Collateral damage

Cuando Sebastian duerme, se puede decir que nada es capaz de despertarlo. Por ello cuando despierta en medio de la noche sabe que algo va mal. Aún acostado sobre su lado izquierdo tantea buscando la calidez de su amante, encontrado apenas rastros cálidos en la sabana de algodón. Ahí está de nuevo el ruido, pero en esta ocasión es más quedo y fácil de identifica, es un quejido, un lamento entre dolor y una maldición.

"¿Kurt?", no hay una respuesta, se gira hacia su mesilla de noche donde está su reloj… 5:30 am Dios, Kurt no debería estar aún en su casa.

El ruido estruendoso de un vaso estrellarse contra el piso seguido por una maldición, ponen a Sebastian de pie a fuera del baño en segundos. Por suerte Kurt no cierra la puerta del baño. Lo primero que Sebastian ve al abrir la puerta es que las luces están encendidas, y él tiene que parpadear un par de veces hasta que sus ojos se han adaptado a la repentina claridad. Kurt está en el suelo, delante del fregadero, a medio camino entre acostado y sentado rodeado por los fragmentos del vaso roto, con una mano envuelta alrededor de la manija de la puerta del armario de debajo del fregadero tratando de levantarse.

"¡Mierda, Kurt!", dice Sebastian apresurándose hacia adelante y cayendo de rodillas junto a Kurt, procurando no cortarse con los cristales.

Coge una toalla y de cara a Kurt quita la mano de este, la cual esta manchada de sangre buscando la fuente del sangrado, localizando la herida sobre la ceja izquierda y con la toalla hace presión con sobre ella. Tan pronto Sebastian lo ayuda a sentarse, Kurt suelta la manija y lleva sus dos manos hacia la de Sebastian la cual mantiene la toalla. Un gesto de dolor se adueña del rostro de Kurt, quien empieza a mecerse de adelante hacia atrás.

"¿Qué diablos pasó?", pregunta mientras observa la sangre en la manos de Kurt.

Kurt no debería estar sangrando así, no en el piso del baño en el medio de la noche o en ninguna parte.

Kurt no responde. Sebastian retira brevemente la toalla para tener un aspecto real de la herida. Pero no lo logra ver mucho más que la salida de sangre, de la cual hay demasiada, pero él ha visto heridas como estas mientras jugaba lacrosse y sabe que no es una herida que se cure con una venda de mariposa y un poco de hielo.

Kurt levanta su mirada y Sebastian puede ver los ojos azules que están perdidos y confundidos.

"¿Sebastian?".

"Si… ¿qué pasó?".

"No lo sé, estaba terminando de peinarme… Dios me duele la cabeza y no puedo mover el cuello… ¡BLAINE! Tengo que irme Bas, Blaine… él…", dice Kurt intentando ponerse de pie, pero Sebastian lo detiene.

Sebastian siente dolor, enojo y celos, no sólo por verlo herido sino porque aún cuando está cubierto de sangre y con dolor, Kurt no deja de aferrarse a Blaine… Él no es tuyo y nunca lo será

Puede aparentar que no le importa, que Kurt no es más importante que una buena follada de vez en cuando, pero Sebastian dentro de él conoce cada emoción, cada sentimiento que le arde por dentro y todo ellos provocados por el hombre sentado en el piso de su baño. Así que puede pretender ser un idiota, un imbécil al que poco le puede importar los sentimientos de los demás, pero lo que no puede negar ni así mismo es lo mucho que quiere a Kurt, lo mucho que anhela que sea suyo, solo suyo…

"No te muevas, estás herido. Mantén la presión por un momento, ¿quieres?"

Kurt lo hace, pero cuando ve que Sebastian se mueve para ponerse en pie levanta su cabeza bruscamente mirándolo con pánico en su único ojo apenas visible.

"¿A dónde vas?"

"Voy a llamar a una ambulancia".

