MUY BUENAS A TODOS, ESPERO QUE ESTA HISTORIA LES SEA DE SU AGRADO, ES LA SEGUNDA PARTE DE UN PYOYECTO QUE HICE HACE YA ALGUNOS AÑOS, PROMETÍ QUE HARIA LA CONTINUACION DE ESA HISTORIA, PERO NO HABIA TENIDO TIEMPO POR VARIOS TEMAS, UNO DE ELLOS EMOCIONALES, YA QUE EL AÑO PASADO (2018) TERMINÉ UNA RELACION MUY INTENSA Y ESTUVE ALGO DEPRIMIDO POR ESO, PERO ESTE 2019 JURO QUE LE DARÉ MUCHO EMPEÑO A ESTA HISTORIA, YA QUE ME ENCUENTRO MUY EMOCIONADO POR SABER QUE TAL LES PARECE A USTEDES EL RESULTADO DE TANTO ESFUERZO. LO QUE DIRE DE ESTA HISTORIA ES QUE ES MUCHO MAS EMOCIONANTE QUE LA ANTERIOR Y COMO PASÓ CON BORUTOY NARUTO EN EL MANGA, LOS CAPITULOS SERÁN MAS LARGOS AQUÍ, UNAS DIEZ PAGINAS DE WORD COMO MINIMO, MAS LA PUBLICACION DE ESTA SERÁ UNA VEZ CADA DOS SEMANAS APROXIMADAMENTE POR QUE EN ESTOS MOMENTOS ME ENCUENTRO TRABAJANDO Y TAMBIEN TENGO UNA VIDA QUE ATENDER.

LOS PERSONAJES NO SON MIOS, SON PROPIEDAD DE MASASHI KISHIMOTO, MAS LA HISTORIA ES PRODUCTO DE MI ADICCION A LAS DROGAS QUE HACEN UE TENGA LA INSPIRACION DE FORMAR ESTAS HISTORIAS.

SIN MAS PREAMBULOS, COMENCEMOS:

Durante muchos años la familia Uzumaki vivió tranquila, mas el travieso rubio menor, hijo de aquel matrimonio que había escapado de su país de origen, Boruto, que era el nombre de aquel chico descendiente del legendario corredor callejero que ahora tenia su propio taller en Miami, la madre de este niño era la hermana adoptiva de Sasuke Uchiha, un importante emprendedor de Tokio. Pero eso no era todo, también dentro de la familia se encontraba Himawari Uzumaki, la hija menor de ese matrimonio, una chica dulce que también le encantaba seguir a su hermano en muchas de sus travesuras.

Todo era color de rosas, tal parece que Boruto iba a seguir los pasos de su padre como dueño de aquel taller, pero a medida que fue pasando el tiempo todo comenzó a ponerse feo, ya que el rubio menor comenzó a adoptar una actitud rebelde contra su padre, ya que el ultimo nunca estaba tiempo con su familia por estar en su estipido taller, incluso se había olvidado varias veces los cumpleaños de sus hijos por estar siempre pendiente que todo estuviera en orden dentro de su empresa.

El chica ya tenía quince años, tenia su propio proyecto, aunque para ser sincero, solamente lo hacia para llamar la atención de su padre, ya que después de todo no deseaba nada mas que este reconociera sus capacidades, no lo conseguía con sus excelentes calificaciones y tampoco podía hacerlo con sus travesuras, ya que la única que lo regañaba era su madre Hinata Uzumaki. Es por eso por lo que el chico comenzó con lo anterior dicho, un proyecto, su primer vehículo, acumuló mucho dinero vendiendo dulces y galletas en su curso para comprar aquel vehículo que le flechó desde el primer día que él lo vio en ese deposito de autos viejos, un Datsun 160J del año 82, de dos puertas y faroles cuadrados, las líneas agresivamente rectas de ese auto fueron las que hicieron que fuese su objetivo.

Pero no era para nada fácil, ya que en su casa había apenas espacio para trabajar en él, así que solo trabajaba en el cuándo volvía de la escuela cuando el autobús lo dejaba a dos cuadras de su casa, es por eso por lo que llegaba a su habitación a cambiarse de ropa y se colocaba su ropa de trabajo, la cual era un overol de color negro junto con unos zapatos de seguridad de punta dura. Su madre Hinata siempre lo miraba trabajar recordando como es que su marido y padre de su hijo trabajaba cuando ambos se conocieron, este pequeño era la viva imagen de su padre, ya que a pesar de que Naruto no era un hombre que pasara tanto tiempo con el chico o que le enseñara algo de mecánica básica, siempre desde que el tenia cinco años admiraba los automóviles, sobre todo los japoneses, ya que él conocía sus propios orígenes.

Durante unos seis meses el chico trabajó en aquel Datsun, su padre una que otra vez le echo una mirada, pero nunca le tomó mayor importancia, solo veía que el rubio menor le dedicaba mucho tiempo a hacerle ajuste al motor, lo que Naruto no sabia era que Boruto había mandado a hacer las piezas forjadas de ese motor, pudo conseguir que este fuera mas potente y de esa forma instalarle un turbo con intercooler.

Luego del trabajo del motor, siguió el sistema de suspensión, logró que la suspensión no fuera ni muy alta ni muy baja, teniendo en consideración el peso bruto vehicular y las condiciones del pavimento de Miami.

