Descargo de responsabilidad: Skip Beat no me pertenece, por más que ruegue, llore y patalee.


Kyoko

Por los jardines de un hermoso hotel, se paseaba nerviosa una figura tratando de tranquilizar su agitado corazón. Sostenía entre sus manos un celular, que de poder hablar, contaría con detalle la gran cantidad de veces que había visto así a su dueña. La enorme cantidad de veces que, frustrado él, ella había marcado un número para terminar colgando sin haber siquiera podido conectar la llamada. Esta vez sería diferente, si por él fuera, si solo él pudiera, marcaría por sí mismo y hablaría por su dueña. Sin embargo, esta ocasión él fue más rápido que ella y logró conectar la llamada antes de que ella pudiera terminarla. Escuchó gozoso a través de sí mismo, como una cálida y esperanzada voz respondía desde el otro lado de la línea:

—¡Buenas noches, Kyoko, mi amor! He estado impaciente esperando tu llamada. Pensé que te había asustado, y que nunca más ibas a dirigirme la palabra después de haberte besado tan repentinamente en el aeropuerto. Pero lo que te dije es cierto, estoy enamorado de ti desde hace mucho tiempo y ya no puedo callarlo más.

El pobre chico no tenía ni la más mínima idea de que ella estaba aterrorizada, pensó el celular, sentía el temblor en las manos sudorosas que con dificultad lo mantenían pegado al rostro, pero por fin escuchó la ansiada respuesta que, tanto él como el interlocutor, habían estado esperando:

—Yo también te amo, Ren...