Bueno, desde hace varios dias que tenia ganas de sacarme este fic de la cabeza, al final consegui ponerlo en palabras, tengo que admitir que fue mas dificil de lo que pense. no por la escritura en si, sino que ser TAN pesimista para escribir el principio es bastante complicado viniendo de alguien euforico como yo jaja,

son masomenos 3 capitulos, asi que sin mas preambulos, el primero de ellos...


"La soledad es el mejor escudo contra los males de la humanidad."

Una frase que puede sonar un tanto pesimista no? Pero esa asi, el ser humano es un ser corrupto, movido únicamente por sus intereses personales. Si yo lo sabré, a mis quince años he tenido que soportar a una cantidad ya incontable de personas asi, como única hija del señor feudal mas importante de todo Japón, mi deber es siempre mantener la firmeza y la compostura ante cualquier situación.

Desde pequeña, siempre he quedado a cargo de mucha gente, "empleados" diaria yo… mi padre? el siempre esta ocupado, demasiado como para recordar que tiene una hija, pero no lo culpo, el no eligió cargar con esas responsabilidades, solo fue su destino, asi como pronto también será el mío…

Mio… vaya nombre que me ha tocado, soy solo un símbolo de pertenencia, un objeto que hasta que no cumpla un rol activo como el de mi padre, solo puedo limitarme a esperar el momento, aquí, en soledad… soledad… mi mejor compañera…

Mi madre? La verdad, no lo se…desde pequeña me han hecho creer que ella falleció al darme a luz, pero por diversos medios, y oyendo conversaciones que realmente no debía oír, me encontré con un rumor que decía que ella se había escapado con un joven pintor extranjero poco después de mi nacimiento, eso explicaría porque mi padre jamás ha siquiera mencionado palabra alguna sobre ella, a menos que sea como respuesta a una pregunta mía, aunque claro, sus respuestas eran solo monosílabos de afirmación o negación. Eso es desesperante

La vida en si es desesperante, estar rodeada de personas me repugna, esa gente solo esta conmigo por su conveniencia, son solo empleados que buscan mi aprobación, o mas bien, la de mi padre. Los que no lo son? Son todos iguales, trabajando o no para esta familia, todos buscan lo mismo, todo es por conveniencia, pero no puedo culparlos, la gente se mueve por conveniencia pero…

Odio a la gente…

Es asi, siempre con falsas sonrisas ante mi, siempre buscando mi aprobación, mis "sonrisas" a modo de respuesta son solo un gesto automático, una cuestión de educación. Algo que como heredera tengo que tener mas que presente, pero aun así… no recuerdo cuando fue la ultima vez que sonreí realmente, si es que alguna vez en mi vida lo hice… no puedo saberlo, a esta altura de la vida, no se siquiera que es eso que muchos llaman felicidad…

Que es la felicidad? Le he preguntado a muchos, y si bien he llegado a la conclusión de que la felicidad es algo relativo, tiene un medio en común, la felicidad es en base a un logro, físico, psicológico, anímico, emocional, lo que sea. Pero no esta muy lejos de eso… ser algo importante… de ser un logro

Logro? Que clase de logro puedo tener yo para alcanzar la felicidad? Siempre he tenido absolutamente todo lo que he querido al alcance de mis manos, jamás debí rogar por nada, jamás debí esperar demasiado por algo, jamás… jamás he sentido la expectación por la llegada de algo o de alguien…

Alguien? Hay alguien en mi vida? Mi padre tal vez? No, ya no, el es solo una figura en el horizonte, una figura que debo ver y respetar, que debo seguir a la distancia pero imitar fielmente… Los empleados de la casa tal vez? No, claro que no, a ellos no les importo yo como persona, solo les importa mi posición como heredera, nada mas que eso…

La puerta de mi habitación sonó, aun aquí, aislada en mi habitación, mirando aquel horizonte que solo desde mi ventanal puede apreciarse debidamente, solo desde este lugar, ese horrible muro no se vuelve un estorbo ante la hermosa imagen de los atardeceres, ese horizonte tan lejano, solo mirándolo me sentía relajada, mi única compañía era un enorme ciprésque alzaba su copa por sobre ese muro, una copa frondosa y hermosa, siempre me he preguntado como serán sus raíces o su tronco, jamás he podido verlos… tampoco se, si los veré algún día… ese muro, es un celoso protector… la puerta sonó nuevamente, quisiera solo estar tranquila este día, pero aun asi, tenia mis obligaciones del día…