Porque Sebastian no sabe mucho acerca de primeros auxilios, pero está casi seguro que esta herida va a necesitar puntos de sutura. Kurt aparentemente no ha llegado a la misma conclusión ya que trata de mover la cabeza nuevamente, lo que provoca que el dolor estalle siendo incluso peor y aferrando la mano de Sebastian impide que este se levante.

"Sebastian no. Yo… yo realmente no necesito una ambulancia, además tengo que llegar a casa para no preocupar a Blaine, Sebastian".

Incluso la voz de Kurt denota el dolor que está sintiendo pero aún así, se niega a la idea de ir al hospital.

"Kurt", dice Sebastian tratando de mantener su voz tan tranquila como puede, a pesar de que está cerca de perder toda calma y control al ver la sangre que no para de fluir y al hecho de que Kurt le reste importancia a su lesión con tal de no preocupar a Blaine… Como si la herida no fuera alarmar a su pequeño hobbit. "Esta herida va a necesitar puntos, así que tenemos que llegar al hospital. Y ni tú ni yo tenemos un coche aquí, además déjame decirte que los taxistas realmente no aprecian cuando uno sangra o deja cualquier mancha en su tapicería. Así que voy a llamar a una ambulancia ahora, y tú puedes guardar cualquier argumentación o protesta porque nada me va hacer cambiar de opinión acerca de esto. Además, llevas las de perder, porque el abogado aquí soy yo".

Sebastian le da un ligero apretón a la rodilla de Kurt antes de levantarse e ir a la habitación por su teléfono. La llamada al 911 es breve, así como instrucciones que la operadora le da por lo que solo les resta esperar el arribo de los paramédicos.

Kurt todavía está apoyado contra la tina del baño sin soltar la toalla contra su frente. Está más pálido de lo normal, y con cansancio parpadea buscando enfocar a Sebastian cuando lo escucha entrar al baño.

"La ambulancia llegará en unos diez minutos ¿Cómo te sientes?", le pregunta mientras se sienta al lado de Kurt.

"Estoy bien", murmura Kurt, pero su voz es apagada y débil y menos convincente.

Sebastian casi automáticamente envuelve su brazo alrededor de los hombros de Kurt. Y Kurt se hunde contra él con un suspiro. Sebastian se asegura de mantener la cabeza de Kurt en una posición en la que no pueda lastimarse más, aunque no tiene idea, de cómo infiernos Kurt terminó sangrando en el piso de su baño o lo mal que son sus lesiones en realidad.

"¿Me puedes decir qué pasó?"

"No lo sé", responde Kurt, quien busca sujetar la mano de Sebastian que sostiene la toalla, haciendo que la mancha de sangre que hay la muñeca se haga más grande. Lo cual no le preocupa a Sebastian. "Estaba con prisa terminando de peinarme después de la ducha, creo", Kurts continúa. "Debo haber resbalado sobre el tapete y me golpeé la cabeza, creo. Yo... yo, yo no estoy seguro. Lo siento."

"Está bien", dice mirando alrededor del baño. Sebastian puede ver el tapete doblado y fuera de su lugar donde Kurt debió de haber tropezado.

Aunque no le sorprende, ya que si Kurt se despertó y noto la hora que era, en su prisa por salir de ahí para ir donde su precioso Blaine resbaló. Es probable que se golpeara la cabeza en el mostrador del baño. Debe de haber sido el sonido de la caída o el grito de sorpresa y dolor de Kurt lo que podría haber despertado a Sebastian.

Todo por mantener este engaño… todo por no lastimar a Blaine…

¿Y si no hubiera despertado? Kurt podría haber estado acostado allí mientras él estaba durmiendo a pocos metros de distancia. Infiernos, Kurt podría haberse desangrado en el frío suelo del baño y él no lo habría echado en menos al no encontrarlo en su cama a la mañana siguiente, y creyéndolo seguro con Blaine; se habría topado con él en el momento de su ducha matutina. ¡Oh, sí! Y así quieres el papel de novio a tiempo completo, imbécil.