Tras todo aquel tiempo de largo esfuerzo, el muchacho de quince años por fin terminó su proyecto, pero las únicas dos que lo felicitaron por su gran logro en su carrera fueron su madre y su hermana pequeña, después de todo no podía llamar la atención de su padre con nada ya que el estaba demasiado ocupado con el trabajo del taller familiar que tenía la familia Uzumaki, así que el chico decidió comenzar a estudiar para tener licencia de conducir, que en ese estado se podía a los dieciséis años, así que mientras el estaba en clases de historia o de comunicación, estudiaba en vez de los libros estudiantiles el instructivo de conducción del estado de Florida.

Cuando ya obtuvo su licencia de conducir el muchacho todos los días conducía el 160J junto a su hermana en camino a la escuela, había decidido estudiar Ingeniería en mecánica automotriz, irónicamente también quería tener su propio taller, pero el no sabia que tener ese sueño era muy costoso, no solo por el capital inicial que se debe tener para que ese proyecto funcione, si no que lo mas importante era que debía dedicarle mucho tiempo, tal cual lo hacia su padre.

Un día como cualquiera el Uzumaki menor se encontraba de vuelta hacia su casa en su "Joyita" con su hermana al asiento del copiloto, cuando repentinamente un chico hijo de papi que tenía un Camaro del año, ese vehículo tenía apenas unos kilómetros, nuevo como si lo hubiesen comprado recientemente en el concesionario, al lado del conductor había una chica rubia de ojos verdes, esta muchacha miró a su piloto con una expresión de coqueta, Era la novia evidentemente.

Boruto obviamente no tomó en cuenta a aquel sujeto, pero el hijo de papá e intentaba provocar haciendo sonar el motor V8 del Camaro, tratando de ridiculizar al joven Uzumaki solo miró hacia el lado viendo como aquel rubio de ojos verdes y cabello corto en forma militar se burlaba de su auto, no lo podía seguir permitiendo, así que como un pequeño niño inmaduro siguió el juego de su contrario haciendo sonar el motor, esto obviamente impresionó al muchacho rico, puesto que no esperaba que ese vehículo tan viejo con aspecto de cafetera fuese a sonar tan fuerte como uno que costaba mas de veinte mil dólares.

-Perro que ladra no muerde- Dijo el Uzumaki antes de que el semáforo diera el verde y volviera a conducir.

Himawari al ver la reacción de su hermano, se asusto un poco, nunca había visto a Boruto tan decidido, pensó por un momento que el quería comenzar una carrera, pero cuando vio que al dar el semáforo en verde el siguió su camino como si nada ella pudo respirar más tranquila

Es cierto que muchas veces Boruto actuaba de forma imprudente, pasándose semáforos en rojo y rompiendo la barrera del límite de velocidad permitido en varias zonas, pero cuando el estaba con Himawari todo cambiaba, no estaba solo y sabia que esas acciones de riesgo solamente pondrían en juego la vida de su hermanita menor, es por eso por lo que él no cometía esos errores tan infantiles cerca de ella, era una de las pocas personas que lograba entenderlo.

Ya para la época de las festividades, Boruto y Himawari se encontraban como siempre de camino a la escuela, el hermano mayor como siempre desde que logró restaurar el 160J, su madre al principio estaba en desacuerdo ya que era demasiado sobreprotectora con ambos niños, pero a medida que el tiempo fue pasando ya que el mayor se fuera ganando la confianza de Hinata, ella los dejó ir juntos a la escuela, ya que ambos estaban en la misma institución.

En un semáforo en rojo, Himawari miró por la ventana la playa, aquella playa donde antes frecuentaban mucho con su familia, donde todos lo pasaban bien, pero ya no era así, su padre ya casi no llegaba a casa cuando ellos estaban despiertos o cuando lo hacia solo se iba a dormir a la habitación matrimonial dejando a su esposa e hijos cenando solos.

-Hima, ¿Qué ocurre? ¿Por qué estas tan distraída? - Preguntaba Boruto mientras seguía conduciendo por la carretera.

-Nada Hermano, solo que ver la playa me trae ciertos recuerdos cuando papá pasaba tiempo con nosotros, ahora ni siquiera los fines de semana nos da algo de tiempo, solo se dedica a estar frente a la computadora a revisar el taller. -Dijo la peli azul mientras aun con algo de tristeza miraba por la ventana y dejaba salir un suspiro.

Boruto estaba enfadado, tanto que incluso llegó a apretar levemente el volante, pero no podía hacer nada, después de todo era el trabajo y al igual que ellos cuando debían ir a la escuela su padre debía trabajar para poder sustentar la casa, era algo que el rubio menor entendía, pero no lograba comprender el por que ni siquiera un poco de tiempo o quizás una llamada no les dedicaba a veces.

Al llegar a la escuela Boruto y Himawari se separaron, uno fue al área de su correspondiente especialidad mientras que la otra se fue ala zona de las artes visuales, quería seguir un camino similar al de su madre que era diseñadora gráfica, muy reconocida por la corporación en la que trabajaba.

