Capitulo 1: ¡Es hermoso!
Mi vida se ha caracterizado por ser muy tranquila, no me puedo quejar. Tengo buenos amigos, unos hermanos maravillosos y unos padres lindos. Bueno estoy tratando de auto convencerme un poco, lo verdadero es que si tengo unos hermanos maravillosos, ¿amigos? Ni uno, no es algo que me preocupe demasiado, me gusta la soledad. Y con respecto a mis padres ¿lindos? No sabría decirlo, nunca los veo.
Ellos se divorciaron hace años, mi madre se volvió a casar y ahora es diseñadora de boda reconocida mundialmente. Es tan buena, que la mandan a llamar de todos los países, es por eso que la vemos solo en navidad y año nuevo. Bueno, y papá, Charlie, es dueño de unos lujosos hoteles. La mayor parte del tiempo se la pasaba viajando de lugar en lugar, para ver como van sus prometedores negocios.
No podía quejarme, dinero nunca a faltado, pero el amor de familia, ese si que a faltado en la casa, una palabra de aliento, un regaño de vez en cuando, un tope para nuestros actos, quizás Rosalie no sería como es si nuestros padres nos hubieran tomado más en cuenta.
Rose y Jazz, mis hermanos, son gemelos. Mi hermana esta estudiando diseño, al parecer quiere seguir los pasos de mamá y Jazz estudia Ingeniería comercial, al parecer para seguir con el negocio familiar, tienen 25 años. Y yo por mi lado no estudio nada que mi padre haya sentido emoción, solo literatura, una hippie más, ese fue su maravilloso argumento.
Mi padre no tenia idea de mi vida, de mis gustos, ni siquiera tenia idea que su hija se acostaba con uno y con otro, porque lamentablemente esa era la maldita fama de Rossi, mil veces trataba de aconsejarla, pero en ese aspecto de su vida, no transaba, incluso ni remordimiento sentía cuando traía a sus conquistas a nuestra casa.
Hoy era mi primer día de clases, quería, deseaba que me fuera bien y que triunfara en esto, para poder cerrar la boca de mi padre.
Me subía al coche, estaba muy, muy nerviosa, mis hermanos me había aclarado muy bien que la Universidad no era un juego, y que aquí, empezaba realmente mi vida como estudiante, aquí empezaban los conocimientos que nos servirían para la vida misma, aquí se encontraban los amigos que perdurarían y que la Universidad era el mejor paso para encontrar tu pareja, es el sitio donde encuentras tu otra parte definitiva. Tu esposo. Eso era estúpido, sobre todo pensándolos a ellos, ya en sus últimos años y aun cazando por doquier…
Tome desayuno lo más rápido que pude, ya que me había quedado dormida. Rossi estaba lista, se estaba retocando el cabello en el espejo de la sala.
¡Por dios Isabella Swan! Hoy tendrás que acostarte a las 8 para poder levantarte temprano- dijo mientras tomaba mi tostada y la mochila, dispuesta a salir.
No entiendo por que aun no llega mi auto…- agregué refunfuñando- y no me digas Isabella, sabes que me apesta.
Entonces no te retrases tanto- dijo mi hermano depositando un besito cariñoso en mi mejilla y después en la de Rossi- tomo una tostada y salgo, ustedes pueden ir adelantándose mientras- agregó desapareciendo por la puerta de la cocina.
El primer día de clases y llegaré tarde…- refunfuño saliendo de la casa.
Oooh… es una pena Rosalie Swan… el aparcamiento estará tan vacío que nadie podrá ver ese atuendo tan sexy que llevas- la molesté.
Calla tonta- dijo lanzándome una mirada asesina. Tenia muy claro que la vestimenta era para dejar loco a los de primer año, sus nuevas conquistas, porque a mi hermanita le gustaban los menores, los con carita de bebé.
No te preocupes puedo presentarte a todos los hombres de mi clase- le confesé.
No te preocupes, ya los conoceré por cuenta propia- la desfachatez de mi hermana me descomponía.
¿Cómo puedes hablar así?- esta bien, yo no era virgen, pero tampoco era tan promiscua y desfachatada como para dar a entender que se acostaría con todos los nuevos.
¡mojigata!- me recriminó.
No se trata de ser mojigata, llegara el momento que te pese el hecho de haberte acostado con ¿50 tipos?- pregunte dubitativa, pues tenía claro que eran más.
No seas tan dramática Bells, solo trato de disfrutar la vida, llenar vacíos- eso si que era verdad, me daba pena que la falta de atención la haya llevado a caer tan bajo y a estar en la boca de todos los muchachos, porque muchas veces sorprendía a varios de mis compañeros de instituto hablando de lo buena que era en la cama.
No es la forma Rossi- le confesé subiendo en el asiento trasero, pues sabia cuanto amaba ir en el del copiloto.
¿de que hablan?- pregunto un apurado Jazz.
