Lluvia.
Sus lágrimas no se detienen, siguen el mismo curso que el de la lluvia que se resbala por la ventana, similar a un vendaval, a una tormenta situada en su pecho. Duele. Duele mucho. Pero ese dolor le indica que está superándolo, que ya lo ha superado del todo, quizás. Trata de forzar una sonrisa, trata de forzar a sus músculos a ser fuertes, como la fachada que pone todos los días frente a él, pero su intento es fallido, fatal.
Ha cambiado mucho desde que Sasuke se fue, ha cambiado mucho, su cuerpo, su mente, sus sentimientos. Y de pronto se da cuenta de a quién se debe ese cambio, de a quién debería de agradecer y a quién debería de dejar de perseguir. Es un sinsentido, un sinsentido que la hace derramar lágrimas.
Probablemente nunca pueda decírselo, probablemente si reune el valor será demasiado tarde. Sakura lo sabe, nada es eterno, mucho menos algo que no se sigue cultivando. Y sus lágrimas siguen bajando por sus mejillas, como si ése fuera el abono que necesita su relación. No sabe hacer nada más, no puede hacer nada más.
Naruto.
Sin pensarlo, sin buscarlo, dibuja su silueta en la ventana. Primero sonríe y luego llora, por la misma acción de las gotas de agua cayendo en picada. Parece triste, quizás lo está, aunque ella se niegue a verlo.
¿Qué ha estado haciendo tantos años? No lo entiende. No entiende su propia terquedad, su estupidez. Pero sus manos, temblorosas al dibujar al muchacho, estarán listas para protegerlo la próxima vez. O eso quiere prometer.
Notas de la Autora: Previamente publicado en respuesta a la comunidad reto diario en livejournal. Basado en el último ending de Naruto Shippuuden ~ Mayonaka no Midnight Orchestra de Aqua Timez.