Espabiló ligeramente mientras resolvía los ejercicios de matemáticas, luego de esa clase comenzarían las festividades de la escuela donde el estaba inscrito en el equipo de soccer. Era normal que un japonés como el no se inscribiera en el deporte mas afamado de Estados Unidos, que era el Básquetbol, no tenia la altura suficiente para poder entrar, así que lo hizo en el club de soccer.

Himawari estaba ahí viendo a su hermano, el cual estaba en la banca, quería solo ver a su hermano volar libre sobre la cancha y lucir ese numero 21 en su espalda, pero por otra parte había un chico con el 10 que no le permitía jugar, el Uzumaki menor era el reemplazo de aquel sujeto, por la vida da muchas vueltas y era posible que esta vez el chico de los cabellos rubios y alborotados. Ella podía ver en su hermano un hambre terrible de gol, de querer entrar a revertir el resultado de 2-0 en contra de su equipo, pero el entrenador no quería que el japonés fuera la estrella de un equipo estadounidense. Esta vez se vio obligado a hacerlo pues en un cruce de un jugador contrario con aquel chico de la dorsal 10 sufrió una lesión bastante grave, pues se pudo ver como aquella pierna derecha bailar, el hueso se había quebrado.

Boruto tenia en su muñeca derecha una pulsera de color fucsia, el material de aquel producto era tela, apretaba y su propósito era simple, limpiar el sudor del chico de su frente, estaba tan ansioso por entrar que a la hora de ingresar corrió al centro de la cancha.

A medida que el partido continuaba, sus compañeros preferían hacer otro tipo de jugadas que pasársela al Uzumaki, todo era obra de su entrenador, que solo deseaba cansar al menor para que este dejase el club. Pero en una jugada dividida el balón le llegó al chico de un rebote a 32 metros de distancia del arco en posición frontal, haciendo que de media vuelta este golpeara de forma tan bella y precisa el balón que incluso con la espectacular volada del arquero este no pudiera evitar la anotación del muchacho.

La afición del equipo de Boruto explotó con aquella maravilla, una obra maestra que solo algunos jugadores argentinos famosos que se dedicaban a ese deporte podrían lograr, así que aun que su entrenador no le haya considerado en varias ocasiones, esto hizo que incluso sus compañeros fueran corriendo a abrazarle.

Primer tiempo terminado, el resultado estaba 2-1 bajo el equipo del rubio menor, un primer tiempo irregular donde a los quince minutos el equipo ya iba perdiendo por dos goles de diferencia y a los 25 su mejor jugador había salido lesionado, pero a partir del minuto treinta, donde el chico japonés recién ingresado dio aquella anotación traída de otro mundo el equipo buscó el arco rival como si de un asalto de una cavilación se tratase, dos tiros al travesaño y uno donde si no fuese por el arquero ya irían con el marcador igualado, todo estas jugadas pasaban por los pies de Boruto, este hacia que sus compañeros jugasen un futbol tan poético preciso que nunca antes se había visto.

El segundo tiempo en marcha, ya era algo recurrente que el equipo rival estuviera en su propio campo, pero una jugada dentro del área la cual era protagonizada por Boruto dejando a tres defensores rivales en el suelo, con sus regatees y finalmente que el arquero haya ido con la intención de parar como sea al chico pero que este le haya hecho una finta dejándolo a medio camino. El arco estaba ahí, disponible para que la gloria le comiera completamente.

Gol, fue lo que la afición gritó ante de que todo el equipo se fuera a abrazar al Uzumaki, levantándolo como si fuera un héroe. Él se sentía genial, solo hubiera sido mas hermoso que su padre estuviese viendo aquel logro tan grande.

Finalmente, el equipo de Boruto dio una verdadera catedra de soccer goleando por 6 goles contra dos del rival, donde Boruto anotó un gol mas y los otros tres fueran obra de sus asistencias. Desde ese momento el Uzumaki fue considerado la revolución del soccer y ante la petición de la afición jamás volvería a salir del equipo titular.

La felicidad estaba irradiando en el ambiente del habitáculo del 160J, donde ambos hermanos estaban coreando una canción de un grupo japonés llamado Kanna Boon, precisamente la canción "Baton Road". Pasaban por el atardecer de aquella hermosa ciudad, donde el día viernes que era el que estaba presentándose a su fin era lo que a ambos les daba la tentación de perderse juntos en busca de diversión, pero por otra parte estaba Hinata, que se había esforzado demasiado en la cena para celebrar aquel triunfo de Boruto y por otra parte había el leve rumor de que Naruto por fin podría volver a casa a compartir con toda su familia nuevamente reunida.

Al llegar a casa, se pudo ver que Hinata estaba esperándolos con aquella sonrisa tan radiante que le caracterizaba y además que le hacia honor a su nombre. Corrió con mucha alegría a abrazar a su pequeño retoño, el cual ya no era tan pequeño, pues había demostrado con sus calificaciones y actitudes que estaba mas que grande, ya tenia la licencia de conducir e incluso era capaz de cuidar a su hermana dos años menor que él. Mas algo faltaba, algo que era lo que realmente el Uzumaki menor esperaba mas que incluso el abrazo tan acogedor de su madre se trataba de su padre, el aún no había llegado.

La madre y los dos hijos esperaron por media hora al hombre de la casa, pero no llegó, de los ojos de Himawari comenzaron a salir lagrimas de tristeza, eso desató la furia de Boruto, dándole un golpe tan fuerte a la mesa que incluso hasta Hinata se sobresaltó.

