Esta historia se centra al final de la tercera temporada, no toma en cuenta la cuarta ya que la comencé a escribir antes del estreno.
Tomo en cuenta otros fanfics como referencia y tributo a ellos, y a sus autores, así que disfrútenla.
Dedicada a todos quienes alguna vez sintieron que debían dar más y no podían. Para todos ustedes, su momento llegara.
1. EL DESPERTAR.
Otro día comenzó en Equestria, la princesa Celestia levanto el sol como todas las mañanas, y en Canterlot los ponis unicornio, la población dominante de ponis en ese territorio, se alistaban para un día nuevo de negocios y compromisos por cumplir, todos menos uno; un unicornio de melena negra y piel grisácea, ojos azul claro y cascos un poco delgados permanecía recostado viendo hacia la ventana en una de las habitaciones de la enfermería particular del castillo de Canterlot.
A primera vista parecería como cualquier otro unicornio, a diferencia de sus cascos, que lo hacían parecer más femenino que los sementales de su misma edad, pero esto era difícil de comprobar a causa de la cantidad de vendajes que los rodeaban. Parecía estar muy lastimado, como si hubiera pasado por un terrible suplicio.
-Sigo aquí….-
Una expresión muy seria provenía de su cara mientras recordaba cómo había sido su vida antes de estar recluido por tanto tiempo.
Recordaba el tiempo cuando vivía con haada Zecora en el bosque; él nunca estuvo seguro como era que ella era una cebra y el un unicornio, pero eso nunca le importo tanto; vivió muy feliz junto a ella por mucho tiempo, aprendiendo magia sin la necesidad de su cuerno, aprendiendo a identificar plantas curativas y venenosas, y jugando entre criaturas salvajes.
Zecora nombro al potrillo Ilma, o al menos eso es lo que él pensó, ya que para llamarlo, siempre lo hacía diciendo alguna frase como "mi pequeño Ilma", o "Ilma querido", por lo que siempre respondió a ese nombre.
Una tarde, Zecora le pidió que fuera a Ponyville, un pueblo cercano a conseguir algunos víveres, flores especiales que savia que los ponis terrestres cultivaban y no crecían en el bosque. Zecora lo mando a la florería, cerca del ayuntamiento, y después a Sweet Apple Acres, para conseguir maíz, necesario para una poción revitalizadora.
Aunque Ilma pensó que sería una tarea fácil, él nunca había salido del bosque, de hecho, miraba desde lejos a los demás ponis como corrían de un lugar a otro jugando, todos muy ocupados, y se preguntaba si alguna vez jugaría con ellos del mismo modo, y pensó en esta como su oportunidad para un primer acercamiento.
Zecora le dio unas cuantas indicaciones al joven unicornio, un pequeño mapa y unas alforjas de un solo bolso, con la confianza de que la tarea que le encomendó sería fácil para él. Una vez listo, su primera parada era en la florería del ayuntamiento.
En el camino paso por varios lugares, un árbol gigante con un letrero de un libro, un restaurante y la pastelería Sugar Cube Corner, de la cual él siempre pensó que tenía una forma graciosa. Además de varios edificios, también pudo ver a varios ponis, algunos muy grandes, otros de su tamaño, y otros volando, yendo y viniendo de un lugar a otro; la mayoría se veían tan ocupados que tuvo miedo de hablarles, por lo que se concentró en llegar a su destino en la florería.
Mientras pasaba por la pastelería, de la nada frente a él apareció una pony, su melena era rosa obscuro, y su pelaje rosa claro, su cola y melena eran esponjosas, se veían como algodón, una planta que Zecora utilizaba para conseguir hilos especiales. La pony lo miro fijamente, era como si nunca hubiera visto a otro pony en su vida; Ilma no sabía cómo reaccionar ante tal comportamiento, pero haadha Zecora siempre le había recomendado ser amable con todo el mundo, por lo que decidió serlo con la primer pony que se le cruzo.
-Hola...-
Fue lo único que pudo decir, pues la pequeña pony dio un salto gritando y salió a toda velocidad en dirección contraria a la de él.
Sin palabras y confundido, Ilma retomo su camino hacia la florería, que era de hecho fácil de encontrar, pues estaba a pocos metros de Sugar Cube Corner. Al llegar quiso ser muy amable con la vendedora, una pequeña pony de pelaje blanco y melena roja. Era la primera vez que el veía a una poni tan bella, por lo que no puso mucha atención a lo que le pregunto.
-Bienvenido, ¿puedo ayudarte con algo?-
Cuando Ilma finalmente reacciono lo único que salió de su boca fue una palabra medio cortada.
