CORREGIDO

Este fue el primer fic que escribí, resultado de un reto.

AVISO: No he querido modificar el fic demasiado, por lo que Draco sigue siendo OC. No os asusteis.


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Vínculo

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Prólogo: Nuevo objetivo

Hacía bastantes días que había estado nevando, pero era el viento que el último lunes se había levantado el que impedía a la mayor parte de los alumnos salir a pasear por los terrenos de Hogwarts. Por eso Harry, Ron, Hermione, Ginny y Luna se habían quedado en el gran comedor pasando el rato hasta la hora de la cena.

En realidad se podría decir que todo el colegio estaba en el gran comedor porque después de una semana de estudio en las salas comunes parecía que a la mayoría se le habían quitado las ganas de reunirse en la sala de sus respectivas casas. Aún así eso no impedía que cada cual se entretuviese en lo que más le gustaba.

Había un grupo de chicas de Ravenclaw que llevaba toda la tarde dando grititos por culpa de un hechizo que venía en una revista juvenil que hacía que a la persona hechizada se le escribiese en la frente el nombre del chico o chica que le gustaba. A Harry y a Ron no les importaba porque estaban enfrascados en una partida de ajedrez mágico y a Ginny y Neville, que intentaban conseguir un record creando la torre de naipes explosivos más grande del colegio - aunque de momento sólo habían conseguido quemarse las cejas - tampoco; sin embargo Hermione cada vez estaba más nerviosa y dirigía frecuentemente miradas asesinas hacía las chicas porque no la dejaban concentrarse en un resumen que tenía pendiente de la clase de runas mágicas. Pero más nerviosa se ponía aún cuando dirigía la vista a Luna y la veía con la mayor tranquilidad leer al revés un número atrasado de "El Quisquilloso" mientras se mordía un corcho de su estrambótico collar. No podía entender como podían concentrarse ellos y ella, que destacaba por esa habilidad, no.

—Hermione, ¿qué narices te pasa con esas chicas? ¿Tienes miedo de que desvelen el nombre de tu amor oculto en cuanto te descuides?—comentó Ron con tono de sorna pero sin perder de vista la jugada de Harry.

—Pues no—Hermione dirigió una de sus miradas asesinas hacia Ron, que se hundió en la silla—Resulta que ese hechizo es la estupidez, de dudosa fiabilidad, más grande que he visto en mi vida y con un simple contrahechizo se puede evitar. O también restregándose la frente ¿Es qué aun no se han dado cuenta de que es pintura?

Harry se volvió hacía el grupillo pero rápidamente volvió a su postura inicial al ver como todas le miraban y se reían con la mano en la frente.

—¿Porqué les interesa tanto saber...eso?—preguntó Harry a la vez que se restregaba la frente disimuladamente. Dirigió una rápida mirada a Ginny que sacaba la lengua intentando sujetar uno de los naipes que Neville había colocado mal.

—Por que tienen mucha inseguridad—Luna sorprendió a todos saliendo de su ensimismamiento, con su voz suave y algo obnubilada—En realidad no hace falta ni preguntarlo. Eso se nota. Por ejemplo: a Amanda Weskmin le gusta Richard Tomkins.

—¿Y cómo lo sabes?—dijo Ron, dejando entrever un leve tono de alarma—¿Sólo con mirarla?

—Sí, pero tranquilo Ron, tu secreto está salvo conmigo—aseguró la rubia sin darle importancia mientras volvía la vista hacía un artículo sobre magos con deformidades por culpa de hechizos que iban dirigidos a animales domésticos.

Hermione frunció el ceño y miró a Luna y a Ron alternativamente, pero cambió de objetivo al ver por el rabillo del ojo un punto amarillo que le llamó la atención. Era Draco Malfoy y su odioso pelo rubio. Apartó la mirada con un deje de asco y molestia y volvió a concentrarse para terminar el resumen. Pero el Slytherin ya había visto la cara de Hermione y aprovechó esa provocación para producir un encontronazo entre ellos. Hacía mucho que no discutían y la vida en Hogwarts era muy aburrida últimamente.

Se dirigió con decisión pero elegancia hasta la mesa de Griffindor seguido por y Crabe y Goyle.

—Ey, Potter, vigila a tu sangre-sucia o enséñale buenos modales. Granger, Granger… no se puede mirar así a la gente, sobre todo si son superiores a ti…

—Malfoy, vete a dar de comer a tus gorilas y déjanos en paz—espetó Ron sin levantar siquiera la vista del tablero y de forma casi mecánica movió un caballo que destrozó la última torre de Harry.

