Este es el prologo, de otra historia de DC que tengo guardado y que decidi subir para la maraton DC ^^

DC y todos los personajes son de Gosho Aoyama.

La princesa de los piratas

Prologo

En la época donde había reinos, hechiceros y piratas, se podía ver una isla rodeada por puro mar y contenía un gran pueblo y un enorme palacio y aquella isla tenía de nombre Fairy Land y era un reino donde solo había paz, por lo que solos soldados del rey y hechiceros sabían sobre defensa personal y armas. Fuera de eso, la gente del pueblo siempre andaba felices, sin ningún problema y todos amaban a su Rey y Reina, especialmente a su Princesa, que para ellos, era como un ángel.

El palacio de Fairy Land era enorme, elegante y de color blanco con negro y en los jardines de dicho lugar, se podía ver a una hermosa joven de 13 años, de cabello liso sobre los hombros y de color marrón y unos hermosos ojos azules, que estaba sentada en un pequeño puente blanco que estaba para cruzar el río, veía como los peces nadaban mientras los pájaros volaban a su alrededor y ella estaba acariciando a un hermoso tigre cachorro albino.

-Si que eres un glotón Feli – De respuesta, el tigre ronronea.

-¡Princesa! – Una doncella se va acercando – Por favor, baje de ahí, es peligroso, podría caer y lastimarse

-No pasa nada – Sonríe – ¿Para que has venido?

-Sus padres quisieran verla Su Majestad

-¿Mis padres? Está bien – Se baja del puente, aún con Feli en brazos

Camino por los jardines hasta entrar al palacio. Mientras caminaba hacía el cuarto del trono, Feli trotaba a su alrededor, feliz de la vida. Entraron al cuarto donde se encontraban sus padres y vieron que el cuarto consistía en un enorme salón, cuyo piso parecía de cerámica, las ventanas ocupaban toda la altura de la pared y las cortinas rojas parecían de seda fina y muy caras, habían cuadros familiares donde salían la familia completa o donde salían solo uno y al otro lado del salón se podía ver dos escalones que llevaban a dos tronos de oro puro y allí, en uno de ellos estaba sentado un hombre moreno y en el otro trono, estaba una mujer de cabellos castaños, eran los padres de la princesa, los reyes de Fairy Land.

-¿Cómo esta nuestra hija el día de hoy? – Pregunto el rey.

-Muy bien padre – Sonríe con inocencia.

-Ven aquí hija mía – Dijo su madre con una sonrisa.

-¿Para que me llamaron?

-Hija – Dijo el rey. – Te llamamos para hablar de tu futuro.

-¿Mi futuro? – Confundida.

-En un futuro cercano, tú serás gobernante y no puedes hacerlo sin un hombre a tu lado

-¿Qué? ¿Me quieren arreglar un matrimonio? ¡Pero papá! ¡Tú gobernaste antes de casarte!

-Eso es porque soy un hombre, eres una mujer y no puedes gobernar sin un hombre a tu lado, es la ley del pueblo.

-¡No es justo papá! No lo es… ¡LOS ODIO! – Se va del lugar corriendo con Feli detrás de ella, de seguro iría a su cuarto, uno de los pocos lugares donde se sentía en paz.

-Creo que no debimos…

-Tranquila querida, la niña entenderá que su deber como princesa es pensar en el pueblo antes que a uno… Es nuestro deber.


-¡No es justo! ¡No quiero unirme así a un hombre! ¡¿Por qué? ¿Y si no es el indicado? ¿Si no es para mí? – Se arrodilla para poder acariciar a su tigre albino.

-Grr… -Exclamo al sentir como su ama le acariciaba detrás de las orejas

-No pienso hacer lo que me piden – Dijo mientras se levantaba y abrió uno de sus closet para sacar ropa ligera y un bolso grande. – Nos vamos Feli.

