Los personajes no me pertenecen, los tomo prestados de la gran Rumiko.
*Entre el deber y el amor*
Capítulo 1
"El último verano a su lado fue una tortura, es que no quedaba nada de aquel inocente y humilde chico que conocí... de mi "prometido" como mi padre solía referirse a él. Simplemente ya no era el mismo, o yo me había hecho una imagen errónea de él. Papá me había dicho cientos de veces que es lo que mi madre hubiese querido para mí, y en un principio lo creí, quizá era algo bruto pero siempre estaba ahí para ayudarme en lo que necesitáramos mi familia y yo, pero a medida que pasó el tiempo, y sobretodo desde que decidimos formalizar la relación, salió su verdadero yo. Ese verano fue crucial para darme cuenta de que no quería una vida a su lado, fue un tormento... siempre estábamos enfrascados en peleas, celos que rozaban lo enfermizo por su parte y prohibiciones que estaban a la orden del día… prohibiciones que yo nunca consentí y como consecuencia de mi, según él, rebeldía, volvíamos a las peleas… era un círculo vicioso del que no lograba salir. Vislumbré lo que podía llegar a ser mi vida de casada, iba a convertirme en parte de la decoración de la casa, sí... una esposa florero… porque aunque él constantemente me decía que me quería, sabía que no era verdad, lo podía ver en sus ojos. Sólo era su premio, alguien que le servía para satisfacer su necesidad sexual, que cada vez era más esporádica para tranquilidad mía, porque estaba empezando a odiar que me tocara...no me extrañaría que estuviera con otras chicas… pero sinceramente no me importaba. Eso era para él… quería la esposa perfecta, que sirviera su comida y que engendrara y cuidara a sus hijos, nada más ... Y pensé si eso era lo que mi madre realmente quería para mí, como decía papá, pero claro que no, Mamá quería que yo fuera feliz. Y cuando buscaba una excusa para romper con todo, llegó esa bendita carta, tuve la suerte de que el cartero me la entregó personalmente y así llegó el momento de tomar el control de mi vida"
-Respira Akane...tranquila… sabías que ibas a conseguirlo. ¿Qué es lo que narices te preocupa? Era lo que siempre habías querido, desde que eras pequeña sabías cuál era tu camino y te has esforzado al máximo para llegar a tu objetivo. Sólo te queda el último escalón... - una chica de 28 años, con el pelo corto negro azulado y grandes ojos color chocolate, se miraba en el espejo hablándose a sí misma. Llevaba una carta que sostenía con ambas manos, no podía dejar de temblar.
Era una carta que llevaba años esperando, fruto de su esfuerzo.
-Akane, hija… el taxi que has pedido está en la puerta - la voz de su padre la sacó de su diálogo consigo misma.
-¡Ya voy papá! - cogió su maleta y se volvió a mirar al espejo, inhaló aire fuertemente para exhalarlo de forma muy pausada - Empieza tu nueva vida - y con una sonrisa abrió la puerta de su dormitorio donde se encontró a su progenitor con un semblante bastante serio.
-¿Por qué has tenido que llamar a un taxi? Él te hubiera llevado sin problemas - Akane emitió un ligero gruñido y empezó a caminar escaleras abajo, otra vez el mismo tema…
-Papá, ya no estamos juntos. No sé cuántas veces voy a tener que repetírtelo, parece que ni a él ni a ti os entra en la cabeza.
-Pero es tu prometido, gracias al dinero que trae estamos pagando las deudas que… - la chica se dio la vuelta para enfrentar a su padre.
-¡Las deudas que tú mismo creaste por tu adicción al juego! ¡Yo no le debo nada a nadie! ¡Es mi vida y yo elegiré cómo quiero vivirla!
-¡Pero él te quiere! ¡Akane, dale una oportunidad! Si te vas dejará de pagar la deuda… ¿piensas abandonar a tu padre? Además, tú también lo quieres a él….
-¡No! Creía que lo quería pero no, él ya no es el chico que yo conocí… ha cambiado… pero, ¿qué hago hablando contigo de esto? Tengo prisa. Te llamaré cuando llegue a Tokio.
