Disclaimer: CLAMP posee todos los derechos sobre Sakura Card Captors.

La historia, esta vez, es mía.

Resumen: Para unos no era la mejor decisión... pero separarse no es una opción. Mucho menos cuando un pequeño Li está en camino.


Serenidad

Podían rechazar su decisión.

O creer que su actitud era reprochable.

Pero nadie tenía las cosas tan claras como ella.

―¡Son demasiado jóvenes!

―¡Acaban de empezar la universidad!

Las voces presentes hacían eco en su cabeza, y si no fuera porque ya había vaciado su estómago más temprano probablemente hubiera vomitado.

―Sakura, hija...

Fujitaka Kinomoto habló, y Touya y Sonomi callaron al instante. Las palabras de él eran las únicas que realmente contaban en ese instante.

―Tienen mi permiso.

―¡¿Cómo?!

―¡No podemos dejarle hacer eso!

Tomoyo y Yukito permanecían como testigos silenciosos. No les gustaba la idea, pero querían la felicidad de la pareja.

―Gracias, papá.

Emocionada, Sakura dio un gran abrazo y un beso a su padre. Volteó a mirar con los ojos llenos de emociones y palabras mudas a su familia antes de tomar la mano de Shaoran y salir de su casa a prepararlo todo.

Y dejar atrás Japón para empezar su nueva familia con Shaoran.

―¿Cómo pudiste, Fujitaka? ―reclamó Sonomi. A su lado, Touya intentaba recuperar la compostura―. ¡Tu hija se irá a Hong Kong a vivir con los Li y tener a tu nieto, ¿y tú estás tan tranquilo?!

―No lo entiendes, Sonomi. No se trata de que se vaya con los Li. Se va tras su felicidad.

―¡Tengo mucho dinero! Podría contratar una tropa de niñeras, pagarle la universidad, comprar todo lo necesario para el bebé, ¡todo, con tal que se quede! ¡Y tú ahora la dejas ir como si nada!

―Sonomi, cálmate, por favor. ¿Te das cuenta de lo que dices?

―¡No me pidas que me calme! Esto es inaudito.

―Mi padre tiene razón ―se oyó como un murmullo.

―¡Touya! ¿Tú también? ¡Es tu hermana!

―Tía, por favor, haga caso a mi padre. Ya veo por qué aceptó sin problemas. Nadie puede tener más entereza al momento de decidir que mi padre y Sakura... Y, por eso, lo empiezo a entiender.

―¿De qué estás hablando?

―Madre... ―se adelantó Tomoyo, hablando por primera vez― Por favor, comprende. Todos amamos a Sakura, y queremos tenerla con nosotros... pero no podemos anteponer nuestros deseos a los suyos. Touya tiene razón, nadie como Sakura, y agrego también a Shaoran, para tomar una decisión. Ellos no necesitan dinero, ¡necesitan estar juntos! ¡se necesitan uno al otro!

Touya quiso gruñir incómodo, pero se contuvo y tomó la palabra. ―No podemos obligar a Sakura. Sus razones pueden ser insuficientes para nosotros, pero para ella no. Ahora puedo decir que... ―hizo una pausa difícil― Que aceptaré su decisión.

―¡Estoy en una pesadilla!

Para Fujitaka, dejar ir a su hija era un dolor en el alma. Pero sabía que era lo correcto.

―Serénate, Sonomi... puede que entonces lo comprendas.