Cuenta la leyenda, que hace eones (ok, no… años no mas… creo xD) una chica que se hacía llamar Andy y que solía escribir en este fandom, propuso un desafío basado en cuentos de hadas. Muchas lo tomamos, muchas estuvimos disconformes con el cuento, otras tantas les gustó, pero sea cual fuese el caso, ninguna lo respondió.
Pasó el tiempo, y quien sabe porque razón, mis autoras favoritas pararon su producción (no de parar parar… o sea algunas si, otras se demoran mas tiempo) entonces me dije ¿Por qué no responder a ese desafio? … pero meses pasaron y al lado oscuro me pase y en hiatus yo también entré.
Cuento corto, llevo meses con esta historia en la cabeza y necesito sacarla… originalmente sería un one shot, pero aquí me tienen, dejando el capitulo 1 a lo que espero sea un fic de no mas de cinco capítulos. (de los cuales por lo menos dos tengo listos eheh)
Declaimer: Pokemon es obvio que no me pertenece… si no, no tendría que ir a trabajar, sería muy, muy rica! Muahahh
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I've just seen a face
Capítulo 1
Locura
Miró a su alrededor mientras hacía girar el líquido restante dentro de su vaso, una acción estúpida y sin sentido, como todo lo que sentía que ocurría en su vida en ese instante.. Estaba realmente hastiada, ninguna celebración podía alegrarla, ningún paseo podía distraerla o relajarla, y aunque se reconocía vanidosa, por mucho que llegasen a halagarla, por muchos cumplidos y piropos por parte de sus admiradores ya no se sentía tan linda. Por encima de cualquier cosa ya la rutina le parecía superior ¿qué hacer ante tan macabro escenario, donde sólo se vaticinaba un futuro demasiado seguro? Okey, quizás debería darse con una piedra en el pecho por poder decir que tenía un "futuro seguro" con quien todos dijeron era un imposible, alguien indomable, pero que había decidido dejar todo por ella, establecerse, querer tener una familia ¿qué diablos le pasaba entonces? Era casi un pecado pensar así, no merecía nada de lo lindo que pasaba en su vida ¿o es que era normal pensar todo lo que pensaba, sentir todo lo que sentía?
Puso atención una vez más en su vaso y bebió un sorbo (sí es que a acabar casi todo el contenido se le podía llamar sorbo), suspiró… ¿tenía algún sentido todo aquello que estaba haciendo? La boda, los invitados, el vestido, los arreglos florales, la música, esa despedida de soltera.
‒¡Por Arceus, ni que estuvieras celebrando tu funeral! ‒dijo una de las invitadas, al tiempo que se sentaba bruscamente a su lado. No supo sí era efecto del ruido constante o las copas que había bebido, pero no conoció de inmediato la voz de quién había decidido hacerle compañía y la verdad, odiaba la idea de tener que levantar su cabeza y sostener su mirada ante una persona que de seguro esperaba ver a la futura señora Ketchum emocionada y llena de júbilo ante la expectativa de los días venideros, cuando claramente no era así. Entonces decidió ignorarla, fingirse ebria, más que mal, no desentonaría con el paisaje. ‒A ti te pasa algo. ‒escuchó nuevamente aún más de cerca. No tuvo más que levantar su mirada y encontrase con los ojos aguamarina examinándola casi como quién analiza una pieza de museo o un pokemon extraño, descubriendo de alguna manera los sentimientos que se había esforzado tanto por ocultar. Pero ya era inútil, Misty se había instalado a su costado derecho y la miraba con esos enormes ojos que captaban todo lo que no quería mostrar.
‒Bebí de más –intentó mentir, aunque no era por completo una falsedad‒ y estoy cansada, yo...
‒Y yo soy un pokemon legendario... – la interrumpió Misty, sin esforzarse en ocultar la ironía ‒Sí claro… en fin, al parecer May no tenía razón al decir que adorarías está payasada llamada despedida de soltera.
‒Creo... ‒sonrió mientras veía el panorama que la rodeaba. Alrededor de la mesa vio sólo a Dawn y May llorando su borrachera, en otro rincón vio a Bonnie hablando incoherencias con la pared y tras ella, pasó Iris corriendo al baño, seguramente a vomitar. ‒Yo no pero el resto de las invitadas parece que sí les gustó.
