Hola: 3

Bienvenidos a mi humilde fic sobre Kurama y un día normal del tengu.


Kamisama Hajimemashita no es de mi propiedad, pertenece a Julieta Sususki, mi unico merito aquí es prestar sus personajes para una historia.


Kurama se estiró en la cama. Ya habían pasado casi cuatro días desde que puso un pie el colegio por última vez, debía volver si quería mantener las apariencias. Se rascó un ojo y parpadeó un par de veces, todo se veía raro, más de lo normal; la cabeza le daba vueltas y terminó levantándose pesarosamente, enredándose en sus propios pies y cayendo al suelo. La noche anterior, la disquera lo había tenido en una larga fiesta promocionando su nuevo álbum, los humanos insistían tanto en sociabilizar en todo momento que había tomado más de la cuenta, o eso parecía.

Alargó sus alas y bostezó. Intentando parecer más animado se miró al espejo, casi parecía un zombi, tal vez un baño lo pondría mejor. Dio dos pasos e intentó salir de su cuarto, pero ¡Oh, desgracia! sus alas abiertas no lo dejaban salir.

— ¿Enserio? —Se dijo a sí mismo— esta clase de cosas solo me suceden a mí —replegó sus alas y se dirigió al baño con intenciones de relajarse.

Entró en el amplio cuarto y se desvistió, la bañera lo estaba esperando desde quince minutos atrás, pero él no se había animado a levantarse. Le dolía el cuerpo entero, para ser un yōkai últimamente había descuidado mucho su cuerpo y sus entrenamientos, casi parecía un humano de verdad.

—No, es imposible, solo que el ritmo de la vida de ahora no es el mismo de hace 200 años, esto es mucho más difícil. Además no todos tienen una doble vida.

El cuervo se sumergió en la bañera, quedando completamente sumergido en el agua.

El repetitivo timbre de su celular lo sorprendió. Sacando su mano del agua y tocando con suavidad el borde del lavamanos, tomó su celular. Sacó la cabeza y contestó, no era nada importante, solo que en media hora lo recogerían para llevarlo a la secundaria. Bostezó de nuevo y se dejo llevar de nuevo por el agua.

"Será un largo día" pensó.


Al bajarse del automóvil, una avalancha de chicas súper fanáticas le cayeron encima, unas pidiendo autógrafos, otras un abrazo y hubo una que hasta un hijo esperaba de él. Abrió los ojos a más no poder y entró corriendo al instituto, las humanas tendían a ser un poco esquizofrénicas de vez en cuando; cosa que comprobó al ver a Nanami entretenida regañando a Tomoe en medio de un corredor.

—Vas a pedirle disculpas y no volverás a hacerlo Tomoe —sentenció la diosa, mientras su cabeza crecía a un tamaño significativamente grande—. Ve, ahora.

Debido al poder espiritual, el Kitsune salió enseguida a cumplir la petición de su maestra, dejando atrás a una alterada Nanami y a un Kurama algo sorprendido.

—Veo que tu zorrito se revelo de nuevo —habló el cuervo, sorprendiendo a Nanami.

—Ohaiyo yaa, Kurama-kun —saludó esta con una sonrisa—. Sí, Tomoe siempre ataca a todo ser que se encuentre y es muy maleducado con los chicos de la escuela —recriminó la muchacha, al tiempo que el mencionado regresaba totalmente enojado.

—Sí, eso veo —alcanzó a decir Kurama, antes de que Tomoe interrumpiera.

—Pero si aquí está el cuervo.

—Hola Tomoe —Saludó cortésmente, temiendo iniciar una pelea tonta— ¿Cómo has estado?

—Nada bien, gracias a una chiquilla molesta que me hizo pedirle disculpas a un tonto que intentó propasarse con ella.

Kurama tomó distancia, estas peleas siempre terminaban bastante mal y si él intervenía seguramente sería quien peor la pasaría. Un par de minutos luego, el timbre hizo presencia y fue necesario entrar un salón; antes de poder iniciar su estudio, tuvo que limpiar su escritorio, como siempre, de toda clase de ofrendas que sus fans dejaban allí: velas aromáticas, collares, rosas, monedas e incluso no faltaba la extremista que le dejaba un brasier con su número de teléfono. Al menos agradecía tener tanta atención y fans que compraran sus discos e hicieran crecer su industria, solo por ello toleraba esas cosas.

Estaba allí, deshaciéndose de todas esas cosas, cuando encontró un papel blanco, perfumado, con la letra de una canción. Era buena, muy buena, y tenía un tinte de tragedia y de amor no correspondido que le hizo reflexionar acerca de la procedencia de esa caligrafía femenina, delgada y fina, con que se había escrito la canción. Venía, al respaldo, acompañada de unas notas de guitarra, tatareo el ritmo un momento y lo sintió preciso al estilo de la canción.

"¿Quién se habrá tomado el trabajo de hacerme este regalo?" Pensó, mirando a todas las fans que se amontonaban en la puerta para verlo, ninguna tenía cara de ser lo suficientemente interesante e inteligente para escribir algo así, además el olor de la escritora se le hacía familiar, y no era precisamente Nanami. Se trataba únicamente de la chica que siempre lo saludaba con una extraña sonrisa.

¿Cómo era que se llamaba? No podía creer que ya lo había olvidado de nuevo. Era esa niñita que llevaba el cabello corto, color rojizo, y de primer grado que siempre intentaba ayudar a todos, pero que era bastante miedosa.