- ¡Ya no soporto más esta situación, ese idiota va a saber lo que es bueno! - Gritó Boruto levantándose de la mesa, la cual ya no tenia nada mas que el platillo de Naruto servido.

-Boruto ¿A dónde crees que vas? - Preguntó Hinata llevándose una mano al pecho y levantándose de su silla.

El Uzumaki que ya había tomado las llaves de su 160J, solamente se limitó a quedarse quieto para responder a su madre, que a pesar de todo lo estricta que fuera, también merecía respeto, esta vez Naruto había excedido el limite de lo que podía aguantar su hijo, no solamente pasó a llevar el esfuerzo tan grande de Boruto por llamar su atención, eso ya no le importaba al Uzumaki menor, lo que realmente fue lo que rebalsó el vaso fue que haya desperdiciado el esfuerzo de su madre y haya hecho llorar a Himawari, el no permitía que nadie hiciera sentir mal a su hermanita menor dentro de la escuela, incluso hubo un tiempo donde la pequeña sufrió algo de bullying, pero el Rubio le dio una paliza a los brabucones que la estaba molestando.

-Ya fue suficiente, iré a matar a ese estúpido, esta bien trabajar, pero al menos que respete las promesas que hace el muy desgraciado. - Dijo Boruto ya finalmente saliendo de la casa.

Hinata abrazó consolando a su hija y por dentro solo le rogaba a dios que su hijo no cometiera alguna locura.

Boruto mientras tanto mientras conducía hacia el taller familiar, analizó la situación tranquilamente, no sacaba nada con regañar a su padre, puesto que el no cambiaria su actitud de la noche a la mañana, así que en vez de ir allá, solo se desvió del camino yendo hacia la playa, donde la brisa acaricio su cabello y le movió, después de unos 11 años de no haber llorado, una lagrima bajó por su mejilla, no era tristeza si no que rabia e impotencia, ahora sí que comprendía que para su padre el no era nada mas que un mero trámite.

Estuvo cerca de dos horas, donde solamente miraba las olas golpear la arena de la orilla de la playa, aun tenia su equipo de soccer puesto, con la 21 en su espalda, ahora no quería nada mas que solo dormir, ni siquiera ganas de ducharse tenía. Se levantó de donde estaba y se fue hacia su auto para volver a casa, no deseaba nada más que todo acabara.

La sorpresa fue mayor de Hinata que Naruto llegara completamente borracho a casa, a penas entró cayo como saco de papas directo al suelo, el sabia que no debía beber ya que no se le daba bien aguantar las copas de más, de suerte que no sufrió un accidente antes de llegar, porque si, además de todo el hombre llegó conduciendo su auto, así que con algo de dificultad su esposa y su hija le llevaron hasta la habitación, donde para empeorar las cosas este pronuncio lo siguiente:

-Oye, yo puedo solo, vayan a lavar- Dijo eso antes de caer completamente dormido sobre la cama.

Aquellas palabras enojaron tanto a Hinata que esta vez no dormiría con ese hombre, ya no era el mismo del cual se enamoró en Japón, el hombre del cual estaba tan feliz cuando serian padres, ahora más bien se había convertido en un borracho sin sentido. Esa noche ella dormiría con sus hijos ya que, si dormía con él, solamente pensaría en asesinarlo mientras esté durmiendo.

Boruto llegó y al entrar solo vio a su madre durmiendo en su propia cama, se dio cuenta que algo iba mal, no era normal, pensó que quizás su padre le haya hecho algo a ella, así que este sin pensarlo dos veces la despertó.

-Mamá, mamá, despierta- Dijo Boruto moviendo levemente a su madre por el hombro.

Esta despertó sin antes dejar caer una lagrima por su ojo derecho, de esa forma el chico comprendió que ella había estado llorando, sumado que las sabana de la almohada estaban húmedas con las mismas húmedas formas de expresar la tristeza. Así que apretó su mano derecha con mucha ira.

-Dame una razón para no matarlo- Dijo Bruto enseñando sus propios dientes blancos como la nieve.

-Está Borracho, no sabe lo que hace o lo que dice, seguramente estaba celebrando tu logro hijo. - Dijo Hinata sobándose los ojos, ya que ella tenía mucho sueño.

La ira de Boruto se fue por completo, pero ahora solo quedaba la tristeza de que su madre haya estado llorando por un idiota. Así que solo bajó su mirada, ahí Hinata comprendido que su hijo también había estado llorando, hizo sonar sus dientes y abrazó a su pequeño sin importar que este ni siquiera se había bañado, solo le importaba no separarse de él.

Luego de bañarse, el chico rubio se coloco el pijama y secó su cabello solo con la toalla, dejando salir de el un aroma a limpieza, sencillamente lo que el necesitaba al día siguiente era una explicación de por qué su padre había ido a beber y quedado tan borracho. Como un pequeño bebé se acostó al lado de su madre y se dejó abrazar por ella, no había un somnífero tan fuerte o quizás el cloroformo mas efectivo que un abrazo de Hinata, no aguantó ni dos minutos antes de quedarse completamente dormido.

