Ninguno de los personaje que aparecen aquí son míos.

Aclaración: En este fic nadie está muerto, excepto los papás de Harry

"La Boda"

Severus Snape estaba sentado bajo un árbol comiendo su almuerzo, consistente en gasparitos (colorines) bañados en salsa de tepejilote, le había agarrado un gusto desde la última vez, oh sí, esa última vez, en el hospital donde internaron a su madre, ese fatídico día en el que ella lo conoció a ÉL, la razón por la que estaba comiendo solo sentado en el pasto en lugar de su cómoda silla en el gran comedor. No le gustaba el giro que había dado la relación de su madre con Dumbledore.

Al principio no le dio mucha importancia pues pensó que sólo eran un par de ancianos intentando vivir apaciblemente sus últimos días, pero se dio cuenta de que algo estaba mal la primera noche en que Dumbledore fue a cenar a su casa.

Su mamá había preparado su cena especial, la cena para momentos importantes, como navidad, cumpleaños y aniversario de muerte de James Potter: Hotcakes con forma de Mimoso el ratón, entonces supo que algo estaba mal.

-Eh, madre… ¿Exactamente qué estamos conmemorando?-Su madre y Dumbledore se miraron con complicidad.

-¡Oh, Severus, cariño! Albus y yo… ¡vamos a casarnos!

Mientras se pasaba su bocado de hotcake sintió como si Mimoso el ratón se le hubiera colgado de la campanilla.

-Sé que es algo repentino, cariño, pero Albus y yo nos queremos tanto que decidimos unir nuestras vidas- Severus no podía respirar ni emitir algún sonido así que comenzó a hacer la señal de asfixia, cruzó sus brazos sobre su pecho y comenzó a darse golpecitos en los hombros.

-¡Oh, querida! Mira! Está tan emocionado que quiere un abrazo! ¡Abrazo de grupo!- Dijo Albus mientras se levantaba junto con la sra. Snape a dar un gran abrazo a Severus, lo apretaron tan fuerte que escupió el trozo de panqueque que tenía atorado.

Desde entonces Dumbledore se tomó muy en serio su papel de padre.

Esa mañana, cuando Snape fue desayunar y se dirigía a la mesa de maestros lo primero que vio fue al anciano director agitando la mano y gritándole:

-¡Yuuuujuuuuuuuu! Te aparté tu lugar, ándale cachorro, ven y siéntate a mi lado.

Hubo un gran silencio en el gran comedor pero después de unos segundos estallaron las carcajadas por parte de los alumnos y maestros "¡Anda cachorrito ve a sentarte con tu papi!" le gritaban los alumnos entre otras cosas, Severus se sentía tan humillado que sentía una lagrima queriendo escapar de sus ojos y para defenderse comenzó a bajar puntos.

-¡CALLATE, HARRY POTTER! ¡500 PUNTOS MENOS PARA GRYFFINDOR!

-Pero si yo no dije nada- se defendió Harry Potter escupiendo sus huevos revueltos

-¡Y OTROS 500 MENOS POR HABLAR CON EL HOCICO LLENO!

-Deja en paz a mis alumnos, Severus- dijo McGonagall y luego pasó un brazo por sus hombros- no tiene caso que te desquites con ellos, son unos niños ¡pronto lo olvidarán!... ¡HIJO DE PAPI! JAJAJAJAJAJAJAJA

-¡500 PUNTOS MENOS PARA TÍ!

-No puedes quitarme puntos, tarado

-Sí puede porque es mi "H I J O"-Dumbledore hizo énfasis en la palabra hijo haciendo la señal de las comillas aéreas con sus manos- o al menos lo será cuando… ¡ME CASE CON SU MADRE LA PRÓXIMA SEMANA! ¡TODOS ESTÁN INVITADOS!

Las risas estallaron una vez más y Snape se fue corriendo a llorar a su mazmorra

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-… y es por eso que esta poción se llama ¡LA POCIÓN MÁGICA!

-Pero profesor, ¿no se supone que todas nuestras pociones son mágicas?

-No, esta sí funciona, pero pongan atención- dijo mientras se agachaba sobre el caldero y abría una pequeña botella- las dosis de los ingredientes deben ser perfectas, si se pone muy poco la poción no funcionará en lo absoluto (y les causará granos y agruras) y si se pone de más les causará una muerte lenta y dolorosa que quizás involucre a una serpiente gigante y al Señor Tenebroso. ¡Ahora cállense, mocosos! Esto requiere de toda mi concentración – Severus inclinó la botellita sobre la poción que hervía en el caldero intentando verter una gota del líquido.

-¡HIJOOOOOOO!- Dumbledore abrió la puerta de golpe y se arrojó a darle un fuerte abrazó a Severus, quién tiró la botella entera dentro del caldero.

-¡NOOOOOO! ¡Sólo era una gota!

-Aaaaaay, cachorrito, si querías sólo una gota hubieras usado un gotero

-Es más dramático no usar un gotero, ¡es más de mago!