Con angustia lleva a Kurt más cerca de él entre sus piernas, permitiendo que la espalda de Kurt se recargue en su pecho, después apoya su frente contra la parte posterior de la cabeza de Kurt, respirando su aroma, como asegurándose de que Kurt todavía está ahí con vida… con él.

Sabe que está exagerando, y lo que realmente necesita ahora es mantener el control sobre sí mismo, porque en estos momentos Kurt no necesita que él caiga en pánico. Él se despertó, después de todo, y eso es lo que importa ahora. Kurt no perdió el conocimiento después de su caída, y podría haber llamado a Sebastian cuando se dio cuenta de que no podía levantarse por sí mismo. Y duda que aun con la angustia por seguir tapando sus clandestinos encuentros, Kurt se haya ido de ahí sin decirle a Sebastian. Además, las heridas en la cabeza suelen sangrar mucho. Sebastian lo vio en sus años de practicar lacrosse, y él sabe que casi siempre se ven peor de lo que son. Kurt no muestra signos de perder la conciencia, y la ambulancia llegará en cualquier momento.

Kurt va a estar bien. Unos pocos puntos, un vendaje limpio y se va a casa. Todo va a estar bien. A menos que, por supuesto, Kurt de alguna manara se lesionó peor de lo que cree.

"¿Aparte de tu cabeza, te duele algo más?"

"No. Yo ... yo no lo creo. Me duele horrores la cabeza, no creo haberme lastimado algo más. Yo lo siento. Es todo tan confuso, no sé muy bien qué decir. Perdón, Sebastian. "

"Hey, no tienes que disculparte. Te diste un fuerte golpe en la cabeza, es normal estar confundido", dice Sebastian con voz suave, apenas un murmullo cariñoso. Lo que provoca sorpresa, él jamás había utilizado ese tono, pero parece funcionar en Kurt, quien se relaja contra él. Sebastian le besa suavemente la base del cuello.

"Necesito una nueva asistente", dice Sebastian mientras acaricia con su otra mano la derecha de Kurt—la cual no deja de acariciar el dedo anular de la mano izquierda—buscando distráelo.

"No, lo que necesitas es dejar de ser un gruñón. Dudo que cualquiera te aguante con lo exigente que eres para tu café o el orden", le responde Kurt.

Sebastian bufa y sonríe contra la blanca piel del cuello de Kurt.

"Tú haces un buen trabajo", le dice acariciando la suave superficie con su nariz. "Tal vez podría contratarte, así no tendría que agendar para verte".

"Bastian, dudo que la firma apruebe mi salario", murmura Kurt.

Sebastian se siente tentado a mirar debajo de la venda por segunda vez para ver si el sangrado se ha detenido, pero no se atreve nuevamente a aliviar la presión. Por ahora, Kurt está aferrando la mano libre de Sebastian con ambas manos, los dedos clavándose en su piel tanto que casi duele mientras se apoya contra su pecho. Sebastian puede sentir los temblores que cursan a través de él. En realidad no es de sorprenderse. Kurt acababa de tomar una ducha y sólo esté vestido con sus bóxers y una ligera camiseta de algodón y el piso de mármol tiene que ser frío contra su piel.

Sebastian piensa en levantarse para conseguir una de las batas de baño de detrás de la puerta o el edredón de su cama, pero no se atreve a dejar a Kurt aunque sea sólo por unos pocos segundos. En su lugar, atrae a Kurt lo más que puede cerca de él tratando de mantenerlo lo más caliente que se pueda.

¿Dónde diablos está la ambulancia?

No tiene idea de cuánto tiempo han estado sentados en el piso del baño frío cuando escucha el sonido del timbre.

Le dice a Kurt que no se mueva, se levanta y con pasos rápidos sale de su habitación y cruza el pasillo que lo lleva a la puerta de la entrada. Al abrir se topa con un par de paramédicos quienes se presentan, Sebastian se hace a un lado permitiéndoles entrar y los conduce al baño.

