Disclaimer: Nada de esto me pertenece, que quede claro. Todo esto es de y su imaginación, excepto algunos personajes y el argumento.

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Prólogo

Matrimonio de conveniencia

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Rosalie Lillian Hale

Cuando eres niña, quieres ser mayor. Cuando eres mayor, te gustaría ser una niña de nuevo. Aun que muchas veces tengamos las cosas claras, nunca estamos seguros de ello. Yo tenía muy claro mi futuro, y nada podía hacer al respeto. Mis dedos chocaban contra la mesa de forma angustiosa, haciendo un ruido insignificante para muchos, pero a mi me llegaban a lo más profundo de mi corazón; de forma abrumadora y desesperante. Me mordía el labio, como si con ese simple gesto todo lo que vivía desapareciese, pero eso no iba a pasar. Nadie podía salvarme de aquello. Mi prometido se estaría despidiendo de su insignificante novia, a la cual dejaría por mí. Me gustaba mi apellido, esta orgullosa de llevarlo; no quería cambiarlo, no por ahora.

Ahora es uno de esos momentos en los que quieres que el tiempo pase muy rápido y te quite los problemas, o aquel en los que quieres que se detenga y no cuente ni un segundo más; pero sabes en lo más profundo de tu alma que quieres que el tiempo pase. Y aún que lo quisieses el tiempo no te haría caso. Sonreí de forma molesta. Aplane mi vestido de novia. Me miré al espejo, estaba hermosa, radiante, bella, no había mujer más bella que yo en el mundo, y ninguna podía superar mi divinidad. Eso era falso, todas aquellas mujeres que le brillasen los ojos en su momento más especial, estarían más perfectas que yo.

Edward era perfecto. Toda mujer moriría por sus increíble y bien formado torso, el que yo haría mío esta misma noche. Aquellos labios deseables y lineados que hacían que su sonrisa fuese más encantadora. Sus hipnotizantes ojos verde esmeralda. Debería ser tan fácil enamorarse de él, pero yo no era capaz. Tal vez porque nuestro odio se debía desde pequeños, tal vez porque sabíamos que algún día no muy lejano debías jurarnos amor eterno sin sentirlo; probablemente sería por eso.

Me ajuste mi vestido de novia, y cogí mi pequeños ramo de rosas y orquídeas, pase mi dedo por una de las orquídeas, y luego hice lo mismo con una rosa; mis dos flores favoritas, las que más me definían. Tenía un nudo en mi garganta y unas profundas ganas de llorar, pero me aguante, era hora de enfrentarse a la realidad.

Salí de aquel cuarto, saliendo al pasillo. Alice se encontraba en el suelo sentada de forma inadecuada, flexionaba una de las piernas y la otra la tenía estirada. Bufó, y yo reí ante el gesto. Mi pequeña amiga no estaba de acuerdo con el enlace que se iba a producir. Odiaba que yo con dieciocho años tuviera que coserme a alguien.

Lo que más me dolía de aquello era la fingida felicidad, debía estar con Edward toda mi vida fingiendo uno felicidad inexistente. Porque la supuesta pareja feliz no podía divorciarse, eso era la parte fundamental del matrimonio falso. Abrace a Alice, quería que me transmitiese su seguridad y su alegría. Pero no iba a hacerlo, ni ella misma lo sentía en aquellos momentos.

Era el momento de la verdad, de mirar a Edward a la cara y aceptar ser su esposa durante el resto de mi vida. La prueba más dura de mi vida y no iba a poder superarla, la aplazaría, pero jamás la superaría.

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Edward Anthony Cullen

El miedo es un sentimiento horrible, pero el dolor es mucho peor. Recuerdo el momento de la despedida con total precisión: sus lágrimas cayendo por sus rojas mejillas, aquellos ojos vidriosos que me rogaban que no la dejase, nuestras manos entrelazadas en símbolo de nuestra unión, y aquel prado donde nos juramos amarnos siempre. Allí se acabo mi historia de amor verdadero, al que iba a amar por siempre. Aquel amor toco fondo, no le quedaba más remedio que hacerlo.

En momentos sería el esposo de la señorita Hale, aquella mujer vanidosa y fría. No había duda que era la mujer más hermosa del planeta y el mundo entero, eso no se podía negar. Eran sus formas las que hacían que se renegase de ella. Su cabello dorado tenía un olor natural exquisito, sus labios rojos y carnosos te incitaban a besarlos con pasión, y su cuerpo con curvas bien formadas te hacía querer recorrerlo. Ella sería mía a la noche, sería sexo pleno, nada de amor.