-¿Estabas preparando la poción mágica? Si, definitivamente esto va a ser muy dramático… ¡Ay, cachorrito! Déjame darte un abrazo – Dumbledore estiró los brazos para abrazarlo, pero Severus lo apartó de un manotazo

-¡No me toque! ¡¿Por qué entra así a mi salón de clases?

-¿Este es tu salón? ¡Válgame, yo pensaba que eran las mazmorras!

-¡SON LAS MAZMORRAS, AQUÍ DOY CLASES!

-Pero, campeón ¿cómo puedes dar aquí clases? Está lleno de humedad, polvo, objetos punzocortantes y esas ratas que nos miran fijamente.

- No son ratas, son los estudiantes, ¡mire, ahí está Harry Potter!

Se escucharon algunos murmullos conmovidos "oh, el profesor Snape no cree que seamos ratas" "Defendió el poco orgullo que nos quedaba" "Weasley si parece rata".

-Es verdad, la rata más peluda es en realidad Harry – dijo Dumbledore mientras acomodaba sus gafas- ¡Hola, Harry! ¿Qué cuentas, tus papis siguen muertos?

-Si

-Ah, qué cosas. Bueno, campeón, ya me voy, sólo venía a darte un poco de amor. Ahora que voy a ser tu papá debo acostumbrarme a dártelo más seguido - Dumbledore besó y abrazó a Snape, que quedó en shock - ¡Adión, Harry, me saludas a tus papás!

- Están muertos – respondío Harry.

Dumbledore abandonó el salón dando saltitos y todo se quedó en un silencio sepulcral, hasta que Snape sirvió un vaso con la poción y se la acercó a Harry.

-Bébetelo

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Ese día había sido infernal, y aún faltaba para que se acabara. Por eso había ido a comer sentado bajo aquel árbol, para evitar encontrarse con Dumbledore en el gran comedor.

Repasando todo lo malo del día, que incluía el que estúpido Potter no se hubiera bebido la maldita poción, que McGonagall lo había estado molestando con notitas burlonas y que sus gasparitos no estaban bien cocidos (esos malditos elfos domésticos no servían para nada, ya después se encargaría de apuñalar a alguno de ellos), se preguntaba qué otras cosas catastróficas que podrían afectar su perfecto universo estaban por ocurrir ¿Que los gasparitos le explotaran en la cara? ¿Qué súbitamente Granger se convirtiera en una belleza? ¿Qué de pronto se sintiera extrañamente atraído por McGonagall? ¿Qué Dumbledore hubiera estado todo ese tiempo parado a su lado mirándolo comer? Un segundo, ¿ese que estaba parado a su lado era Dumbledore mirándolo comer?

-¿Qué me ve?

-Sevito, no está bien explayar tus pensamientos en voz alta… ¿sientes algo por Minerva?

-¿Me dijo "Sebito"?

-No, te dije "Sevito"

-¡¿Acaso me está insultando por mi cabello? ¡Soy muy sensible al respecto!

-No, no, es un apodo cariñoso que yo inventé. Es la combinación entre Severus y Bebito, ¡Sevito!

-Ah, bueno, pensé que me estaba insultan… ¡NO ME LLAME ASI!

-Escucha, Sevito- Dumbledore se sentó a su lado y le pasó un brazo por los hombros- noté que ignoraste mi pregunta sobre Minerva, pero está bien. Lo que quiero es pedirte algo muy importante y especial, en realidad, es un pedido mío y de Mamá Snape.

-¿Siquiera se sabe el nombre de mi madre?

-¿Qué importa el nombre cuando nos amamos tanto? Escucha, Mamá Snape y yo queremos pedirte que seas el organizador de nuestra boda, y no puedes negarte por que nos romperías el corazón y eso podría matarnos del dolor. Literalmente.

-No lo haré

-¡ARRRRGHHH! – Dumbledore se echó al suelo agarrándose el pecho y sacudiéndose- ¡QUE DOLOR! – Snape lo miraba impasible, Dumbledore era un pésimo actor, por eso nunca lo escogían para ser el niño Dios en las pastorelas, tenía siempre esa misma rutina de echarse al suelo y fingir un ataque de dolor.

-Profesor, el corazón está del otro lado… eh, no, ese es su estomago, ese es su hígado, ese es su… ¡bah! Olvídelo

-¡MAL HIJO! ¡TU MADRE ESTÁ PASANDO POR ESTE MISMO DOLOR!

-¡MAMI! Está bien, está bien… organizaré su boda

-También queremos que seas el niño flor – Dumbledore se levantó y se fue corriendo

Maldito anciano manipulador. No sólo se las había ingeniado para humillarlo todo el día y manchar su imagen pública, ahora también tendría que organizar el evento que uniría sus restantes horas de vida a las de su madre. A menos que…

-A menos que… ja…jaja…jajaja…JAJAJAJAJAJAJAJA

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CONTINUARÁ

Este fic necesita de al menos un review para ser continuado. Muchas gracias a todos los que me dejaron uno en "Un Jueguito", por eso me decidí a hacer esta especie de secuela.