Me cuesta tanto trabajo escribir la introducción a mis fanfics. Ya estoy perdiendo el toque. :c Pero hola, ¿qué tal?
Bueno, este es mi primer fic de Teen Titans. Esta serie ha terminado con mis nervios a través de los años y ahora regresó a consumir mi alma. Sin más lamentaciones, disfruten.
Disclaimer: Los Jovenes Titanes no son de mi propiedad. La historia escrita, bueno, esa si me pertenece.
Summary: Raven siempre ha estado sola. Ha vivido así por mucho tiempo, sin embargo las cosas cambian cuando comienza a convivir con adolescentes como ella. Le aterra su futuro y sabe que tal cosa como la amistad sólo la dañarán más. Debe irse de ahí. Debe alejarse. Pero un pajarito no quiere dejarla ir. Situado después de El Comienzo.
Mechones morados se pegaban a su rostro mojado. Podía sentir cómo las gotas de lluvia pegaban furiosas contra su cuerpo. Había perdido el control de sus sentimientos. Algunos días se sentía excluida dentro de la torre. Como si no encontrara lugar donde encajar con los titanes. Aparte, estaba acostumbrada a la tranquilidad y debido a sus poderes, prefería alejarse de todos algunas veces para poder meditar. Era raro estar rodeada de personas por tanto tiempo, aunque sólo fueran cuatro.
Quizá lo mejor sería que se fuera. Su lugar no era a lado de la humanidad. Después de todo, estaba escrito que ella provocaría la extinción del mundo terrenal. Si pasaba mucho tiempo entre los titanes acabarían por agradarle. Raven no tenía tiempo para afecciones, ni para amistades. Pero solamente miraba al horizonte, con los pies en la orilla de aquella torre recién inaugurada, sin poder levitar lejos de ahí.
La lluvia seguía mojando su cuerpo. Aunque podría cubrirse con ayuda de sus poderes, prefirió dejar que el agua rozara su piel. Estaba dudando, lo cual sólo le dejaba en claro que había pasado más tiempo ahí del necesario. Jamás había tenido amigos y ahora, en ese lugar, se encontraba rodeada de individuos parecidos a ella… sin el horrible destino con el que cargaba, claro. Cerró los ojos al tiempo que escuchaba la puerta de metal abrirse a sus espaldas.
-¿Raven?- Llamó una voz masculina. -¿Qué demonios haces aquí afuera?
Los pasos del muchacho producían un chapoteo agudo. Pronto las gotas frías dejaron de mojar sus parpados. Robin traía consigo un paraguas rojo carmín que se encargaba de protegerlos a ambos. Él le transmitía confianza. Dentro de la torre, no hacía más ruido que el necesario y tampoco hacía preguntas innecesarias y personales a diferencia de los demás. Solamente aceptaba su presencia sin prejuicios.
-No debería de estar con ustedes.- Le confesó. Su voz se oía rugosa.- No pertenezco a este lugar.
-Claro que sí.- Aseguró.- Hemos estado peleando juntos durante este tiempo, Raven. Los cinco formamos un gran equipo.
Ella negó con la cabeza de manera pausada. Sujetó la orilla de su capa que estaba siendo removida por el viento furioso. Sus piernas se empezaban a entumecer y el frío cortaba en sus cachetes como navajas. Robin tomó su hombro por unos instantes para llamar su atención. Su rostro se veía apacible, parecía inmune al clima que azotaba en aquel lugar.
-Por favor, Raven. Quédate con nosotros aunque sea esta noche.- Su voz sonaba firme. Más que una petición, parecía una orden.- Si aún quieres irte después, no te detendré.
Ella mantuvo su mirada en la máscara del muchacho un tiempo. No sabía con exactitud si estaban haciendo contacto visual porque ella no podía ver sus ojos, pero suponía que así era. Recordó cómo le había gritado a Chico Bestia haciendo volar por los aires la leche de soya que estaba regalándole con tanta insistencia, a pesar de sus rechazos, mojando a Starfire por completo. Dejó salir un suspiro.
