Actualización Febrero 2017: Madre mía la de años que han pasado. No sé cómo he acabado aquí otra vez, pero me he sentido con el deber moral de arreglar un poco este fic (errores ortográficos, mejorar un poco la calidad de las descripciones y demás).
Por otro lado, me ha parecido poco honesto cambiar grandes rasgos de la historia. Han pasado 11 años (¡ONCE!) de la publicación de este fic que escribió una chiquilla de 14 años que poco sabía de la vida. Soy consciente de que algunos personajes (si no todos) están OoC y que la historia recrea actitudes tóxicas. Probablemente si lo escribiera a estas alturas de la vida, sería diferente.
En cualquier caso, disfrutad y leed con criterio las locuras del primer longfic de una adolescente (un poco mejoradas).
Importante:
– He corregido errores ortográficos y mejorado algunas descripciones y diálogos, pero sin cambiar nada reseñable. Así que, se puede decir que es el mismo fic que escribí con 14 años.
– He quitado los comentarios al inicio y final de cada capítulo, que dan un poco de vergüenza ajena.
– También he quitado las canciones que tenía metidas en mitad del texto, puesto que parece ser que los songfics están ahora prohibidos (y me da un poco de vergüencita mi gusto musical de la época).
– Voy a ir actualizando poco a poco los capítulos, así que si veis que en el título del capítulo pone (editado), quiere decir que mi yo-de-14-años ya ha pasado por el control de calidad de mi yo-de-25-años.
Los hechos se desarrollan en un AU después del quinto libro (La Orden del Fénix) en el que el sexto (El misterio del Príncipe) no ha sucedido, pero el trío maravilla está en séptimo curso (no sé para qué me lío tanto, básicamente Dumbledore está vivo y Harry&Co están en séptimo curso).
Disclaimer para todo el fanfic: Estos personajes y localizaciones NO me pertenecen, todos los derechos son de JK Rowling (y en todo caso a la Warner).
Prácticas ¿en el Bosque Prohibido?
1. El anuncio de Dumbledore (editado)
Los terrenos de Hogwarts estaban cubiertos de nieve blanca. El lago, congelado, reflejaba la luz de la luna ya que a penas había ni una sola nube en el cielo. Todos los alumnos se encontraban en el Gran Comedor, disfrutando de la cena y se respiraba cierto aire de expectación, como si pudieran oler que algo importante iba a pasar. Una chica de cabellos largos y ondulados estaba sentada en la mesa, hablando animadamente con su novio Ron.
– ¿Qué vamos a hacer estas navidades? – preguntó Hermione con una sonrisa.
– Pues yo seguramente iré a Italia con mi familia, la verdad. – contestó Ron con una sonrisa nerviosa dibujada en la cara.
– Pero pensaba que habíamos quedado en pasar estas Navidades juntos...
– Es que nos ha tocado un premio en el Ministerio de Magia y no me puedo negar a ir – explico Ron evitando la mirada de Hermione.
– ¡Ah! Bueno... No pasa nada.
– Vale, vale... – musitó Ron mientras miraba a una hermosa chica que pasaba.
– ¡Ron! ¡Cierra la boca o llenaras tu plato de babas! – vociferó Hermione, levantándose y saliendo irada del Gran Comedor.
Ginny, que había sido testigo de la escena, corrió para intentar alcanzar a Hermione. Cuando la alcanzó, Hermione se había sentado en un aula vacía y estaba conjurando pequeñas luciérnagas y llorando silenciosamente.
– Hermione… – la llamó Ginny.
– ¿Ginny? Hola... Estaba aquí practicando unos hechizos… – intentó sonreír Hermione, que falló en el intento y dos lágrimas más rodaron por sus mejillas.
– Sé que no es verdad. No sufras por Ron, ya sabes que él es así y le costará mucho cambiar, pero yo sé que él te quiere.
– Ya… pero cuando estoy con él me siento ignorada, como si no fuera nadie.
– Venga Hermione, no te deprimas. Volvamos al Gran Comedor, que el director está a punto de dar un discurso – intentó animarla Ginny.
– Bueno… Pero no me sentare a menos de diez metros de Ron.
– Tranquila ¿vamos?
Cuando volvieron al Gran Comedor la comida ya había desaparecido de las mesas y Dumbledore se disponía a empezar su discurso. Mientras se sentaban, Hermione notó como alguien la miraba fijamente y al girarse, se encontró con unos ojos grises que se apartaron enseguida de su camino. Hermione conocía esos ojos, pero no recordaba a quién pertenecían.
– Queridos habitantes del castillo, espero que hayáis comido bien y que aún no os entre sueño, porque tengo algo muy importante que comunicaros; Algo que no se ha hecho en Hogwarts nunca antes pero, dada la situación en la que nos encontramos, creo que será de mucha ayuda. – Dumbledore hizo una pausa, creando expectación entre los alumnos sorpresa – Durante el mes de julio, los alumnos de sexto y séptimo se adentraran en el Bosque Prohibido y permanecerán allí todo el mes.
Se oyeron pequeños gritos de sorpresa por parte del alumnado, sobretodo de los alumnos de sexto y séptimo.
– ¿Qué dice Dumbledore? ¿Está loco o que? Meternos en el bosque prohibido… – exclamó Ginny.
– Los años no perdonan – rió Lavander con su amiga Parvati.
– Shhhhhh... ¿No veis que tiene que decir algo más? – las reprendió Hermione reclamándoles silencio.
Efectivamente, Dumbledore tenía las manos levantadas reclamando la atención de los jóvenes.
– Creo que acierto si digo que muchos de vosotros pensáis que estoy loco – dijo con una media sonrisa y guiñándole el ojo a Ginny – pero, para que me entendáis, os explicare en que consistirá esta prueba. Mediante esta estancia, adquiriréis las habilidades necesarias para enfrentaros a todo lo que podéis encontrar en el mundo exterior cuando salgáis de la protección de Hogwarts. Tendréis desde ahora hasta junio para prepararos física y psicológicamente, además de aprender los conjuros y pociones necesarios para pasar la prueba.
Todo mundo miraba a Dumbledore con cara de horror.
- ¡No me miréis así! – dijo Dumbledore socarronamente – En todo momento estaréis seguros porque los profesores haremos guardia por el bosque. Y si necesitáis algo solo tendréis que echar chispas rojas al cielo y nosotros os vendremos a ayudar. Pero bueno, esos detalles se hablarán mas adelante. Lo más importante por ahora es que os preparéis. Pero para eso os asignaremos una una pareja, claro. Mañana sabréis las parejas, que serán definitivas. Sin excepciones. Y ahora, os podéis dirigir a vuestras habitaciones a descansar, mañana será otro día, mejor para unos que para otros.
Los alumnos subieron en silencio a sus habitaciones, todavía en shock por el inesperado anuncio. Mientras el sueño se apoderaba de Hermione, no podía parar de pensar en lo que había dicho Dumbledore y en su futura pareja ¿Quién seria? No tenia ni idea pero su sexto sentido le decía que no le iba a gustar. Y su intuición pocas veces fallaba.