"¿Le he prestado tanta atención a esa chica y ni siquiera recuerdo su nombre?" Se cuestionó Kurama, caminando hacia la puerta que debido al inicio de las clases ya se había despejado de fans.

Miró hacía ambos lados como si la buscará, de verdad quería agradecerle ese lindo regalo, pocas veces podía decir que un detalle le había agradado tanto como ese. Volvió a su puesto en cuanto entró el profesor, estaba realmente necesitado de darle las gracias a esa niña. Allí se encontraba, en medio de la clase, totalmente absorto en sus meditaciones, cuando la voz de Nanami lo alertó y al mismo tiempo le hizo tener una idea.

—Nanami —le susurró, evitando al profesor— ¿podrías hacerme un favor?

—Claro —contestó la castaña con una sonrisa— ¿de qué se trata?

—Necesito que me ayudes a… a hablar con Nekota-chan —el tengu se recriminó por ese quiebre en su voz.

—Sí, la buscaré en la hora del almuerzo y le diré que la esperas en la terraza del colegio, vale.

Kurama volvió a acomodarse en su puesto. Involuntariamente se estaba dando cuenta que le producía algo de miedo ir a darle las gracias a esa chica por la canción, sintió un poco de pena por ir a enfrentarla, casi reclamándole por haberle hecho un regalo; mentalmente escogió las palabras adecuadas para hablarle cuando la viera. Las manos le temblaron al escuchar el timbre del almuerzo, no había escuchado ni un murmullo en ese par de horas que no hizo más que estar en su puesto ido y con aparente estado de alucinaciones.

—Ami-chan te espera, Kurama —le advirtió Nanami, sorprendiéndolo en el acto y haciéndolo sobresaltar al haber interrumpido sus meditaciones acerca de las sensaciones que le producía pensar en hablar con esa chica. Un poco malhumorado asintió y salió apresurado del salón.

Cuando llego al último piso, vio de espaldas a la muchacha, recostada en el barandal, mirando hacía el horizonte muy distraída.

—Nekota-chan.

—Sí —contestó ella al llamado de aquel ídolo al que tanto amaba— ¿quería hablar conmigo Kurama-kun?

—¿Fuiste tú quién escribió esto? ¿Verdad? —pregunto inmediatamente, acercándose a la chica, provocando que se sonrojara a sobre manera.

—Sí, pero no esperaba que lo leyera —confesó, ocultando su sonrojo al agachar la cabeza—. Creí que usted no leía nada de lo que sus fans le dejaban allí, lo vi hace unos días botando todo a la basura.

—Yo solo guardo lo importante —musitó—. Bueno… este, yo quería darte las gracias. Es una gran canción. ¿No te importará si la canto para mi próximo álbum?

—Claro que no, —exclamó Nekota, dejando ver sus ojos brillosos de la emoción— la escribí para usted, es un regalo. Utilícela como mejor lo prefiera.

Un extraño e incómodo silencio prosiguió a la corta y sorprendente conversación. Ninguno se atrevió a interrumpirlo, por extraño que pareciera, les agrado esa incomodidad en que no se atrevían a mirarse a los ojos o siquiera a hablar. Todo ese ambiente les hacía sentir dos cosas que interferían mucho en el carácter propio de ambos: a Kurama lo mantenía indefenso, sin ninguna cosa de la cual aferrarse, muy distinto al control que siempre ejercía sobre todo, pero en manos de ella no le temía a nada; para Ami Nekota era lo contrario, una chica como ella, algo tímida y carismática, era todo un episodio poder controlar algo por su cuenta y la exaltaba mucho más saber que sobre quien tenía derecho en ese momento era a Kurama, que infortunadamente buscaba su mirada, pero ella rehuía.

—Creo que no es más, me retiro —habló por fin, con timidez, la muchacha. Se volteó y dio un par de pasos, que fueron retenidos por el tengu.

—Espera —dijo, interponiéndose en el camino de la muchacha—, ¿tienes algo que hacer esta tarde? Yo no tengo nada que hacer y, pues, para agradecerte de verdad el gesto, quería invitarte a salir.

Kurama no dio crédito a sus propias palabras, habían salido tan rápido y le resultó tedioso darse cuenta que lo había hecho porque así se comportaba con todas las chicas, aparentemente amable y cariñoso. Ami por su parte se sintió desvanecer ante la pregunta, las piernas le temblaron y el corazón se le agitó: no creía nada de lo que pasaba.

—aja —articuló al fin, con un poco de dificultad, pero lo hizo.

—Nos vemos entonces en el parque frente al cine que está a unas cuadras de mi apartamento ¿te parece? —pregunto él, algo indeciso sobre esta cita.

—Sí, perfecto, pero ¿Dónde vives?

"Es cierto, nadie conoce mi casa más que Nanami"

—Te puedes ir conmigo al salir, yo te llevo a tu casa, espero a que te arregles y salimos.

Se despidieron con una improvisada sonrisa y volvieron a sus actividades diarias. Cada uno con diferentes expectativas sobre el día que les esperaba, consiente, e inconscientemente, buscando algo más que una simple cita al final.


¿Que les pareció? ¿se merece el segundo capitulo? Claro que sí. Aquí os espero para el siguiente capi.

Aclaro que Kurama no es mi personaje favorito, si no que en el manga siempre me ha picado el bichito por verlo a él y a Nekota profundizando en su relación de "amistad" o como quieran verla.

Me despido de ustedes muy agradecida por haberse pasado a leer y pidiéndoles en ultima estancia que me dejen un review para motivarme a seguir escribiendo.

Besos :3