Disclaimer: Sailor Moon le pertenece a su creadora: Naoko Takeuchi. Esto es sin fin de lucro, sólo entretenimiento.


Lo último


Oh, bombón

Qué difícil resulta ser esto y aunque te parezca insólito fue de Yaten esta idea. Él me dijo que te escriba un poema. Y aquí estoy.

Antes te he escrito uno que me parece no has leído. ¿En tus despistes lo habrás perdido en algún lugar? No te sientas mal, no importa. Verás, te escribo otro un poco diferente al anterior porque ahora debo despedirme. Pero no te pongas triste, este poema no será como las típicas despedidas llenas de reflexiones tardías, recuerdos nostálgicos y de alguna lágrima que no podrás ver caer. Me esforzaré para no hacerte llorar, te lo prometo bombón.

Todo lo que siento por ti ya lo he dicho en nuestro último concierto ¿lo recuerdas? Creo que en esa oportunidad no me he guardado nada. Después Yaten me recriminó la manía que tengo de decir lo que pienso en voz alta, pero ya sabes cómo soy ¿cierto? Demasiado impulsivo como para pensar dos veces las cosas, como cuando en el avión quisieron atacarte.

Me gustaría no ser yo el que escribe esta despedida ni ser tú su destinataria. Despedirse siempre duele, bombón.

En estos momentos, aprovechando que Taiki y Yaten me dejaron solo en la sala de ensayos, es cuando quiero verte, invitarte al parque de diversiones otra vez, donde empecé a sospechar de tu otra identidad. Llegar a casa cansado pero feliz, después darme cuenta que entre palomitas, gaseosas y pasteles subí cinco kilos de más. Eres muy glotona, supongo que ya lo sabías.

Ahora me gustaría ver tus cachetes sonrojados, tentarme por la expresión que me pones cuando te llamo "bombón", como también hacen otros. Me enteré que esa Tenou también lo hace ¡vaya que te quieren todos!

Lo siento, prometí esforzarme para no hacerte un poema triste. Creo que no lo conseguí. Apuesto que aunque no pueda verte estarás llorando sobre estas líneas.

Todo es diferente.

Tus amigas se han distanciado de nosotros, hasta Aino abandonó el acoso hacia Yaten. Sabes, él está más de mal humor que lo natural. Aunque lo niegue Aino le caía bien, díselo a Mina también. Tú tampoco vendrás más a esta sala de ensayos que pronto quedará vacía por siempre. Bombón, ¿guardarías los instrumentos que alguna vez tocamos? No quisiera que el abandono los cubra de polvo, ni que el olvido los eche a perder. Aunque Yaten quiere regalarlos a un museo de celebridades y no es mala la idea, sin embargo sobre las cuerdas de mi guitarra y sobre los platillos de mi batería cree tantos mensajes de amor, que no me animo a dejárselos a cualquiera. Por favor, cuídalos por mí. Les diré a los demás.

Te extrañaré y no me atrevo a imaginar cuánto. Imagino despertar dentro de Tankei, sentirte muy lejos, tener ganas de volver al pasado, a esta Tierra de la que todavía no me voy. Ser sencillamente Seiya.

Me llevaré hasta Kinmoku el recuerdo de tu luz resplandeciente, la misma que me confesó que eras diferente a todas, serías especial como ninguna. Única para mí. Desde el aeropuerto, cuando chocamos, te confieso, mi corazón no ha dejado de latir por ti. Por eso me lancé a la aventura de conocerte y perseguirte dentro de la escuela, en las clases, en los partidos de distintos deportes.

Conservaré todos los recuerdos hermosos que pueda tener. Los recuerdos de esta Tierra, los recuerdos de ti...

Ya es hora. Mi Princesa me espera.

Este chico Seiya se despide de ti.

Con profundo amor, Fighter.