La peliazul le dio a su padre un rápido beso en la mejilla, sin dejar lugar a réplica alguna por parte de él, suspiró y con tono dulce le dijo - Ya es hora de decidir por mí misma, necesito este cambio, por favor entiéndelo… Kasumi y Nabiki han tomado su camino, ahora me toca a mí - y abrió el portón de su casa dispuesta a dejar atrás su antiguo barrio.
-Oh, no… - dijo bajito la chica. Miró en todas direcciones y no había rastro del taxi, en su lugar estaba su ex-prometido sentado en el capó de su Mercedes Clase GLE Coupé negro, con los brazos cruzados y cara de pocos amigos.
-¿Pensabas irte sin despedirte de mí...ca-ri-ño? - remarcando muy bien las últimas palabras.
-Taro… ya hemos hablado mil veces de esto, lo nuestro terminó. Asúmelo de una vez.
El chico se acercó hasta donde estaba ella, le quitó la maleta de las manos - Te llevaré yo hasta Tokio, hablarás con quien tengas que hablar para que te dejen en Nerima y al volver te instalarás conmigo en el apartamento que tengo aquí, y no hay más que hablar.
-¡¿Qué no hay más que hablar?! ¡Tú no eres nadie para decirme lo que debo o no debo hacer!
El chico metió en el maletero el equipaje de la peliazul y dio un sonoro portazo - Te he dicho mil veces que no me repliques, Akane… - habló entre dientes y mirando fijamente a la peliazul con el ceño fruncido.
-¡No tienes ningún derecho sobre mí! ¡Que te entre ya en la cabeza! - la chica se acercó a paso rápido hasta el maletero de su ex-pareja para intentar recuperar su maleta. El chico aprovechó una distracción de ella para acorralarla entre el coche y él. Le sujetó las muñecas y acercó su rostro a escasos milímetros del rostro de ella.
-¡¿Qué no tengo derechos sobre ti!? ¡Soy tu prometido, maldita sea! Bastante que te permito jugar a los policías, ¿y pretendes dejarme? ¡Yo pago las deudas de tu familia! ¡Me perteneces!
-¡Yo no pertenezco a nadie, ¿me oyes?! ¡Suéltame ahora mismo si no quieres acabar entre rejas por agresión a un agente de la ley!
El chico la miró sorprendido y comenzó a reír a carcajadas - ¿En serio? Akane, mi amor… vamos a dejar las tonterías aparte… esos jueguecitos eran divertidos en la cama… - Akane intentó separarse de él pero era extremadamente fuerte, además de ser todo un maestro en artes marciales. Ella también lo era pero físicamente él le daba mil vueltas. Aún así lo miró sin pestañear.
-¡No te lo voy a volver a repetir, suéltame Taro!
-Siempre lo pones taaan difícil, cariño… y eso me excita tanto… - comenzó a acariciar el muslo de la chica por debajo de su falda, subiendo la mano hasta que se topó con el inicio de sus braguitas, ella se la apartó de un fuerte manotazo.
-No te atrevas a ponerme un dedo encima o te juro que será lo último que hagas en esta vida… - sí, él la superaba en fuerza y lo sabía, lo había visto pelear, ella misma había entrenado con él, tenía la fuerza de un toro pero no se iba a dejar amedrentar por eso, se acabó.
Él la agarró con fuerza de la muñeca y la llevó hasta la puerta del copiloto - ¡Ya estoy harto de juegos! ¡Monta en el coche!
Akane por fin consiguió soltarse del agarre de su ex-prometido - ¡Te he dicho que no voy a ir contigo a ningún lado! ¡Abre ahora mismo el maletero y devuélveme mi maleta!
En ese momento pasó una patrulla de la policía y se paró justo al lado del coche de Taro, dos hombres de mediana edad se bajaron del vehículo - Buenos días oficial Tendo, ¿algún problema? La hacíamos ya en Tokio.
-Ningún problema oficial Miyagi, mi ex-prometido estaba a punto de devolverme mi equipaje… - la mirada que le lanzó a Taro podía haber congelado el infierno. Estaba deseando alejarse de él.
El chico abrió el maletero y le entregó el equipaje, antes de soltar la maleta se volvió a acercar a ella - Esto no quedará así… cariño… - se montó en su Mercedes y se alejó de la casa de los Tendo tan rápido como llegó.
