-¿Estás lista para colocar las Jack-Linternas y el budín(1), Bao?- preguntó el Maestro Yaoh. La niña china asintió con energía. Dragón del Viento en entrenamiento, la pequeña niña mostraba un talento asombroso con su poder elemental. Bao agarro una Jack-Linterna, casi tan grande como ella, y se dirigió hacia la puerta de frente del templo Xiaolin.
-Mike, Greta, Ali, ¡vengan aquí a ayudarnos a colocar las calabazas!- llamó, contoneándose por el camino.
Los otros Dragones en entrenamiento se agruparon despacio. Agarraron Jack-Linternas y siguieron a la niña, excepto el Dragón de la tierra.
-¿Por zé el budín?- preguntó Greta, con sus palabras teñidas con un distintivo acento germano –Ez Halloveen, pod lo ze enziendo las calabazaz, ¿pero pod zé el budín?- los otros tres dragones pararon y la miraron.
-Oh, Greta, ¡¿acaso no sabes?! ¡El budín es para mantener satisfecho al fantasma!- anunció Bao.
-¿El fanzazma?-
-Sí, ¿no lo has oído?- el acento encrespado de Mike rodó por los alrededores –El Templo Xiaolin está encantado por al fantasma de Jack Spicer- le sonrió abiertamente el Dragón de Agua a la chica rubia.
-¿Jack Zpicer?-
-¡No me digas que nunca has oído la leyenda de Jack Spicer!- dijo Ali.
-Oh, ¡debemos narrar cuentos de fantasmas!- chilló Bao -¡Después que pongamos las Jack-Linternas y el budín, deberíamos retirarnos a las cámaras dormitorio y contar la historia!-
-Qué tontería- gruñó Ali –Es sólo una historia para asustar a los niños-
El Maestro Yaoh levantó una ceja hacia el chico marroquí. El monje instructor era todavía relativamente joven. En sus treinta y tantos años, debería ser calmado, maduro y sabio, pero todavía sentía algo de culpabilidad cuando tenía que bajarle los humos al Dragón de Fuego.
-Te aseguro, Ali, que la inoportuna muerte y encantamiento de Jack Spicer al templo no es nada más que la verdad-
-Si es verdad, ¿por qué Dojo no lo dijo?- preguntó Ali, poniendo su calabaza en las puertas exteriores del templo –Estaba vivo cien años atrás; si sucedió, debería ser él quien nos lo cuente. Él estaba allí-
-Sí, él estaba allí Ali. Es por eso que no puede contarlo; Dojo conoció a Jack Spicer y a los Dragones Xiaolin en persona. Es muy doloroso para él- el Maestro Yaoh sonrió –Dejen sus Jack-Linternas, y vayan a las cámaras dormitorio- el monje se dio vuelta y volvió al templo apropiado.
Greta puso la taza de budín entre las dos calabazas más grandes, equilibrando una cuchara encima.
-¿Diene que zer budín de banana?- preguntó a nadie en particular.
Los cuatro monjes se reunieron alrededor de la pila de fuego central de la cámara dormitorio. Las luces eléctricas estaban apagadas, así que la única luz era dada por el suave fuego. Los Dragones Xiaolin en entrenamiento sacaron sus almohadas y sábanas, y las pusieron en posición para oír una buena historia de fantasmas. Mike se había fortificado a sí mismo con un bol de pochocho acaramelado, que repartió con generosidad.
-¡Estoy tan emocionada!- exclamó Bao -¡Esta será la primera vez que voy a escuchar la historia completa de Jack Spicer! ¡El Maestro Yaoh siempre decía que yo era demasiado joven y asustadiza antes!-
-Sólo escuché fragmentos y pedazos- dijo Mike –Esta será la primera vez que escucharé la versión autorizada-
-Tonto- murmuró Ali.
El Maestro Yaoh se volvió a los Dragones reunidos. El fuego detrás de él le daba al monje una sombra perturbadora. Su voz era fría cuando habló y, por un momento, parecía menos como el maestro Yaoh, y más como el peligroso guerrero que podría ser.
-Presten atención a mis palabras, jóvenes Dragones; esto no es sólo una historia de fantasmas, sino también un cuento admonitorio. Todo lo que les pasó a los Dragones Xiaolin cien años atrás fue causado por su propio descuido. Y su falta de experiencia. Todo empezó una semana antes de Haloween…-
.-.