-Ma…manzanilla…-
Eso fue todo, Rose, la encargada en turno supo de inmediato de que flor se trataba y le busco un ramo muy grande, pues era una flor bastante común, pero era necesario cuidarla para que floreciera correctamente. Cuando ella regreso con el ramo, Ilma recordó lo que Zecora le había dado, una flor de orquídea salvaje, única en el bosque Everfree. Rose un poco sorprendida entendió el trueque que el joven le estaba ofreciendo, y ya que la flor se veía bien conservada, acepto, dándole el ramo y una sonrisa sin decir una sola palabra.
La verdad era que Ilma no hablaba mucho, siempre fue muy introvertido, incluso cuando jugaba con las anguilas, rockcodrilos y manticoras que vivían en el bosque, ellos no hablaban mucho, y el tampoco.
Una vez fuera de la florería, Ilma reviso de nuevo el pequeño mapa que Zecora le había dado, mostraba solo una imagen de una flor grande que él interpretó como la florería, un puente y una manzana grande que entendió era Sweet Apple Acres.
El puente estaba cerca, pero el camino hacia la granja Apple era largo desde ese punto, por lo que decidió correr hasta allá; sin pensarlo comenzó, poco a poco, más y más rápido; era una sensación que él no había tenido la oportunidad de experimentar hasta ese momento, pues viviendo en el bosque no habían muchos lugares abiertos para correr.
No le fue difícil ver el lugar, pues estaba lleno de árboles de manzana, y una gran variedad de otros frutos, como uvas, maíz y demás. A la velocidad a la que iba, no se percató de la pony color verde que se encontraba cerca de uno de los árboles de manzana en la entrada principal de la granja. Su apariencia era la de una anciana, con una melena amarrada en un chongo muy grande, quien al mirarlo llegar reacciono muy sorprendida, no por su velocidad, sino porque no esperaba visitas ese día.
Al llegar, Ilma se dio cuenta de que estaba en un campo donde solo había tierra frente de un granero; el pobre se quedó muy sorprendido del tamaño del granero, a tal grado que no se dio cuenta que una pony de melena amarilla y pelaje naranja claro se acercó a él.
-Hola compañero, ¿qué puedo hacer por ti esta mañana?-
Esta vez la joven se veía de su mismo tamaño, y se preocupó de que no entendiera del mismo modo que la vendedora de flores, o que actuara del mismo modo que la pony rosada que conoció anteriormente, pero su deber era llevar el maíz, así que comenzó con lo primero que se le ocurrió.
-Maíz…-
En verdad tenía problemas para relacionarse con otros ponis, pero la respuesta de la pony fue muy distinta de lo que él esperaba.
-Si maíz es lo que quieres, este es el mejor lugar para conseguirlo dulzura, la granja Apple es la mejor cosechándolo, déjame mostrarte, por cierto, mi nombre es Apple Jack, mucho gusto.-
Ilma no reacciono a la presentación de la pony, pero ella tampoco espero a que él respondiera, estaba muy emocionada en mostrarle los productos de su granja. La pony lo guio hasta un lugar donde crecían grandes varas, y en cada una de ellas habían mazorcas muy grandes y hermosas.
De entre las cañas apareció una pony color verde y un poni rojo de melena rubia más grande que Ilma, con una pequeña pony de melena roja y piel amarillo claro sobre su espalda. Al verlo la pony anciana reacciono haciendo una expresión muy graciosa con su cara.
-¡Vaya, Speed Runner está aquí!-
El potro y la potrilla se quedaron viendo fijamente hacia Ilma, quien no pudo decir nada ante los comentarios que decían, aunque la verdad no sabía, cómo siempre, como reaccionar.
-¿Speed?, ¿ese es tu nombre?, vaya, sí que es algo exótico, ¿no crees Big Mack?
-Siip.-
Los comentarios pusieron un poco nervioso a Ilma, quien ya estaba bastante rojo para ese momento, cosa que la abuela Smith había notado desde hacía un momento, por lo que decidió intervenir.
-Vienes buscando estos ¿verdad?, toma puedes llevarte unos como cortesía-
Ilma tenía pensado hacer un trueque por semillas especiales que Zecora le había dado, pero ya que la abuela había insistido, no le quedo opción que aceptar las mazorcas gratis.
-Comienza a hacerse de noche, será mejor que regreses a casa-
La abuela era muy amable, e Ilma se sintió más cómodo cerca de ella.
-Espero que vengas a visitarnos de nuevo Speed, aquí siempre serás bienvenido, ¿verdad Big?