-¿Necesita que la llevemos a algún sitio? - se ofreció el segundo policía.
-Pues si me pueden acercar a la estación de tren se lo agradecería - sale uno a Tokio dentro de 20 minutos.
-No lo dude, suba por favor.
Akane echó un último vistazo a su casa y se montó en el coche patrulla directa a su nueva vida.
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A esa misma hora, en lo más profundo de un bosque al oeste de Tokio, se hallaba una base oculta del cuerpo especial de la Policía de Japón. Todo estaba preparado para la llegada de cinco miembros de élite, a los cuales les aguardaba un duro entrenamiento, era la última prueba para entrar en la unidad más secreta, encargada de operaciones altamente peligrosas relacionadas con la mismísima mafia japonesa, la llamada Yakuza.
El capitán del cuerpo de élite y encargado de adiestrar a los integrantes del equipo se llamaba Ranma Saotome. Era un chico demasiado joven para ocupar ese cargo. Alto, ojos azules, cabello negro azabache recogido en una trenza. A sus 30 años ya llevaba más misiones exitosas a sus espaldas que alguno de sus superiores. Condecorado en más de una ocasión con la medalla al valor.
Amaba su trabajo, ese chute de adrenalina cuando estaba en una misión se había convertido en una droga para él. El servicio de inteligencia en cooperación con la unidad de narcóticos llevaba años detrás de un clan Yakuza que movía una gran cantidad de droga, aparte de otras actividades… entre ellas, peleas ilegales. En ocasiones encontraban cadáveres flotando en el río con signos de violencia, muchos de ellos eran de personas de las cuales se había denunciado su desaparición, habían sido vendidas para este tipo de peleas; mera diversión para ricachones… la mayoría era gente humilde que aceptaba luchar por comida para sus familias. Y ahí entraba el capitán Saotome y su nuevo grupo. Seleccionaron a los mejores y más cualificados para la mayor misión por parte de la Policía de Japón.
-¿Se puede, capitán? - un chico de la misma edad que Ranma, con cabello oscuro y ojos color miel, entró sonriendo y mostrando un colmillo muy característico.
-Ryoga, estando solos sabes que no necesitas hablarme con formalidades. Nos conocemos desde que éramos pequeños - Ranma le habló a su fiel compañero sin levantar la vista de los expedientes de los policías seleccionados para la misión, concretamente no podía apartar la mirada de uno en particular… una tal Akane Tendo de Nerima.
-Bueno, así ensayo para cuando lleguen los pobres condenados - Ryoga se sentó en la silla que estaba justo en frente de su amigo. Lo miró de manera interrogatoria… - ¿Qué estás mirando con esa cara de bobo? A ver… - el chico del colmillo, con extrema rapidez le quitó el expediente que estaba ojeando su capitán justo en ese momento.
-¡Ryoga, devuélveme eso! - Ranma alargó el brazo para recuperarlo pero su compañero se levantó de la silla y empezó a leer en voz alta.
-Akane Tendo, 28 años, oficial en Nerima, bla bla bla…. Habla 5 idiomas… mmmm interesante, campeona de estilo libre por 3 años consecutivos en la categoría femenina… Vaya, tú también eres campeón en categoría masculina de esa modalidad, qué coincidencia…
-Ryoga no te lo voy a repetir más veces, devuélveme el expediente - la voz de Ranma comenzaba a sonar impaciente. Sólo su amigo de la infancia lograba sacarlo de sus casillas con facilidad.
-A ver las fotos… Veamos qué tal es la tal… ¡Fiúuuuu, madre mía! ¿Pero de dónde ha salido este bombón? Ufff con el frío que hace hoy estoy entrando en calor… con razón tenías esa cara…
-¡Yo no tenía ninguna cara! ¡Es otra integrante más del equipo! ¡Qué no se te olvide! ¡Dame el expediente!... es la última vez que te lo repito Sargento Hibiki.
-¿Me llamas formalmente? Creo que te has enfadado porque he dado en el clavo. Si llego a entrar dos minutos más tarde seguro que te pillo tocándote mientras miras a esta pedazo de muj… Ahhhh ¿qué coño haces Ranma? - en menos de dos segundos Ryoga se encontró con la cara pegada al suelo y las manos a la espalda. Ni siquiera se percató de cuándo el azabache se acercó a él y le aplicó esa llave. Era rápido, demasiado… gracias a eso en más de una ocasión había salvado su vida.
