me lo hayas mencionado.
-¿En serio? Que raro…
-Bueno, tenemos que terminar nuestros asuntos – Comento Touya, levantándose de la mesa como si nada.
-Si o recibiremos una reprimenda – Afirmo Aarón.
-Le contaremos a Ella que están aquí – Le prometió Yokko al momento que le sonreía.
-Envíenle saludos de mi parte – Sonríe, viendo como los otros imitaban a Touya y también se levantaban.
-Nos aseguraremos de eso – Aseguro Idun.
-Nos vemos Ángel – Dijeron los cuatro a la vez, levantando su mano en forma de despedida, para luego irse.
-Adiós – Al sentir la cara asesina de Conan, se pone nerviosa, algunas veces, esa cara le recordaba a Shinichi. – ¿Qué ocurre Conan-kun?
-Nada – Le aseguro, aunque no sonaba convincente. Se sienta a su lado y en eso se dio cuenta de algo – ¿Te dijeron Ángel? – Sorprendido.
-Hai – Sonríe – Es un apodo que me inventaron… ¿Por qué? ¿Ocurre algo malo?
-Nada, no pasa nada – Le aseguro con una sonrisa al mismo tiempo que pensaba en nada menos que en Vermouth.
