Buenoooo, aquí la primer parte del fanfic que estamos escribiendo conjuntamente con mi amiga Junengrey. Este fic esta escrito en base a dos parejas, como se darán cuenta... apareceran otras, pero las principales son Junato y Kenyako. Esperemos que les guste!
DISCLAIMER: Ni Digimon ni sus personajes nos pertenecen, son propiedad de su respectivo autor.


School Trouble

Nueva Vida (Miyako) by Helena Cullen de Hale

Querido Diario:

No es sencilla la vida en esta nueva ciudad, he tenido que comenzar desde cero. Aún así estoy contenta de por lo menos conocer a alguien aquí, y es que mi amiga Jun vive en esta ciudad, es más, estoy hospedándome en su casa. Te preguntarás quien es Jun… Jun Motomiya es una amiga que conocí cuando éramos pequeñas, solíamos ir a la misma escuela, a pesar de que ella es mayor que yo. Es una chica genial, aunque no suele mostrar su verdadero yo… me he dado cuenta que la mayoría de la gente de la escuela cree que es un muchacho.

Bien, por ahora no han pasado muchas cosas interesantes, pero aún así tengo la esperanza de poder completar las pocas páginas que me quedan por escribir de ti. Nos estaremos viendo cuando tenga algo que contarte.

Miyako

-¡Hey! ¡Miyako!-se escucharon los golpeteos de Jun al otro lado de la puerta-. ¿Quieres que te acompañe a tu trabajo?

-No, así está bien-sonrió la muchacha mientras se ponía de pie y abría la puerta-. Gracias de todos modos.

-No es sencilla la vida de una modelo ¿eh?-bromeó-. No se puede confiar mucho en la gente ¿oh sí?

-Con amigas como tú y Mimi me basta y sobra.

-¿Mimi? ¿Tú estilista?-preguntó la mayor.

-Sí, ella siempre me acompaña a todos lados, incluso se transfirió aquí por mí, es una gran amiga y la quiero mucho. Además, es divertido hablar con ella, es muy dulce.

-Arsh… ojala Sora fuera así-refunfuñó Motomiya, enfadada.

-¿Sora? ¿La líder de las porristas de la escuela?

-Esa misma… ¿Quién se cree que es andando por ahí como si fuera miss universo? Si ella supiera que soy una chica, la golpearía.

-Ay Jun… no deberías ser tan violenta…-suspiró.

-Se supone que soy un chico… y se supone que se te hace tarde-rió Jun, contemplando como su amiga se ponía de pie y cruzaba el umbral corriendo, despidiéndose de ella y su hermano menor, Daisuke.

La pelivoleta corrió hasta la plaza en donde se realizaría la sesión de fotos. Estaba muy ansiosa, supuestamente habían conseguido a un modelo realmente guapo, elegido por Mimi, para que le hiciera compañía en las fotos, lo que no esperaba era que ese adolescente fuera, de entre todos, su compañero de escuela, Ken Ichijouji, quien además de guapo era sumamente inteligente y aplicado.

-Miyako…-susurró él, sumamente sorprendido.

-A-aa… Ichijouji-dijo ella, olvidándose de cerrar la boca.

-Ken está bien-sonrió el muchacho, mientras un adorable color sonrojado teñía sus mejillas.

-E-está bien… Ken…-sonrió Miyako, bajando la vista con timidez en un gesto muy dulce.

-Que suerte tengo de poder posar junto a ti…-sonrió el joven-. Eres muy hermosa… me alegro de que me hayan elegido.

-¡Oh!-se sonrojó la chica.

-Ya, ya, basta de cursilerías y a moverse, Ken, Robert te guiará a donde puedas cambiarte-ordenó la carismática pelirrosa de Mimi, imponiendo presencia y señalando al aludido-. Tú, Miyako, vienes conmigo, vamos que estamos retrasados-Mimi se llevó a la chica por su lado hasta el pequeño e improvisado vestuario.

La pelivioleta debía fotografiarse con un par de vestiditos, todos hermosos, de una onda punk con muchas cadenas y bellísimos adornos, los cuales sentaban muy bien a la muchacha. Ken también se veía increíble, sabía que el muchacho era guapo pero aquello superaba claramente sus expectativas.

Todo era maravilloso, un día increíble… pero nunca se obtiene algo totalmente perfecto, por lo que antes de que Miyako se pudiera haber declarado satisfecha, la odiosa de Sora se tuvo que hacer presente y arruinarles el día a los jóvenes.

-Ah Ken, tanto tiempo sin verte-sonrió Sora, besando su mejilla, haciendo que la otra muchacha se llenara de rabia-. Ah… tú… hola.

-Sí, yo, y si me disculpas, Ken y yo estamos ocupados así que puedes irte retirando.