Los paramédicos observan la escena sin mostrar alguna reacción, tal vez por la costumbre. Pero ahora que Sebastian lo ve ya más fríamente–y no centrado en Kurt—, es un espectáculo horrible, Kurt sentado al lado de la tina con la toalla ensangrentada presionando su frente, los restos del vaso de cristal y la sangre untada aparentemente por todas partes…

Mierda va a ser infierno limpiar.

"Buenos días", dijo uno de los paramédicos casi demasiado alegre para la situación mientras se arrodilla en el suelo junto a Kurt. "Mi nombre es Andrew Stevens y mi compañera es Liza Wilson. ¿Cuál es su nombre, señor?"

En cualquier otra situación, sería casi cómico escuchar a alguien que es probablemente de la misma edad que ellos dirigirse a Kurt como señor, pero Sebastian apenas si le presta atención a eso.

"Kurt".

"Hola Kurt. ¿Me puede dar su apellido? Mi jefe es un verdadero dolor de culo en cuanto a los espacios en blanco", dice en tono de broma pero que no logra ni relajar a Sebastian ni mucho menos a Kurt.

"Hummel, es Kurt Elizabeth Hummel".

"Está bien, Kurt." Andrew le sonríe a Kurt. "¿Puedes decirme qué pasó?"

"Tropecé", murmura de forma escueta.

Y cuando no explica más, Sebastian siente la necesidad de añadir lo poco que sabe.

"Lo encontré en el suelo. Debió golpear su frente en el mostrador del baño."

Andrew asiente con la cabeza, pero mantiene sus ojos sobre Kurt.

"¿Eso es lo qué pasó?", pregunta el paramédico mirando fijamente a Kurt, como si lo estudiara.

Kurt se encoge de hombros y busca con su ojo apenas visible a Sebastian.

"Creo que sí. Recuerdo estarme peinando y luego tuve mucho dolor… Yo realmente no recuerdo el resto."

"Está bien, Kurt. Ahora, con excepción de su cabeza, ¿hay alguna otra parte que te hayas lastimado? ¿Tu cuello, las muñecas o las manos en el esfuerzo de detener la caída?"

Kurt trata de encogerse de hombros nuevamente y negar con la cabeza ya que el hablar le es muy doloroso, pero aborta el movimiento con un quejido de dolor.

"Dios, no lo sé. Mi cuello duele un poco, supongo. No puedo mover la cabeza y mis hombros duelen".

"Está bien. ¿Puedes mover y doblar las manos y los pies hacia mí? Sólo un poco para que pueda cruzar ese punto en mi lista."

Kurt hace lo que le piden, y Sebastian siente un helado escalofrío pasar por él al darse cuenta de que el paramédico está tratando de averiguar si es posible que Kurt se haya lesionado la columna. Él ha estado moviendo a Kurt desde que lo encontró en el suelo del baño concentrado solo en la herida sangrante y no pensando en otras lesiones peores.

Y qué sí empeore alguna lesión no visible…

"¿Náuseas o mareos?"

"Estoy un poco mareado".

"Bien. Lo estás haciendo bien, Kurt. Sólo tengo que hacerte un par de preguntas más, y luego vamos a conseguir atención para esa herida en la cabeza, ¿de acuerdo? ¿Tienes alguna alergia?"

"Yo no lo creo, no."

"¿Tomas algún medicamento? ¿Prescrito o de venta libre, incluso si es sólo algo para el dolor de cabeza?"

"No."

"Bien", Andrew se sienta sobre los talones y se da la vuelta hacia la mujer que lo acompaña. "Necesito un collarín".

Mirando a Kurt, Sebastian se pregunta si ese es el procedimiento estándar o si el paramédico sospecha que Kurt se lastimó peor de lo que parece a primera vista. Él no parece estar preocupado por la lesiones, sino todo lo contrario, aunque probablemente esto es de todos los días y el hombre mantiene la calma como parte de su trabajo, por lo que Sebastian no se puede estudiarlo y saber que tan mal esta todo esto.

