Aww :3. Este es el tercer fic que estoy haciendo y no he conseguido terminar ninguno de los otros dos -_-. Bueno, espero que os guste este ^-^. Está basado en el manga y dorama Hana-Kimi (que tiene un nombre más largo, pero me da pereza ponerlo).
Nota de la Autora: Este fic contiene dos personajes inventados por mí: Rumanía y Argentina. No conozco mucho ninguno de los dos países, y no pretendo insultar a nadie, recordad que todos los países hacen tonterías ^-^U.
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Capítulo 1: Nuevo estudiante Made in England
-¡Maldición! ¡Voy a llegar tarde el primer día!
La campana sonaba mientras un chico de pelo rubio corría a toda prisa hacia el instituto Osaka. Sin embargo, al llegar frente a la puerta, no encontró a nadie.
-¡Oh, no! ¿¡Tan tarde es!?
Unos gritos captaron su atención. A la derecha de la puerta del instituto, había un montón de chicas amontonadas, emocionadas. Cuando se acercó, pudo ver que no se trataba solo de un montón de chicas. Eran dos filas enormes de chicas emocionadas esperando algo o alguien. No, era algo mucho peor. Una fila enorme de fangirls esperando algo o alguien.
Alzó la cabeza sobre las de las chicas, con curiosidad. El pasillo que formaban las dos filas de fangirls estaba vacío. Pero, dos segundos después, empezaron los gritos.
Una fila de hermosísimos jóvenes salió del edificio por el que empezaban las filas de chicas. Dicha fila estaba precedida por un joven alto de ojos azules, el cual llevaba una rosa roja en la mano.
-¡Francis-sama! ¡Acepta esto, por favor! –Gritaban las fans al chico rubio.
-¡Ivan-senpai! ¡Déjame ser uno contigo!
-¡Antonio-sama! ¡Acepta mis sentimientos, por favor!
Algunos chicos aceptaban los regalos con una simple sonrisa. "Francis-sama" tonteaba con las que le ofrecían regalos y les regalaba rosas. Otros, simplemente lo ignoraban todo mientras avanzaban.
En el momento en el que las chicas empezaban a gritar otro nombre, algo le golpeó el costado derecho y le tiró al suelo, haciendo que soltase un quejido.
-¡BASTA! –Exclamó una voz cerca de él-. Nadie aceptará más regalos hasta nuevo aviso.
Se oyeron protestas de las chicas.
-Ahora, -Continuó la chica- ¡dispersaos! Debéis dejarnos sitio a las…
-¡Bielorrusia Flour! –Canturrearon cinco chicas a la vez. Las otras se quejaron y empezaron a dispersarse.
-Además, la única que puede hacerle regalos a Ivan-sama soy yo, ¿verdad?
-Verdad~ -Canturrearon las otras "Bielorrusia Flour"
El chico ya se había levantado, aunque las que habían provocado el alboroto ya se habían ido.
-¿Estás bien? –Le preguntó alguien-. He visto que Bielorrusia te tiraba al suelo.
Cuando giró la cabeza, se vio cegado por un flash. Al recobrar la vista, se encontró con una chica alta, de pelo marrón recogido en dos coletas que le miraba sosteniendo una cámara de fotos decorada con motivos marinos.
-Ah… sí, no ha sido nada –Respondió el chico, sacudiéndose la ropa.
-¡Vaya, qué cejas! –Exclamó la chica-. ¡Oh, qué modales los míos! –Exclamó la chica-. Me llamo Seychelles, aunque puedes llamarme Sey-chan –Se presentó, con una sonrisa-. ¿Y tú eres…?
-Mi nombre es Arthur Kirkland –Se presentó el"cejudo"-. Un placer.
-¡Anda! ¿Tú eres el nuevo estudiante de Inglaterra? ¡Tenía tantas ganas de conocerte! –Paró un momento, al percatarse de algo. Miró su reloj y luego al muchacho-. Oye… ¿no llegas un poco tarde?
-¿¡Qué!? –Arthur comprobó su reloj. Efectivamente, debía darse prisa o llegaría tarde el primer día.
-¿Habéis oído? Dicen que va a llegar un nuevo estudiante.
-¡Sí! ¡Y al parecer de Inglaterra!
-¡Podríamos llamarle Iggy!
La clase estaba totalmente ilusionada con la llegada de un nuevo alumno.
-Me pregunto si tendrá los ojos azules.
-¡Seguro que parece un caballero!
-Tiene que ser guapísimo~
-¿Querrá ser uno conmigo?
-¡ATENTCIÓN!
Todo el mundo calló y se quedó mirando a aquel que ocupaba el sitio central: un chico rubio, alto y de ojos azules, sobre los cuales reposaban unas gafas finas. Alfred F. Jones, alias América-san.
-No importa si es inglés, chino, japonés o tailandés. No importa si es rubio, moreno o calvo –Decía América, mientras subías los escalones de la clase, hasta el punto más alto (1)-. No importa si tiene los ojos azules, verdes, marrones o no tiene ojos. Lo importante… -Dijo, al llegar a la parte alta de la clase y subirse a una mesa-. Es que todos sabemos lo que tenemos que hacer ¿verdad?
-¡Sí! –Respondió la clase, al unísono, muy entusiasmada.
Alfred esbozó una sonrisa de satisfacción.
-Perfect –Susurró.
Al cabo de un rato, la puerta se abrió y apareció un señor alto, más mayor que los chicos, con el pelo marrón corto que miraba a la clase con unos ojos azules a través de unas finas gafas.
