Prologo

Una mirada, fue lo único que necesite para darme cuenta de que tanto me agradaba. Al principio no la notaba, pasaba desapercibida su existencia y solo la miraba de vez en cuando para recordar su nombre. Con el tiempo me fui haciendo allegada a ella, no lo notamos, teníamos tantas cosas en común que ni siquiera sabíamos, éramos tan parecidas que casi podríamos leer el pensamiento de la otra. El primer año casi no nos hablamos, quizá se debía a que solo compartíamos un par de clases a la semana y es por ello que nunca logramos sostener una conversación decente. Recuerdo aquellos tiempos de secundaria cuando nos la pasábamos en el parque jugando y haciendo nuestras tareas de equipo con nuestras demás amigas, todas siempre juntas, como una familia, como hermanas. Juntas pasamos por varias pruebas, entre ellas nuestro primer noviazgo, en realidad fue el de ella, yo nunca me interesé en los chicos asta el ultimo año de secundaria, el amor para mi era irrelevante, algo monótono y he insulso, burdo he innecesario, algo que no necesitaba para nada. Seré sincera, no digo que no tuviese admiradores, era y sigo siendo una chica linda aunque a veces me cueste créemelo por mi fatídico carácter tranquilo y mi poca feminidad, no era de aquellas chicas a las que les agradara pintarrajearse todo el tiempo solo para agradarles a los chicos o de aquellas que cargaban un espejo en mano como si su vida dependiera de ello.

Ella tampoco era de esas chicas, o quizá no tanto, admito que de vez en cuando llegaba a la escuela con un poco de brillo en sus labios y sombras en sus parpados, se veía linda por no decir hermosa. Nuestro único año juntas fue lo único que necesite para comprender lo que esa chica significaba para mi, independientemente de las demás chicas, que admito son importantes para mi, o al menos lo suficiente como para recordar sus nombres. Pasamos tantos momentos juntas, pero…desafortunadamente mi memoria me falla…siempre he tenido una pésima memoria, por lo cual no podre deciros mas que algunos fragmentos de recuerdos que aun permanecen en mi banco de recuerdos.

En una ocasión, recuerdo que quede encargada del grupo por cierto inconveniente, el poder nunca me sentó bien, no era de aquellas personas que les agradara tener el control de varios chicos y chicas que lo único que querían era salir del salón. Recuerdo que los deje hacer lo que su sana voluntad, algo sumamente estúpido de mi parte. Todo termino en tragedia, justo como lo había supuesto desde un principio. Nos llamaron la atención y nos dieron una advertencia, obviamente nadie obedeció y yo no hice nada para que obedecieran pero esta vez tome cartas en el asunto. Tome nota de aquellos desastrosos que armaban el escándalo principal, para mi pesar ella estaba entre ellos, no la culpo, siempre le gusto la diversión pero a veces tenia que ponerle limites para que no se metiera en problemas, entre ella y yo, obviamente yo era la de mentalidad centrada y para su beneficio ella era la de la paciencia infinita, de no ser así no se como me a soportado todos estos años con mi maldito orgullo, el cual solo ella soporta. Nos complementábamos tan bien que dábamos envidia, aunque ella no lo notara.

Como dije, la cosa termino en tragedia, solo por ser mi amiga los demás involucrados la tomaron contra ella. Pero yo no lo permití, no se porque razón pero se me consideraba una chica de temer, quizá se debía a que nadie en la escuela se metía conmigo desde que entre, o por el hecho de que los deportes se me daban muy bien a excepción del vóleibol el cual odiaba con toda mi vida. Nunca lo entendí pero así era. Desde entonces me dedique a protegerla, solo con la mirada pero lo hacia. Quizá no pude proteger su corazón de todos aquellos hombres que se acercaron a ella por algo mas que amistad, pero eso era algo imposible para mi, solo ella decidía de quien enamorarse.

El tiempo paso rápido, ese año voló dejando atrás todas aquellas pruebas que pasamos. Yo me cambie de escuela, no se por que pero lo hice, la deje sola con nuestras demás amigas pensando que ellas la cuidarían bien en mi ausencia. Y lo hicieron o al menos eso parecía. Nunca tuve que meterme entre ella y sus cosas, pero el tiempo hizo más estragos en mí que en ella.