"Pase"

Dije a tono de desgano, ya sabia de que se trataba, pero aun asi, y aunque lo detestara, tenía que hacerlo. Después de todo, ese día era lunes, era inevitable…

Yuri, mi joven celadora, entro a la habitación, no necesitaba siquiera mirarla, sabia lo que diría y lo que haría cada paso y cada palabra lo había visto y oído repetidas veces, ya hasta perdí la cuenta, no quería mirarla, pero claro, debía respetar mis modales…

"Señorita Mio, su acompañante para esta semana esta aquí, ojalá esta semana las cosas puedan salir mejor, por favor, ponga un poco de su parte señorita, su padre hace esto por su bien, la soledad…"

"no es amiga de nadie" –le interrumpí, se que no era nada cortés pero, era oír siempre lo mismo una y otra vez… comenzaba a hartarme- "ya me lo has dicho muchas veces Yuri, pero ya veremos, solo dile que pase" –ella afirmo con su cabeza y salio de mi habitación.

Ya era una costumbre, todos los lunes llegaba una nueva, ya ni recuerdo cuando comenzó esto, pero cada semana es mas desagradable. Odio a la gente, no entiendo porque mi padre que hace socializar con este tipo de gente esperando que pueda formar una "amistad" con alguna de ellas…

Amistad? Que clase de amistad puedo formar con este tipo de gente. Ni mi padre ni Yuri lo saben pero estoy plenamente conciente que estas "amistades" que intentan acercarse a mi son solo otro tipo de "empleados" que vienen aquí, únicamente con el objetivo de una retribución monetaria. Como formar una amistad con gente tan desagradable egoísta?

Aun recuerdo mi tranquilidad hasta hace solo 2 meses, parecía que al fin todos se rindieron, porque por un largo tiempo, los lunes fueron un día tan tranquilo como los demás, pero no estoy conciente de porque, hace ya un mes que las visitas comenzaron de nuevo, esta era la cuarta consecutiva. Sinceramente comenzaba a ver esto como una tortura.

Todas las semanas alguien nuevo, rogando por mi aprobación, buscando cualquier excusa o recurso para mantenerse mas de los 6 días que siempre les doy. No porque me parezcan interesantes, sino porque me han impuesto ese régimen, ellos creen que tarde o temprano encontraré a alguien a quien no odie… lo veo difícil… en verdad odio a la gente…

Mi vista seguía en el horizonte cuando la puerta de mi habitación sonó nuevamente, di un fuerte suspiro, era comenzar con la rutina nuevamente, pero que mas da, a esta altura, ya lo veía como una preparación, ya que tarde o temprano cuando tome el lugar de mi padre, tendré que tratar con gente igual de desagradable que esta que se presenta ante mi.

Me puse de pie muy desganada, caminé lentamente hasta la puerta, a decir verdad, no tenía ningún apuro por dejar entrar a esa persona quien quiera que sea…

Fue cuando algo cambio con respecto a veces anteriores, la puerta sonó otra vez, eso era raro, quien quiera que sea, no entiende la descortesía que es apresurar a la gente, mas cuando este es tu "patrón"

Abrí la puerta, un tanto interesada por saber quien podría ser, cuando lo hice, los vi, unos maravillosos ojos color ámbar frente a mi, nunca había visto un color asi, era tan exótico, me llevé una sorpresa, no podía dejar de mirarlos fijamente con intriga, eran tan… únicos

"he… disculpa, estas bien?" –Pronuncio la joven hasta ahora desconocida mientras movía su mano frente a mis ojos tratando de llamar mi atención-

Salí de mi trance momentáneo y volví a mi habitual expresión de indiferencia

"no sabes que es de descortés apresurar a la gente con el golpeteo de la puerta" –le dije dándole una mirada rápida-

Era una joven bastante bonita, solo un poco mas baja que yo, de una piel blanca pero algo bronceada y un cabello castaño claro, corto casi a la altura de sus hombros y un delicado listón amarillo sujetando su flequillo para que no se asentara en su rostro.