-Ah no, no te preocupes, esperaré a que amigo Ken termine con esas chucherías de modelaje y luego nos iremos a casa juntos… ¿Verdad Ken?

-E-eh… eso creo… supongo.

-¡No Ken! ¡No tienes que decirle que sí si no quieres estar con ella!-exclamó la chica de lentes.

-Tú cállate cuatro ojos.

-Oye Sora, no hay necesidad de insultar a Miyako, ¿vale? Te acompañaré pero a ella no la metas…-suspiró Ichijouji resignado. ¿Por qué sería que Sora siempre aparecía e interrumpía los momentos en los que lograba estar a solas con Miyako? Tantas veces sufrió la gran necesidad de gritarle y humillarla de arriba abajo, pero por el bien de todos jamás había dejado que su lado perverso lo dominara.

-Cállate Ken, yo soy quien da las órdenes aquí, sabes con que facilidad puedo manipular a los chicos de la escuela para que lastimen a tu querido Osamu, acéptalo.

-Mira Sora, podré ser tu perrito faldero y todo lo que quieras, pero no permitiré que lastimes a las personas que amo… mantente alejada de Miyako y de mi hermano…

-Tan solo… cierra esa inútil bocota que tienes y carga mi bolso-sonrió ella de manera egocéntrica al ver que la sesión de fotos terminaba.

-Bien…-suspiró el muchacho, tomando el bolso que la pelirroja le ofrecía para luego voltear a ver a su amada-. Bueno Miyako… ha sido un gusto posar contigo, espero poder volver a hacerlo…

-Yo también lo espero… Ken…-sonrió la joven-. ¿Irás a la fiesta de los Yagami esta noche?

-Claro, espero verte allí-sonrió el muchacho, ilusionado.

-De acuerdo… nos veremos esta noche-Miyako le devolvió la sonrisa, tomó su propio bolso y se fue corriendo ensimismada en su propio mundo. ¿Acaso se podía tener tanta suerte de haberse mudado hace poco y tener a un galán como Ken a su lado? Bueno… no oficialmente, pero ya se daría…

-Te prohíbo que te acerques a ella-le dijo Sora molesta a un Ken que la miraba desesperado.

-¡No puedes hacer eso Sora! ¡Por favor!-suplicó el peliazul.

-Oh, ¡Pero claro que puedo!-rió la morena-. Sabes que si no haces lo que te ordeno, lastimaré a tu hermano Osamu… y tú no quieres eso, ¿verdad?

-Por favor Sora… haré lo que sea, te lo suplico…

-Si me lo pides de rodillas lo reconsideraré-propuso ella.

Al escuchar eso, Ken se dejó caer de rodillas casi instantáneamente, cosa que sorprendió a la muchacha ya que en verdad esperaba que ella no la obedeciera. Ken simplemente miraba el suelo con rabia. No podía creer que tenía la necesidad de auto humillarse ante Sora para poder ver a Miyako… no le importaba, él quería estar al lado de ella, y si esa era la única forma de tener el permiso de Sora, lo haría.

-Lámeme los zapatos… están algo sucios por la práctica pero bueno… supongo que es algo que puedes resistir por tu querida Miyako, ¿Verdad?-rió la malvada.

-Eres una arpía Sora…-dijo él, mirándola, furioso, y ganándose una buena patada en la mejilla por ello.

-¡No vuelvas a llamarme así!-le gritó ella, volviendo a golpear a Ken.

-¿Sora?-una voz masculina interrumpió el accionar de la rubia, quien se quedó firmemente dura en donde estaba.

-Ya-Yamato…-volteó, encontrándose con los fríos ojos del cantante, quien había sido su amigo desde pequeño-. Yo… puedo explicarlo… em… ¡Ken me llamó arpía!

-Pues tendrá sus razones-carcajeó el rubio mientras ayudaba a su amigo a ponerse de pie y le limpiaba un poco la tierra de la ropa-. Te he estado buscando viejo, me preguntaba que te estaba retrasando.

-Ah emm… nada, nada-sonrió el menor.

-¿Te molesta si tomo a Ken prestado por un rato Sora?-le sonrió Matt a la chica.

-N-no… en absoluto, pueden retirarse-ella aún estaba paralizada.

-Gracias-el peliazul tomó su bolso y comenzó a alejarse con su amigo, una vez que estuvieron lo suficientemente lejos, miró a Yamato y suspiró-. Gracias viejo, me salvaste.

-Te dije que debías mantenerte lejos de Sora… no siempre estaré allí para salvarte, ¿Sabes?-lo regañó el mayor-. Hemos tenido esta charla cientos de veces Ken, y sabes que Osamu puede defenderse aún mejor que muchos chicos de su edad, ¿qué es lo que te preocupa?

-A decir verdad… la que me preocupa… es Miyako, se que si no hago lo que Sora quiere, le hará la vida imposible y yo no quiero eso…-murmuró preocupado.