A la mañana siguiente, el Uzumaki menor despertó de los primeros, intentó no despertar a su madre y lo consiguió sin mucho trabajo, ya que su cabeza estaba solo sobre los brazos de esta, no fue tan difícil sacar su cabeza de ese lugar. En ese momento se levanto de su cama, caminó por los pasillos de la casa para llegar al baño, donde se dio cuenta que había alguien dentro, solo había una posibilidad, ya que Himawari el sábado dormía hasta tarde, tenia que ser el estúpido de su padre, así que en vez de entrar decidió esperarlo afuera para encararlo directamente.

De repente la puerta se abrió, dejando ver a aquel sujeto, el hombre que había provocado llorar a toda su familia en un solo día, debían anotarlo en el récord de Guinness por que no todos lograban esa hazaña. Al frente de el un molesto Boruto que estaba con los brazos cruzados y parado muy erguido, es por eso por lo que su reacción fue de un pequeño sobresalto, Naruto estaba con una toalla enrollada en su cintura, su cabello corto estaba húmedo con el agua.

-Si vas a ir al taller será mejor que te vayas ahora, si no llegarás tarde. - Dijo Boruto con ironía evidente en aquel tono.

-Oye, ayer no llegue por que estaba feliz por tu logro de que hayan ganado el partido. Enhorabuena. - Dijo Naruto intentando masajear el cabello de su hijo con su mano derecha, pero solo consiguió que este le desviase aquella intención con la suya propia.

-Será mejor que te vayas, ayer hiciste llorar a todos aquí, lloré yo, lloró Hima y lloró mamá también así que por favor vete y no vuelvas en todo el día, es mas ¡si no quieres no vuelvas nunca más! - Lo último el Uzumaki menor se lo gritó a su padre.

Naruto en ese momento se quedó boquiabierto al ver como su hijo respiraba agitado por haber gritado con toda su alma, no deseaba nada mas que volver el tiempo atrás en vez de ir a beber con sus amigos haber llegado temprano a casa y de esa forma haber tenido una celebración apropiada, sintió que había perdido todo lo que había construido por años, una familia, estabilidad emocional y económica. Mucho se había perdido, el debía reparar todo si es que le importaba tanto.

Boruto sencillamente se dio vuelta y caminó hacia la cocina para tomar desayuno solo, no le importaba su padre ahora, solo quería hacer todo solo, quería incluso ya hacer cosas ilegales con tal de que su vida se fuera toda a la cárcel y no tener que compartir el techo con su sucio padre.

Dos meses de ese evento transcurrieron, donde Boruto recibió infracciones por exceso de velocidad o tal vez por andar corriendo en las carreras callejeras, es cierto que uno mismo controla su destino, pero Naruto era también parte responsable del cambio de su hijo, ahora era un rebelde sin causa, un chico que ya nadie podía enderezar y llevarlo por el camino correcto, ahora simplemente no quería otra cosa que pasar de lugar en lugar ganando dinero ganando carreras clandestinas. Por eso mismo es que su padre decidió hablar con él, quería hacer las cosas correctas y reivindicarse por sus errores.

Un día mientras desayunaban, el patriarca de la familia hizo saber el problemas delante de Hinata y Himawari, solo con el fin de hacer ver quien mandaba en la casa, cosa que no resulto muy bien ya que el chico tenia personalidad y si no cedía ante los brabucones de la escuela menos iba a ceder frente a su padre, así que en ese momento mientras estaban haciendo la sobremesa, el hombre dijo:

-Boruto, has recibido tu multa numero veinte ya en dos meses, si sigues así te van a quitar la licencia de conducir- Advirtió el mayor de la casa.

- ¿Y si mejor no te vas a trabajar? - Dijo Boruto respondiendo casi inmediatamente.

Hinata era una mujer que era creyente de la justicia, quizás Naruto merecía aquellas palabras, pero por otra parte ella también era partidaria del respeto que debían tenerle los hijos a los padres, por mas mal padre que haya sido su marido con el rubio menor, el era su padre y como tal merecía respeto, así que sencillamente golpeo la mesa con algo de fuerza para llamar la atención del chico.

- ¡Boruto, esa no es forma de referirte a tu padre! - Dejó en claro en ese instante la mujer del cabello azulado.

Boruto y su padre miraron de reojo a la Mujer, ambos sabían que ella enojada era peor que el mismo satanás cuando está en estado colérico, por eso ambos se callaron de golpe.

A pesar de que las cosas entre Bruto y Naruto no iban bien, el matrimonio de él y Hinata parecía ir arreglándose, ya que muchas veces el Uzumaki mayor se la pasaba coqueteando con su esposa, después de todo lo que había pasado hace dos meses pareció haber tenido buenas consecuencias en ese aspecto, Himawari también estaba teniendo una mayor comprensión por su padre y ahora el pasaba mas tiempo con la niña, ayudándole con sus trabajos prácticos. Pero con Boruto la cosa parecía no tener remedio, nadie entendía como es que un chico de quince años podía tener tanto rencor hacia su propio padre.

Ambos hermanos como siempre se fueron juntos en el 160J de Boruto, solo que esta vez había un completo silencio en el ambiente, Himawari no entendía como es que su hermano tenia aun algo de resentimiento hacia su padre, ¿Qué es lo que estaba haciendo el ahora mal para que su hijo no le pudiera perdonar?, si pasaba mas tiempo en la casa ahora y además que proponía unas vacaciones para ir a Orlando y pasar una buena semana cuando los hermanos salieran de la escuela.