"lo siento, es que creí que talvez no me habías oído" –dijo rascando su nuca y sonriendo ampliamente… pe-pero que… esa sonrisa, era tan diferente, no se exactamente que, pero no era igual a ninguna que había visto… se veía tan… sincera…-

"Soy Tainaka Ritsu, mucho gusto" –me dijo extendiéndome su mano a modo de saludo, yo simplemente posé mi mano sobre la de ella, esperando alguna clase de beso en ella como solían hacer algunos de los invitados de las fiestas de mi padre… pero no hizo nada parecido, simplemente la apretó ligeramente mi mano y la sacudió de arriba a bajo, debía admitirlo, estaba un tanto confundida

"So- Soy Akiyama Mio, igualmente" –no es que realmente fuera "un gusto" conocerla, era solo una respuesta cortés a su saludo, me desprendí de su mano y volví a sentarme en la ventana, mirando de nuevo aquel horizonte, no solo su sonrisa, su mano… también era calida-

"y bien Mio, que te gustaría hacer?" –sentí su voz en mi nuca, no había oído sus pasos acercándose hasta donde yo estaba, se movía como un fantasma, NO! No pienses en fantasmas Mio… aunque suene tonto, aun a mi edad siento temor por ese tipo de cosas, vaya tontería. Además, quien se creía para llamarme por mi nombre, pero que mas da, seguro dejará de venir en dos días-

"yo solo quiero mirar por la ventana, gracias" –con todas era lo mismo, siempre preguntándome que hacer, siempre consultándome, siempre buscando agradarme, toda esta gente tonta solo busca mi influencia-

"oh, ya veo, okey" – respondió y al segundo se paró junto al marco de mi ventanal mirando hacia afuera- "es muy lindo no?" –solo la ignoré, no sentía deseos de hablar con ella, no sentía deseos de hablar con nadie en realidad- "sucede algo?" –Preguntó con intriga en su rostro-

Cerré mis ojos y me limité a preguntarle en el tono mas frío que pude lo único que me importaba saber: "Por qué estas aquí? Que es lo que buscas? Cual es tu excusa?"

"excusa?" –me miro intrigada nuevamente-

"Para que quieres el dinero de estas visitas? todos vienen con excusas parecidas, cual es la tuya?" –se que no estaba bien lo que decía, pero siempre eran las mismas excusas, siempre buscando mi lastima, era el único recurso con el que todo el mundo esperaba superar los 6 días, ya estaba harta- "No vas a contarme talvez sobre la miseria en la que vive tu familia? O sobre el tratamiento medico que necesita alguno de tus familiares? O acaso eres otro huérfano a cargo de todos sus hermanos menores? Siempre es lo mismo…" –Volví mi mirada a aquel horizonte, aun así, podía notar que ella permanecía inmóvil, finalmente paso algo que no me hubiese esperado nunca.

Comenzó a reír, sí, a reír, como si lo que dije fuera la gracia de algún tipo de bufón, volví mi mirada a ella con ira solo para encontrarla mirándome fijamente, no pude evitar sorprenderme nuevamente por esas piscinas de ámbar que eran sus ojos, eran simplemente perfectos, su mirada era suave y tenia una pequeña sonrisa cuando pronuncio sus palabras.

"no se que clase de persona crees que soy, pero puedo asegurarte que mis razones son meramente egoístas, así que no te preocupes" –que? Hablaba en serio? Que clase de persona podía decir algo asi tan tranquilamente-

"E-entonces… por qué? –Le inquirí aun mirando esos mares de miel que eran sus ojos-

"ya te dije, es mi egoísmo, déjalo así" –cerró sus ojos y me dio una sonrisa relajada- "te ves bonita sonrojada, Mio" –

"Q- QUE? Y-yo no" –era efectivo, mi rostro ardía, no sabia que hacer, nunca me había sentido así, solo cuando me tocaba ser el centro de atención entre las multitudes que participaban en los eventos de mi padre, odiaba ser el centro de atención.

