Gui: Respuesta al reto Pequeño Desafío del foro Draco Dormiens Nunquam Titillandus. Tema 10: Momento de paz: tristeza superada vista con nostalgia. Palabras Prohibidas: paz (y derivados) - "ya", "por fin", "al fin", "finalmente" - superar (verbo en todos los modos y tiempos) - tranquilidad (y derivados) - pasar (ídem). ¡Espero que os guste!

Disclaimer: Nada de esto es mío, a mi gran pesar... sino de Kennilworthy Whisp y J. . Ah, y gracias a Ella and Louis también por la inspiración musical. Y a Bécquer.


¿No es este un día hermoso?


Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo,
veíase el arpa

¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sepa arrancarlas!

¡Ay!, pensé; ¡cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz como Lázaro espera
que le diga "Levántate y anda"!

Gustavo Adolfo Becquer


Suponía que no podía hacer nada por volver. La depresión se la había comido. La había dejado devastada. Ahora que se volvía a mirar al espejo - ahora que entendía qué era mirarse al espejo - se veía tan flaca... Sus ojos habían adoptado una forma triste. Intentó sonreír y quedó muy feo. No le importó. Ahora no era un trauma no conseguir algo. Ahora no tenía ganas de llorar solo por no poder sonreír. Ahora iba a ir poco a poco.

Por alguna razón incomprensible, empezó a escuchar una canción de jazz. No venía de ningún sitio y sin embargo invadía la habitación. Decía Isn't This a Lovely Day? Sí que lo era.

Decidió salir de la habitación. Se puso una sudadera grande y unos vaqueros dados de si. Le bailaban... Pero mejor dar esa sensación que marcar lo flaca que estaba. Se veían demasiado sus pómulos hundidos. Abrió la puerta con calma. La escoba estaba ahí, llena de polvo, olvidada en una esquina oscura. Ni siquiera se reprochó no haberle puesto algo encima para que no se llenase de polvo de esa manera. Hoy saldría andando.

Tardó tres horas, pero observó todos los colores del mundo. Era extraña la manera en la que había cambiado y sin embargo seguía siendo el mismo... Había visto niños muggles con la camiseta del jugador preferido de su equipo de fútbol o rugby jugando a gritar, quejarse y reír porque sí. Había visto madres embarazadas y padres con carritos. Se había imaginado que la primavera invadía la atmósfera. En realidad, esa alegría la llenaba a ella y su alrededor era un espejo de su estado de ánimo.

Cuando llegó tuvo miedo. Quizás no podía volvía a entrar allí. A su segunda casa - la primera, en realidad... De repente vio salir a una chica pelirroja con el uniforme verde.

-Perdona... ¿La garra de te agarra el corazón? - le preguntó. No se atrevía a hablar más. Con eso bastaría para saber si era o no miembro.

-¡Sí! He empezado hoy y ha sido realmente genial...

-¿Cómo te llamas?

-Ginny Weas... - la chica se calló. La miraba con la boca abierta. La había reconocido. - ¡Eres Gwenog Jones! Ostras. ¿Vas a volver? ¡Soy fan tuya desde siempre!

Gwenog sonrió sin más. No quería acabar con las ilusiones de Ginny Weasley. Llevaba un año y medio fuera.

-Bueno, Ginny, eso se verá más adelante. De momento estoy revisitando el nido.

Ginny Weasley se alejó después de sonreírle y desearle suerte con mucho tacto. Quizás sabía algo. Gwenog la vio acercarse a un chico moreno que tenía toda la pinta de ser Harry Potter. Se besaron. Le pareció gracioso. Tenía ganas de conocer mejor a Ginny Weasley.

Suspiró con tristeza y se le borró la sonrisa al volver a mirar a la puerta. Pero iba a entrar...


Besos y besitos.

Gui
SdlN