Ya más o menos tengo los días que publicaré este nuevo fanfic.
Los Viernes tendrán publicación de este, así que el Viernes 20 de Enero lo publicaré en la tarde.
Este es un fic a un reto que me hizo mi amiga Gabriela, ya que no acostumbro a hacer cosas demasiado fuertes o tristes, porlo que me esforcé mucho en cumplirlo.
Espero que les guste y no se compliquen tanto con el formato ya que este lo siento más fácil, ágil y entretenido de leer.
Sin más, disfruten.
RESULTADO.
Su cara se asemejaba a un blanco lienzo, porque además de no haber expresión alguna en ella, también estaba completamente pálida.
Hace algunas semanas, los cambios es su cuerpo que experimentó, los tomó como simples síntomas más del cansancio común en un estudiante universitario, así que por días dejó pasar los intensos mareos, los dolores interminables de cabeza y los constantes cambios repentinos de humor. Estos síntomas pasaron de largo para él por sentir que interrumpían su vida escolar y su increíble juego como cornerback en el equipo de Saikyoudai. Sí, era molesto fingir que se sentía bien, pero lo era aún más dejarse llevar por síntomas que creía normales.
Y fueron pasando las semanas hasta que su cuerpo no pudo más y le puso un ultimátum. Justo en medio de un partido amistoso contra la universidad de Enma, sufrió un desmayo en pleno vuelo mientras atrapaba un balón.
Durante unos segundos todos asumieron que se estaba recuperando en el suelo por haberse dado tal golpe, además había perdido el balón, pero en cuanto notaron que el chico no se paraba, la primera en correr hasta él fue Mamori quien, en extremo preocupada, corroboró que Ikkyu se había desmayado, pidiendo con desesperación que se apresuraran los paramédicos.
Lo que le siguió fue la recuperación en el hospital y sus compañeros insistiéndole que se hiciera exámenes para ver de una vez por todas qué es lo que tenía.
Además, Hiruma le dejó en claro que ni de broma lo dejaría jugar hasta que se hiciera esas malditas pruebas, para luego alegarle que no quería estorbos en el equipo. Claro que esa era su extraña forma de "preocuparse" por el chico.
Todo esto de ninguna forma fue ignorado por Agon quién se enteró por un mensaje de la caída que había sufrido Ikkyu, pues el "dios dragón" estaba ausente en ese partido. Y con la rapidez que nunca admitiría que corrió, llegó al hospital donde al final decidió no entrar al cuarto donde descansaba Ikkyu, prefirió quedarse en el pasillo, alejado de los demás.
…
Claro que después de aquello, su terco temperamento insistió en entrenar, pero su tiempo fue rebajado al calentamiento y con eso era más que suficiente.
Él estaba confiado que había sido sólo un poco de estrés, al menos así lo creía firmemente hasta aquella tarde donde su tranquila vida dio un vuelco cuando fue a recoger los resultados de los exámenes de sangre que se había hecho.
Ahí estaba el motivo de su lívido, una simple palabra al final de la hoja que le dictaba un destino por el cual Hosokawa Ikkyu a sus 19 años, estaba a punto de encaminarse.
Esa palabra que se alzaba en un negro intenso; HCG sub-beta en sangre: POSITIVO.
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UN NUEVO FUTURO.
La escuela, los deberes de la casa, el equipo; ¿qué iba a pasar con todo eso?, aunque la pregunta pasó a segundo plano cuando se dio cuenta de algo más; ¿cuál sería la reacción de Agon? Porque es cierto que sólo había estado con él y nadie más.
Ni siquiera sabía que pensar, su cabeza estaba hecha un hoyo negro, así de monumental era su desconcierto ante todo esto.
Pero sólo tenía clara una sola cosa en todo este mar de preguntas, tenía que avisarle a cierto hombre violento y tenía que decírselo ya, porque necesitaba saber que no estaba solo y si ese fuera el caso, la probabilidad que había de encontrase sin ayuda de la persona que más esperaba, tendría comenzar a dejar de actuar como un niño terco porque en unos meses, tendría un hijo.
