La lluvia aún no había parado, e incluso se podría decir que arreció. Si hubiera estado sola en aquella cueva, Leaf estaría muerta de miedo. Pero Brandon estaba acompañándola, y esto le hacía sentirse segura y nerviosa. Él miraba la chispeante fogata que encendió, y su rostro se veía más suave y amable. Incluso se veía muy diferente. O tal vez sólo era su cabello, que estaba completamente mojado, y le hacía verse diferente.

Él estaba sentado junto a Leaf, pero parecía perdido en sus pensamientos. Sin saber qué cosa estaría pensando, y muy tímida como para preguntar, Leaf lo miró en silencio por un largo rato. Por alguna razón no podía dejar de verlo. Y era extraño, porque lo veía todos los días, y no ponía tanta atención a su perfil. Tal vez era porque ésta vez estaban completamente solos.
-Brandon… –él seguía mirando el fuego, y volteó al escuchar su voz; sus ojos se fijaron en ella, y las palabras se le escaparon
-¿Qué ocurre, Leaf?
-Nada en especial –mintió, mirando la fogata

La muchacha bostezó. Estaba cansada. Era de noche y la lluvia seguía cayendo, sin planes de parar pronto. A este paso, la lluvia sería indulgente y se iría en la madrugada.

Brandon puso su mano sobre el hombro de Leaf mientras sonreía. Lo miró con sorpresa mientras su corazón latía rápidamente. Leaf sintió un ardor en sus mejillas, pero no era producto de su proximidad a la fogata, como ella quería creer.
-Si tienes tanto sueño, Leaf, puedes apoyarte en mí –se ofreció

Perpleja, lo miró fijamente, confundida y soñadora. Brandon se inclinó hacia ella, y Leaf cerró sus ojos con fuerza. ¿Esperaba algo de él? Probablemente. Pero sólo sintió su mano sobre su cabeza, y luego volvió a su lugar como si nada. Él se dio cuenta de que Leaf seguía mirándolo, y soltó una risa, divertido con su expresión.
-Creí que tenías algo entre el cabello -respondió -Éste lugar no es muy limpio, y pensé que podría ser una hoja o una ramita, pero sólo era mi imaginación

Bostezando una vez más, Leaf se inclinó sobre él. Sus ojos, adormilados, se cerraban en contra de su voluntad. Grácilmente, se sostuvo de su brazo. Brandon sólo seguía mirando hacia el fuego como si nada.
-Brandon… gracias… -le dijo mientras finalmente cerraba sus ojos

Él seguía mirando hacia el fuego, pero Leaf deseaba que la mirara. El sonido de la lluvia y el chisporroteo del fuego fueron su canción de cuna. Su sueño estaría protegido con efectividad si él permanecía a su lado.