De tus novias- confesó Rossi. Jasper no era tan promiscuo, compartía la cama con unas cuantas muchachas, siempre las mismas, no era de los muchachos que andaba casando por ahí, si andaba en boca de todas, pero por ser un muchacho muy guapo, según decía mi hermana en la Universidad las chicas casi le rogaban que salieran con ellas, pero el no mostraba mayor interés por ninguna, salvo por Jessica Stanley, que se suponía era algo más que una casual encamada.
No hay nada que decir, y no cotilleen de mí a mi espalda ¿me oyen?- agregó fingiendo enojo. Jasper era tan tranquilo, nunca se había enojado, salvo esa vez que le llegó un rumor diciendo que me había acostado con su mejor amigo Jacob Black, lo cual no escapaba de la realidad. Ese muchacho me fascinaba, se había portado tan caballero conmigo, salíamos a escondidas, hasta que un día por voluntad propia le entregue mi virginidad, lo pasamos de maravilla, pero él se enojo cuando le negué todo a mi hermano, le dije que apenas hablaba con él cuando venía a la casa, que no fuese bobo y que no creyera los chismes. Le juré y le recontra juré que aun era virgen.
Como si fueses tan importante rubio- se mofó Rossi despeinándolo y de pasada sacándome de mis cavilaciones sexuales, pues ya estaba recordando los mejores momentos que pase con su ese moreno musculoso.
Cuando llegamos a la Universidad, me puse excesivamente nerviosa, saqué lo que siempre lograba relajarme, un cigarrillo, más que mal aun era bastante temprano, Jasper manejaba como un loco, y lo que debía ser un viaje de 30 minutos, nos llevo 15 a lo más.
¿Tienes otro para mí?- preguntó una voz a mi espalda. Era esa masculina voz que recordaba tan bien, salvo que ahora no estaba agitada, ni envuelta en un fenomenal gemido pronunciando mi nombre. Me voltee para poder verlo, y ahí estaba más guapo que nunca, con esa sonrisa preciosa que siempre lo caracterizaba, si no me gustara tanto la soledad y temiera tanto a las relaciones y al enamorarme, juro que sería novia de este sensual hombre.
¡Jake!- grite bajándome de la pequeña pandereta el casi me alcanzó en el aire e hizo que no bajara las piernas, porque desfachatadamente puso sus manos en mi trasero y me acomodo en su cintura. Al parecer ya no estaba tan enojado conmigo.
¿Cómo has estado hermosa?- el aparcamiento estaba casi vacío, pero me molesto que hiciera eso, aun más cuando mi hermano pensaba que no nos conocíamos del todo.- te vez agitada- confesó arrinconándome en la pequeña pandereta que me llegaba a la espalda, aun más desfachatadamente se pego a mi cuerpo dejándome sentir su excitación cuando se frotaba contra mi intimidad. De mis labios se escapo un pequeño gemido, ¡Dios este hombre provocaba tantas cosas en mí! No me quería sentir dependiente de sus caricias, pero estaba tan ansiosa de su cuerpo que en este mismo instante sería capaz de bajar su pantalón, el mío y dejar que me poseyera aquí y ahora, ante los ojos de algunos curiosos que lanzaban pequeños vistazos en nuestra dirección.
Ba…jame- fue lo único que logré articular, más encima mediocremente.
Te veo en el baño en 10 minutos- agregó mientras depositaba un besito en la parte baja de mi mandíbula.
Estaré en clase- dije en un suspiro.
Noo… primero hay un acto de bienvenida, no creo que prefieras aburrirte escuchando una hora la sarta de imbecilidades de un rector, antes que pasar un rato espectacular con tu lobo- ese era el apodo que le había puesto, porque era ágil y apasionado, y porque gritaba como un lobo cuando llegaba a su orgasmo, era estúpido e incluso hizo que me sonrojara- ¿iras?
Si- confesé contra sus labios. Se le dibujo en el rostro una sonrisa victoriosa.
No me falles Isabella- negué mientras daba una chupada a mi cigarrillo y sutilmente lanzaba el humo en los labios de Jake, el sabía muy bien lo que significaba. Cerró los ojos y gimió bajito, pude sentir su pene aumentar mas de tamaño.
No sabes cuanto produces en mí Isabella- dijo mientras me besaba el cuello y con los dientes simulaba morderme, aquel acto me dejó a mil.
¡ve rápido, no aguanto más!- su rostro reflejaba claramente el goce que le provocaban mis palabras.
Cuando entres dirígete a mano izquierda, al final del pasillo hay un baño para minusválidos, no creo les moleste si lo usamos un momento.- después de eso desapareció. Me fumé lo que quedo de mi consumido cigarrillo. Y me dirigía al encuentro con mi destino.
Cruce el umbral de la entrada y me dirigí a mano izquierda. Pero una vocecita me detuvo.
¿Eres nueva?- preguntó. Era pequeña y muy linda, tenía una genuina sonrisa y me miraba con extraño agradecimiento.
Ammmm… si, ¿Por qué?- pregunte un poco nerviosa, no quería que me descubriese.
Yo también y los malvados de mis hermanos me dejaron sola, no se a donde ir…- terminó fingiendo un muy convincente puchero.