Si bien el pensar que tendría un bebé era algo que aún no asimilaba, era algo que por ningún motivo le incomodó desde el inicio. Al contrario, recibió la noticia con naturalidad y la alegría inocente que todavía lo caracterizaba.
¿Qué sería de él de ahora en adelante?
Su naturaleza imperativa y terca le negaba a tener planes demasiado detallados a futuro, él prefería vivir el presente. Eso haría y no se mortificaría más por ese nuevo futuro que le aguardaba.
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COMPAÑEROS.
El día siguiente había una junta en el equipo, por lo cual tenía que estar presente porque es verdad que, por ahora, no dejaría las actividades del equipo ya después encontraría la forma de explicarle a sus compañeros lo que estaba pasando. Por el momento, ese día decidió asistir a la junta con la tranquilidad de saber que Agon no se presentaría por el simple hecho de "no estar cerca de esas basuras de mierda".
Así era él, nada austero, pero en el fondo mucho más maduro. Agon se presentaba más seguido a los entrenamientos y cuando no lo hacía, el equipo tenía la seguridad de que al menos estaba entrenando solo y eso era parte de su personalidad, no se le podía pedir que de pronto fuese el mejor amigo de todos.
Claro que si el equipo necesitaba su presencia inmediata, tenían que sacrificar la cabeza de alguien, obviamente la de Ikkyu porque sabían que tenía una especie de "amistad" con aquél hombre. De todas formas, no había nadie más quien pudiera pasarle un recado a Agon sin salir lastimado, esto lo entendieron cuando Hiruma comenzó a enviar a los miembros de primer año a que trajeran Agon y lo único que obtuvo fue una bola de estudiantes con uno que otro hueso roto con el mensaje: "TÚ NO ME MANDAS, BASURA IMBÉCIL".
A veces era necesaria la presencia del hombre para las juntas, pero el comandante del infierno entendió que sacrificar más "jodidos niños de primer año" era innecesario, aunque divertido, pero innecesario y en cuanto se dio cuenta que al único que parecía escuchar, aunque sea un poco era Ikkyu, entonces, este quedó marcado para pasarle todos los mensajes al dios violento, cosa que no molestó al cornerback.
Ah, y claro que Hiruma y Mamori optaron por los mensajes de texto, mensajes que en su mayoría eran ignorados por Agon a menos que fueran verdaderamente importantes.
…
Todos eran compañeros de equipo, aunque Agon siempre se negara a ser rebajado junto a los demás y se alejara 20 metros de todos, era un miembro más de los Magos de Saikyoudai y uno bastante importante.
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VÓMITO VERBAL.
Acabando la junta, todos se pararon de sus asientos y alistaron sus cosas para retirarse
Ikkyu quien de pronto sintió escalofríos se puso de nuevo una chaqueta que se había quitado al inicio de la plática.
-¿Qué fue de los resultado, Ikkyu?- se acercó Mamori preguntando con su característica preocupación de madre.
-Todavía no me los entregan, Mamori-san- mintió. No era el tiempo de dar el aviso.
-Oh, ya veo. Es extraño, no tardan más de una semana, a veces sólo hacen falta tres días…-comenzó a indagar el porqué de la tardanza.
-Es cierto Ikkyu, tus resultados… Bueno, en serio espero que todo esté bien- finalizó con una amable sonrisa Yamato.
Ikkyu asintió devolviéndole la sonrisa. Durante la semana, había estado recibiendo buenos deseos de sus compañeros como Yamato, Taka (de una manera muy silenciosa), Banba, Akaba, Jumonji e incluso Hiruma quien le tendió una patada suave en el trasero sin decir nada y evidentemente, Mamori quién había estado al pendiente del chico.
Por eso es que Ikkyu odiaba mentirles, porque de alguna forma se sentía obligado a darles una explicación.
…
El chico se despidió de sus compañeros y se encaminó a su casa, la verdad es que tenía muchas cosas en que pensar e idear la forma correcta en decirle al violento dios dragón lo que estaba pasando, algo que de por sí, los involucraba a ambos.
Sin embargo, no vio venir el que alguien ya lo estuviese esperando en la puerta de su casa. Se trataba de Agon recargado en esta, al inicio escuchando música, pero una vez que vio llegar a Ikkyu, se sacó los audífonos y esperó hasta que este se reuniera junto a él.
