Disclaimer: Los personajes y situaciones de Fullmetal Alchemist le pertenecen a Hiromu Arakawa, yo solo los tomé prestados, sin fines de lucro, para realizar mi historia.

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Clandestinidad

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(I)

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Calor

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Tomó su mano con cierto temor en un momento de valentía. Solo pensó que sería por unos segundos nada más y ella luego la retiraría sin más mirándolo con el ceño fruncido por su terrible acción.

Esperó un tiempo, pero ella jamás hizo lo que se imaginó.

Ella sintió que quizás su corazón se detendría...

Entonces su cabeza fue por más. Observó sus labios rosas, estaban entreabiertos como esperando para que él diera el paso que faltara. Su razón le decía que por esa acción impulsiva, podría arruinarlo todo. Toda una vida juntos, todo el infierno atravesado, todo lo que habían construido...

Tal vez… no es una simple amistad lo que tenemos —susurró—. Es… —¿podría decirlo?—. Mustang-san...

Ella también. Quizás eran los tragos de más que tenían en sus cuerpos que hacían estragos en sus pensamientos.

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Nunca se sintieron más seguros que aquel día en que se dieron cuenta del sentimiento que los unía por primera vez. Habían sido compañeros y amigos durante toda su vida, desde que eran unos chiquillos inocentes e ingenuos. Se habían acompañado en los momentos más duros y difíciles; en la guerra de Ishbal, en la batalla contra los homúnculos y Padre; y también en sus luchas internas. Muchas cosas los habían marcado y los había llevado a la absoluta resignación de que tenían que pagar por todo lo que habían hecho. Pero esas cosas, esas metas y objetivos eran las que los había unido hasta tener que atravesar en candor de los infiernos, hasta la muerte. Era un lazo determinante, algo que ninguna persona que no estuviera con ellos podía llegar a comprender. Amistad, confianza, dependencia, perseverancia, paciencia, era lo que describía a su relación, solo que había algo más al final, algo que había pasado desapercibido para ellos mas no para los demás: el amor.

Riza quizás había tenido un atisbo de ese sentimiento unos días antes del día prometido. Estuvo separada de él como nunca lo estuvo desde que entró al ejército bajo sus órdenes. Y eso le resultaba doloroso, no entendía por qué. Quizás porque se había acostumbrado a su presencia, quizás porque ya era parte de la rutina. Y no quiso pensarlo más. Aun así, ese calor dentro de ella, aquello que hacía su corazón latir unos días antes de volver a encontrarse con él, aquel sentimiento no se desvaneció.

Roy no comprendía eso que lo aquejaba cuando vio que podía perderla para siempre, se preguntó si tal vez era algo parecido y comparable a lo que sintió cuando Hughes murió. Desesperación, desesperanza y autocontrol. Sí, autocontrol para no caer en la desesperación de saberla muerta. Ella era una persona importante y determinante en su vida. ¿Qué sucedería si la perdiera? ¿Qué pasaría con él? Con su sueño… no quiso hacerse más preguntas; entonces las dejó pasar, como ese incómodo sentimiento.

No se dieron cuenta hasta mucho tiempo después. Cuando la soledad comenzó a pesarles más de lo debido, cuando las metas de ambos iban cumpliéndose a cabalidad. Después de volver a atravesar aquel miedo a la muerte del otro. Allí es cuando finalmente ellos pudieron saber de lo que se trataba. Así como la amistad era una constante en sus vidas, también lo fue el amor. Porque el verdadero amor nunca va separado de la amistad.

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¿Es algo mutuo, verdad, Hawkeye? —musitó—. ¿Es esto lo que tú sientes también? ¿Hasta cuándo vamos a seguir así?

Las reglas, las leyes existen.

¿Importan ya?

El Día Prometido no interesaron.

Tampoco te importaron cada una de las veces que desobedeciste órdenes mías.

Mucho menos deberían importar ahora.

Esa absurda ley que hace que el ejército pueda perder a sus más valiosos soldados.

Tus metas, todavía queda la más importante de todas.

Todo se cumplirá de todas formas. Ya está escrito. Es mi destino.

Ya no quiero continuar así…

Entonces todo tuvo sentido y se dejó embargar a pesar del sufrimiento. No pensaron en nada más ni en las opciones ni en las leyes ni en nada. Esa noche solo fueron ellos dos.

Nunca se imaginó que él tuviera tantas formas de besar y tantas maneras de amar. Y al final, los brazos de Roy se sintieron aún más cálidos que el fuego de su alquimia.

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Notas: Bueno, aunque una semana más tarde (el reto empezó el 6 de junio, jejejeje), decidí tomar el reto de la RoyaiWeek. Pueden encontrarla en tumblr con ese nombre. El reto era publicar un capitulo (con un tema) cada día hasta el 11 de junio que es hoy y el día Royai. Eso de estar metiéndome en este tipo de retos-temas es un dilema para mí, jejeje. Igual publicaré uno por día. ¡Lo prometo!

Este capítulo es un homenaje al fic hermosísimo "Opus Nigrum" de KaoruB. ¡Sol, muchísimas gracias por prestarme tu idea! Léanlo alguna vez que puedan, un Royai realista, IC, bellamente escrito y narrado. No tiene pierde.

De todas maneras esta historia es un respiro que necesitaba para seguir corrigiendo Watashitachi, tan angst que está últimamente u.u

Gracias por leer.

¡No dejen de comentar! Es una gran motivación :)

¡Feliz día RoyAi!

Sophy.