‒Sólo fue una excusa para emborracharse. –dijo la pelirroja acomodándose en el sofá que ahora ambas ocupaban. El silencio entre ambas fue cómodo, entonces Serena agradeció la compañía de la muchacha, que al parecer era la única algo sobria del lugar. No se conocían muy bien a pesar de que su prometido las había presentado hacía ya unos cuantos años, en una de sus tantas reuniones en Pueblo Paleta y la verdad, nunca llegó a pensar en sentirse realmente cómoda con alguien de quién su primera impresión fue un rotundo desprecio por su parte. En aquel entonces había creído que la mala actitud por parte de Misty eran celos, pero finalmente la pelirroja había vuelto a su gimnasio mientras ella se había quedado viajando con Ash, sin saber más de esa vieja amiga... hasta el día que el moreno había decidido contarle a su círculo su reciente compromiso que, lejos de molestar a la pelirroja, fue quién más apoyo les entregó.
‒Entonces no me dirás que te ocurre‒ volvió a insistir Misty. Serena dejó a un lado sus pensamientos al igual que el vaso que llevaba sosteniendo y con un gesto invitó a la joven a salir de ese desastroso lugar.
Caminaron en silencio unos minutos, observando los acuarios que rodeaban los pasillos de ese recinto que la castaña había conocido no hacía mucho tiempo, pero que había adorado al instante.
‒Supongo que la belleza de todo este lugar hace que le dediques tanto tiempo ‒dijo la joven mientras daban los últimos pasos hasta llegar a la enorme piscina al que coronaba el centro del gimnasio.
‒Amo lo que hago, es todo ‒respondió Misty al tiempo en que se sentaba a orillas de la piscina y dejaba caer sus pies en el agua.
Serena se acomodó al lado de la muchacha mientras la luna hacia que su piel blanca contratase con lo oscuro que lucía su cabello castaño. Misty la observó por unos instantes, ¿cómo Ash no la iba a querer? Era una mujer hermosa, alta, delgada, con una larga melena castaño claro cayendo a unos centímetros de sus hombros, y un pálido rostro dónde sus enormes ojos celestes resaltaban, de buen carácter y dispuesta a todo por complacerlo. Entonces la joven suspiro una vez más ¿cuántos de esos iban una noche?
‒Tanto suspiro no debería existir en una noche como esta. ‒dijo Misty jugueteando con uno de sus pies.
‒Lo sé Misty, pero ¿tú nunca has sentido que tu vida no es la que deseas, que te gustaría cambiar de rutina, que el mundo te ahoga, que todos esperan de ti algo que en realidad... No sabes si quieres ser?
‒No tienes idea ‒le confío su compañera con una sonrisa ‒pero son etapas, todo pasa y el tiempo lo cura todo.
‒¿Pero y si tomo la decisión equivocada, si lastimo a personas inocentes en el camino, sí...?
‒No estas segura de querer a Ash... ‒No fue una pregunta, más bien fue la afirmación a la que tanto le temía Serena, mientras Misty apenas y se atrevía a respirar ante la revelación que sin querer había hecho. ‒...pero... es normal ‒se atrevió a agregar ‒digo, las novias siempre tienen dudas.
‒¡Pero es que no es sólo el matrimonio! ‒gritó Serena poniéndose nuevamente de pie ‒Es... Es mi vida entera, la que Ash está planificando para ambos. No sé, en serio no se sí tener una familia es lo que realmente quiero yo... ¿sabes cuánto he viajado? ¡Casi nada! Con suerte conozco Kalos y un poco de Kanto. Cuando... Cuando partí mi viaje lo único que quería era estar con Ash y sí, siempre lo quise para mí, siempre soñé con el día en que llegase y me dijera que lo dejaría todo por mí, que quería pasar su vida a mi lado, y ahora que lo tengo... Ahora que se eso ya no es un sueño, que es la realidad, mi realidad... Ahora... Ahora...
‒Ahora no sabes sí es lo que querías realmente. ‒murmuró la pelirroja.
‒Así es ‒respondió la castaña con voz entrecortada.
Pasaron unos minutos en silencio, donde sólo el ruido de los pies de Misty rozando el agua era audible. A lo lejos comenzaron a escuchar risotadas y música cuyo volumen subía y bajaba de un momento a otro.