-A-Agon-san…-pronuncio levemente sorprendido -¿qué haces aquí?
Agon sacó su celular y mostró la pantalla que sólo tenía la fecha y hora.
-No… no entiendo Agon-san- dijo avergonzado.
-Tus jodidos resultados, ya pasó exactamente una semana, te los tuvieron que haber dado uno de estos días – pronunció en ese tono de falsa molestia.
-N-no, es decir, todavía no…
-No sabes mentir, maldito enano. Sácalos ahora.
-No estoy mintiend…-
Fue interrumpido una vez más.
-Que los saques, te dije -advirtió haciéndole saber que no habría una tercera oportunidad.
Ikkyu tragó saliva, ahora entendía porque Agon seguía recargado en la puerta. No lo dejaría pasar si él no le entregaba los resultados.
Había sólo una razón en este mundo para que Agon no lo hubiese estrellado ya contra la pared, esa era que la cara "del enano" evidenciaba que había algo grave, algo que no andaba bien y más le valía decírselo ahora. Quería sacarle la verdad, pero al menos con Ikkyu, no lo haría a golpes.
-¿Por qué te quedas ahí parado como idiota?, di algo- comenzó a desesperarse.
¿Eran los nervios?, tal vez la presión, sí, eso, pero no la presión del momento, se trataba de su presión sanguínea que se había ido hasta el fondo, como sus agallas. Sí, fue por ello que se nubló su vista y de pronto no pudo controlar las ganas inmensas de…
Ikkyu vomitó la poca comida que había ingerido en el día, algunos estragos habían ido a caer en el pantalón de Agon quien se asqueó haciendo la cara más repulsiva que tenía. Una vena de furia se le formó en la frente y de un pasó llegó hasta el cornerback quien seguía inclinado, mientras el suelo se le hacía cada vez más borroso.
-¡¿QUÉ MIERDA TE PASA, JODIDO ENANO?!- rugió el hombre al mismo tiempo que tomaba a Ikkyu por la solapa de la chaqueta.
Ikkyu estaba a punto de perder la conciencia otra vez.
-¡HEY, IDIOTA!- lo llamó jalándolo -¡¿qué mierda…?! -no hubo respuesta -¡Carajo!-. Tomo a Ikkyu con fuerza para evitar que cayera.
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AHORA.
Abrió los ojos con pesar y estiró lentamente su propio brazo hasta tocar con suavidad su frente. Sí, claro, dolor de cabeza, qué raro.
Y lentamente fue recuperándose hasta darse cuenta que estaba acostado en su sofá, ¿cómo había llegado ahí?
Bufó harto de la molestia que sentía, hasta que a su mente regresó como un golpe el último recuerdo que tenía antes de haber caído desmayado. Esto le hizo dar un respingo.
-¡Mierda!- exclamó más avergonzado que enojado. -Seguro fue un sueño, de lo contrario yo estaría…
-Muerto. Y no fue un estúpido sueño, jodido enano, me batiste todo el maldito pantalón de tu asquerosa comida digerida– completó disgustado.
Ikkyu ni siquiera notó que Agon estaba justo detrás de él. Sentado en el sofá a un costado de donde se encontraba. Así que en cuanto lo escuchó hablar, giró su cuerpo y miró en dirección a donde estaba el hombre.
-¡Agon-san!, ¿qué haces aquí?
-¡¿Aaahhh?!, ¿acaso querías que te dejara tirado allá fuera como un maldito trapo?- le respondió y enseguida le dio un sorbo a una soda que Ikkyu supuso, sacó de su refrigerador.
-"O sea que él me cargó hasta aquí"- no pudo evitar pensar.
Agon notó la forma en la que Ikkyu lo estaba mirando.
-Tsk, no te imagines cosas raras- sentenció -además, será mejor que me lo digas o lo haremos por las malas. Y antes de que me pongas esa cara de idiota y me vuelvas a preguntas a qué me refiero, te estoy hablando de tus estúpidos resultados de los análisis. Habla AHORA- finalizó poniendo énfasis en la última palabra.
Esa no era una advertencia ni era una opción, Ikkyu tenía que hablar sí o sí.
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