Pero nada de eso era útil, ahora mismo él quería disfrutar de la libertad, se uno mismo con el ambiente, descubrir que es lo que quería realmente ser, ser como un ave que viaja sin limitaciones ni ataduras.

-Himawari, noto que algo te ocurre, ¿Quieres compartirlo conmigo? - Preguntó el pelirrubio a su hermana de cabellera azulada.

-Hermano mayor, ¿Por qué a pesar de todo lo que ha hecho papá n eres capaz de perdonarlo? - Preguntó la chica mirando hacia la izquierda, justo donde estaba su hermano.

Este solo sonrió, no había necesidad de escuchar una respuesta con o que el estaba demostrando, solo hizo sonar el motor tres veces seguidas, la primera lo aceleró a dos mil revoluciones, la segunda fue a las cuatro mil y finalmente lo llevo al corte de inyección, haciendo que la chica se asustase un poco.

-No hay necesidad de recalcar el pasado Hima, solo vive el presente y disfruta el futuro. - Dicho esto el chico cuando el semáforo dio en verde este aceleró como si no fuera un mañana.

La acción hizo que Himawari viera que su hermano menor, el chico humilde y por sobre todas las cosas que viera siempre por ella antes que el desapareciera por completo en un solo acto, no solamente ahora prefería ir a correr de forma clandestina sin ser mayor de edad, si no que ya n pertenecía al club de soccer, ahora el era un nuevo ser, un adolescente sin causa, una nueva forma de ver la vida desde un chico perdido.

Al llegar a la escuela ambos se separaron como siempre para ir cada uno a su respectiva área de estudios, mientras que Boruto se fue al área de mecánica automotriz, Himawari se fue al área de las artes plásticas, ella siempre fue buena haciendo planos digitales y maquetas, es por eso por lo que había decidido estudiar algo que estuviera relacionado con la construcción, arquitectura era la carrera que ella quería seguir.

Mientras que su hermano mayor ahora era un total experto en lo que eran los motores y como potenciarlos, tenia incluso mas conocimientos que su padre a su edad, haciéndolo un verdadero prodigio de los fierros. Ese día el chico como siempre destaco por sobre sus compañeros en el taller de mecánica, tanto que incluso ni siquiera tuvo que usar el manual de usuario para saber el apriete justo que tenia que tener un esparrago con su respectiva tuerca para soportar cargas.

A la salida de clases, el muchacho estaba esperando a su hermana menor mientras que al lado de su vehículo se encontraba un Chevrolet Corvette del año 2008 de color azul metalizado, apoyada sobre el capó había una muchacha rubia de ojos azulados, la piel de esta estaba tostada y para que hablar de su físico, era el de una modelo. Ella era la novia del hijo del director, famosa por ser glamurosa mas que por ser la nuera del que gobernaba todo el recinto.

Esta se fijó en como estaba vestido Boruto, un chico de apariencia simple, que estaba pasado al lado de un "Cacharro" de color gris claro, unas líneas laterales de color rojo le hacían tener una apariencia de un tunning barato, mas ella no sabia la maquina que era por su corazón automotriz, el motor de ese auto había derrotado incluso a un Ferrari que había retado al dueño en una oportunidad.

-Que linda cosita- Dijo la chica en forma de burla al rubio menor haciendo alusión al auto que este tenía.

-Dentro de el vale mas que el que estas luciendo con ese lindo rostro nena. - Dijo Boruto sin siquiera mirar a la muchacha.

La chica rubia solo río ligeramente en forma coqueta, eran claras las intenciones de la muchacha, quería no solamente jugar a ser infiel, también deseaba hacerlo y Boruto no estaba poniendo ninguna clase de resistencia para evitarlo.

En ese momento Himawari llegó corriendo donde su hermano, tenia en su brazo derecho un pergamino que era un plano de una casa que le habían pedido hacer como tarea, tenia que terminarlo en casa, ya que en clases no le dio el tiempo.

-Como por ejemplo el de ser niñera? - Atacó en ese momento la muchacha volviendo a reír.

Boruto al igual río, pero esta vez volteo mirando a la chica directamente a los ojos, haciendo un contacto visual, el sabia que de esa forma la chica o se callaría o caería rendida a sus pies.

-Eso deberías comprobarlo tu misma ¿No lo crees? -Finalizó el Rubiecillo con un guiño en el ojo.

Himawari era una chica inocente, pero por ello no significaba que fuera una tonta, sabía que coquetear de esa forma con la novia del hijo del director no era una buena idea, comprendía que quizás él se estaría metiendo en serios problemas, pero aun así solo decidió guardar silencio.

Todo parecía ir bien hasta que el hijo del director apareció, era un muchacho de altura media, 1.76 metros para ser exacto, su piel era pálida como la misma harina y tenía unos bíceps que asustaban a cualquiera que se cruzase en su camino. este alcanzó a ver el guiño de Boruto hacia su chica, fue entonces que este le llamó la atención a la muchacha con una sola mirada, provocando que esta misma tragara algo de saliva grueso. Finalmente le dio un grito a Boruto amenazante.

- ¡Hey! ¡¿Le estás hablando a mi chica?!- El grito hizo que todos los que se desplazaban en auto vieran la escena, llamando la atención de la mayoría de la escuela.

