Disclaimer: Sam, Dean, Supernatural, Kripke, the YED, Bobby, Bella, etc etc, ninguno de ellos me pertenece ni me pertenecerá nunca (lamentablemente), así que por favor, no me demanden.

Por si acaso esto se ubica después del episodio "Jus in Bello" así que por favor, si no han visto hasta ese episodio quizá sea mejor que no se arriesguen a leer esta historia.


Dean se levantó a las 6 de la mañana como siempre. Su papá había salido de cacería y lo había dejado solo con Sam así que tenía que preparar el desayuno para ambos. Habían pasado algunos meses desde la navidad en que Sam había descubierto a lo que se dedicaba su padre y Dean había tratado de subirle el ánimo todo ese tiempo.

"No es tan malo si lo piensas bien, hasta es divertido ¿Qué otros niños podrían decir que su padre es un cazador de monstruos?"

"No es divertido Dean, es peligroso." Había dicho Sam asustado. Y cuando su padre había vuelto a salir diciendo que se tardaría quizá una semana, Sam no había podido ocultar que estaba aterrado. En verdad temía que su padre no volviera nunca.

Habían pasado 9 días y su padre no regresaba. Dean ya no podía mentirle a Sam diciendo que los negocios de su padre se habían complicado porque ahora Sam sabía en verdad cuales eran los "negocios" de su padre, y si Dean decía que se habían "complicado" entonces eso sólo podía significar una cosa: que su padre estaba herido o quizá muerto. Así que esos días Dean había hecho todo lo posible por distraer a Sam y evitar que estuviera imaginando lo que podía estar viviendo su padre en esos momentos.

Voy a sorprenderlo con el desayuno en la cama, eso es para chicas pero… creo que por hoy puedo hacer algunas concesiones. Así que Dean se levantó dispuesto a preparar algo especial cuando notó que la habitación en la que estaba no era la misma en la que se había acostado. Esto no está bien. Sammy! Dean corrió hacia la cama de su hermano. Estaba totalmente cubierto así que no podía verlo, y parecía estar durmiendo profundamente. Dean no sabía si despertarlo, no quería alarmarlo, y entonces notó que el bulto bajo las sábanas era demasiado grande para ser su hermano. Con mano temblorosa destapó cuidadosamente la sábana y lo que vio lo dejó mudo.

En lugar de su hermano había un hombre de unos veintitantos años durmiendo. Lo primero que pensó fue que había sido secuestrado, tenía que regresar al hotel donde estaba Sammy, llamar a su papá y contarle lo ocurrido. Pero primero lo primero, debía salir sin hacer ruido. Cuando se dio la media vuelta para salir el hombre de la cama se movió y abrió los ojos. Ahora era su turno de sorprenderse. Al ver al niño en la habitación se sobresaltó y preguntó: "¿Quién eres tú?"

Dean se volteó y lo miró asustado. Así que hizo lo único que podía hacer en ese momento: correr.