Capitulo 1: Red Lipstick
"Señorita, usted no debería estar aquí"
Ella simplemente ignoró las palabras del segurata y siguió su camino. No podía culparlo, era su trabajo, de la misma forma que ella estaba cumpliendo el suyo. Una de sus picaduras lo dejó inconsciente y tomó las escaleras. Era de sentido común no subir por el ascensor, pues cualquiera de los dos bandos podía pararla a medio camino y eso solo retrasaría lo inevitable. Odiaba subir tantos pisos a pie, pero debía pensar en el lado bueno: hacía ejercicio y bajaba el shawarma que había comido antes de acceder a hacer esa misión. Nada más llegar a la última planta, cogió sus binoculares de la mochila, estudiando por dos minutos los movimientos de aquel loco. Los guardó y con un espejo, retocó cualquier detalle para que nadie la pudiera delatar Meditó unos segundos de lo que iba a hacer y como saldría sin llamar la atención. Daba igual, ya lo vería al momento.
"¡Hey, Jude!" le gritó antes de salir de su escondite y tirarle una de sus fichas eléctricas para tumbarlo. Al verlo en el suelo, simplemente desactivo el arma que llevaba encima. "Despierta, Jude, que vas a tomar un vuelo". Con esa estúpida ironía, lo abofeteó en repetidas ocasiones hasta que el hombre reaccionó. "Dime quien te contrató".
"Nadie" Su nerviosa contestación, lo delató. Ella sonrió antes de clavar una de sus agujas. "Dime que me has clavado, zorra" Su nerviosismo y temblor demostraba el gran miedo que tenía a lo desconocido. "¡Dime que era!"
"Si quieres el antídoto dime quien esta detrás de todo esto" Exigió ella una vez más. Para mostrar que no iba de broma, enseñó otra aguja idéntica, haciendo que él chico estuviera mucho más ansioso.
"AIM. Necesitaba el dinero y... un infiltrado en Industrias Stark me lo dio"
"Gracias por su cooperación. Por cierto, no le había picado nada. Que tenga un buen viaje".
Sin la menor compasión, tiró a aquel chico de forma que pareciera un suicidio, llevándose consigo esa arma. Se cercioró de que, aquella caída lo hubiera matado. No era nada personal, no le gustaba coger esas decisiones tan extremistas, solo que no podía dejarlo vivo pues hubiera dicho algo nada favorable para Stark. Sabía que Tony había dejado de fabricar armas y que se dedicaba íntegramente a crear cosas para el bien de la comunidad como conductores de energía renovable u optimización de universidades accesibles para todo aquel que tuviera una buena idea para el futuro. Pero a veces, llevados por algo que ella sabía muy bien, se podían moldear las mejores ideas para hacerlas peores. Era el caso de ese prototipo. Abandonó el lugar con suma precaución, sin la peluca y gafas bien guardadas en su mochila. Con su moto, volvió a su hogar después de dejar encima del escritorio del despacho del director aquel prototipo robado.
"Señorita Iryna cuanto tiempo" Saludó una señora sentada a las escaleras del edificio. En su regazo había un gato negro deseando ser más acariciado. Nada más verla, saltó a restregarse contra su pierna "Miho la ha estado esperando todos estos días en el portal".
"Olga, veo que tienes mejor cara. ¿Ya te respeta Piotr?" Aquella pregunta vino con un asentir suave y una sonrisa que iba a atesorar. "Me voy a descansar, ha sido un viaje muy largo, como comprenderás".
"Algún día debes cenar en nuestra casa. No puedes quedarte sin probar mis varénique*".
Ella asintió antes de coger a la gata en sus brazos y subir lo poco que restaba de escaleras. Abrió su puerta y dejó a la gata en el suelo para que entrara. Dejó su mochila encima del sofá y cogió una lata de cerveza. Después de un largo sorbo, revisó el contenido de su nevera. Al ver que todavía quedaba una pizza para calentar, no lo dudó ningún segundo. La dejó cinco minutos justos, el tiempo que necesitaba para cambiarse, tratar un poco las pequeñas rozaduras que se había hecho con agua oxigenada y llamar al gato para darle una de sus tantas latas de comida especial. Encendió la tele y vio la noticia con una sonrisa de satisfacción mientras comía aquella pizza. La gata dejó de comer y se lanzó a su regazo, deseando coger mimos de su señora.
"Tendrías que haber visto su cara de terror, mi querida Miho" Habló a la gata para aliviar un poco la sensación de soledad. "Dios mio, Toni tendría que haber puesto un poco de seguridad en las universidades que trabaja. Esto podría haber matado a más de una persona. Gracias a dios que tiene una gran espía como yo como amiga. ¿Quién iba a decir que la gran Viuda Negra estaría haciendo de recadera secreta?".