-Ella solo estaba admirando mi hermoso auto. - Dijo Boruto enseñado una sonrisa hipócrita, lo que hizo que la novia de aquel sujeto se interesara aún más en el pelirrubio.

- ¿Ese microondas? El Ford A de mi abuela te haría comer polvo, no te luzcas enano- Respondió haciendo que todos los presentes soltaran una leve risa, incluso su traviesa Novia.

-Tal vez, pero al menos este no me lo compró mi papá- Hizo que esta vez todo el mundo resonara su respuesta con un "Oooh".

-Esta bestia tiene 440 caballos de fuerza, un motor V8 de 6.2 Litros y acelera de cero a cien en 4.4 segundos, pendejo. - En ese instante, el muchacho miró a todos los que estaban cerca de él, ellos hacían una expresión de que Boruto no tenía ni la más mínima oportunidad contra aquella bestia.

-Vaya, leíste el Manual, pero de seguro no sabes ni siquiera que es lo que dijiste. - Finalizó Boruto haciendo que todo el mundo comenzara a carbonear la situación, repitiendo los "Oooh" Y agregando fuertes risas.

Ya sintiéndose Victorioso, Boruto subió al auto al igual que su hermana, la cual tenia un mal presentimiento de lo que iba a pasar, conocía perfectamente a ese muchacho, pues era uno de los que eran intocables dentro de la escuela, así que al sentarse en el asiento del copiloto. Cuando el Uzumaki de cabellos rubios dio arranque al motor el espejo del lado derecho, precisamente eso provocó que Himawari pegara un grito de terror, pensaba que era un balazo o algo similar, pero e trataba de una piedra lanzada de la mano del hijo del director.

Boruto al ver que su hermana estaba al borde del llanto por el susto vivido en ese instante, decidió detener el automóvil y bajarse de este con su ceño fruncido, para mala suerte del rubio a unos diez metros de distancia estaban los secuaces del chico adinerado, pero el pelirrubio no iba a ceder tan fácilmente, pues en su mano derecha tenía una llave francesa con la cual no dudaría en utilizar si es que se armaba una pelea, ya que había una desventaja en cuanto a numero de personas, pero se equiparaba todo con el arma del Uzumaki.

- ¡Boruto Vámonos ya, no quiero seguir aquí! - Dijo derramando lagrimas la hermana del chico dentro del habitáculo.

Esto hizo que el Chico quisiera aun mas destrozar el rostro de aquel muchacho, así que a paso apresurado comenzó a ir con su llave en la mano, no había nada que pudiera detenerlo, nadie hacía llorar a su hermana menor, el único que había resultado sin un rasguño había sido su propio padre.

De pronto la pelirrubia, la causante de todo este alboroto apareció en medio de ambos, poniendo sus brazos extendidos para evitar que ambos se agarraran a puñetazos o que hubiese un herido en medio de esta disputa.

-Basta ustedes dos, ¿Por qué no dejan que sus autos arreglen esto? - Dijo la chica ya con algo de desesperación.

-Yo solo corro por una cifra superior a los veinte mil. - Dijo Boruto con su llave aun en la mano, pero esta vez enseñando una sonrisa retadora al muchacho.

-Veinte? Mi auto vale mas de setenta, para mí no sería ganancia. - Dijo el chico de cabello oscuro y ojos verdes.

En ese momento la pelirrubia tomó su la palabra diciendo lo que a su novio le sorprendió de sobremanera, ya que jamás esperó que sus sentimientos valieran mas que una simple carrera de autos.

-Pues entonces el premio seré yo, el ganador me gana a mi- Reveló el plan la chica con una sonrisa coqueta mirando de un lado a Boruto y girando su cabeza para mirar a su actual novio.

Ya estaba todo decidido, se haría una carrera, pero Himawari estaba demasiado asustada aun por aquel susto del choque del espejo. Tenia ahora que soportar que su hermano arriesgara la vida en una carrera por una estupidez, por que se trataba de una tontería, una mujer no Valia nada, mucho menos esa ramera que solamente quería probar que tanto valía para su actual novio. Por eso mismo que intentó persuadir a Boruto que no hiciera tonterías, pero este siempre le respondía con una sonrisa, era más que reconfortarle que supiera que su hermano iba a estar bien. Pero esta vez la cosa era diferente, tenia un muy mal presentimiento de lo que iba a ocurrir.

Como el Uzumaki quería evitar que su hermana sufriera mas de la cuenta, dejó que ella estuviera viendo la carrera fuera del vehículo, ya que, para él, la seguridad estaba primero que cualquier otra cosa. Así que la hermana menor esta vez estaría afuera, no obstante, ella casi tenía el corazón estallando de los latidos, ese mal presentimiento no tenia intenciones de desaparecer tan fácilmente.

Ambos vehículos en la línea de meta, una vuelta a la manzana simple. La ruta había sido definida por un mapa y analizado al GPS, el peligro de que la policía sospechara de que estaban corriendo estaba presente, mas eso no le importaba ni al pelinegro ni mucho menos a Boruto, el tenia experiencia ya evadiendo a la policía en un par de ocasiones, así que en caso de que eso ocurriera no pasaría absolutamente nada.