-¿Acaso no viste lo que pasó hace un momento?- Preguntó casi en reproche.
-Claro.- Dijo Robin sonriendo divertido.- Gracias a eso lleva callado el resto de la noche… Raven, todos perdemos los estribos de vez en cuando. Incluso aquellos que mantienen a raya sus sentimientos. Créeme, viví mucho tiempo con alguien así.
La curva de sus labios se extendió más sobre su rostro mientras decía aquellas palabras. Se mantuvieron en silencio unos minutos con la mirada perdida en el algún punto del horizonte. Después, Raven giró hacia la puerta metálica que conducía al interior de la casa, atrapando la atención del petirrojo.
-Sólo esta noche.
Aunque no veía el rostro de su acompañante, sabía de ante mano que estaba sonriendo. Ambos se dirigieron al umbral y el sonido de la lluvia cesó al paso de la puerta cerrada. Bajaban las escaleras sin mucha prisa y el silencio era sustituido por el sonido de sus pasos y algunas gotas que chocaban contra el suelo después de deslizarse por la capa de Raven. El paraguas había quedado atrás junto a la puerta.
La luz de la sala hizo que entrecerraran los ojos. Starfire la miró con confusión acercándose a ella con un leve flote. Cuando estuvo cerca la miro con intensidad a los ojos. Raven no sabía que esperar de aquella alienígena.
-¿Esto tiene algún significado en la tierra?- Preguntó al cabo de unos segundos Starfire.- ¿Como la inauguración de la torre con el festival de nachos?
-No. Lo siento.- Dijo Raven apenada.- Ha sido un accidente.
Aunque esperaba un reclamo o la furia de su compañera, solamente recibió un cálido abrazo. Cyborg le había enseñado a Starfire que algunos gestos podían transmitir sentimientos haciendo a un lado las palabras, lo cual era un inconveniente para ella que detestaba el contacto físico con las personas. Realmente no era tan malo estar entre ellos. Aunque no lo externara, se divertía.
Sabía que quedarse con ellos era una mala idea. Sin embargo, por primera vez en su vida quería ser parte de algo, y formar parte de un equipo de héroes adolescentes que se hacían llamar "titanes" sonaba como una buena decisión. Aprendería muchas cosas estando con ellos, de eso estaba segura.
Al cabo de una semana, Robin se acercó a ella mientras calentaba agua para su té. Dejó caer su peso en la encimera junto a la estufa y le dedico una sonrisa. Raven le miró alzando una ceja, apagando el fuego y levitando la tetera hasta su taza. Mientras servía el líquido, esperaba que el muchacho dijera algo.
-Así que… ¿Te quedarás?
-Ya te habías tardado en hacer esta plática, Robin.
La risa del petirrojo resonó en la cocina. Acompañó a Raven hasta la mesa sentándose uno frente al otro.
-Bueno, Chico Bestia a estado tratando de hacerte reír, era imposible hablar contigo.
-Si continua así, terminaré por huir de aquí.
El silencio llenó el lugar. Starfire y Cyborg había decidido ir al parque, ya que él quería enseñarle sobre la función de los columpios para niños. Por otro lado, Chico Bestia se había quedado jugando hasta la madrugada y ahora estaba descansando. Ella podía sentir la mirada de Robin clavada en su perfil.
-Rae, no te vayas.
El silencio volvió a tomar presencia. Raven observaba el rostro serio de él. No entendía por qué alguien la querría cerca. Aunque claro, ellos no sabían lo que ella representaba. Y quizá nunca se los diría…
-No lo haré.- Aseguró.
Listo.
Está muy corto, pero creo que tiene lo esencial. XD
Espero les haya gustado esta cosa que se supone debe ser una historia.
Ciao.