—Si te he mirado ha sido porque el color de tu pelo se ve aunque esté de espaldas ¿Es qué no encuentras otra forma de destacar entre la multitud sin necesidad de mencionar a tu "papá"?—Hermione soltó toda la rabia que había acumulado durante una tarde de nervios y se sintió mejor, pero eso no hizo reconfortar a Draco.

—¡Uhhh! ¡Qué miedo! ¡Granger se está volviendo mala!—Crabe y Goyle se rieron como trogloditas. Draco se fijó entonces en Luna, que era la única que seguía a lo suyo. Harry y Ron habían suspendido la partida por un súbito ataque de odio de Ron hacía Draco, que Harry había tenido que parar sujetándole, y Ginny y Neville miraban a Draco desplegando sus mejores técnicas de intimidación.—¡Vaya, si es Lunática Lovegood! ¿Qué tal le va a tu padre por la dirección de ese panfleto que parece ser no entiendes ni tu…?—Draco solía hablar con clara intenciones de ofender, pero esta vez había hablado con más interés, doblando la cabeza y entornando los ojos en un intento de averiguar porqué Luna leía la revista del revés.

Luna levantó la vista con el ceño fruncido, más de forma interrogativa que con evidencias de sentirse ofendida.

—Perdona ¿me hablabas a mí?

—… ¿Qué?—preguntó confundido—¡Pues claro, estúpida! ¿Acaso hay alguien más con un padre lunático que dirija una revista de chiste?

—Antes no habías dicho revista, habías dicho panfleto. Quizá no sepas la diferencia entre lo que es una revista y lo que es un panfleto. Es una pena que tu padre tenga tanto dinero y no lo haya utilizado para educarte bien... si quieres puedo darte clases de vocabulario—Después de decir esto y sin darle la menor importancia, volvió la vista hacia el artículo.

Todos se quedaron sorprendidos con la respuesta de Luna, que parecía no temer consecuencias. Draco se quedó boquiabierto, tanto que Harry pudo ver durante una décima de segundo como su mandíbula inferior caía, para al instante recuperarse con los ojos soltando chispas.

—Te crees muy valiente eh…—dijo casi en un susurro y le arrancó la revista de las manos—Veamos qué información importante tiene esto que tu llamas revista—empezó a pasar página por página y después de leer el encabezado de cada artículo arrancaba la hoja y la hacía una pelota que iba a parar a los pies de Luna.—"Magos que consiguen plantar semillas de inviraíz". Vaya, qué logro…—Crabe y Goyle volvieron a reír—"Nueva adivinadora consigue titularse tras 5 años" ¡Le costó un poco adivinar las preguntas!—después de otros cuatro títulos acompañados de carcajadas se paró y miró sonriendo a Luna, que le observaba el suelo en silencio. Entonces levantó la cabeza y le miró a los ojos y los ojos de ambos coincidieron apenas un segundo porque entonces Draco apartó la mirada molesto. Sin embargo su cara estaba matizada con un ligero rubor imperceptible para los demás, que se volvieron hacia Ginny.

—¡Para de una vez, Malfoy! Deja en paz a Luna porque entonces…

—¿Entonces qué?—interrumpió Draco—No te metas Weasley o saldrás mal parada.

Luna se levantó y se dispuso a marcharse.

—Da igual Ginny, tienes que ser comprensiva con Draco. Piensa lo difícil que tiene que ser vivir siempre con tanta rabia, convertido casi en un monstruo—su tono seguía siendo indiferente y mientras lo decía sacó un nuevo ejemplar de "El Quisquilloso" de su mochila y se dirigió con paso tranquilo hacia la enorme puerta.

Draco se quedó mirando el baile de la larga melena rubia alrededor de su estrecha espalda mientras se reponía desprendiendo ira por cada poro de su piel.

—Malfoy, creo que es la primera vez que veo como una mujer te da una patada en el culo, sin contar con el puñetazo de Hermione, que fue en la cara…—dijo Ron conteniendo una carcajada. Hacía rato que había optado por observar y se vio recompensado al ver a Draco vencido por Luna. Nunca se lo habría imaginado.

—Esto… no acaba… aquí.—gruñó apretando los puños—Es sólo el principio.

Se podía notar cómo Draco intentaba recuperar la serenidad con la respiración agitada, pero sólo conseguía aumentar aun más la evidencia de que Luna le había vencido en su mejor terreno, la palabra.


Ilisia Brongar