"Ahora Kurt, vamos a ponerte un aparato ortopédico en el cuello que va impidir que muevas la cabeza, por si acaso te lesionaste el cuello en la caída. Va a sentirse apretado, pero no va a interferir con tu respiración, ¿de acuerdo? Entonces vamos a ponerte en la camilla y lo llevaremos al hospital para que revisen tu golpe y tu cabeza.

"Está bien".

A pesar de sus anteriores negativas, Kurt parece haber renunciado y no protesta más sobre ir al hospital. Y luego, todo sucede muy rápido. Andrew se acerca con el collarín en la mano, con cuidado ajusta la posición de la cabeza de Kurt y sujeta el collarín en su lugar. Luego, él y su compañera mueven con cuidado a Kurt, colocándolo sobre la camilla. Sebastian los mira moverse de forma rápida y eficiente, tomando los signos vitales de Kurt y sustituyendo la toalla por gasas formando una compresa nueva. Él ve todo lo que sucede, pero realmente no registra nada, solo a Kurt acostado en la camilla.

Lo que lo hace reaccionar, es cuando la mujer le pide permiso para salir pues está obstruyendo la puerta. Sebastian se hace a un lado y la imagen de Kurt en la camilla lo asusta, lo acojona horriblemente, el hombre se ve tan pequeño, con el collarin y las tiras negras que lo mantienen sujeto a la camilla, y la visión del rostro con la mita cubierto por sangre, eso es lo peor.

Se acerca lo más que puede a la camilla, pero no estorbando el trabajo de los paramédicos.

"¿Adónde lo llevan?"

"Lenox", responde Andrew. "Pero no puede viajar con nosotros, no hay espacio."

El primer impulso de Sebastian es protestar, pero la parte racional de su cerebro que todavía está trabajando y le recuerda que él apenas si lleva puesto los viejos pantalones de franela que usa para dormir, y que no va a ser de mucha ayuda para Kurt semidesnudo y descalzo en una sala de urgencias.

"Voy a vestirme y seguirlos en un taxi."

"Bien. Tal vez también quiera empacar algunas cosas para Kurt. Él va a necesitar ropa cuando lo den de alta."

Sebastian asiente con la cabeza. Por supuesto, Kurt no puede ser dado de alta en bóxers y una camiseta, además de que Kurt no se lo perdonaría. Los paramédicos atraviesan la sala de camino a la salida y Sebastian está listo para ir a la habitación para vestirse y obtener ropa para. Pero a medida que avanzan Kurt se da cuenta de que Sebastian no los está siguiendo.

"Sebastian…", su nombre es pronunciado apenas en un susurro y con miedo. Sebastian está listo para mandarlos al diablo y exigir ir con ellos en la ambulancia, así como olvidarse de la ropa—ya liderará con el enojo de Kurt después—, pero él no va a dejar a Kurt solo.

"Estoy aquí. Escuchaste a Andrew, van a llevarte al hospital. Voy a empacar algo de ropa y entonces iré contigo ¿de acuerdo?, así que no te preocupes por nada, ahí voy a estar. "

"No me gustan los hospitales, Bas."

"Lo sé, y te prometo que estaré allí, ¿de acuerdo?"

Kurt todavía parece ansioso, y a Sebastain le vale quien este mirando, se inclina y deja un beso en la mejilla de Kurt, en uno de los pocos espacios que no está salpicado de sangre.

"Ahí voy a estar, te lo prometo".

"Ok", responde Kurt.

Y Sebastian da un paso atrás para permitir que los paramédicos salgan. La puerta se cierra, se han ido, dejando a Sebastian en medio de su sala con la vista fija en la puerta principal. Unos minutos después empieza a moverse, regresa a la habitación evitando mirar hacia el baño. Seguro que hay sangre en suelo, en la alfombra, la toalla que Sebastian utilizo como compresa tirada en el piso junto a los restos del vaso de cristal… probablemente hasta él este manchado de sangre…

Demasiada sangre para un corte en la cabeza… y Kurt la perdió aquí, en casa, donde debería estar a salvo, mientras que Sebastian estaba durmiendo sin darse cuenta de nada.

