Ninguno de los personajes me preteneces, esto es sin fines de lucro y blablabla! Disfrutenlo!

¡Gracias hermano!


Capítulo 1: ¡Te odio hermano!

Genial. Simplemente genial. ¿es que acaso Emmett no puede hacerse a un lado y dejar de estropearme la vida?

No. Jamás podrá.

Me senté en una de las mesas libres del café en donde estaba.

-Otro chico más que te deja plantada-murmure para mí.

-Aquí tiene señorita-dijo la mesera con una amable sonrisa.

Tome la taza con mis manos desnudas para sentir la calidez de café llenar por completo esa parte de mi cuerpo. Lo acerque a mi cara para respirar ese exquisito olor, estuve así un para de segundos hasta que bebí el primer sorbo, sentí el calor recorrer mi garganta y me quede prendada de ese adictivo sabor.

-¿Y ahora quién fue?-preguntó mi mejor amiga al tiempo que tomaba asiento frente a mí.

-James-respondí secamente.

-¡¿James?!-exclamó escandalizada.

Guarde silencio y me concentre en mi café. Y en la sarta de improperios que le diría a Emmett en cuanto me encontrara con él. Escuchaba a Alice parlotear, pero la verdad no le preste nada de atención.

Recordé a mi sexy ex primer novio Jacob. El era un chico encantador; para ese entonces recién entrábamos a la preparatoria, y, después de tres años detrás de mí, mi hermano Emmett acepto a regañadientes que saliera con él. Era sorprendente la manera en que mi hermano me sobreprotegía, mi madre estaba encantada por que tuviera un novio y mi padre estaba muy ocupado en el trabajo que solo lo consintió; Emmett, en cambio, casi nos daba toque de queda y no podíamos salir de Forks sin él. Jacob y yo salimos durante año y medio hasta que sus padres decidieron mudarse a Chicago; acordamos seguir escribiéndonos y llamándonos, pero después de seis meses nada era igual, y a pesar de que nos juramos amor eterno, todo se acabo. Emmett de verdad creyó que tenía el corazón destrozado, y desde entonces no me permite salir con nadie.

-Y en verdad que te gustaba-escuche decir a Alice.

-Sí…pero creo que sí dejo que mi hermano le intimidara…entonces no es lo suficientemente valiente como para merecer mi amor-dije con una sonrisa.

-Jajaja…sí, en eso tienes razón. ¿Y ahora que?-.

-¿Ahora que de que?-pregunte yo un poco confundida.

-Pues, ¿Qué vas a hacer?…¿Qué le dirás a Emmett?…¿Hablarás con James?-.

-No se que voy a hacer, resignarme, supongo…no creo decirle nada a Emmett, por que no es la primera vez que lo hace y creo que ya resulta trillado que le diga lo mismo siempre…no, no hablaré con James, porque él vendrá a mí-.

-Pensé que te afectaría más-.

-Mira, Alice, no te voy a negar que me sentí muy bien cuando James me invito a salir, pero cinco segundos después de que acordamos la hora y él se fue…pues supe que esto iba a pasar al igual que todas las demás veces-.

-Me sorprende de sobremanera como le quitas importancia a las cosas-me dijo una sonriente Alice.

Estaba a punto de responder cuando escuchamos la campanilla del lugar anunciando que alguien entraba al establecimiento.

Mi mirada se encontró con la de ese sujeto, el color subió a mis mejillas y me olvide de respirar…hasta que reaccione.

-¡Tú!-señale con el dedo a mi hermano al tiempo que me ponía de pie-¡Insensible!-.

-Bella...-comenzó a decir Emmett, pero yo lo interrumpí.

-¡Bastardo! ¿Es que lo que quieres es que cuide de ti cuando seas un anciano? ¡Pues dímelo, maldición! ¿O prefieres que haga votos de castidad? ¡Así no te preocuparas de con quien tengo o no sexo! ¡O mejor aún…seré monja! ¡El único hombre que estará en mis pensamientos será Dios!-.

-Bella…aquí no, no ahora-suplicó Rosalie, la novia de mi hermano, mientras miraba en todas direcciones.

No le di la razón a Rosalie, por que había hablado lo suficientemente alto como para convertirnos en el centro de atención. Mire a Emmett y gruñí para que me dejara salir del lugar. El y Rose soltaron sus manos y se hicieron a un lado, y fue ahí cuando verdaderamente perdí el aliento.

Cabello color cobrizo adorablemente despeinado, facciones perfectas, cuerpo perfecto, con unos atrapadores ojos verdes y una embriagantemente sexy sonrisa torcida. Estaba de pie con una pose bastante despreocupada, con una mano en el bolsillo y otra sosteniendo un cigarro, mirándome de una manera intimidante y para admirarlo en todo su esplendor…estaba justo en la salida, impidiendo mi neurótica salida.

-Bella-me llamo suavemente Emmett.

-¿Ahora que?-le dije al voltear a verlo.

-Esté…es mi mejor amigo, Edward-dijo señalando a chico estorboso que no me dejaba salir.

Entonces recordé que Em le había dicho a mí madre que preparara una habitación de huéspedes, pues había invitado a un amigo de la universidad a pasar algunos días en casa. Mi madre estaba encantada con que hubiera visitas en casa, y yo más aún, por que así me libraría de mi hermano por algunos días. Mi hermano estaba bastante emocionado de ver a su amigo, ya que tenía bastante tiempo que no se veían. Solía comentar algo acerca de el durante la cena, y entonces una simple idea cruzo por mí mente. Miré a Rosalie con una mirada cómplice y ella me sonrió, genial, tenía su aprobación.

-¿Así que tu eres el famoso Edward Cullen?-dije mientras le miraba inquisidoramente.

-Entonces ya soy famoso-respondió socarronamente ampliando su sonrisa.

-¡No te creas el importante!-exclamé dedicándole una sonrisa-pero, después de escuchar a Emmett hablar tanto de ti, resulta excitante conocerte al fin…además, podría jurar que, si no conociera a Rose, Emmett esta enamorado de ti, y eso solo por la manera en como de habla de ti, no quiero ni imaginarme como te mira-.

El se quedo con una expresión indescifrable por un momento, pero me sonrío de vuelta.

-Ahora, si me das permiso, voy a salir-le dije señalando la puerta-.

-Por supuesto-y galantemente me abrió la puerta.

-Gracias…y…creo que me llevo esto-dije tomando el cigarro de su mano, sintiendo una ligera descarga eléctrica al sentir rozar mis dedos con su suave piel.

Salí del lugar con una enorme sonrisa brincando en mis labios, sintiendo como el viento rozaba mi piel y llevando el cigarro a mis labios.

Intrigante. Pensé al recordar el hermoso rostro de Edward.

-¡Tira ese maldito cigarro!-escuche gritar a Emmett.


¿Y? ¿Qué les pareció? Realmente esto se me ocurrió hace 30 min hablando por telefóno con mi amiha y escuchadola quejarse de que su hermano odiaba a su novio. Y voilá aquí tienen esto. Espero que les guste, aunque tengo planeado que la historia no pase de más de 3 capitulos..mm..vale, creo que es todo lo que tengo que decir.

Sean felices y les deseo las estrellas!

xOxO*!