Lo siento…- dije tratando de seguirle el juego, pero ahora le confesé de verdad- pero tampoco lo sé.- la pequeña con carita de duende sonrió muy divertida.
Bueno, de a dos encontraremos todo más rápido.- agregó y su acotación me descolocó, no quería dejar esperando a Jake, pues se enojaría y terminaría negándome hasta el saludo.
Es que… es que voy al baño- dije lo primero que se me ocurrió.
Perfecto, te acompaño…- agregó muy segura, siguiendo el trayecto de mi dirección.
No…- me miró sobresaltada- es que… es que me demoro mucho… si eso, me demoro mucho en el baño- agregué.
No te preocupes, no me interesa el discurso de bienvenida- concluyó. Ya estaba perdida, no tendría como sacármela de encima, ahora lo único que me faltaba era que fuese mi compañera de clases… así que mejor trataba de alejarme del baño… por un momento.
¿el discurso?- pregunté fingiendo sorpresa- ¡Dios! ¿es ahora? Tengo que ir, mi hermano lo dará- eso no era mentira, por ser el mejor de su carrera y estar en ultimo año, debía dar el vamos a un nuevo año estudiantil- ¡me matara si no llego!
¿tú hermano es Jasper Swan?- preguntó con unos ojos como plato.
Si ¿Por qué?- su reacción me dejo extrañada, ahora si que me entró curiosidad por esta chica.
Es que… bueno no es nada, mejor vamos porque tengo entendido que empezaba a las 9 y son las 9:30… ah y soy Alice- agregó mientras corríamos al patio central.
¡Isabella Swan! Pero prefiero Bella- agregué, ella sintió.
No paraba de parlotear, no podía escuchar nada de lo que decía mi hermano. Pude notar que de momentos ella se quedaba mirándolo como una boba, casi, casi babeando.
Cierra la boca o usa babero, porque te estas babeando toda la polera- bromee entre risas, mientras ella rodaba los ojos- no lo niegues te gusta mi hermano.
Te cacharon- agregó una voz masculina.
Nos dimos vuelta en el instante, yo más sorprendida que ella, al parecer los conocía porque se abalanzó contra uno de ellos y empezó a hacer que lo golpeaba. Eran dos chicos, uno era alto y musculoso de pelo negro y rizado, tenía los ojos negros, su rostro era redondo y su piel pálida, y cuando sonreía se marcaban unos adorables hoyuelos en sus mejillas. El otro muchacho era alto, no tan musculoso como el otro pero de cuerpo bien tonificado. Sus ojos eran de un lindo color verde esmeralda y su cabello color cobrizo y muy desordenado. Vestían casualmente.
Quiero presentarlos, así que compórtense- les pidió Alice, y los dos sonrieron en mi dirección, nada más que el de pelo cobrizo rehuyendo un poco mi mirada.
¡Ok!- acotó el musculoso.
Bella… ellos son mis hermanos, los odiosos que me abandonaron en mi primer día de clase- confeso ella, fingiendo nuevamente un adorable puchero.
No es para tanto, si estábamos contigo, nuestra reputación se iba a la basura, mejor dejarte a ti allí, lo otro nos a costado más frutos.
¡te odio Emmett!- confeso ella, así que el grande era Emmett.
Hola soy Edward Cullen- se presentó el muchacho de pelo broncíneo.
Isabella Swan, pero prefiero bella- le dije mirando a sus hermanos.
Mi nombre es Emmett, un gusto conocerte hermosa- agregó el grande dándome un beso en la mejilla.
No te hagas el lindo con mi amiga, gigante bobo- agregó una muy pueril Alice.
Bueno nos vamos- agregó Edward con el rostro un poco descompuesto. ¿Por qué su actitud? ¿es que acaso le caí mal? Si apenas cruzamos palabra.
Nos vemos luego- confirmó Emmett mientras me guiñaba un ojo. Luego se alejaron de nosotros, Edward regalándome otra mirada, una mas detallada, sus ojos eran tan lindos.
Dios era tan hermoso, me dejó comiendo de su mano, su cuerpo, su espalda, su forma de caminar y esos pantalones apretados que resaltaban un muy bien tonificado trasero. Esta claro es mucho mayor que yo, pero es un bombón andando. Ese hombre va a ser mío, ese es mi reto personal, ese tipo me meterá en su cama, cueste lo que me cueste… dios porque ese hombre era majestuoso, si de solo imaginar lo que puede hacerme, solo imaginarlo tocándome por completo, me daban ganas de retorcerme entera, ese pantalón me mató. Su parte delantera se abultaba de una forma muy sexy, no tentando ser vulgar. Dios ese Emmett Cullen logro excitarme tan solo con una mirada, porque era el hombre más sexy que pisaba la faz de la tierra…
El sería mi reto personal, si no me quería como novia, me bastaría una noche en su cama, dios solo una maravillosa noche con ese dios de Emmett Cullen.
Por favor tan solo una oportunidad… este historia es muy linda ya lo verán si la leen un poquito mas… besitos a y esta terminada así que puedo subir muy seguido… bye