-Ya veo… ella te gusta ¿cierto?

-No preguntes lo obvio Matt…-le recriminó Ken.

-De acuerdo, de acuerdo, tranquilo-sonrió Yamato-. De todas formas estoy seguro de que ella no dudaría en enfrentarse a Sora si hiciera falta, ella… es una chica bastante loca, pero es fuerte, y no creo que deje que Sora se interponga entre ustedes dos… o esa es la sensación que me da al menos…

-Tienes razón, es una chica con mucha energía… se que ambos lucharemos-sonrió Ken, ya más animado.

-Bien, entonces quita esa cara larga que tenemos que ir a prepararnos para ir a lo de Taichi esta noche.

-¡Vamos!

La noche llegó más rápido de lo que cabía esperar, Miyako se encontraba en su habitación platicando con Jun mientras Mimi arreglaba a la primera. Jun llevaba un simple traje, no dejaría que una tonta fiesta le arruinara el trabajo de tanto tiempo que le había costado hacer que la mayoría de sus amigos creyeran que era un chico. En cambio, Miyako debía verse deslumbrante ya que Ken estaría esperando por ella en la fiesta. Mimi también estaba muy nerviosa, un chico mayor que ella, sumamente guapo, iría también. Su nombre era Joe Kido, un chico inteligente y sumamente aplicado, aunque el problema era que era tan aplicado como tímido, por lo que no habían tenido mucha posibilidad de charlar… pero la pelirrosa estaba decidida a pasar aquella fiesta con él.

-Bien Miyako… estás lista-sonrió Mimi, dándole la vista buena a la joven. Llevaba un vestido de los que solía usar para modelar, parecía una muñequita. Un maquillaje suave adornaba su rostro, embelleciéndola con una belleza poco natural, aunque sabían que Miyako no necesitaba maquillaje para verse bonita-. Tu también Jun, si no conociera tu secreto te pediría que salgas conmigo-rió, observando a la aludida, quién llevaba el pelo planchado con la raya al costado.

-¿Daisuke no dirá nada al respecto?-inquirió la menor de las tres.

-No, claro que no, él me apoya en mis decisiones-sonrió Jun.

-¿Y Osamu? Supongo que también irá, ¿no?

-Es mi mejor amigo, sabe mis razones para parecer un chico, sé que no hablará, confío en él.

-Bien, entonces vamos.

Las chicas fueron a la fiesta, solas ya que Daisuke se había ido más temprano a la casa de su amigo Takeru. Al llegar descubrieron que había mucha gente, todos los que conocían y más, probablemente todo adolescente con vida social de la zona estaría en la casa de los Yagami en aquel momento. Hace mucho que Miyako no asistía a una fiesta tan concurrida. Se encontraba bailando con sus amigas cuando a lo lejos lo vio, Sora estaba forzando a Ken a que la besara. Aquello la llenó de rabia y avanzó con valentía en la dirección en la que la morena se encontraba.

-¡Déjalo en paz!

-¡Oh Ken, mira! ¡Tú noviecita al rescate!-se burló Sora.

-Cállate Sora… ¿Qué no haces más que burlarte de los demás para opacar el hecho de que estás sola y que nadie te aguanta? ¿Tan necesitada estás de que alguien te preste atención que vas por allí, arruinando las vidas de quienes no te han hecho nada, para ser el centro de atención?-la encaró Miyako ante los ojos sorprendidos de Ken.

-Wow…-suspiró el joven.

-Ya, ya chicas, no se peleen, esto es una fiesta-intervino el dueño de la casa, acompañado de su amigo Yamato-. Sora… por favor… aquí no, ¿sí? No me hagas tener que echarte…

-Pues bien podrías echarla a ella, fue quien vino a intervenir entre Ken y yo-se defendió la aludida.

-¡Yo solo defendía a Ken!

Las miradas de los cuatro chicos se centraron en Ken, quien, sumamente rojo, no sabía a donde correr.

-Pues… Miyako tiene razón… Sora estaba forzándome a besarla y ella vino y lo evitó-sonrió Ken, tomando la mano de la pelivioleta con sumo cariño.

-Pagarás por esto Ken…-refunfuñó la otra, marchándose sumamente molesta.

-Wow Ken, estoy orgulloso de ti-lo codeó el rubio-. Enfrentarse a Sora de esa manera…

-No me preocupa mientras que pueda estar con Miyako-sonrió Ken-. Ahora… si nos disculpan…-tomó a Miyako dulcemente y la arrastró a la pista de baile… perdiéndose entre la gente.


Sisí, como era de esperarse, Sora no iba a dejar de ser la arpía del cuento XDXDXD jajaja Diooos. Bueno, esto ha sido el comienzo de nuestro fanfic! Esperen al siguiente capítulo! Saludos!!

Helena Cullen de Hale,,