-¡Chase Young, vas a caer!- chilló Raimundo, señalando con el dedo al señor del mal.
-Grandes palabras, joven monje. ¿De verdad crees que ustedes cuatro pueden derrotarme?- el señor dragón sonrió con desprecio. Unos cuantos felinos estaban formados detrás de él, pero era más que nada para mostrar. El gran Chase Young no necesitaba ayuda para derrotar a los monjes. Lo sabía y ellos lo sabían. La única razón por la que no se había teletransportado dentro de la bóveda, y tomado la Cola de Serpiente bajo sus propias narices, era porque de ésta forma era más divertido.
-¡Con nuestros poderes Wudai y la fuera de nuestra unión, podemos derrotar cualquier cosa!- declaró Omi, inflando su pecho amarillo.
-¡Sí! ¡Así que vete antes que te mandemos en paquete!- agregó Kimiko.
-Así es; ¡sal de aquí!- dijo Clay.
-Creo que no; al menos, no hasta que tenga lo que he venido a buscar-
-¡Entonces deberás hacerlo sobre tu cráneo (2)!- bramó Omi Hubo una larga pausa. Omi siempre hablaba con su propia jerga, pero ésta vez estaba más allá de todo reconocimiento.
-¡Oh! ¡Ya sé! Él quiso decir: ¡sobre nuestros cadáveres!- chilló una nueva voz.
Los cuatro monjes y Chase Young se dieron vuelta para ver a Jack Spicer de pie en el jardín del Templo Xiaolin. El auto proclamado joven genio del mal estaba tomando ventaja de la presencia de Chase para incursionar en la bóveda de los monjes, o tenía una increíble sincronización. Sus brazos estaban llenos de Shen-Gong-Wu robados.
-¿Jack Spicer?- Omi identificó al a-veces-villano por su nombre completo, como era su costumbre.
-¡Hombre(3)! ¡Estás robando todos nuestros Wu!- graznó Rai en protesta.
-Oh, ¡como si nunca hubieran entrado en mi casa sin permiso!-
-¿Spicer? ¿Tienes la Cola de Serpiente?- preguntó Chase.
Jack miró hacia el hatillo en sus brazos. Estaba usando el Velo de Sombras como una clase de honda. Las Garras del tigre dorado, el Orbe de Tornami y la Espina de Rayo estaban visibles, con pequeños y menos obvios wu empacados a su alrededor. El mango distintivo de la Cola de serpiente estaba en segundo plano.
-Um… No lo creo- intentó.
Momentos después Jack estaba volando por el jardín, por la fuerza del golpe de Chase Young. La Cola de serpiente estaba en la mano del señor dragón. Los wu robados se esparcieron por el suelo. Jack rodó sobre sí mismo, quedando en cuatro patas, y empezó a juntar todos los Shen-Gong-Wu que podía.
-Bueno, fue incluso más fácil de lo que anticipé- anunció Chase con una sonrisa torcida –Los dejaré ahora. Traten de jugar bonito, niños- el dragón Heylin se teleportó, llevándose sus gatos sirvientes de la jungla con él. Por un minuto o algo así, nadie se movió. Entonces, como si fuera uno, los cuatro guerreros Wudai se volvieron para encarar a Jack Spicer.
-¡Jack! ¡Desperdicio de oxígeno!- gritó Kimiko.
-¡Por ti, Chase Young podrá completar su nefasto plan! Er, cualquiera que sea- anunció Omi, desinflándose un poco.
-¡Spicer, eres tan bienvenido como un zorrino en una fiesta de jardín!-
-Hombre, ¡deja de robarnos nuestros wu mientras te insultamos!- chilló Raimundo.
-Quizás no soy muy popular, ¡pero tengo el Rebanador de sombras!- Jack levantó el wu sobre su cabeza -¡Rebanador de sombras! ¡Rebanador de sombras! ¡Rebanador de sombras! ¡Rebanador de sombras!-Spicer continuó activando el wu, llenando el jardín con copias de Jack Spicer.
-¡Nos vemos después, perdedores Xiaolin!- se rieron al unísono.
-¡No realmente! ¡Espada de la tormenta!- Raimundo sacó su wu elemental en un afilado barrido. La fuerza de los vientos del tifón rasgó una docena de copias de Jack como si fueran muñecas de papel.
