Titulo: Algo llamado amor.

Summary: Como una simple frase pudo cambiar completamente la amistad entre esos dos muchachos para convertirse en algo más profundo y hermoso.

Nota: Hoy me he levantado y he dicho, tengo ganas de escribir un Sorato y dado que la idea salió por si solita no pude evitar plasmarla aquí. Es mas o menos como comenzaron a darse cuenta Sora y Yamato que sentían algo el uno por el otro y como una simple frasesita dicha casi sin pensar les hizo sentirse diferentes. Espero que les guste:)


Algo llamado amor.

Llevaban más de quince minutos caminando. Yamato Ishida maldijo que la casa de Sora quedara tan retirada del parque donde se habían reunido, pero había sido su idea acompañarla a su casa, después de todo el no hubiera querido que se fuera sola a esas horas. La pelirroja, como era de esperarse, se negó al principio pero luego terminó accediendo a sabiendas de que la terquedad de Yamato era mucha y lo permitiría que ella dijera que no.

-Yamato enserio, si quieres desde aquí puedo ir yo sola. –dijo la pelirroja con la vista fija en el suelo.

No entendía el motivo pero últimamente estar tan cerca del rubio la ponía en exceso nerviosa, más de una vez había balbuceado, dicho alguna tontería o hecho el ridículo en su presencia y no conocía la razón, anteriormente ambos eran muy bueno amigos y podían hablar casi de cualquier tema pero ahora simplemente Sora no podía mirarlo a los ojos por mucho tiempo.

-No seas tonta, Sora. –alegó Yamato sonriéndole. –Ya casi llegamos y no me iré hasta dejarte en la puerta de tu casa.

-Muchas gracias. –musitó Sora devolviéndole la sonrisa. –Si Taichi no hubiera tenido que pasar a hacer unas compras con Hikari me hubiera ido con él. –añadió suspirando. –Nuestras casas quedan cerca, después de todo.

Yamato tuvo que apretar los puños para controlar la descarga de molestia que recorrió su cuerpo. No sabía el motivo pero oír a Sora hablar de Tai de repente le provocaba disgusto y unas ganas de gruñir, estaba seguro que nunca había sentido eso antes pero era un sentimiento horrible, definitivo.

-No tienes que agradecer, para eso somos los amigos.

Takenouchi asintió con la cabeza aun sin poder levantar su mirada de sus pies. Escuchaba la respiración acompasada de Yamato, la noche estaba refrescando y el rubio adivinó que Sora tendría un poco de frio por que se abrazó a sí misma, no era raro ya que llevaba aún el uniforme de la escuela y en ese se incluía una falda.

-¿Quieres mi chaqueta? –indagó Ishida deteniéndose unos segundos. –No quisiera que te enfermaras.

-No te preocupes, estoy bien. –aseguró ella. –Me siento muy emocionada. –añadió sin saber muy bien porque, no tenía idea de que hacer o decir. –Ya sabes, porque mañana iré al Digimundo y podre volver a ver a Biyomon.

-Definitivamente fue una sorpresa muy agradable. –opinó Yamato sin poder ocultar su sonrisa. –Espero pronto poder ir a ver a Gabumon también. Aunque no te negare que saber que hay otros elegidos… me da un poco de envidia.

Sora volvió a dirigir sus ojos al suelo sin poderlo evitar, ella sentía lo mismo, no se lo tomó por sorpresa pues sabía que ella y Yamato eran afines en muchas cosas. Por eso antes se sentía tan cómoda con él, sin embargo ahora… ahora no comprendía las cosquillas que sentía en el estomago cuando le veía.

-Siento lo mismo. –concordó Takenouchi. –Pero habrá que aceptarlo, el Digimundo es un lugar mágico que abre sus puertas a las personas correctas. Confiemos.

-Claro, confiemos. –asintió el rubio.

Continuaron caminando un par de minutos, Yamato en silencio, Sora tarareando en voz baja una tonada que le resultaba agradable. Ishida recordó la hora y miró al cielo para ver si veía la luna. La encontró fácilmente, estaba en todo lo alto, redonda y brillante. Luego bajó su vista y la fijó en Sora, alumbrada por el hermoso brillo plateado de la luna, resaltando sus bellas facciones femeninas, su piel morena y luminosa, su cabello anaranjado, sedoso y con un perfume a jazmines que le provocaba abrazarla, sus labios delgados y rosas. Pero sobre todo se fijó en sus ojos ambarinos, ojos del color del rubí, preciosos, remarcados por la luz de luna y las estrellas. Tenían luz propia.

-Tus ojos resaltan a la luz de la luna. –susurró sin razonar lo que hacía. –Resplandecen.