La señal de partida lo daría la misma chica en la cual estaba en juego sus tetas y culo lanzaría su brasier al aire y cuando este cayera al suelo ambos autos darían comienzo a la carrera, asique para que la incertidumbre no fuera mayor, esta lo hizo apenas ambos comenzaron a hacer sonar los motores de lo ansiosos que estaban por ganar la carrera.

La chica lanzó la prenda al aire, cuando este cayó al suelo ambos hicieron rechinar los neumáticos de la enorme potencia que tenían ambos motores, pero como el Corvette era un tanto más liviano tomó la delantera, mas el 160J no se quedaba mucho atrás, ya que a medida que el tiempo comenzaba a pasar se acercaba poco a poco al vehículo de alta gama. Esto no le gustó al que lo estaba conduciendo, así que hizo un cambio de pista, esto para hacer que Boruto no lo rebasara, era algo cobarde de su parte, pero una estrategia, al fin y al cabo.

Entrando a la primera curva, el chico pegó una frenada haciendo que Boruto también lo hiciera de forma improvisada para no dañar el auto por la parte delantera, otra jugada sucia, pero como la anterior valida como si de algo común se tratase. Por esa misma razón el Uzumaki casi detenido vio como su contrincante pegó la curva como un verdadero novato, cosa que molestó bastante al chico, así que pisó nuevamente el acelerador a fondo.

La siguiente curva fue mas de lo mismo, el hijo del director solamente no se dejaba rebasar por el Uzumaki a cambio de hacer que este protegiera su propio auto, sabia que para Boruto el 160J era mucho mas que un auto, para el ese era su medalla, su mejor logro dentro de su carrera de mecánico.

Pero en la ultima curva, el chico adinerado se abrió demasiado permitiendo que Boruto diera una curva mas cerrada y de esa forma adelantar a su rival. Haciendo que el rubio se riera por la torpe maniobra de su oponente, la victoria estaba cerca, solo les seguía una pista en línea recta, pero el otro muchacho no iba a perder por nada del mundo así que de su guantera sacó una pistola y le disparó al neumático izquierdo trasero de Boruto provocando que este perdiera el control de su automóvil ladeándose hacia la izquierda y no solamente impactando el Corvette de su rival y haciendo que este también perdiera el control del auto de alta gama, si no que Boruto comenzó a rodar por la pista hasta pasar la línea de meta y cuando este se quedó quieto todo el vehículo había sido convertido en chatarra, la policía no tardó en llegar, ya que muchos de los vecinos del lugar los habían llamado acusando una carrera clandestina.

Lo mas desgarrador para el Rubio no fue que se haya golpeado en la cabeza y estuviera sangrando, si no que su pequeña hermanita era la única tratando de salvarlo de los escombros, ya que el chico estaba con el techo del vehículo en el suelo y se encontraba sin alguna reacción física por el shock del momento. Mas un uniformado apartó violentamente a la niña del rubio, cosa que le hizo espabilar e intentar golpear a aquel policía, más fue reducido por los compañeros de este.

Dos horas pasaron desde aquel momento, Himawari estaba sentada junto a los otros dos afectados, la novia de aquel muchacho del cual no se le aplicaron ningunos de los cargos que tenía Boruto, todo porque tenían muchos contactos y podían hacer que ellos salieran a las pocas horas de estar en prisión.

Hinata llegó corriendo, se encontraba con su uniforme de trabajo, estaba desesperada y aun tenia los ojos pintados con un delineado suave al igual que sus labios que estaban de un tono rosa muy tenue. Esta vio que su hija menor se encontraba sollozando mientras tomaba sus piernas y fue cuando decidió abrazarla para tranquilizarla. Boruto estaba siendo interrogado dentro del cuarto que estaba designado para esa función.

- ¿Sabes que cargos tienes en tu contra? Correr carreras clandestinas, provocar un accidente automovilístico, intentar golpear a un uniformado, entre otros que no están dentro de lo que hiciste hoy. - Dijo el policía mirando con maldad al rubio.

-Si claro, pero el otro tarado ni por tener un arma y dispararle a mi rueda le salió ¿Cierto? Me da asco esta policía- Respondió Boruto un tanto molesto.

El jefe de policía se levanto furioso y golpeo la mesa haciendo que el rubio también se levante de su silla, aunque este estuviera con las manos esposadas, aun podría ser que le diera un par de patadas al uniformado, mas fue la sorpresa cuando la puerta fue abierta por una funcionaria de la comisaria, precisamente la secretaria del Jefe de policía, a su lado estaba la madre de Boruto, la cual al ver en la posición que se encontraba su hijo no sabia si ponerse a llorar o tratar de calmarlo con un coscorrón. Pero esas ganas se le fueron cuando le vio aquella herida en la cabeza.

-Boruto… ¿Qué crees que estás haciendo? - Fueron las únicas palabras que pudieron salir de los labios de Hinata, no solamente estaba decepcionada de su hijo, si no que o sabia de que manera ahora poder salvarlo de esta situación.

Y ESTE HA SIDO EL PRIMER CAPITULO, ¿QUÉ PASARÁ CON BORUTO? ¿Cómo REACCIONARÁ NARUTO AL SABER QUE SU HIJO HA CAIDO PRISIONERO? NO SE PIERDAN EL SIGUIENTE CAPITULO.