Pudo haber muerto…

De repente, Sebastian siente ganas de vomitar.

Camina hacia su closet como un zombi y al encender la luz, el reflejo en el espejo de cuerpo completo lo asusta. No se reconoce… de pie, despeinado, pálido y cubierto de sangre… Entonces, se da cuenta que es mejor que se limpie un poco antes de cambiarse e ir al hospital, y que sea pronto, pues le prometió a Kurt que estaría en el hospital con él.

Así que ignorando el desastre, Sebastian toma lo que probablemente sea la ducha más rápida que jamás haya tenido en su vida. Se lava la sangre de la cara y se talla las manos a fondo, una vez hecho esto está fuera de la ducha, descarta la toalla apenas si se ha secado lo suficiente y camina de regreso a la habitación. Se viste con la primera ropa limpia que puede encontrar, un par de pantalones vaqueros y una camisa de manga larga.

Siente como si tardara más de lo normal en vestirse y atarse las zapatillas de deporte, quizás sea por la falta de sueño, el miedo y la preocupación, pero una vez terminado rápidamente saca del armario su bolsa del gimnasio, la vacía y comienza a empacar una bolsa para Kurt. No es como que Kurt tenga mucha ropa aquí, apenas nada, algo de ropa interior y Sebastian no tiene la paciencia para buscarlas. Así que coge unos bóxers suyos, un chándal y una camiseta, así como su vieja sudadera de Columbia. Ya está a medio camino de la puerta cuando se da cuenta de que olvidó empacar los zapatos y los calcetines, así como su móvil, la billetera y las llaves.

Esa demora es la única razón por la que no se ajusta a su autoimpuesta tiempo límite de quince minutos. El trayecto en el elevador se le hace eterno y apenas se abren las puertas, Sebastian corre hacia la salida. En la calle para un taxi y le da las indicaciones. El viaje hasta el hospital por suerte es rápido y silencioso. Apenas deposita el dinero y sin esperar el cambio, se apresura hacia la sala de emergencia.

La mujer en el mostrador pone a prueba la poca paciencia que le queda cuando en lugar de darle información sobre Kurt, le extiende un sujetapapeles y una pluma para después apuntar hacia la sala de espera y decirle que espere su turno. Todo sin dejarlo hablar.

Sebastian se contiene, sabe que no puede ganar, así que hace una retirada y va a sentarse en la silla más cercana a la vista de la enfermera y empieza a llenar los formularios. Una tarea que se empieza a complicar cuando hay datos o información que él no sabe, porque él no es más que el amante…

Blaine, él tiene que llamar a Blaine. Pero si lo hace perderá a Kurt…


Está terminando de vestirse cuando la llamada de Sebastian entra. Blaine no esperaba lo que el hombre al otro lado de la línea le iba a decir.

Juntos… Kurt… Herido… Lenox…

Blaine no entiende, o más bien, no quiere entender que hacia Kurt con Sebastian y porqué está herido.

Kurt, que debería estar en casa durmiendo, mientras que él termina su guardia en el hospital donde está haciendo su residencia en pediatría.

Con rapidez cierra su casillero, coge su bolso y salé como un bólido del hospital para dirigirse al otro. Su cabeza es un hervidero de ideas, su corazón apretado y agónico entre el dolor y los celos, la ira y la angustia, por lo que se acaba de enterar, lo que le cuesta procesar y se niega a creer.

Infiel… Kurt le ha estado siendo infiel... Y nada menos que con el playboy de su "amigo". Ellos le han estado viendo la cara, burlándose del ingenuo y crédulo Blaine.

Quiere gritar. Arrancarse el corazón por el dolor que lo está atravesando como un hierro caliente que le dificulta respirar…

¿Por qué, Kurt le hizo esto? Él no lo entiende, porqué sí son tan felices. ¿Qué hizo mal, qué no le dio? ¿Acaso, Blaine no es suficiente?

