Hello~

Antes de empezar el leer esta idea que una amiga de rol (Adri) me sugirió, tengo que aclarar algunas cosas.

1. Alemania y Prusia no son hermanas en este fic

2. Palabras altisonantes (al puro estilo mexicano, sorry)

3. Posible contenido sexual

Si no te molesta ninguna de estos tres puntos, puedes empezar a leer n.n

DISCLAIMER:

Los personajes no son míos, pertenecen a Hidekaz Himaruya, la idea principal de Adri y la inspiración de la película mexicana Ladies Night.


Hola.

Yo soy la narradora de los cuentos mágicos… bueno, no soy la oficial, la abuela tenía broncas.

En fin. Esta es la historia de Louise. La muy tonta, se creía Alicia y que vivía en el país de las maravillas hasta que un buen día alguien le dijo "Hello, ¡ubícate! vives en medio de hombres de negocios". Así qué se tuvo que dibujar su propio mundo.

Como cualquier artista, Louise tenía la vana idea de que el público entendiera sus obras pero esto nunca era así.

Como nadie la entendía, Louise lloraba y lloraba. Tanto que completó toda una colección de lágrimas.

Igual como en el cuento, Louise creció y creció, y aprendió las cosas importantes de la vida y que el país de las maravillas no es más que un mal viaje.

Y a lo largo de los años, Louise dejó de pintar en donde no debía. Dejó de jugar a las muñecas. Dejó olvidado un par de sueños pero lo que Louise nunca dejó fueron sus dibujos, y estos crecieron junto con ella.

Louise era la definición de una "buena chica". Soñadora de convicción y conformista de profesión. Se casa en una semana con Arthur.

Arthur era la definición de un hombre de negocios. Jefe de marketing de la revista BANG. Aunque lo que él le gustaría en el fondo sería escribir sus propios comics. Adora a Louise, pero lo que realmente quiere… lo empezó a sospechar hace un par de horas.

-No sé qué planeas que haga con una simple cámara para un comercial, de por sí ridículo. Si tanto querías ahorrar, consíguete a otro porque yo no lo haré. Perdóname pero no

En medio de la oficina de Arthur, estaban discutiendo la manera de crear una nueva forma de promocionar los nuevos títulos que la revista iba a lanzar ese mes.

Julchen, la comprañera, estaba más que furiosa por la pésima idea de él.

-A ver si cuando te acuestas con Louise se te quite ese mal genio que tienes y te pones a escribir porque en esto no sirves. Lo siento pero es la verdad

Julchen era todo lo contrario a Louise. Editora de BANG y mejor amiga de Arthur. Era conocida por ser rebelde, mal hablada, y siempre haciendo lo que le complacía.

-Que educada, como siempre. Además de que si no escribo es porque no quiero y a Louise me la respetas – Arthur solo la fulminaba con la mirada ¿era necesario ser tan explícita?

-Uy… mandilón – lanza un dulce directo a la cara del rubio

-Cabrona

-Putito

-Cabrona

-Pocos huevos

-Cabrona

-Pito caído – le vuelve a lanzar otro dulce haciendo que Arthur se levante de su asiento y se pare en frente del escritorio de la albina hecho una furia.

-Pinche cabrona

Por un momento hay una pelea de miradas entre los dos mientras que Julchen se llevaba la boca del mismo tipo de dulces que le había lanzado a Arthur.

El rubio vio una oportunidad para molestar a la albina y tomó la cajita de dulces y los lanzó al suelo, causando que la albina pusiera cara sorpresa y se lanzara al suelo por sus dulces.

Arthur no iba a permitir que Julchen volviera a tener sus preciados dulces nuevamente en sus manos y también se lanzó por ellos terminando en un forcejeo en el suelo.

Cuando se dieron cuenta, Arthur estaba a unos centímetros del rostro de la albina.

Se quedaron viendo directamente a los ojos por un momento antes reducir el espacio que los mantenía separados hasta fundir sus labios en un beso lleno de lujuria y pasión.

Con desesperación, se quitaron la roba sin dejar de besarse. Desde hace bastante que sus cuerpos se llamaban para poder completar la acción sexual que en ese momento lo estaban haciendo sin que nadie se diera cuenta o los molestara, y sin darse cuenta que la cámara estaba grabando.


Después del trabajo. Arthur esperaba a Louise afuera de su casa para darle uno de sus últimos regalos antes de la boda. Era una camioneta roja nueva.

Louise, al ver el gran regalo detrás de su comprometido, corrió feliz a abrazarlo. Estos eran los momentos que Louise podía decir que era feliz, alejándose de sus "fantasías infantiles" y estando en su realidad.

-Muchas gracias. No tengo palabras para describir lo que siento

-No es necesario, todo es para mi futura esposa

Unieron sus labios para darse un beso pequeño e inocente. Louise siempre había mantenido la política de llegar "virgen al matrimonio" aunque a veces le gustaría dar ese gran paso con Arthur.

