Todos conocemos la historia de los Merodeadores (y sus travesuras), pero ¿cómo empezó todo? Echemos un pequeño vistazo al inicio de los legendarios Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta :)

DISCLAIMER: Todo lo reconocible pertenece a J.K. Rowling, el resto es mío.

AVISO: Este fic participa en el Reto Especial "Estudiantes de Hogwarts" del foro "Hogwarts a través de los tiempos".


El inicio del Merodeo

Sirius Black estaba nervioso. Había oído hablar sobre Hogwarts decenas de veces, pero nada lo había preparado para la magnificencia del colegio.

Ni para la Ceremonia de Selección.

A sus once años, se le había repetido hasta la saciedad lo que se esperaba de él: entrar en Slytherin, vencer a todas las demás casas y ensalzar el buen nombre de la familia Black.

Fácil, ¿no?

Miró hacia su izquierda, a la mesa de Slytherin. Conocía a la mayoría de los chicos que estaban en esa casa: eran hijos de los amigos de sus padres. Todos seguían la tradición familiar de pertenecer a Slytherin, la casa de los ambiciosos.

Ningún sangre pura que se preciara aceptaría estar en una casa que no fuera aquella.

Cuando la profesora McGonagall puso el Sombrero Seleccionador sobre su cabeza, Sirius se quedó blanco. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora? Estaba claro que quería ir a Slytherin. ¿A qué esperaba el Sombrero para decirlo?

Porque… ¿Quería ir a Slytherin, verdad?

—¡GRYFFINDOR!

¿Qué había sido eso? ¿Quién…? ¡No era posible!

Sirius no tuvo tiempo a pensar sobre nada más. Sin saber cómo, se vio sentado en una mesa, pero algo estaba mal. No debería estar en esa mesa. Miró a su alrededor, horrorizado.

Estaba en Gryffindor.

Gryffindor, la enemiga natural de Slytherin.

Sirius apretó los dientes con fuerza en un intento vano por contener las lágrimas. Había decepcionado a todo el mundo. Se había convertido en un traidor.

Sus padres no se lo perdonarían nunca.

—¡Eh, hola! —Sirius miró a su alrededor, sobresaltado. La voz procedía de un chico sentado enfrente de él—. ¿Estás bien? —preguntó.

Sirius se secó las lágrimas avergonzado y miró con desconfianza a aquel niño con el pelo negro alborotado y gafas de montura redonda. Su preocupación parecía real, pero… Nadie en Gryffindor querría ser amigo suyo, lo sabía bien. Así se lo habían dicho desde que tenía uso de razón.

—Soy James —se presentó. Señaló a dos chicos de su edad sentados a su lado—. Estos son Remus y Peter —Los otros dos niños sonrieron.

Sirius se olvidó inmediatamente de su recelo. No sabía por qué, pero aquellos tres chicos le inspiraban confianza. Parecían sinceros en su interés por conocerlo.

—Me llamo Sirius Black —dijo Sirius finalmente.

Había decidido que les daría a ellos y a sí mismo una oportunidad.

Y, quién sabía, quizás era cierto que querían ser sus amigos.


Pobre Sirius, qué dilema moral :( Menos mal que encontró con quién disfrutar la vida :) Me haría muy feliz saber opiniones ;)

MrsDarfoy