NA: la verdad es que justo ahora empiezo a leer los libros de Tessa, y no sé mucho más allà de los spoilers. PEro desde la primera escena de estos dos pienso que son OTP. Cosas de la vida. Imagino a Jem como un asexual, así que me cuesta ver cómo tendría una relación con Will pero al mismo tiempo... en fin. Es igual. Thats all folks.
Wating for love
Will abrió la puerta del instituto dando grandes zancadas interpretativas. No sabía quién podría estar mirando y aunque era cierto que se había perdido en uno de aquellos tugurios que a menudo le libraba de sus pensamientos funestos, no era real que hubiera bebido tanta ginebra como le gustaba hacer creer a los demás.
La estocicidad y el dolor no iban con su imagen, perfectamente seleccionada con su ropa y porte. La verdad era que para reírse tanto de Jessamine, él no era muy diferente a ella. Fingiendo hasta para él mismo...
Caminó a oscuras por el pasillo, haciendo menos ruido mientras pensaba en Jem. Estaba otra vez en cama y quizá por aquello él volvía antes de las dos de la madrugada. Se sentía completamente inutil, incapaz de ayudarle, absolutamente alejado de él ante los problemas aunque se encontrara a dos pasos.
Pasó frente a la puerta de sus aposentos y se sentó en la puerta unos segundos. No era que el mundo fuera a entender lo que él sentía por Jem, no era una hermandad o algo parecido, era diferente. El corazón siempre le latía con fuerza los segundos que se paraba frente a aquella puerta, en realidad exactamente igual que todas las demás. La necesidad de estar dentro de aquellas cuatro paredes y no fuera de estas, las ganas de poder estar ahí y de acompañarle. Mirarle dormir, tocar el violín o simplemente verle esbozar cualquier tipo de expresión.
Sin pensar demasiado, porque aquello era lo que su imagen diseñada decía de William Herondale y no la realidad, abrió la puerta y se arrastró hasta la cama de Jem.
Como si fuera una serpiente, se arrastró entre las sábanas de Jem, acurrucándose a su lado. Su puñetero olor le invadió las fosas nasales. Era algo tan absurdo y le hacía estúpidamente feliz, como si algo de aquella condenada existencia tuviera un poquito más de sentido.
—Me encantaría saber que haces aquí — susurró Jem girando sobre si mismo y mirando el rostro perfectamente esculpido de Will.
—A mi también — contestó él buscando la mano de Jem entre la ropa. Deslizó sus dedos por la palma de la mano del rubio y los entrelazó con los de este.
—¿Es que hoy no hay chicas de virtud ligera que se impresione con tu sonrisa? — preguntó Jem entornado lo ojos. Siempre tenía pesadillas, pero estas eran menos horrorosas si al despertar Will estaba cerca.
El moreno esbozó una sonrisa ladeada a la par que se acomodaba en la cama.
—Sólo tú, Carstrais, solo tú — nunca habían compartido palabra alguna sobre sus sentimientos. Nunca había habido ninguna intención de que todo aquello, convulso y problemático en parte, ocurriera.
Jem hundió la cabeza contra el cuello de Will y rodeó con sus brazos su cuerpo. El moreno besó levemente la frente del otro mientras fantaseaba con todas las cosas que le gustaría hacer sobre aquella cama con él. Desvestirle, besarle, arrastrarlo a uno de aquellos paraísos de placer que él conocía tan bien. Pero Jem no era como él, a él no Le agradaba el mundo carnal de la misma manera que a él... Y en parte aquello era suficiente. Tenerle al lado, poder abrazarte y sentir le cerca.
—Es raro decirlo, pero te amo, Jem —añadió Will de forma inconsciente antes de dormirse.
Jem, aún despierto, guardó para sus adentros su respuesta mientras pensaba. "y yo a ti, Will".