-Siip-
La pequeña pony que estaba en la espalda de Big Mack comenzó a hacer ruiditos de alegría y risas, dándole a entender a Ilma que de verdad sería bienvenido en la granja en otra ocasión, por lo que simplemente agradeció inclinando la cabeza y retomo su camino hacia el bosque Everfree. Regreso por el mismo camino que tomo para llegar a la granja, regresando por el puente y por el ayuntamiento, pero al pasar por la pastelería, la pony rosa con la que se había encontrado anteriormente lo intercepto saliendo prácticamente de la nada, con una caja pequeña y un muffin de color azul.
-Hola, soy Pinkie Pie, es un gusto conocerte, eres nuevo en el pueblo ¿verdad?, lo sé por qué conozco a todos en Ponyville, y definitivamente eres nuevo aquí, así que decidí hacerte un regalo de bienvenida, para que tuvieras un amigo inmediatamente cuando llegaras, porque si no tienes amigos estas triste y estar triste es muy triste, así que ahora ya tienes una amiga y pronto tendrás más y más amigos-
Ilma se sorprendió no por la velocidad para hablar de la pony, sino por que apareció de la nada y parecía estar hablando muy en serio, y aunque le parecía un poco aterradora, no era muy diferente a lo que hacían las manticoras cuando conocían a alguien nuevo, gritar y rugir antes de jugar, por lo que decidió aceptar los regalos sin decir o hacer nada que pudiera alterar más a la pony, sin embargo, ella aún no había terminado.
-Por cierto ¿Cómo te llamas?-
Era la primera vez que algún pony se lo preguntaba, pero en lugar de decir algo que él estaba acostumbrado a escuchar, pensó que era una mejor idea no revelar su identidad, porque como Zecora decía, "se amable y cortes, pero reservado, a la vez", así que contesto con lo primero que se le ocurrió.
-Speed… Runner… -
La poni reacciono con un ruido chillón un poco largo, -Uuuuuu…- y después lo tomo de uno de sus cascos y le dio un gran saludo estilo Pinkie.
-Espero que nos llevemos muy bien, Speed-
Ilma nunca había sentido los cascos de otros ponis, de hecho era la primera vez que algún pony lo trataba de tal forma, por lo que no tuvo palabras para agradecerle los regalos, pero esto a Pinkie no le importo.
-No hablas mucho ¿verdad?... me agradas-
Ilma se sorprendió de que ella lo entendiera de ese modo, y que no le pidiera algún tipo de explicación, pero esa era la forma de ser de Pinkie, o almenas eso asumió él.
-Nos vemos después Speed.-
Esas fueron sus últimas palabras antes de entrar en la pastelería. Ilma se quedó en silencio por unos momentos, antes de darse cuenta de algo; se estaba haciendo realmente tarde, así que sin pensarlo, guardo los regalos de Pinkie y se puso en marcha hacia el bosque.
En la entrada del peligroso bosque Everfree estaba Zecora esperando, no con una cara de preocupación o enfado, simplemente se le veía esperando que el joven regresara.
-Tardaste en regresar, me pregunto qué te pudo retrasar-
Ilma sabía que haadha Zecora siempre hablaba de esa forma cuando estaba muy curiosa de algo, así que le explico muy brevemente.
-Conocí algunos ponis.-
Zecora lo miro con una expresión de sorpresa y alegría, desde que lo encontró ella deseaba que el pudiera convivir con los de su especie, sin poder tener la oportunidad, por lo que deseaba más detalles sobre lo que había pasado.
-¿Conociste a alguna amigo?, o ¿algún enemigo?
-Creo que si-
Zecora quedo por primera vez confundida de la respuesta de su Ilma, pero lo entendió como un acto de madurez de su parte, por lo que decidió no preguntar más.
Al llegar a su casa, Ilma entro a su habitación con los regalos de Pinkie, sin decirle a Zecora como los había obtenido, ella le tenía bastante confianza. Al abrir el regalo dentro estaba una pequeña muñeca con la misma apariencia que Pinkie, con el mismo tipo de cabello y cutie mark, tres globos de fiesta, con una pequeña tarjeta que decía simplemente "Recuérdame", a lo que él sonrió de forma sincera.
El muffin tenía un color azul muy inusual, pero el sabor era realmente delicioso, tanto que no duro mucho en sus cascos. Luego de su cena dulce, Ilma se asomó a la ventana que tenía en su habitación, que daba directamente a un claro del bosque donde se podía ver la luz de la luna y la figura de un unicornio dibujado en ella, pensativo por lo que había vivido, en silencio, casi como un susurro, dijo dos simples palabras que sellarían su destino a partir de ese día.
-Speed… Runner…-.
