Ya. Lo subí de todas maneras. Algo así como para inaugurar el 2010.
Me parece taaaaaaaaan nada pero me lo perdono porque como ya dije antes, lo mio no es escribir fanfics...aunque puede que me vuelque un poco a esto para soltar la mano, obligarme a leer más y definitivamente retomar aunque sea un poco mi vida de gamer y otaku =P.
Ehm, si, tengo una especie de fijación con los gemelos. Y yo se que no soy la única xD. Por desgracia, los gemelos Sparda tampoco me pertenecen =(
Esop, si les gusta, a ver si me dejan uno que otro review así como para convencerme de que no esta mal dedicarme un poco al fanfiction =P
Frozen.
El mundo se ha congelado.
La luna brilla fría en un cielo oscuro, nada se mueve alrededor mío. El frío hace que mis huesos duelan y casi no siento las puntas de mis dedos, así que meto las manos en los bolsillos de mi abrigo, que poco hace para aislarme del frío que siento.
Llegan a mis oídos los ruidos apagados de la pequeña fiesta al interior de mi casa. Allá dentro las luces dan un color dorado a todo cuanto toca, la risa de Trish y Lady entibia el ambiente. Da la impresión de que la puerta marca la división entre dos mundos paralelos y de algún modo todo es tan calido que me molesta estar en ese lado donde el sol parece brillar permanentemente. Por eso decidí huir por un momento y sumirme en recuerdos más fríos que la nieve que se extiende bajo mis pies.
He perdido a mi hermano tres veces ya. Cuando lo perdí por segunda vez, mi mundo se congelo y se volvió algo aun más frío que la ciudad en esta época del año. Eso debido a que, quizás, cuando lo perdí por primera vez sabia que estaba vivo. En la segunda ocasión sabia que no permanecería mucho tiempo así.
Casi con flojera levanto la cabeza y doy un vistazo derredor. No hay lluvia, no hay nieve cayendo, no hay coches ni gente pisoteando las calles, no hay perros, no hay gatos.
El mundo se ha congelado y se ha detenido.
De la misma forma en que el mío, ya congelado, se detuvo cuando perdí a mi hermano por tercera vez. Cuando supe que esa sería la ultima. Al principio fue el shock de saberlo vivo y el remordimiento por no haber ido tras él y haberle ahorrado años de sufrimiento. Luego porque está vez debía encargarme de detenerlo para siempre. Aun cuando no puso ninguna resistencia para que yo lo logrará.
Desde entonces, todos mis días se han sentido como la noche quiere hacerme sentir en este momento. Sombrío, congelado hasta los huesos, detenido como si estuviese muerto.
Siento que la puerta tras de mi se abre y sin pensarlo, me volteo a ver quien es, al mismo tiempo en que oigo mi nombre.
Dante – dice otra vez – Se te va a congelar el trasero. Ven dentro, Trish acaba de hacer chocolate caliente.
Y así como salió, Vergil vuelve a adentrarse en la casa.
De repente y como en cámara lenta, el mundo empieza a moverse otra vez. Poco a poco todo comienza a entrar en calor y sonrío para mis adentros. Después de todo, la tercera no fue la ultima vez y durante nuestro cuarto encuentro, luego del segundo shock por considerar a mi hermano muerto y antes de que todo empezara a tener sentido otra vez, me concentré en no perderlo una vez más.