Aparté mi mirada de ella rápidamente y me dirigí a mi cama, me limite a tomar un libro y meter mi rostro en el esperando que la sensación se valla, obviamente haciendo siempre parecer que era solo mi interés por la lectura, pero claro, su risa picara mi dio a entender que estaba plenamente conciente de lo que me sucedía, aun así, solo volví a ignorarla.

Solo volví a levantar mi rostro cuando la puerta de mi habitación volvió a sonar, Ritsu se levantó tranquilamente y la abrió, era Yuri, no me sorprendía, su rutina en estas ocasiones era siempre la misma.

"Les traje un poco de Té" –se limitó a decir mientras colocaba todo sobre la mesa central de mi habitación- "Como va todo?- preguntó, en ese segundo Ritsu me miró picadamente, yo solo volví a esconderme en mi lectura-

"Genial, no se preocupe" –dijo sonriéndole con igual frescura a Yuri como lo había echo conmigo hace unos segundos.

Que clase de persona era ella? Por que desprendía tanta alegría de su ser? Y no era una alegría vaga, sino, una completamente verdadera… como si… disfrutara estar aquí… que! Que diablos estas pensando Mio, ella es solo otra empleada, ya para con tonterías, esos ojos suyos tan magníficos están nublando tu pensamiento

"Aquí tienes Mio" –llamó mi atención dejando una taza de té sobre la mesa- "ven, tomemos algo" –haciendo ademanes con sus manos, incitándome a acercarme. Fui hasta ella, no porque me interesara su compañía, es simplemente porque el te de Yuri es simplemente mi favorito.

Me senté frente a Ritsu, tratando de ignorar su mirada, mi vista seguía siempre en mi ventanal, mirando aquel horizonte, realmente es una visión de la que nunca me aburriría. Aun asi, había algo que me incomodaba, esa cosa era ella, Ritsu, seguía ahí, mirándome con esa sonrisa de complacencia, como si no le molestara para nada que la ignorase, finalmente rompió su silencio.

"Mio…" –me llamó, asentí ligeramente con mi cabeza dándole a entender que prosiguiera- "en verdad no hay nada que quieras hacer?" –preguntó un tanto decepcionada-

"No, solo quiero… seguir mirando el horizonte" –respondí sin apartar mi mirada de aquel paisaje-

"en verdad es lo que quieres?" –dijo levantándose de su silla y caminando hasta pararse junto a mi- "no hay nada mas que quisieras hacer?"

"No por hoy, eres libre de irte ahora si lo deseas"- respondí con toda mi tranquilidad, ella era libre de irse, además, su compañía solo entorpecía mis objetivos-

"esta bien" –colocando sus manos en mis hombros- "te veré mañana Mio" –comenzaba a sentirme incomoda, no era normal que la gente se atreviera a ponerme una mano encima, mucho menos me esperaba cuando sus brazos me rodearon, sentí que mi cabeza explotaba, y un enorme rubor recorría complemente mi rostro, antes que pudiera reaccionar ella me soltó, no me atreví a voltearme por miedo a sus nuevas burlas sobre mi reacción, aun asi, ella no hizo nada parecido, se encaminó a la puerta, pero antes de salir, simplemente susurró algo que aun me es difícil de entender- "mi único objetivo ahora Mio, es hacerte sonreír, por favor, no me hagas las cosas mas difíciles, solo abre un poco tu corazón" –fueron sus ultimas palabras, ella se fue, en cuanto a mi, estaba atónita, no entendía que quería decirme.

Solo me levante y como siempre me senté en aquel ventanal, mirando el horizonte hasta que el cansancio me invadió. Esa noche me fue un tanto difícil conciliar el sueño, habían sido pocos los momentos con Ritsu pero aun así, no podía dejar de repasarlos en mi cabeza… algo había dejado en mi, algo que hasta ese momento no entendía.


bien hasta ahi esta bien por hoy jeje, ya tengo terminado el segundo asi que en cualquier momento lo subo, asi que nada... espero las criticas =D

sayonara!