-¡Bastón shimo!- Omi extendió su bastón de hielo hasta una longitud increíble, golpeando a su paso las sombras de Jack y cualquier cosa que estuviera en el camino.
-¡Flechas gorrión!- misiles de fuego cubrieron el jardín, poniendo a varios árboles en llamas, al igual que unas cuantas sombras de Jack.
-¡Big Bang Meteorang!- el corpulento vaquero mandó su wu a través de la última de las copias de Jack. El boomerang volvió a su mano -¡Woo-wee! Creo que esta es una forma de…- Clay abrió la boca de repente. El Dragón de Tierra se quedó mirando su arma, asustado.
-¿Qué pasa, Clay? Acaso has…. ¡Oh, Dios mío!- Kimiko llevó sus manos a cubrirse la boca. El Big Bang Meteorang estaba cubierto de sangre. Los monjes se quedaron quietos, y luego miraron al jardín.
Jack todavía estaba erguido, de momento. El adolescente gótico estaba tambaleándose a través de la puerta, con sangre chorreando bajo su larga chaqueta. No parecía haberse dado cuenta de qué lo había golpeado, y simplemente estaba respondiendo a su instintiva urgencia de huir. Entonces sus rodillas temblaron como si le hubieran cortado los hilos.
-Oh mi Dios… ¡Jack!- Clay dejó caer su ensangrentado wu, y corrió hacia el villano herido. Los otros monjes lo siguieron.
Jack Spicer yacía en una piscina de sangre que se expandía con rapidez, con sus inquietos miembros crispándose, como si intentara deducir qué le había pasado. De alguna parte, el joven halló fuerzas para rodar hasta quedar de espaldas. La sangre goteaba de la boca del adolescente gótico. Jack levantó una mano ensangrentada frente a su cara, con gran confusión escrita en sus rasgos.
-¡Jack! ¡No trates de moverte, hombre, sólo quédate quieto!- chilló Raimundo, abriendo el abrigo del adolescente para examinar los daños -¡Dios mío(4)!-
El Big Bang Meteorang había dado de lleno en el cuerpo de Jack. La columna del joven albino se había salvado, pero no había forma que el agujero abierto hubiese fallado sus pulmones y estómago. La sangre chorreaba fuera de la herida en un torrente. El adolescente empezó a respirar en ásperas bocanadas.
-¡Oh, Diohs(5), Jack, lo lamento tanto!- chilló Clay, con lágrimas empezando a fluir de sus ojos azules. El vaquero se arrodilló al otro lado del pelirrojo, intentando ver cómo ayudar a través de sus lágrimas.
-¿Hola? ¿Emergencias? ¡Necesito una ambulancia en el templo Xiaolin justo ahora!- Kimiko había sacado su celular y le estaba dando buen uso –Nuestro amigo está malherido; ¡ha perdido mucha sangre!-
Rai arrancó su querido cinturón de líder y lo presionó sobre la herida. Era como echar un vaso de agua a un incendio forestal. Lágrimas empezaron a salir de sus propios ojos, y el brasileño sacudió a Spicer por el hombro.
-¡Quédate despierto, Jack! ¡Quédate conmigo!-
Clay agregó su propio cinturón a la mojada masa del pecho y el estómago de Jack. El gran tejano aplicó tanta presión como se atrevía, intentando bloquear el lago de sangre extendiéndose por las piedras blancas del jardín.
-Ngo f-frío- susurró el pelirrojo, haciendo volar burbujas de sangre con su aliento.
-¡La ambulancia está en camino, Jack! ¡Sólo quédate con nosotros!- gritó Rai, intentando mantenerse en la línea de los deslumbrados ojos rojos.
-¿Rai?- preguntó el pelirrojo.
-¿Sí? ¿Qué pasa, hombre?-
-¿T-Te… gusta… M-My Chemical Romance?-
-¿Quieres halar de música ahora?- Raimundo casi se rió. Casi.
-Tienen - tienen una… una canción… ll-llamada "Teenagers"…-
-No la he escuchado- el brasileño levantó la mirada. La sirena de una ambulancia resonaba fuera de las colinas que rodeaban el Templo.
-Amo ésa c-canción…- ahora las burbujas de sangre salían de la nariz de Jack. Clay todavía estaba aplicando presión, y parecía estar ayudando. El vaquero todavía estaba sollozando sin control, pero no dejaba que eso lo detuviera para ser útil. Kimiko todavía estaba en el teléfono con los servicios de emergencia y Omi… Omi sólo estaba ahí, mirando al inimaginable horror ante él.