Mi amor no es suficiente…

Traidores…

El taxi se detiene frente a las puertas del Lenox. Blaine se baja y se dirige hacia la entrada de emergencias, ahí en medio del caos y la gente, sus ojos buscan entre los presentes a Sebastian, localizándolo en las sillas que están más cercanas la recepción.

La visión de su "amigo" no hace más que incrementar su enojo. Sentado en las duras sillas de plástico azul está Sebastian, luciendo abatido con los hombros caídos y el rostro entre las manos. Blaine no se compadece de él, no, no hay compasión para los traidores. Con pasos rápidos llega hasta Sebastian, quien parece sentirlo pues levanta la vista justo en el momento en que Blaine esta frente a él.

"Blaine… yo…".

"Ahórratelo y dime qué fue lo que pasó ¿Dónde está Kurt?", Blaine se contiene las ganas de partirle la cara y lo interrumpe.

"Él se cayó golpeándose la cabeza contra el mueble del baño y…"

"¿Familiares de Kurt Elizabeth Hummel?", le interrumpe la voz profunda de un hombre en bata.

Sebastian está fuera de su asiento y sigue a Blaine hasta el otro lado del cuarto casi sin pensamiento consciente. El médico que los llamó es un hombre mayor, entrecano, con una expresión de cansancio y ojeras alrededor de sus ojos. Él sacude las manos de Sebastian y Blaine, quien no tiene mayor paciencia y se adelanta a Sebastian para preguntar por el estado de Kurt.

"¿Cómo está Kurt?"

"Buenos días. Soy el doctor Tompson, soy quien atendió al señor Hummel después de haber sido traído aquí ¿Puedo preguntarle cuál es su relación con el Sr. Hummel?"

"Soy Blaine Anderson, su novio...", dice con seguridad Blaine.

Al escucharlo Sebastian siente un golpe en el estomago que le sofoca y le hace preguntarse el porqué sigue ahí. ¿Qué es él, para Kurt? Su amante, el hombre que sostenía una toalla contra su cabeza… ¿Qué etiqueta es la que le corresponde?... ¿Por qué sigue aquí?... Este es el lugar de Blaine.

Pero Sebastian sabe que ellos no pueden ponerle etiqueta a lo que son.

"Bien, señor Anderson, el señor Hummel preguntó por Sebastian Smythe", dice el médico sin notar como el ambiente de pronto se torna tenso.

Puede volver a verle en tan sólo un minuto".

"Soy yo, ¿Cómo está?" Sebastian está haciendo todo lo posible para ser paciente y evitar mirar a Blaine, aunque puede sentir la mirada iracunda perforándole.

"Él va a estar bien. La herida en la frente requiere doce puntos por encima de la ceja izquierda y el puente de la nariz, pero es la única lesión externa que recibió de la caída. Él está mostrando signos de una conmoción cerebral muy leve, pero hicimos una tomografía para descartar inflamación cerebral y al parecer todo está bien".

"Puedo verlo"

El médico asiente. "Por supuesto, sólo hay una cosa más. El señor Hummel quiere ser liberado, pero debido a la conmoción leve, no puedo estar sin supervisión. Alguien debe mantener un ojo en él para las próximas doce a veinticuatro horas."

Sebastian se encuentra asintiendo con la cabeza antes de que el médico siquiera ha terminado la frase.

"Por supuesto. Me lo llevaré a casa conmigo y cuidare de él", dice Sebastian, ignorando a Blaine en todo momento, pero sintiendo la tensión del hombre golpearle a cada palabra. Pero Sebastian está convencido, el va a luchar por Kurt, no importa que.

"Bien, ahora, el señor Hummel probablemente va a tener dolores de cabeza, eso es perfectamente normal después del golpe en la cabeza que recibió, él puede tomar Tylenol o cualquier otro medicamento de venta libre acetaminofeno. Él no debe tomar ninguna aspirina o ibuprofeno, y no más de la dosis recomendada. Ninguna actividad agotadora durante los próximos días, pero no tiene que estar en reposo completamente. Está bien dejarlo dormir pero hay que despertarlo en intervalos regulares y comprobar para ver si todavía coherente eso durante las primeras doce horas. Si no está coherente, sólo tienen que tomarlo con calma durante los próximos días".