El beso se intensificó con leves roces de aquí por allá.

En el momento que la mano de Arthur abría paso entre las piernas de la alemana, se separó rápidamente de ella, excusándose de que no quería romper la política de Louise.

Louise lo miró algo apenada ¿cómo era posible que él estuviera más consiente de ese hecho que ella? Se quería dar un tiro.

-No te preocupes, no pasa nada – quedaron en silencio un momento antes de que el inglés rompiera el silencio – ¡ah! Antes de que se me olvide, te iba a regalar esto. Es un reloj antiguo que ha pasado generación a generación. Mi bisabuelo se lo regaló a mi bisabuela cuando le pidió matrimonio y mi abuelo a mi abuela y así hasta hoy… espero que nuestra vida juntos será larga y duradera como la de ellos

Louise tomó el reloj con las dos manos y lo abrió. Adentró, en la tapa del reloj, había una foto de ellos dos juntos. Louise la recordaba a la perfección, había sido una foto del día que él le pidió matrimonio. Volvió a cerrar el reloj y miró hacia Arthur. Tal vez no vivía en el país de las maravillas y él no era perfecto pero al menos la hacía sentir especial… de cierto modo.

-Así como tú me has dado este reloj, yo te quiero mostrar algo – tomó la mano del inglés y lo condujo hacia el interior de su casa, su estudio para ser más exactos, para enseñarle todos sus bocetos de su versión de Alicia y el país de las maravillas – espero que te gusten

-¡Wow! Dibujas precioso – Louise sonrió apenada, no a todos les enseñaba sus dibujos y que una persona tan importante como lo era Arthur le gustara sus dibujos, la emocionaba – deberías de mostrar tus dibujos a todo el mundo. Me gusta tu Barbie… ¿qué tienes? ¿Por qué esa cara?

-Ah… no es nada – ¿Ahora saben el por qué no era perfecto?

-Hey, están fantásticos, no te pongas de ese modo

-¿Cómo no quieres que me ponga así si nunca entiendes mis dibujos?

-Me los pudieras explicar… mira, lo podemos publicar en la revista y-

-Y pasarte más horas con Julchen ¿verdad? – quedaron en silencio por unos minutos – sabes, mejor no hacemos nada y nos vemos mañana y te cuento mi despedida de soltera ¿qué te parece?

-… Está bien


En la casa de la alemana, estaba repleto de amigas suyas, todas casadas, para festejar su despedida de soltera.

Louise no era de estar mucho en fiestas y en una que ella fuera la protagonista y que las pláticas de todas iban desde "mira lo que mi marido me compró, es el mejor" a "mira lo que hice que me comprara después de que supiera que me estaba engañando con la secretaria". Se sentía frustrada.

Alguien tocó la puerta y rápidamente Louise fue a abrir ¿Quién podía ser? Se suponía que todas las que había invitado estaban ya presentes. Sin más, abrió la puerta.

-¡Hey! – saludó una labina

Esto debería de ser una broma

-¿Julchen? ¿Te-te invitó Arthur?

-Ah, sí… que bonito está tu vestido… celeste

-Gracias… pasa

Louise cerró la puerta y se llevó a Julchen ante todas sus amigas para presentarla como la "mejor amiga de Arthur".

La albina era un gran contraste comprada con las demás de la fiesta. Mientras que todas llevaban vestido color pastel, ella iba en mezclilla.

Por un momento estuvo el ambiente incómodo pero rápidamente todas volvieron a los "juegos típicos de una despedida de soltera", el juego que ahora tocaba era el de "vestir a la novia".

Julchen, cámara en mano, grababa todo el juego mientras reía por dentro por la pequeña travesura que le iba hacer a la novia "bien portada" de su mejor amigo.

Y otra vez volvió a sonar el timbre.

Louise, ya vestida con un "vestido de novia" hecho de papel, fue a abrir.

-¿Usted es Louise Weilschmidt? – la persona que había tocado el timbre había sido un hombre muy apuesto, cabellera café, ojos verdes y un sensual acento español, vestido de policía. Louise casi balbucea para responderle – disculpe pero usted está detenida.

-¿Qué…? – Antes de que se diera cuenta, el castaño ya la estaba esposando mientras la empujaba y entraba a la casa – P-pero ¿de qué se me acusa?

-Se le acusa por perturbación del orden público. Es ilegal estar tan… - la había hecho que diera la media vuelta para "inspeccionarla" y "asegurar" que no tuviera nada guardado en su cuerpo. Pasa sus manos por toda su silueta hasta que llegó a tocarle una nalga – … bien-

El castaño tomó la mano de la alemana y la sentó en una de las sillas que todavía estaban sin ser ocupadas por las invitadas. Se separó de ella y se subió a la mesa para empezar su baile sensual mientras que todas las invitadas se apresuraban a tomar asiento para ver lo que hacía.

El castaño no era ningún policía. El castaño era un stripper.


:3 No sé cuándo vaya a subir el otro capítulo pero espero no tardar

Bye-bye~