Su mascota queda en shock al oírla, no podía estar hablando en serio. Vio como guardaba aquella ropa en el bolso, como también dinero y joyería de oro puro que de seguro sería para vender y así ganar dinero y otras cosas para recordar a sus padres. Se puso una túnica y estaba por salir de su cuarto cuando entran cuatro mucamas aterradas.

-¡Princesa! ¡Pesque lo necesario y venga rápido!

-¿Eh? ¿Qué ocurre?

-¡Nos están atacando! – Dijo otra.

-¡¿Qué? – Sorprendida – ¡¿Cómo que nos están atacando?

-Una tropa de barcos de Mistery's Earth han venido a atacarnos – Dijo la tercera.

-¡¿Qué? ¡Pero si su rey es un hombre que no le gusta las guerras y firmo un tratado de paz con mi padre antes de que yo viniera al mundo!

-No lo sabemos princesa y el rey quiere que la llevemos al refugio para que este a salvo – Dijo la cuarta mucama.

La princesa asiente mientras pesca a su mascota y lo pone en su bolso para luego cargarlo e irse con las mucamas. Corrieron como podían, una de ellas llevaba a la niña de la mano con fuerza para no soltarla, cuando salieron del palacio, de inmediato fueron al refugio, pero para su horror, allí estaban todos muertos, incluso las mujeres y niños.

-¿Qué ocurrió aquí? – Aterrada y se asusta más al ver como sus doncellas caían al suelo una por una, sin vida y como entre la oscuridad, tropas del reino enemigo salían con rostros satánicos, deseando matarla, pero se detuvieron por orden de un hombre rubio que su mirada era fría, aterradora, como si hubiera matado a mucha gente – ¿Quienes son? ¡¿Por qué están aquí? ¡¿Por que matan a todos?

-Nuestro Rey quiere tus tierras. – Dijo el rubio.

-¡No puede ser! ¡Firmamos un tratado de paz!

-Es un papel fácil de romper princesa… Ahora tiene dos opciones: Morir o vivir, pero casándose conmigo.

-¿Qué? – Sorprendida.

-Si me casó con usted, podré gobernar este reino.

-¿No que era su Rey el que quería mi hogar?

-¡Basta de preguntas! ¿Cual es tu decisión princesa?

-Morir, prefiero morir que estar unida a un asesino – Feli, con intenciones de protegerla, salió del bolso e intento atacarlo, pero solo era un cachorro por lo que consiguió un golpe por parte del asesino – ¡Feli! – Grita preocupada mientras corría hacía él y lo toma entre sus brazos. – Eres un tigre valiente amigo. – Sonriéndole.

-Adiós princesa – Apuntándola con una pistola.

Iba a disparar cuando alguien le gana, pero no le disparaba a la princesa sino a su mano para que soltara el arma y tres siluetas aparecieron, acabando con ellos, pero el rubio logro huir. Una de ellas se acerca a la princesa y al asegurarse que estuviera bien, la carga para llevársela de ahí.

-¡Esperen! ¡¿Quienes son?

-Somos piratas. – Dijo la que la cargaba y la princesa se asusta, después de todo, le contaron muchos cuentos sobre ellos. – Descuida, no te haremos daño… Soy la capitana

-Le debemos un favor a tu madre. – Dijo otra.

-Y le prometimos que si atacaban el reino, te protegeríamos y te cuidaríamos. – Dijo la tercera mientras la cubría a ella y mascota con una manta – Así no te reconocerán.


El barco de piratas se alejaba del pueblo y la princesa, desde la proa, veía como su hogar se destruía en llamas y aún podía oír los gritos de sus habitantes.

-Ojala haya sobrevivientes – Aferrándose a Feli, para no sentirse sola. – Esos Kudo fueron los causantes… Faltaron a su palabra y destruyeron mi hogar… Yo… -Su mirada se pone seria y fría – Yo los odio, ¡No se los perdonare y me vengare!