Disclaimer: Kagerou Project no me pertenece, esta es una historia sin fines de lucro solo para entretener. Derechos reservados a sus respectivos creadores, ósea, Papi Jin.

N/A: Este es mi primer drabble por así decirlo de KagePro, no tengo mucho que decir. Esta idea ha rondado por mi mente desde hace un tiempo solamente y pues quería publicarla. Espero la lectura sea de su agrado.

Numero de palabras: 492


Si bien, Ene era un virus de computadora y hacía tiempo ella había aceptado tal verdad. Los virus no duermen, no comen, no sueñan, no respiran. Los virus solo son una masa de información que vaga por la red.

Pero Ene era algo diferente, si, ella no soñaba, no dormía y no respiraba. Hacía tiempo ella había dejado de ser humana, de ser Enomoto Takane. Pero ella estaba bien, en lo que se puede decir que es "bien". Lo que la diferenciaba del resto de los virus es que ella siente, siente todos los sentimientos humanos que un virus no debería tener, quizás es un rastro o mejor dicho, la prueba de que ella alguna vez fue humana.

Si bien, cuando Shintaro dormía y nadie la veía se ponía a recordar aquel pasado, aquellos amigos, aquellas cosas que dejo cuando sin saber cómo termino así. Pensaba en lo mucho que le gustaba la música, los videojuegos, en especial eso. Recordó ese que hizo junto a Haruka… Haruka. Su más preciado amigo, y para qué negarlo, el chico al que llego a querer más allá de la amistad. El juego de disparos que hicieron juntos, el personaje que el dibujo para ella, ¿cómo solía decirle?... Actor, estaba segura que era así.

A veces simplemente le gustaría poder volver a dormir y regresar a esos días en los que no se preocupaba por el mañana.

Sí, eso estaría bien.


Ene abrió sus ojos cuando se dio cuenta que por un momento se había quedado "dormida" o algo parecido, lo cual era sumamente imposible considerando su incapacidad como virus ante eso. Pero no podía darle otra explicación, simplemente de un momento a otro cuando volvió a darse cuenta de si, estaba en un sitio oscuro, demasiado diría ella. Pero aun así podía distinguir ciertas cosas.

Escucho el sonido de pasos acercarse, miro de un lado a otro pero no lograba saber a ciencia cierta de dónde venían. Escucho el sonido de un arma siendo cargada, y entonces temió, porque se dio cuenta al mirar hacia abajo que sus "inexistentes" piernas habían regresado en este sitio, trago en seco cuando pudo sentir el cañón del arma ser posado en su frente.

Ene tenía la mirada gacha, no se atrevía a mirar a quien sea que le estuviese apuntando con amenazas de acabar con ella, pero entonces se dio cuenta de algo particularmente raro, los zapatos que tenía esa persona los reconocería en cualquier lugar. Volvió a tragar saliva mientras se daba valor mentalmente para mirar a esa persona.

Y que sorpresa se había llevado.

Era ella, bueno, era ese avatar de videojuego que Haruka había creado. Pero seguía siendo ella maldita sea.

Esos ojos que parecían estar siempre enojados, ese cabello negro y esas ojeras. Era ella.

—Me he hartado de ti…

Era gracioso escuchar eso cuando provenía de una voz exactamente igual a la suya. Sonrió con nostalgia y se encogió de hombros.

—Yo también…