‒Pronto tendré que darle explicaciones a la oficial Jenny por culpa de estas locas ‒ Comentó la pelirroja intentando cambiar el tema y la cara de amargura de Serena aunque sin éxito. A decir verdad y aunque se esforzaba en hacerlo, no podía imaginarse el sentir de esa manera tan contradictoria estando ad portas del día más feliz de su vida. Sí, en otro tiempo habría incluso matado por estar en su lugar, ser ella a quién le celebraran esa despedida de soltera, ser ella quién asistiera a las prueba de vestidos, a los ensayos en la iglesia, ser ella la protagonista de los planes que Ash tenía para su futuro, la razón del fin de sus viajes y del principio de una nueva vida estable y familiar, pero todo aquello era pasado. De aquellos sueños infantiles había pasado tanto, años de soledad, de crecimiento, de trabajo en su gimnasio y de resignación, años en que había logrado sólo sentir amistad por quién una vez amó. Pero todo ese proceso lo vivió lejos de él, porque si hubiese seguido viajando a su lado, sí nunca sus hermanas hubiesen dejado en sus manos el gimnasio, ella no habría podido comprender todo lo que ya comprendía, que sólo había sido un amor de infancia, que pasar la vida al lado de ese chiquillo no era lo que realmente quería y que su autonomía estaba antes que todo...
...Entonces fue como sí un rayo la golpease.
Ahora lo entendía, ella en algún instante había sido como Serena, enamorada de los pies a la cabeza de Ash, planificando su vida sólo en torno a él y rogando para que un día cualquiera llegase jurando amor eterno, queriendo dejar todo atrás por ella ¿y cómo se habría sentido? Primero, con una enorme presión por no saber si era correcto hacer que abandonase sus sueños por ella, sin contar que luego de tenerlo ¿habría otro desafío? Habría querido escapar, mandar todo al carajo y sin mirar atrás.
‒Deberías darte unos días –dijo Misty intentando buscar una solución a todo aquello‒ el estrés y es natural pero...
‒Pero la boda es en una semana ¿de qué vacaciones me hablas? Tomar vacaciones ahora significaría abandonar a Ash y tampoco se sí quiero eso.
Afonía. Tenía razón, sería todo un completo desastre sí ella se machaba... ¿y si no lo hacía? ¿Sí se iba pero aun así estaba presente? Observó entonces su reflejo en el agua. Serena solo era un poco más pálida que ella, aunque igual de delgada y salvo por el color de cabello, y la leve diferencia en el tono de los ojos, podrían pasar incluso como mellizas... O gemelas sí se hacían las modificaciones correctas. Sin esperar más y obedeciendo por primera vez en mucho tiempo a un impulso del momento, se levantó de un salto de su lugar y sin esperar la aprobación de Serena, la tomó de un brazo arrastrándola hasta una habitación al fondo del lugar.
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‒Esto no funcionará‒ murmuraba Serena mientras observaba el desastre que Misty iba dejado en toda la habitación, revolviendo cajones y tirando prendas de ropa por doquier.
‒Sé que es una idea loca ‒decía Misty ‒pero piensa, tendrás seis días para meditar que es lo que quieres hacer con tú vida y si realmente quieres estar con Ash, ¡es perfecto! Llegarás justo el día de la boda, descansada, feliz y radiante, y lo mejor será que tu príncipe azul estará esperando por ti en el altar sin sospechar absolutamente nada.
‒Y... ¿Sí en realidad no quiero estar con él?
La pelirroja dejó lo que estaba haciendo y meditó por unos instantes. Es cierto, Ash podía ser abandonado en el altar y sufriría...
‒Ambas sabemos que no es así ‒dijo retomando sus actividades ‒amas a Ash desde siempre y ahora sólo estas estresada. Pero si en realidad no lo quieres, él se recuperará rápido, volverá a viajar, a sus batallas, será feliz igual, tiene tolerancia a las pérdidas. ¡Vamos Serena! ‒agregó acercándose a la castaña y dejado todo lo que había reunido en sus manos ‒nadie sospechara nada, sí hay algo que aprendí bien en el gimnasio y que le debo a mis hermanas, fue el ser una buena actriz.
‒Pero...
‒¡La mejor actriz! ‒interrumpió dándole la espalda y dirigiéndose hacia los baños correspondientes a los camerinos con un peine, tijera y un frasco de tinta para el cabello ‒entonces ‒dijo desde el interior de la habitación ‒repasemos lo que haremos. Llamaremos por teléfono y diremos que me llamaron desde las islas naranja para presentarme a ser jurado en un concurso de pokemon acuáticos en Isla Trovita.
‒¿Y sí intentan llamar allá y descubren la mentira?
‒No lo harán ‒le grito la pelirroja ‒ya te dije, el tipo que es líder de gimnasio en esa isla es amigo mío, ya le mandé un mensaje y estará esperándote. Además es de confianza, no dirá nada.