-Sabes que mi paciencia brilla por su ausencia y ya me estabas tocando un poco las narices… la oficial Tendo va a ser una miembro del equipo como cualquier otro, si fuera por mí, no la hubiera seleccionado pero parece que ni yo puedo elegir a mi equipo.
-Pero si tiene un expediente impresionante… joder Ranma… suéltame que apenas puedo respirar - el joven capitán liberó a su compañero y amigo de la llave, Ryoga se puso en pie y se sobó las muñecas - Desde luego qué poco sentido del humor tienes.
-¿Qué querías? Para algo has venido, ¿no? - Ranma volvió a tomar asiento tras la mesa de su despacho y guardó el expediente Tendo al final de todos los demás.
-Era una visita cordial, de amigo a amigo… bueno, tengo noticias de Ukyo.
-No me interesan, ¿algo más?
-¿Sigues afectado? No eres el primero al que dejan por otro, ese tal… Konatsu… parece que desciende de ninjas, ¿te lo puedes creer?
Ranma se cruzó de brazos y se echó en el respaldo de su silla - ¿Qué parte de no me interesa no has entendido? Lo que haga o deje de hacer Ukyo me trae completamente sin cuidado. Fuimos obligados a comprometernos, ni yo la quería ni ella a mí. Que se fugara con otro era lo más normal, sobretodo porque yo paso mucho tiempo fuera, al igual que tú… por eso te dejó Akari, ¿no amigo?
-Desde luego hoy no sé qué bicho te ha picado que no se puede hablar contigo, pareces una nenita a la que sus padres no le compran una piruleta - Ryoga volvió a tomar asiento frente a Ranma.
El pelinegro lo fulminó con la mirada, estaba claro que hoy su amigo estaba dispuesto a comprobar los límites de su paciencia - Puedes hablarme de algo que me interese, de esa forma no tendré que mandarte a paseo.
-Vale… algo que te interese… hablemos de esa Akane Tendo - dijo con una gran sonrisa.
Una vena comenzó a hincharse en la sien de Ranma - ¡Sal de mi despacho, Hibiki! ¡Ahora!
-No cambiarás nunca, cuando te acorralan saltas a la defensiva. Está bien, te dejo que te toques tranquilamente. Yo iré al baño a… iré al baño…
-Eres un cerdo… tú sí que no vas a cambiar. Te lo advierto, no te acerques a ella a no ser que sea de manera estrictamente profesional. ¡Es una orden!
Ryoga se cuadró ante Ranma y le hizo un saludo militar - A sus órdenes, capitán - acto seguido se dio la vuelta y salió del despacho de Ranma.
Cuando el pelinegro se quedó solo rescató de nuevo el expediente de la oficial Tendo y lo abrió donde estaban las fotos de la chica. Una linda morena de cabello corto y ojos enormes de color avellana, pequeñita, como a él le gustaban, cuerpo de infarto y una sonrisa que le provocaba una discreta pero notoria proposición. - Esto va a ser un infierno… - cerró de golpe la carpeta y dio con la frente en su escritorio.
Continuará…
¡Hola a todos de nuevo! Aquí regreso con un nuevo fic. Ranma antes bombero, ahora policía… lo confieso… son los gremios que encuentro más sexys, y cómo no le van a quedar bien a nuestro Dios griego.
Ahora mismo poco que comentar, ¿apuestas de quienes serán los otros cuatro miembros del cuerpo de élite compañeros de Akane? Seguro que lo adivináis, si no, será desvelado en el siguiente capítulo.
Sin más, espero que me acompañéis en esta nueva historia y que con ello consiga distraeros un poco de la rutina diaria.
Infinitas gracias a mi b-reader Sailordancer7, sin ti esto no sería lo mismo.
A mis locasporeldiosgriego que me apoyan en todo lo que hago y siempre están ahí en los buenos y en los malos momentos. Os quiero chicas!
Nota: algunas situaciones o lugares están documentadas y otras son libres de mi imaginación, más bien la segunda. He adaptado según me ha gustado para el fic
Nos leemos en el siguiente capítulo
Sakura Saotome :)