Mi primer amor. Apenas y lo recuerdo, solo se que fue lindo y doloroso. No entrare en detalles, fue duro comenzar de nuevo en un escuela diferente, además de que no era muy sociable y todas mis amigas eran contaditas y todas y cada una de ellas se encontraban el mi anterior escuela, pero seguí adelante. Nunca perdí el contacto con ella, siempre procuraba mantenerme enterada de lo que le sucedía y si algo le preocupaba, yo siempre trate de ayudarla, pero ella no quería mi ayuda, ya no quería ser ayudada por mi y por nadie, eso era muy duro para mi, verla sufrir y perder esa hermosa mirada que tanto me encantaba era tan espantosamente doloroso que fácilmente sentía como mi alma moría en ese lugar, pero respete su decisión. Me aleje de ella, no tenia las fuerzas necesarias para verla perder su brillo frente a mi sin que yo hiciera algo por ayudarla a ser feliz. Nuestra comunicación escaseo casi al punto de extinguirse, algo que me mataba lentamente por dentro.

La secundaria termino y mi cumpleaños numero quince había pasado. La fiesta fue organizada sin mi consentimiento, odiaba las fiestas de ese tipo y odie la mía, solo hubo adultos e hijos de los amigos de mi familia, pero ni un solo de mi amigos y amigas, y ella tampoco estuvo ahí, eso fue lo que mas me dolió ya que yo si estuve en la suya, el que ella no estuviera era la gota que se asomaba peligrosamente por la orilla de la copa de cristal, afortunadamente no hubo una gota mas que derramara la copa de cristal que es mi corazón.

En la prepa experimente el amor nuevamente. No resulto como lo esperaba y termino con un poco de decencia la situación. Después todo mejoro un poco, trataba de no distraerme y concentrarme un poco en estudiar. Durante la secundaria me nació un inexplicable amor por la escritura, y en la prepa se intensifico conllevando con ello un nuevo amor, la lectura. En mi segundo año de nueva cuenta intente experimentar con el amor hacia un hombre. Resulto bien por todo un semestre, el más grande record personal en mi vida amorosa. Esta fue la última vez que me enamore verdaderamente de un chico. Todo un año me refugie en mis amigas y en mi amor por la lectura y la escritura.

Durante ese tiempo mi corazón y mi mente eran un completo caos, no pensaba bien las cosas y regularmente hacia tontería y media frente a los que alguna vez fueron "mis hombres de compañía", quienes entre amorío y amorío trataban de darme un poco de confort emocional. Todo ese dolor acumulado no me hacia anda bien, me enfermaba muy regularmente y mi concentración en las cosas importantes era escasa, perdía el sentido de mi vida constantemente y la depresión me invadía algunas veces, pero aun así, no lo demostraba, no buscaba ayuda ni comentaba nada relacionado a mi dolor, mi dolor por no tenerla cerca. Respete su decisión por el resto de lo que fue la preparatoria, apenas y sabia un poco de ella por medio del ordenador, hablábamos poco y nos veíamos cada milenio; agradezco el tan siquiera saber que aun me recordaba por ese entonces.

No me quejo, nuestra relación de amistad era muy buena, tanto que perduro pese a que las dos nos alejábamos constantemente de la otra para no inmiscuirla en nuestros asuntos. Para compensar ese vacio que dejo su presencia, aborde mi amor por la lectura y la escritura y ahí desbalague todo lo que sentía, para cuando me di cuenta de lo que hacia, me percate de que por primera vez en mucho tiempo no recordaba lo que estaba escribiendo así que me puse a leerlo. Me quede impactada, mis palabras eran tan profundas y lastimeras que fácilmente me puse a llorar, agradecí a que nadie estuviera en el salón en ese momento o no pudieran ver las lagrimas de la "Princesa de hielo". Así me nombraron después de demostrarles que ni la misma muerte de mi propio abuelo me perturbo en lo mas mínimo. Ya no me importaba lo que pensaran de mi, yo solo tenia cabida para ella en mis pensamientos.

Recuerdo que siempre fui distraída, que hablaba muy poco y que no había nada en el mundo que me hiciera madurar un poco. No cabe duda de que esos años alejada de ella fueron lo suficientemente duros como para hacerme madurar lo suficiente y darme cuenta de lo que soy en realidad.

Yo soy…….Tomoyo Daidouji, y este solo es el comienzo de lo que fue y sigue siendo mi amor por mi mejor amiga.