‒Eres bastante rápida ‒suspiro la castaña, tomando asiento en uno de los bancos ubicados en ese camerino.‒ni siquiera percate cuando lo llamaste.
‒En fin ‒escuchó decir Serena mientras se sentía ruido del agua correr desde el baño ‒mientras estas pasado unos maravillosos días en una isla paradisíaca, aquí mantendré todo bajo control. –la castaña escuchó como se cerraba la llave y encendían un secador de cabello. Luego de un instante, el silencio reino nuevamente. ‒¡listo! ‒gritó Misty asomándose frente a la castaña segundos más tarde. Serena quedó muda y por única vez creyó que sí podía resultar exitosa toda aquella locura. Tocó su rostro, luego su cabello casi como s estuviese frente a un espejo.
‒es increíble... ‒murmuró‒ cómo es que lo lograste...
Misty estaba orgullosa de su obra. Había cambiado el tono de su cabello en tiempo récord, y en vez de ese rojo anaranjado ahora lucía un perfecto castaño claro. El largo de su cabello, que con el paso de los años había llegado a tapar su espalda, ahora apenas bajaba unos centímetros de su hombro, ordenado cuidadosamente hacia el lado dejando ver unas perfectas ondas en el cabello. Hasta el vestuario era tal y el estilo que serena siempre usaba, un vestido crema y encima una chaqueta negra de satín, a tono con unos altos tacones que hacían lucir las piernas de la ahora ex pelirroja.
‒Ya te dije ni hermanas... Y ser amiga de una chica experta en imitaciones. ‒agregó mientras se acercaba a un espejo acomodando los últimos detalles, seguida de cerca por Serena.
‒Luces un poco más tostada‒dijo esta última
‒Tonterías. De cualquier modo, en teoría irías a dejarme a isla Trovita, ahí te tostarías el rostro.
‒Okey... ‒respondió la ojiceleste, pasando nuevamente su vista en el enorme espejo que ahora la reflejaba a ambas. ‒Oh no… ‒exclamó ‒¡Misty no resultara!
‒Y ahora porque lo dices...
‒Nuestros ojos… ‒Continuó Serena retirándose del espejo
‒¿Que tienen?
‒¿Cómo qué tienen? ¡No son iguales! Los míos son celestes y los tuyos…
‒Verde agua, lo sé –dijo apartándose del espejo y siguiendo a Serena‒pero no es motivo de preocupación.
‒¿Cómo que no? Ash lo notara.
‒¿De verdad crees que va a captar la diferencia? ‒dijo sonriente la ex pelirroja ‒viaje años con él y hemos sido amigos otros tantos y te aseguro que jamás ha notado mi color de ojos.
‒Pero yo soy su novia ‒suspiró Serena ‒él dice que ama mis ojos...
‒Serena; ‒dijo Misty mientras la abrazaba y conducía hacia la puerta ‒eso todos los hombres lo dicen, es como parte de su discurso, uno cuidadosamente armado para mantener el interés de la chica y que por supuesto, no es real.
‒¿Qué..?
‒¡Por Aceus estamos hablando de Ash, el rey de los sin cerebro! –Serena frunció el ceño.
‒Es mi novio más respeto…
‒Y es mi amigo –suspiró Misty ‒deudor de bicicleta desde los 10 años, créeme que sé de lo que estoy hablando.
No se tocó más el tema. Aprovechando que ya era avanzada la madrugada y todas sus amigas dormían sus respectivas borracheras, Misty y Serena fueron por unas cuantas prendas de ropa para salir del gimnasio, dejando solo una nota en el hall del lugar. Dormirían en el centro pokemón para embarcarse a las islas Naranja al día siguiente. Así, comenzaría su loca aventura.
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‒¿Esto es en serio?‒ dijo Daisy al ver la nota dejada por su hermana. ‒"estaré unos días en isla trovita, Serena me fue a dejar" ¡por Arceus está muchacha no sé qué tiene en la cabeza! ‒decía mientras daba vueltas de un lado para otro en la cocina del gimnasio ‒ese bobo va a matarnos.
‒Yo mataría a la feíta por permitir hacer tremenda fiesta y viajar sin siquiera haber ordenado. –decía Violet mientras recogía los últimos restos de comida desparramados por el lugar. Hacía dos días que Serena y Misty se habían marchado y nadie en absoluto lo había notado hasta la mañana siguiente en que las hermanas sensacionales arribaron al recinto. No habían querido participar de la fiesta de soltera, pues habían asumido el, según ellas, importantísimo y honorable rol de organizar la gran boda de Serena y el pequeño bobo, como aun llamaban a Ash, por lo cual, debían estar con sus cinco sentidos, sobretodo en días previos a la boda. Además, Misty estaba en el gimnasio, ¿Qué podía salir mal?