-¡Orden! ¡¡Quiero orden!! –Exclamó. Eso hizo que la clase entera se callase de golpe y se sentasen en sus sitios como robots. El profesor suspiró-. Este año seré vuestro tutor –Explicó-. Algunos ya me conoceréis, me llamo Roderich Edelstein, profesor llegado de Austria –Se ajustó las gafas y escribió su nombre en la pizarra. Luego volvió a darse la vuelta-. Para que os quede claro, no quiero que me llaméis Rod, Rode, o Austria-sensei. Siempre os dirigiréis a mí como Roderich-sensei y me trataréis de usted. ¿Entendido?
-¡Sí, Austria-sensei! –Respondió la clase entera a la vez. Eso hizo que Roderich se enfadase bastante.
-Bueno… dejando vuestra insolencia a un lado… -Suspiró-. Tenemos un nuevo estudiante este año. Viene desde Inglaterra. Su nombre es Arthur Kirkland –Señaló la puerta, haciéndole al nuevo una invitación para que entrase en la clase.
Cuando Arthur entró, todo el mundo suspiró, desilusionado.
-¡Pero si es bajito!
-¡No parece un caballero!
-¡Mira qué cejas que tiene!
-¡Tiene los ojos verde radiactivo!
Arthur, que se encontraba abajo del todo, en la pizarra de la clase, se sintió algo ofendido. Aunque también algo avergonzado.
-Eh… esto… ¡Soy Arthur Kirkland! –Se presentó, juntando los brazos. Detrás suyo, Roderich-sensei había escribido su nombre-. ¡Sé que no soy el típico inglés que os esperabais, pero espero llevarme bien con todos vosotros! –Al acabar, hizo una reverencia.
-¿Eh? ¿Ahora hace una reverencia?
-¡Pero si parece Japón!
Eso hizo que Arthur se enfadase.
-¡Ya está bien! ¿¡Podéis decirme cómo demonios se supone que debe ser un inglés!? –Exclamó, enfadado, mirando a la clase con la cara roja de ira.
-¡Oh, se ha enfadado!
-¡Es un yandere! ¡Un yandere! (2)
-¡Basta ya! –Exclamó el profesor, casi tan enfadado como el inglés-. Kirkland-san, vete a tu sitio. Tienes una mesa libre allá arriba.
-Va…vale –Respondió este, algo calmado.
En el momento en el que ponía el ponía el pié en el primer escalón, una pelota golpeó en la pared que había detrás suyo, para luego revotar y darle en la cabeza por detrás, haciendo que casi callera al suelo.
-¿Pero qué…?
Cuando se volvió a poner en pié, sintió algo pesado y metálico cayéndole en la cabeza. El golpe le aturdió e hizo que se tropezase con una mesa.
-Eso ha sido raro…
Al poco se recuperó, algo desconcertado, sobre todo porque le extrañaba el hecho de que algo hubiera caído del techo. Caminando hacia su sitio, un compañero le hizo la zancadilla, haciendo que callera de lleno al suelo.
-No te lo tengas muy creído solo porque seas algo guapo –Le dijo el compañero, un chico de pelo blanco y ojos rojos-. Yo lo soy mucho más –Añadió, guiñándole un ojo.
Murmurando insultos en todos los idiomas que conocía, se sentó en la primera silla libre que encontró.
-Desde luego…
La puerta se abrió, haciendo que todos girasen la cabeza en su dirección.
- Enescui-san, llegas tarde –Le replicó Roderich-sensei.
-Perdón, sensei. Es que alguien dejó sus zapatos en mi taquilla.... ¿Kirkland-san?
Enfadado y refunfuñando, Arthur se levantó y se dirigió la puerta. Allí, con sus zapatos en una mano, se encontraba un chico media cabeza más alto que él, de tez pálida y pelo negro como el carbón. Le miraba enfadado con unos ojos marrones pequeños.
-Enescui... Nicolae-san... –Balbuceó.
-Eso ponía en la taquilla –Dijo Nicolae, dejándole un zapato en la cabeza al chico y dejando el otro sobre su pie.
Sin embargo, esto a Arthur no le importó. Al fin le había encontrado, la razón por la que había venido a Japón, dejando su hogar en Inglaterra. La única razón por la que había decidido soportar todas las humillaciones anteriores.
-Y esta es mi mesa –Le explicó Nicolae al inglés, que continuaba con un zapato en la cabeza y mirando hacia la puerta, antes de tirarle sus cosas a la pared. Arthur no le dio importancia.
Al fin le había encontrado.
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1: Creo que me he expresado mal en esto. La clase que aparece en el dorama de Hana-Kimi es escalonada. La pizarra es el punto más alto de la clase y sube por escalones, en los que están las mesas y sillas en los que se sientan los alumnos. Los pupitres están colocados en cuatro filas verticales y no recuerdo cuántas horizontales. Hay una puerta tanto en la parte superior como en la inferior de la clase.
2: Yandere: Una persona que al principio es vergonzosa y se sonroja con facilidad, pero que tiene"ataques" violentos. Todo lo contrario a lo que en realidad es Arthur; un tsundere (que pasa de mostrarse enfadado y violento a ser tímido y sonrojarse fácilmente)
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YAY! *-*. Este ha sido el primer capítulo. Es más corto que el del dorama, pero creo que es de lo más largo que he escrito *risa*.
¡Hace su aparición espectacular Nicolae, Rumania-san! Lo sé… ¿qué demonios hay aquí de AlfredxArthur? ¡Lo iremos descubriendo en los siguientes capítulos!
PD: Y, no. No pienso negarme el lujo de escribir a Alfred cantando el "Homo Jianai"*¬*