-Bueno, cuando te mejores, la vamos a escuchar juntos, ¿okay?- dijo Rai. La ambulancia estaba en los terrenos del templo ahora. Dos paramédicos en crujientes uniformes blancos salieron de la parte trasera, con equipamiento médico listo.
-Huh- resopló Jack, rociando sangre en la mejilla del brasileño –S-sólo asegúrate… asegúrate que la toquen… en mi f-funeral-
-¡No! ¡No, tu no vas a morir!- gritó Raimundo.
Entonces los paramédicos los apartaron, aplicando presión, poniendo un respirador sobre la boca del pelirrojo y llevándolo a una camilla, rumbo al hospital.
-¡Vas a estar bien, Jack! ¡Vamos a escuchar ésa canción juntos!- lo llamó Raimundo. Los paramédicos cargaron al impasible gótico en la parte trasera del vehículo y arrancaron hacia el camino que llevaba al hospital.
Los cuatro dragones miraron en silencio mientras la ambulancia, con las luces encendiéndose y las sirenas sonando. No hablaron ni una palabra entre ellos mientras rastreaban el progreso del vehículo. Justo antes de perderse de vista entre las colinas, las luces y la sirena se apagaron.
Kimiko se ahogó, dándose la vuelta para correr al templo. Clay cayó de rodillas, haciéndose un ovillo, con la frente en la tierra. Raimundo bajó la cabeza.
-¿Por qué apagaron las luces?- preguntó Omi, quieto. Lágrimas bajaban por sus mejillas, pero no estaba sollozando abiertamente. No todavía -¿Por qué apagaron la sirena? ¿Cómo va a saber la gente que tiene que apartarse del camino?- el Dragón de Agua se acercó a su líder, tirando de las piernas del pantalón de Rai -¿Raimundo? ¿Por qué apagaron las luces y la sirena?-
-Porque ahora no hay apuro, Omi- susurró el brasileño, sin levantar su cabeza.
-¡Pero Jack necesita ir al hospital cuanto antes! ¿Cómo es que no pueden apurarse ahora? ¿Por qué…?-
-Jack está muerto, Omi-
Los ojos del pequeño monje amarillo se abrieron. Se quedó mirando a Raimundo, impactado. Detrás de él, Clay estaba empezando a sollozar; quebrados, fuertes sollozos que agitaban su cuerpo entero.
-¿Muerto? P-pero, ¡eso no puede ser! ¡Fue un accidente! ¡Clay no quería-nosotros no queríamos! ¡Jack no pude estar muerto!-
-Omi… Lo está. Ve y llora- susurró Raimundo, arrodillándose. El brasileño puso un brazo alrededor de los hombros de Omi, y lo atrajo hacia él. Después de un momento, el pequeño monje empezó a llorar -¡Clay! ¡Clay! ¡Clay!- el vaquero levantó la mirada. El brasileño lo agarró por el brazo y lo empujó en un fuerte abrazo.
Juntos, los tres muchachos se mecieron y lloraron en el jardín medio destruido, y lleno de sangre. Se lamentaron por la muerte de un muchacho quien había sido enemigo y su mejor, y más molesto, amigo para peor. Eran las 7:32 p.m.
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(1) Si bien en la serie se tradujo como budín –y así lo voy a dejar- una traducción más entendible sería "postre", de ésos hechos con leche, que vienen en vasitos plásticos. Los más conocidos en Argentina serían los Serenito, Sancorito, etc.
(2) Omi dijo otra frase, pero la traducción literal perdía la esencia de su significado, así que lo traduje como leyeron, que conserva la intención.
(3) Raimundo, en realidad, dice "dude", lo cual dignifica algo así como "compa". Pero "hombre" era más entendible dado el contexto y los personajes.
(4) En castellano (portugués) en el original.
(5) No, no es una falta ortográfica, ya que la situación amerita ciertos cambios en el humor del vaquero.
Nuevo fanfic de Red Lioness, casi casi empezando mis vacaciones (el mes más esperado del año) con materias aprobadas y lista para recargar energía para el año que viene. Este capítulo fue corto y sencillo de traducir, y lo mismo los siguientes capítulos, así que voy a seguir traduciendo semana a semana, así me tomo un descanso creativo.
Nos leemos
Nakokun