Sora escuchó el murmullo de Yamato Ishida con los ojos bien abiertos, llena de una sorpresa infinita, por poco se cae al suelo debido a que las piernas le temblaron; su corazón palpitó con más rapidez y la sangre se agolpó en sus mejillas provocándole un violento sonrojo. Sentía como si de pronto estuviera cayendo por un risco de miles de metros de altura pero por raro que sonase se sentía confortable, como si un calor recorriera su pecho.

Yamato, cuando se dio cuenta lo que acababa de decir, se puso rojo de la raíz del pelo hasta los pies, sintiendo como su rostro ardía. Tosió para intentar ocultar su vergüenza pero no funcionó porque se terminó atragantando y con un ataque de tos de casi cinco minutos quedando así en ridículo por segunda vez en la noche.

-Yamato…yo…gracias. –balbuceaba la portadora del Amor con la lengua echa un nudo.

-No Sora, perdona, bueno de nada, pero… yo no quise…eh incomodarte. Lo siento. –trataba de arreglar Yamato pero para su desgracia Sora ya no le entendía ni media palabra.

-Eso que dijiste. –dijo Sora evitando sus ojos color zafiro. –Fue muy lindo. Pero no creo que sea cierto.

-Solo dije lo que pensé en ese momento. –confesó sintiéndose un gran idiota mientras continuaban caminando cohibidos. –Nunca te mentiría.

Sora dijo que si con voz quedita mientras lo seguía por la calle, aún sentía las piernas muy temblorosas y su cara sonrojada. Un escalofrió recorrió su espalda.

-Yamato. –le llamó entre dientes. -¿Me prestarías tu chaqueta? –pidió apenada.

-Cl-Claro que sí. –tartamudeó desprendiéndose de ella y colocándosela sobre sus hombros. Por un segundo aspiró el aroma que provenía de su amiga y se sintió mareado por aquel olor tan delicioso, sacudió su cabeza borrando aquellos pensamientos de su mente.

La pelirroja se puso la chaqueta y disimuladamente olfateó la loción masculina de Yamato Ishida, la reconoció como la misma que usaba desde hace un par de años y que a ella tanto embriagaba. Un olor a hombre que la volvía loquita.

-Muchísimas gracias. –repitió Takenouchi sonriéndole.

Cuando se dieron cuenta ya habían llegado al edificio donde Sora vivía, Yamato la acompañó hasta la puerta como había prometido y ya ahí se dispuso a despedirse.

-Hasta luego, Yamato. –masculló ella.

-Nos vemos, cuídate.

El muchacho de catorce años y bellos ojos azules se dio la vuelta para marcharse cuando escuchó que ella le llamaba. Volvió a girarse para verla ahí, su silueta aún enmarcada por la bella noche y sus ojos resplandeciendo como nunca.

-Tu chaqueta. –le recordó Sora con una tímida sonrisa.

Se la extendió y él la tomó asintiendo, un poco decepcionado volviendo a darle la espalda para emprender camino a su casa cuando ella volvió a exclamar su nombre.

-Y otra cosa. –empezó evitando sus ojos. -¿Te gustaría ir a verme a algún partido de tenis un día? –indagó avergonzada y a la vez feliz. –Tengo uno el próximo sábado, si quisieras…

-Me encantaría. –le cortó Ishida con una amplia sonrisa en su rostro. –En compensación te invitare a verme ensayar con mi banda ¿Te gustaría?

-¡Claro! –exclamó contagiándose por la sonrisa del rubio. –Sería fabuloso.

-Entonces nos veremos, y ten por seguro que estaré en ese partido apoyándote. –prometió el compañero de Gabumon. –Es una promesa.

-Una promesa. –repitió la pelirroja guiñándole un ojo. –Entonces, adiós.

Sin pensar mucho en lo que estaba haciendo Sora se puso de puntitas y besó la mejilla de Yamato Ishida quien respondió con un sonrojo que pobló su rostro se tocó la mejilla donde los labios de Sora habían estado y una boba sonrisa adornó su cara mientras la veía perderse dentro de su casa. Sintió como su respiración se agitaba y en estomago como maripositas revoloteando. Un nuevo sentimiento comenzaba a surgir de su corazón y aunque no entendía porque de repente Sora le resultaba tan hermosa y diferente se daba una idea.

Parecía ser algo llamado amor.


Nota final: Fue cortito pero espero que les haya gustado aunque sea un poquito:) Esto es un One-Shoot pero igual y si se me ocurre como podría continuarlo pronto, no es nada seguro pero conmigo nunca se sabe xD. Por ahora consta solamente de este capitulo pero siento que aún le falta más para considerarlo completo asi que quien sabe:)

Saludos, un beso!