Pero al llegar esa mañana a casa, en vez de encontrar a una Misty frenética ordenando su adorado gimnasio, solo tropezaron con sus amigas, sus enormes resacas causadas por el exceso de alcohol, y una pequeña nota indicando la locura que se le había ocurrido a su pequeña hermana, y peor aún, arrastrando con ella a la novia.
Dos días tardaron en poner el desastre en orden, fregar pisos vomitados, recoger vasos, y claro, medicinar las jaquecas de las invitadas.
‒Esto es terrible –se lamentaba Daisy‒ Ash está a días de casarse con esa niñita y tiene dos días ya en trovita. Si la feita quería ir a flirtear con ese tal Rudy, porque no fue sola, no lo entiendo.
‒Serena ‒indicó otra joven que relajada comía unas pocas galletas en la mesa.‒ esa niñita se llama Serena. Y dudo que Misty haya ido a flirtear como dices.
‒Y a que otra cosa iría Lily.‒dijo la rubia‒ En fin, como decía esa niñita tiene que venir a probarse el vestido, ver los arreglos y todo eso ¡y se va con la loca de Misty!
‒Quizás no se quiere casar... ‒agregó Violet
‒Y claro, Misty está muy triste por ello‒el tono irónico en las palabras de Lily, ganó las miradas de sus dos hermanas. Daisy se sentó al lado de la peliazul quién no dejaba de masticar galletas, la que agregó ‒Por Arceus, no sé qué tanto se sorprenden sí las tres sabemos lo que la feíta siente por el pequeño inútil.
‒Es complicado ‒suspiro Daisy ‒han pasado años desde que Misty dejó de llorar la ausencia de Ash, no creo que aún sienta cosas. Además, si estuviera depre estaría encerrada en su habitación, y no habría arrastrado a Serena a una isla paradisiaca a conocer a ese tipo, eso sin contar que fue la primera quien apoyó al pequeño bobo en su decisión de casarse con esa chiquilla quien además...
‒¡Viene llegado al gimnasio! ‒gritó Violet, quien sin esperar más, se despegó de la ventana y corrió escaleras abajo al encuentro de la castaña, seguida de sus dos hermanas.
La joven apenas pudo poner un pié en el recinto cuando las tres hermanas sensacionales se abalanzaron sobre ella, aturdiéndola con preguntas y quehaceres pendientes,
‒No por nada tu noviecito nos recomendó para organizar el día más importante de sus vidas ‒decía Violet
‒Y ya que la feíta no coopero lo suficiente, es más aún el trabajo que debemos hacer nosotras ‒decía Daisy ‒¿que no dirás nada?
‒Bueno... Este...
‒Supongo que Serena está cansada por el viaje relámpago hecho a las Islas Naranja ‒interrumpió Lily ‒tanto que hasta olvidó que no es necesario llevar gafas oscuras dentro del gimnasio ‒las otro dos hermanas sensacionales observaron el rostro de la castaña quien, efectivamente, aún llevaba puesto unos grandes y oscuros lentes para el sol
‒Pues creo que no es necesario que se los quite –indicó Daisy mirado su reloj ‒sí mi agenda de la novia no me falla, Dawn te iba a estar esperando para las últimas pruebas del vestido en... ¡Cinco minutos! Así que debes correr – dijo empujado a la joven hacia la salida del gimnasio. Estaba a punto de echarse a correr cuando un grito de Lili detuvo su andar bruscamente.
‒Creo que tú... ‒decía acercándose a ella ‒... No deberías apoyar los escasos arranques de locuras de la feita.
‒¿Lo... Lo crees? ‒respondió un tanto nerviosa.
‒Puedes salir perjudicada...
‒¡Ya Lili! ‒Gritó Violet desde las puertas del gimnasio ‒¡déjala, la retrasas!‒Sin esperar la aprobación de la peliazul, la castaña salió corriendo en dirección contraria al recinto acuático, y aunque Daisy y Violet entraron nuevamente a su hogar, Lily quedó observando el camino por el cual la muchacha se había marchado.
‒En serio puedes salir perjudicada ‒murmuró.
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Y bueno, si quieren pueden dejar cometarios :D