"¿Hay algo que deba tener en cuenta? Quiero decir, ¿y si se pone peor?", pregunta Sebastian, debido a que Sebastian no tiene interés en repetir la escena de aferrarse a un Kurt semi-consciente mientras esperan a que la ambulancia llegue.

"Si se muestra cualquier signo de confusión, se queja de visión doble o borrosa, o si no puede despertarlo adecuadamente, regresan inmediatamente. Ahora, él puede experimentar algo de náuseas eso es perfectamente normal, pero vómitos repetidos es también una señal que deben tener en cuenta. Generalmente, es mejor prevenir que curar, y las lesiones en la cabeza no son para tomarse a la ligera. Si muestra cualquier síntoma adicional o alarmante, no dude en ponerse en contacto con un médico o traerlo de vuelta aquí. Él debe regresar en ocho a diez días para que le quiten los puntos. Una enfermera le dará instrucciones sobre el cambio de vendajes y el control de la herida para buscar signos de infección. El señor Hummel va a ser liberados tan pronto como el proceso del papeleo termine".

"Gracias, Doctor", dice Blaine buscando hacerse presente y retomar el control.

"De nada. Ahora, si me siguen los llevaré con él, y les haremos saber tan pronto como su papeleo este hecho, así como el surtido de las recetas."

Cabeza de Sebastian es un hervidero de toda la información, y muy probablemente no será capaz de recordar la mitad de todo una vez que están de vuelta a casa, pero ahora mismo lo único que quiere hacer es ver a Kurt finalmente con sus propios ojos y convencerse a sí mismo que él está bien.

Siguen al médico y por un pasillo hasta que se detiene frente a un área con cortinas que aíslan las áreas de exploración y a los pacientes.

"Es por aquí, la última cama a la derecha. Voy a enviar a una enfermera por el papeleo y le informará sobre cómo cambiar los vendajes y el surtido de la receta."

Sebastian tiende la mano y se despide del médico.

"Gracias."

"No hay nada que agradecer, solo asegúrense de que descanse lo suficiente. Eso es realmente lo mejor para el señor Hummel", dice el médico, quien se despide de Blaine también para después dar media vuelta y dejarlos.

"Ya escuchaste, Kurt va estar bien. Ahora lárgate", dice Blaine con voz fría.

"Blaine, Kurt..."

"No digas nada, porque te juro por Dios que poco me falta para hacerte tragar cada una de tus palabras. Vete Sebastian, Kurt es mío y no voy a perderlo…"

"Yo tampoco", Sebastian lo mira con dura determinación. "Voy a luchar por él, Blaine".

Sabe que está mal, puede ver el daño que ha hecho en los ojos cálidos de Blaine. Sabe que su amigo es la víctima aquí, pero Sebastian ama a Kurt, y nada ni nadie va a impedir que luche por él.

"Esta lucha la tienes perdida, bien sabes a quien va a elegir Kurt. Así que da marcha atrás..."

"Ya lo veremos, Blaine", está por dar media vuelta para irse cuando el peso solido de la bolsa en su mano le recuerda la ropa. "Toma, no querrás que Kurt ande desnudo cuando lo den de alta".

Blaine le arrebata la bolsa y Sebastian le sonríe con cinismo. El más alto da la vuelta y regresa por el pasillo por el que llegaron. Camina aguantándose las ganas de regresar e impórtale una mierda lo que Blaine diga y ver a Kurt, cumplir la promesa que le hizo, la de estar aquí con él y luego llevarlo a casa y ser él quien lo cuide. Entonces la poca alegría de que Kurt preguntara por él se esfuma, al saber que no puede ocupar el lugar de Blaine, de momento no.

Pero Sebastian no se va a rendir. Porqué aunque los finales felices no se escriben para le gente con él, Sebastian va a hacer el suyo posible.