Suspiré. Me coloque frente al gran espejo, me coloqué bien el chaque y puse la pequeña orquídea en su lugar, me pase la mano por el cabello y salí de allí. El futuro me esperaba.

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Isabella Marie Swan

Volví a coger la invitación, perfumada con olor a rosas. Las letras doradas hacían referencia a sus nombres. El dolor de mi pecho era mucho mayor de lo que podía soportar mi alma. Quería acabar con mi propia vida, si no tenía a Edward seguir con vida era innecesario.

Todo me parecía negro, mis ojos no podían ver nada de otro color. Cada vez que Edward lo dejaba no podía levantarme de la cama, pero cuando volvíamos mi mundo daba un brinco y nada había pasado entre nosotros. Mis mejillas estaban húmedas a causa de todas las lágrimas derramadas en el día. Me había vestido para ir a la boda, no sabía por qué lo había hecho, ya que no quería ir.

En mi vida había visto a la mujer del amor de mi vida, pero por lo que había oído no había mujer más hermosa que ella. Yo era una enclenque, Edward se olvidaría de mi en cuanto la viese, eso era algo que tenía que superar.

Edward Anthony Cullen

&

Rosalie Lillian Hale

Nos complace invitarles a nuestro feliz y tan deseado enlace matrimonial. Después de mucho tiempo esperándolo nos hemos atrevido a dar el paso. Y sí, queremos que tú estés allí para celebrarlo con nosotros.

Nuestras familias lo han organizado todo, incluso contamos contigo. La unión tendrá lugar en la catedral de San Patricio a las 12:30h, jurando nuestro amor a Dios. La comida será en ALAIN DUCASSE EN ESSEX HOUSE a las 14:00h. Y hasta la noche tendremos fiesta y dicoteca, la noche es joven.

Deseamos su asistencia a tal evento.

La futura pareja.

Hasta la invitación era perfecta. En todos lados decían lo mismo, iban a ser la pareja más deseada y envidiada, los más guapos del mundo se casan. Me arregle el pelo como pude, y salí de allí para ir a la boda.

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Emmett Cullen

Me arregle el traje. Me frote los ojos de manera cansada, los tenía rojos. Cogí las gotas y me las eche en los ojos, haciendo que tuviesen un color blanco. La puerta se abrió, dejando paso a mi flamante esposa, Heidi Vulturi. Esa mujer era puro fuego, y en dos años de matrimonio no la había conseguido amar ni un poco. Este matrimonio me iba a volver loco.

Mi esposa me abrazó por la espalda, haciendo que mis hormonas se revolviesen un poco, yo dije que no la amaba, pero sigo siendo hombre. La bese con pasión, pegando su cuerpo contra el mío, haciendo que ella soltase un leve gemido. Caímos sobre la cama, le mordía el cuello, y ella se tensaba con cada caricia mía. El móvil empezó a sonar, ambos nos levantamos y recordamos que mi hermano se casaba hoy, como yo hace dos años. Él tampoco se casaba por amor.

Bese a mi esposa antes de separarnos, busque a Edward o a Jasper. Cuando divise a mi hermano me coloque a su lado, puse mi mano en mi hombro transmitiéndole fuerza. Él me sonrió, esto ya lo había vivido yo.

La música nupcial dio comienzo, dejando entrar por la puerta a la mujer más hermosa del universo. Nunca había creído en el amor hasta este momento, ella era la mujer de mi vida, la dueña de mi corazón, pero la futura esposa de mi hermano. Todo mi mundo se me cayó encima, me daba cuenta como los ladrillos se iban cayendo uno a uno, y nadie iba a poder evitar la bomba que acababa de estallar. Los Cullen podrían las cosas en su sitio, como deberían de haber sido siempre.

Mi hermano ya era el esposo de la señorita Hale, ahora llamada Cullen. Esa mujer iba a ser la mía, esa era mi media naranja. Y por mucho que Edward fuese mi hermano, Rosalie era mía y siempre lo sería, SIEMPRE.

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Nota de la autora: Esto va a ser un mini-fic, no va a ser muy largo. Va a ser un Emmett/Rosalie, sé que soy muy pesada, pero amo a ambos, son la mejor pareja que existe y existirá, sin ofender a ningún fan de otra pareja. Bueno espero que les guste el fic, va a tener escenas de sexo explícitas. Pero lo avisare en el disclaimer. Bueno espero que disfruten, y aviso que los vestido están colgados en mi profile. ¡Besssos de chocolate!