La gata maulló una vez más y ella sonrió. En verdad, Natasha nunca había imaginado que estaría en esa situación tan "casera", pero realmente no tenía otra. Todo había sido un auténtico cambio desde que ayudó a Steve y Bucky salir en ese jet a donde fuera. Sabía que Rhodie había salido muy mal parado y le mandó sus buenos deseos con esos Pop-Tarts que tanto le gustaban (veía inútil mandar un puñado de flores a alguien como él). Entre sus compañeros, el que mejor había reaccionado era el rey T'Challa, pero no supo realmente que había hecho. Solo esperaba que, lo que hubiera hecho, lo hiciera bien. No como ella. Una completa estúpida siguiendo lo que ella creía correcto. En cierto modo, no se terminaba de arrepentir: ella creía firmemente que la imagen de "súper héroe" había que lavarla un poco para que no los perjudicaran los líderes políticos en caso de fastidiarla de nuevo. Ella lo sabía bien, se había enfrentado al senado, tenían que demostrar que siempre actuarían por el bien de todos los civiles y la acción desafortunada de Wanda (aunque no tuviera la real culpa) había que lavarla ante todos. Firmar unos papeles demostrando que eran "los buenos" los habrían dejado como cooperadores. Pero Steve tenía razón: ya no habría libertad. Y cualquier gobierno los hubiera frenado si iba en contra de sus intereses.
Y la habían dejado entre lo que sentía verdaderamente y lo que había que hacer.
Sabía que se iba a arrepentir, lo dijo, y lo estaba cumpliendo.
"Miho, nunca te unas a una banda de gatos. Te dejaran horrible" le dijo a la inocente gata mientras intentaba levantarse e ir a por un yogur o helado.
Por "traidora", simplemente debía esconderse y el barrio ucraniano era de las mejores opciones en la gran ciudad. Ella era rusa, podría fingir tranquilamente con otra identidad. Habían un montón de "Iryna", era un nombre muy común, igual que el apellido "Kozova". A ojos de esos vecinos, ella era una empleada más de oficina, cosa que justificaba sus dolores constantes de espalda y piernas.
La necesidad de dinero y redención habían hecho que tomara ese camino. Ella sabía de sobra que había gente infiltrada en Industrias Stark, y lo ayudaba no para pedir su perdón (jamás le pediría su perdón), para aliviar esa culpa que tenía por haberlo traicionado a él, a Visión y a su buen amigo en situación de parálisis. También era algo que se lo debía sobre todo a Clint. Mejorar como persona, empezar a tener sentimientos más haya del título que había labrado en ocasiones anteriores. Se lo debía a su cuenta en rojo, goteando. Sabía que sus métodos no eran los mejores (tirar a un pelele por la ventana para que muriera no era la mejor de las formas) pero eran los más efectivos que ella conocía.
"Estúpido Barton. Mira que hacerme humana..." Lo maldijo antes de empezar con el postre.
También se llamaba a si misma estúpida. Porque, con sus acciones, lo habían vuelto a él y todo el equipo de Capitán América en unos buscados por la justicia. Por favor con ellos y por ella misma, había averiguado donde se escondía. Realmente no estaban en un sitio solo, no dejaban de moverse en busca de algo y eso a veces los volvía en un blanco muy fácil para la Ross y sus hombres incapaces de llevar bien una simple tarea. De igual manera, había averiguado por las familias. Los Barton estaban seguros, retirados en un lugar calmado y bien atendido, con una sencillez que no parecía que se estuvieran ocultando realmente. A veces se cercioraba de que estuvieran bien y se sorprendía cada vez que la pequeña la recibía como su querida tía Nat y un regalo (su favorito eran los dibujos o las pulseras con cuentas muy coloridas). Laura no terminaba de perdonarla, podía verla muy resentida después de como habían sucedido las cosas, pero se aliviaba cuando le decía que Clint estaba bien y ayudando como podía a una causa mejor. Hope Van Dyne, hija del doctor Henry Pym estaba realmente enfadada con Scott Lang o "Ant Man". Por lo menos su tecnología no había caído en manos de un Stark, si no, el mismo Henry antes de morir del disgusto lo mataba. Después de una larga charla en la que ella se mostraba totalmente indignada, le pidió que cuidara bien de Cassie, la hija de Lang, a pesar de que su padrastro hiciera hasta lo imposible para que así no fuera.
Apagó las luces y seguida de su gata, se acostó, deseando que el trabajo del día siguiente fuera igual de tranquilo.
Iepale~
¿Cuánto tiempo, verdad? Ya tenía ganas de volver a escribir algo especial y bueno, ha nacido este post-Civil War. No se cuanto va a durar, pero será entretenido.
Hasta la queso-próxima~
